Daniela.

Vivir con Augusto es divertido. Su personalidad es tan distinta a la mía. Podría decir que es un ser humano con inocencia.
Me resulta divertido ver su actitud salvaje cuando algo no funciona. Como cuando las baterías del control no sirven. Comienza a golpear el control sin ningún sentido. Yo lo llamo "El modo simio activado" Porque de corazón cree que si funciona golpeándolo contra su palma.

Siento como nuestra vida juntos fluye. Me dieron mi trabajo y conseguimos registrar a Augusto en la población. Tiene sus documentos por fin. Así que estaba muy contento porque por fin buscaría un trabajo. Ni siquiera le importa de qué sea pero quiere trabajar.

Le ayudé a ponerse guapo para ir a buscar trabajo y cuando volvió a casa estaba feliz. Pues consiguió un trabajo como barrendero. Lo tierno fue cuando me dijo -Haré algo por el mundo, al menos podré limpiar las calles y quitar un poco de contaminación -Me resulta bello como busca aportar algo a la sociedad.

-Así, deja que tu mano se deje llevar, es como lo que pintas en los muros de la calle -Digo mientras tomo su muñeca y lo guió con suavidad para que el pincel pueda dejar pintado lo que busca pintar. Estoy justo detrás de él, aspirando de su perfume mientras "Lo ayudo" a dibujar. Puedo notar su concentración y poco a poco suelto su mano sin apartar mi cuerpo del suyo. Estar tan cerca de él me provoca una extraña sensación, su calor es embriagante. Cuando estoy por abrazarlo y cubrir la necesidad de mi cuerpo con su cercanía, mi celular nos interrumpe. Me enderezó y contesto la llamada. Es mi amiga Julieta.

—Hola amiga ¿Como estas?.

—Bien Dani, supe que te fuiste de tu casa ¿Que pasó?

—Es una larga historia ¿Te parece si nos vemos?

—Justo eso te iba a decir... Kadir y yo vamos a casarnos y quería invitarte a mi cena de compromiso.

Abro los ojos como platos y volteo la mirada hacia donde esta Augusto. Lo veo pintar con concentración.

—Claro que acepto tu invitación ¿Que día será?.

—Es el fin de semana, el sábado a las tres de la tarde. Ahorita te mando la ubicación del salón.

—Ok, muchas felicidades y gracias.

—A ti amiga —Colgamos la llamada y sonrío ante la idea de que mis amigos conozcan a mi pareja. Augusto es tan cautivador que muero por presumir lo afortunada que soy.