PARTE 39. Casa de Rei
El atardecer estaba iluminando los cielos. El entrenamiento había terminado con éxito, y el entrenador había ofrecido que Makoto, Nagisa y Haruka fueran a ver del motivo por el cuál Rei no había asistido a la práctica. Por lo que se encontraban de camino a la casa de su amigo.
—Por cierto, es la primera vez que vamos a la casa de Rei. —dice Makoto.
—Yo he ido un par de veces a su casa—expresa Nagisa.
Haruka solo los escucha, mientras va recibiendo mensajes en su celular. Los tres caminando hacia una dirección.
—¿Era Buru-chan?—pregunta Nagisa, curioso por la expresión de resignado.
Haruka asiente, y guarda el celular en su bolsillo.
—¿Va todo bien con ustedes?—pregunta Makoto tras verlo pensativo.
—Si. Pide disculpas por no habernos acompañado, y nos desea éxitos con la charla motivacional a Rei —responde Haruka mientras anhela estar ya en la casa, y no a kilometros de ésta.
—¿Charla motivacional? No creo que sea una, solo vamos a ver qué tal se encuentra del estómago...—comentó Makoto con una sonrisa que demostraba confusión.
—¿Fue por las tareas de su curso que no vino con nosotros?¿ o por algo mas?—curiosea Nagisa.
—Ambos. Pero no creo que sea oportuno que lo diga yo. Nagisa, si quieres charlar con Mana no molestas si le escribes de vez en cuando —contesta Haruka.
Siempre reservado fue, y no era un tema que a voces debía ser público. En cuánto Rei le explicara mejor las cosas, podría decir el tema de la distancia de su novia en relación a este asunto.
—Al llegar a casa, le enviaré un mensaje —contesta afirmativo Nagisa.
Los tres caminan hasta un pequeño mercadito, para comprar algunas frutas para el problema estomacal de Rei.
—¿Estás seguro que su malestar no fue por lo que dije ayer?—pregunta.
Nagisa deja de hablar, sintiendo nervios. No le había dicho lo ocurrido ayer en la tarde- noche.
—¿Eh? Pues...
—¿Hay algo de lo que no nos estás contando Nagisa-kun?—pregunta Makoto al notar su duda.
—El día anterior Rei estuvo desanimado con un tema... Empezó a quejarse de la mención repetitiva de Rin en nuestras conversaciones del relevo. Rin esto, Rin aquello. Quise calmarlo de que no era tal como lo decía, pero una cosa llevó a la otra... Y Buru-chan lo entendió mejor de lo que yo pude entenderlo. —suspira desanimado el rubio— Compartieron frustraciones con respecto a nuestro entusiasmo por coincidir con Rin-chan, y Buru-chan dijo algo como: "El pelirrojo ha dejado un hueco en nuestros amigos. Un hueco de una marcha repentina, una distancia que los hizo desconocidos y no lo quieren aceptar porque aman revivir sus hermosos recuerdos del pasado cuando estaban juntos."
—Si. Esa forma de dirigirse a Rin, es la que es. —afirma Haruka al imaginarse la molestia de su novia al tener que mencionar a su amigo de la infancia.
—¿Dijo algo más o...?—preguntó sorprendido Makoto, con lo que abducía su sempai del hecho que aún los unía con Rin.
—También quiso hacer entender a Rei-chan algo como de que: —levantó su dedo y haciendo un gesto muy civilizado casi presidencial— "no serás reemplazado como pareces sentirlo." Que nosotros lo necesitamos a él, que es un amigo y parte del equipo. Y que Rin-chan no es parte del club de natación ni de Iwatobi como lo fue antes, que no puede cursar el relevo con nosotros... Que deberemos hacerlo en grupos diferentes.
—Vaya. Y si que tiene toda la razón. Que nadase con nosotros, sin ser parte de la Institución Iwatobi, y participar en el equipo de Samezuka nos llevaría a la misma vez, nos llevaría directo a la eliminación en la competencia...—comenta reflexionando Makoto.
Nagisa baja la cabeza ante ese hecho. Extrañaba nadar los cuatro juntos.
—También dijo algo como: Que no pensara negativo, que sin Rei-chan no conformaríamos el equipo necesario para competir en el relevo, y que si no se sentía cómodo no iba a conectar en el nado sincronizado.—comentó mientras llevaba su dedo indice hacia su labio inferior, recordando cada palabras vaga del discurso del mayor.
—El senpai habla como todo un profesional y como un adulto serio. Parece conocernos y conocer todo acerca de la natación, concursos y demás. Se nota el nadador innato que es...—expresa Makoto.
—Lo es... —afirma Haruka recordando a su pareja con un rostro iluminado, emocionado por que sabía cuán bien nadaba bajo el agua.
—Lo siento por no decirselos antes, amigos —se disculpa Nagisa apenado.
—No nos ocultes estás clases de cosas, Nagisa, no está bien. Con razón, parecía extraño que solo fuera por malestar estomacal la ausencia de Rei. Ahora ya mas o menos se por donde va los tiros —comenta serio Makoto.
—Si, ya no lo haré —expresa sincero y arrepentido Nagisa.
Makoto le acaricia suavemente la cabellera rubia a su joven amigo.
—Vamos, no perdamos tiempo para hablar con Rei. Nos necesita y debemos recomponer el daño causado. —expresa determinado Makoto.
—¡Si!
[...]
Rei se encontraba en su habitación, mirando algunos libros, leyendo, pero su mente aún se encontraba dispersa. Incómoda y molesta, pero más que nada decepcionado consigo mismo y la situación que lo envolvía.
