Daniela.

Llevo casi dos horas tratando de conciliar el sueño, pero me resulta imposible. Augus sigue abrazándome y de solo verlo dormir a mi lado hace que quiera volver a besarlo.

Poco a poco quito mi brazo de su cabeza, ya que sentía que estaba entumecido. Y me recuesto a la altura su rostro.
Decido dejarme llevar por mis impulsos 《Algo muy normal en mi》Y lo despierto con un beso. Noto como abre los ojos y suelta un bostezo mientras se estira —¿Ocurre algo? —Pregunta mientras coloca su mano en mi cintura.

—No puedo dormir, lamento despertarte —Digo un poco avergonzada por interrumpir su descanso

—No te preocupes... ¿Quieres que platiquemos? —Suelto un suspiro y niego con la cabeza y me acerco más a él hasta que nuestra respiración se mezcla una con la otra.

Me siento muy nerviosa, solo que el deseo que siento hacia su cuerpo es incontrolable. Me han pretendido algunos hombres, pero jamás me sentí así con nadie, por eso siempre rechazaba a los que llegaban a mí. Me armo de valor para volver a besarlo, pero Augus coloca su mano en mi pierna para luego subirla hasta su cintura. Todo pasa muy rápido, pues seguido de este acto me besa. Sus labios atrapan mi labio inferior. Poco a poco su beso se intensifica. Me besa efusivamente y yo correspondo a su beso mientras siento su miembro endurecerse cerca de mi feminidad. Al sentir como nos rosamos se me escapa un quejido mientras aferro mis manos en su nuca. No quiero que pare. Su cuerpo me hace arquear mi espalda mientras mi cuerpo es envuelto en olas de placer. No sé cómo, pero Augus se encima en mi sin aplastarme, mientras apoya sus manos en la cama sin dejar de besarme. Abrazo su cintura con mis piernas mientras siento como comienza a besar mi mejilla y recorre con sus labios mi piel hasta mi cuello. Meto mis manos debajo de su playera y al sentir como un hormigueo recorre todo mi cuerpo al sentir sus labios en mi piel, clavo un poco mis uñas en su espalda. Como puedo, le quito su playera y Augus hace lo mismo conmigo. Besa mi clavícula con pasión y arqueo mi espalda mientras se me escapa un quejido. Afortunadamente duermo sin brasier, así que no perdió el tiempo quitándomelo. Toma mi mano derecha y entrelaza nuestros dedos mientras la coloca contra la cama, sin dejar de besar mi cuerpo.

Jamás había visto este lado de Augusto. Un lado feroz y atrevido. Me resulta bastante sexy ver sus ojos llenos de deseo.

Veo como se quita de encima y me quita fácilmente el pantalón y mi ropa interior, lo que provoca que me sonroje de vergüenza, cierro mis piernas tratando de tapar mi feminidad mientras me cubro con mi mano izquierda los ojos

—Lo siento ¿Quieres que pare? —Pregunta mientras coloca su mano en mi rodilla al verme avergonzada. Mi respiración es dificultosa, así que me tomo un momento para recuperar el aliento. Me armo de valor, más al percatarme de que la luz está apagada y asiento con la cabeza

—OK, lo haremos cuando estés lista —Su voz suena dulce, se que Intenta calmarme. Pero supongo que mal interpretó mi respuesta

—No, hay que hacerlo... Yo quiero hacerlo —Digo mientras me descubro el rostro. Noto una sonrisa en sus labios, así que le respondo con una sonrisa. Coloca sus manos en mis rodillas y me abre las piernas. Suelto un quejido de nervios mientras Augus se coloca encima de mi mientras se baja el pantalón y su ropa interior. Cuando veo su miembro, suelto una risita de nervios.

—Jamás había visto uno —Digo avergonzada. Augus suelta una ligera carcajada y me da un beso en la mejilla mientras acomoda su cuerpo entre mis piernas.

—Yo jamás había visto a una mujer desnuda. Pareces una obra de arte —Dice mientras acaricia mi pelo con ternura y nos dedicamos una sonrisa traviesa antes de seguir devorandonos a besos.