Daniela.

Después de recoger esta mañana mi liquidación, Augusto y yo  fuimos al departamento a desayunar.

Comimos pizza en la cama y cuando terminamos, nos acostamos boca abajo para buscar empleos por Internet.

—Por cierto, no tienes que volver a dormir en el sillón, te puedes dormir aquí conmigo —Digo mientras muevo mis pies hacia delante y hacia atrás. Ya que ayer, después de cenar. No quiso dormir en la cama conmigo.

—Gracias, esque no te quiero incomodar —Dice Augusto, niego con la cabeza y dejo mi celular sobre la cama para mirarlo —No me Incómodas Augusto, me gusta dormir contigo a un lado —Digo con una sonrisa amable y veo como sus labios se curvan hacia arriba. Suelto un suspiro y dejo caer mi cabeza sobre la cama
—No hay mucho en Internet... lo  mejor será que vaya a la bolsa de trabajo. Por cierto. Mañana checaremos lo de tus papeles —Cuando digo esto, Augusto se recuesta de la misma forma que yo y noto un brillo colándose en sus pupilas

—¿Mis papeles? ¿Podré tener mi propia identidad? —Dice con sorpresa y asiento con la cabeza.

—Eso sería genial, podría hasta conseguir un empleo ¿Verdad?.

—Así es Augus —Digo mientras coloco mi mano en su mejilla. Augusto cierra los ojos al sentir el tacto de mi mano y suelta un suspiro.

—¿Como te sientes? ¿Fue duro ir a la oficina? —Pregunta mientras abre los ojos. Suelto un suspiro de tristeza al recordar que mi mamá no fue quien me recibió. Me mandó con recursos humanos.

—Ni siquiera me quiso atender. Me mandó con la secretaria —Digo mientras suelto su mejilla y me acuesto de lado para mirar a Augus. Me muestra una mueca triste y coloca su mano en mi mejilla.

—Lo siento mucho. Ya verás que esto es temporal.

—No la conoces, dudo que con el tiempo cambie de opinión —Siento como me acaricia el cabello, se siente tanta calma. Su simple tacto provoca un remolino de emociones en mi cuerpo.

—¿Quieres que acomode tu ropa? —Pregunta con una sonrisa. Siento como los labios se me curvan al ver lo atento que es y niego con la cabeza.

—Mejor vamos a comprar cosas para nuestro hogar —Augusto asiente con una sonrisa y nos paramos de la cama con emoción. Es extraño hacer las cosas juntos, como toda una pareja. Aúnque no se bien que somos.

En el supermercado parecíamos niños pequeños en una dulceria. No se porqué, pero a cierta edad ir de compras al super resulta ser muy divertido. Es como la juguetería o la dulceria de los adultos.

—Ho, llevemos galletas y café —Digo mientras hecho los productos al carrito.

—¿Eso que es? —Pregunta Augusto mientras señala el pasillo de los vinos. Noto su mirada llena de curiosidad, así que camino hacia ese pasillo para que me siga.

—Son jugos de uva ¿No? —Pregunta mientras me sigue con el carrito del super. Volteo hacia atrás con una sonrisa y niego con la cabeza —Es vino... Compremos uno —Digo mientras tomo la primera botella que veo.
Para ser honesta, jamás he tomado más de una copa. En las reuniones familiares solo me dejaban tomar una copa y ya.

—Deberíamos celebrar tomándonos una de estas —Digo con entusiasmo mientras hecho la botella al carrito. Augusto frunce un poco el ceño, se ve confundido

—Pero te quedaste sin empleo, tu familia esta molesta contigo y ya no vives en tu enorme casa... ¿Porqué quieres celebrar?.

—Pues porque estamos juntos y por que ya somos independientes —Digo con alegría. Pues las cosas materiales jamás llenarán los vacíos personales. Augusto sonríe y asiente con la cabeza.

—Será divertido —Dice mientras toma la botella y la observa con atención.