Agarró su celular, no podía seguir un día más con esta molestia. No podía sobrellevar la fría actitud que su sempai tenía hacia él, no podía verlo sin sentir el dolor de haber actuado mal al ser impulsivo. Se había involucrado en algo dónde no le habían dado permiso de intervenir.
Abrió el chat del contacto con Buruki Mana, encontrando que la última conexión del mismo había sido a las 16:40 pm.
La frialdad y cortantes respuestas de textos, dieron directo a su dolida alma. No le sabía nada bien esto, la primera vez que lo había sentido solo una probada de esta cucharada de frialdad, había sido en el entrenamiento en aquella isla, y el mal trago de haberse metido al mar sin nadie cerca.
Ahora, ser regañado personalmente, se sentía peor. Era como haberle llevado a una amargura más a su sempai.
Suspira y se reajusta sus lentes. Cierra su cuaderno de anotaciones, por hoy no podría hacer nada más, sin embargo, la puerta de su habitación se abre. Dejando ver a Makoto, Nagisa y Haruka, mira de reojo la hora, fijandose que es cinco y media de la tarde.
—¡Buenas Rei-chan! ¡Con permiso!
Se escucha la voz de Nagisa.
—¿Qué hacen todos aquí?—pregunta serio, acallando su sorpresa.
—Hemos venido a verte porque no has ido al entrenamiento de hoy —contesta Makoto.
—Bueno es que... —titubea nervioso ante ello. No había pensado en alguna excusa factible.
Nagisa se muerde un poco los labios, absteniéndose a la necesidad de excusar a su amigo ante sus amigos, pero no lo hace.
—Gou-chan y Ama-chan están muy preocupadas también —añade de igual forma, Nagisa, a modo de apoyo moral para Rei-chan.— Aunque Goro-chan estaba hecho furia, porque dice que no te cuidas antes del torneo.
—¿Estaban preocupados?—pregunta perdido y sorprendido.
—Pues claro. —contesta Haruka.
—Es la primera vez que no vienes al entrenamiento...—dice Makoto—Si hubiera sido Nagisa, no nos hubiera extrañado para nada.
—¡Oye! ¿Que quieres decir con eso?—se queja Nagisa inflando los mofletes, indignado por la burla. Pero al final recuerda que suele faltar por distraerse y sonríe nervioso.
—Lo siento, lo siento —ríe divertido Makoto ante la reacción de Nagisa.—¡Ah! ¡Que estupendo! ¿Los ganaste en secundaria?
—Si, pero eso ya es agua pasada.
—Tienes un montón de libros de natación —comebta Nagisa.
Ya todos sentados en la habitación, admirando los detalles de ésta.
—jajahaja! Es verdad —afirma Makoto.
—¿Los has estudiado todos?—pregunta Haruka curioso, volteando a mirar a Rei. Ya que estaban dándole la espalda para ver su alrededor.
—¡Ah, sí! Me aprendí la teoría de cada uno a la perfección. —contesta.
—Rei-chan te he dicho que no digas esas cosas. —comenta Nagisa— es como anunciar nuestro fracaso.
—¿Nuestro fracaso?—protesta incómodo tras esa alusión.
—Rei. —llama Haruka la atención con su sola mención.
Los que discuten paran y lo miran.
—¿Es verdad que fuiste a ver a Rin-chan?—pregunta sin anestesia.
Los hombros se le tensan. Baja ligeramente la cabeza, recordando la molestia de aquel encuentro y su pesar ante Mana-senpai.
—Se lo dije yo... Lo siento, Rei-chan —dice nervioso Nagisa.
—Era de esperarse, Mana-senpai también pudo haberselo dicho —expresa Rei, resignado a que se dé espacio a está conversación.—No pasa nada, Nagisa. Sí, fui a verle.
—¿Por lo que te conté la otra vez?
—No, tenía mis motivos para conocer a Rin-san. —respondió a Haruka —Pero ya da igual.
Los tres cabibajos, lo escuchan con pesar, no les agradaba para nada la sensación pesada.
—Ya no me importa esa persona —expresa molesto.— No tiene nada que ver conmigo. —dice en voz alta sorprendiendo a todos, que lo miran con sorpresa.
—Me alegro. —admite Haruka.— Porque ahora nosotros cuatro somos un equipo, Rei.
—Haruka-senpai...—lo mira con esperanza y sorprendido.
—Bien dicho —comenta Makoto—Eres parte de nuestro equipo.
—Así es. —exclama Nagisa emocionado—¡Todos somos irremplazables, Rei-chan!
La tensión en sus hombros se libera, y la presión que tenía al estar con ellos se difumina para no quedar ningún mal.
—¡Si!
—En fin, ¡Es hora del descansito!—grita emocionado Nagisa.
—¿Porque me han traído un bollo de melón?—pregunta extrañado.
—Porque uno de verdad, cuesta mucho.—responde Nagisa.—pero esto está riquísimo. ¡Toma, Haru-chan! Di: Ahm~
Ofrece el pan de melón.
Haruka se iba a negar pero el pan da contra su boca sin darle tiempo alguno.
—¿Verdad que está rica?—pregunta Nagisa sonriente.
—Está seco...—dice seco entre el bollo.
Volviendose rojo, casi por atragantarse.
Todos se alarman ante eso.
—¿¡Estas bien, haru!?
—¡Oye, Rei!—menciona Makoto— ¡Trae algo de beber, rápido!
Se apresura en levantarse para socorrer a su amigo.
Siendo así como los cuatro pasan una tarde noche entera, para revivir a Haru
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