Plan B
Daniela:
Tengo que buscar a Augusto como sea. Me quedo mirando la ventana mientras golpeó suavemente la huella de mi índice contra la ventana y recuerdo que mi hermana no está. Tomo mi celular y le llamo. Camino de un lado a otro mientras me muerdo el labio inferior, escucho que suena tres veces y por fin me contesta
—¿Que pasa?
—Necesito un favor. Es urgente.
—¡si es sobre tu amiguito olvidalo!
Suelto un suspiro mientras paso mi mano por la frente
—Solo necesito que digas que se les acabo la gasolina y que yo les llevare gasolina. Claro, si mi padres te marcan.
—¿estas loca?
—vamos, solo haz eso por mi si te marcan.
—si te descubren diré que me amenzaste con un arma.
Suelto una ligera carcajada al escucharla bromear y asiento con la cabeza, olvidando que no me está viendo
—suena justo.
—Hecho. Estamos en contacto.
—te lo agradezco.
Colgamos la llamada y salgo a la sala, de nuevo me pongo mi suéter y las llaves del auto
—Ya vuelvo, Katherine y Samuel se quedaron sin gasolina, me mandaron la ubicación.
Digo mientras abro la puerta de la sala, antes de que mi papá diga algo
—que vaya alguien más.
—tu personal no tiene auto. Solo es agua papá, ya relajate.
Si, ya se que soy un poco grosera con el, pero la verdad es que el no nos toma en cuenta en nada, nos ponemos incluso la ropa que mi mamá nos escoge y eso ya me tiene harta.
Salgo de la casa, me subo al auto y me voy manejando lo más veloz posible para que mi papá no me vuelva a detener. Comienzo a buscar a Augusto, pero no tengo ni idea de donde estará. Escucho como la lluvia golpea el auto repetidamente y es difícil ver bien con la lluvia cayendo así, pero esta sensación que tengo en el pecho la siento por algo
—ho Augusto ¿Donde estarás?
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