Maravilla
Augusto.
Mientras Dani cocina, yo la observo con atención y le paso las cosas que necesita. El departamento huele a comida casera. Es la primera vez que huelo algo así.
—Ven, ayúdame a hacer la mezcla para los hotcakes —Dice mientras toma mi mano. Su simple tacto provoca que el corazón se acelere y más al recordar lo de anoche.
Carraspeo para salir de esos pensamientos y asiento con la cabeza.
—Hecha la harina primero y luego hechas esta azúcar —Dice mientras me muestra los ingredientes que ya tienen la cantidad que se necesita para que queden bien.
—Si —Digo mientras tomo el recipiente donde está la harina y en mi torpeza, lo volteo bruscamente al recipiente grande de vidrio, lo que provoca que la harina salpique y me caiga en el rostro. Abro los ojos y Dani suelta una carcajada
—Tienes un poco de rostro en tu
harina —Dice sin parar de reír. Tomo un poco de harina y se la avienta para mancharla también de manera juguetona. Su nariz y su mejilla quedan manchadas de harina mientras ella abre los ojos de la impresión. Me hecho a correr a la sala con ella detrás de mi persiguiendome, mientras nos reímos como un par de niños que juegan a las atrapadas. De repente ella me atrapa abrazándome por detrás mientras sus brazos rodean mi cintura. Poco a poco me volteo para mirarla y cuando quedo frente a ella, veo como se pone de puntillas para poder hundír su rostro en mi cuello. Correspondo a su abrazo para luego depositar un beso en su frente.
—Ahora si se siente como un hogar —Susurra sin soltarme y me doy cuenta de que se siente así por ella.
—Se siente así por ti —Digo mientras acaricio su pelo. Poco a poco nos soltamos y me toma de la mano para llevarme a la cocina.
—La mejor manera de cocinar Hotcakes es poner la lumbre a fuego lento, con mantequilla y una tapa encima del sarten. Se esponjan mucho de esta manera —Dice mientras coloca un poco de mantequilla en el sarten y mueve la perilla del quemador para que la lumbre esté baja.
Continuo ayudandole con lo que puedo y ella incluso me enseña a voltear un Hotcake en la sarten. Se coloco detrás de mi y tomo mi mano para enseñarme como voltearlo con facilidad.
Ella no se da cuenta de las cosas que me provoca cada que se me acerca y me toca de cualquier manera. Quizás ni se ha dado cuenta de qué desde que la conocí, no ha dejado de llenar vacíos en mi pecho. Es una maravilla para mí, sentir el olor de la comida casera. Que la mujer que quiero me prepare el desayuno, que convierta este lugar en un hogar.
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