Haruka nuevamente estaba perdido entre el agua de la piscina, en soledad por motivos personales su novia debía estar fuera unos días. Había avisado a Gou y a la preparatoria de Iwatobi, le incomodaba el hecho de que solo dijo que no era nada grave. Después de haber empatado con la Preparatoria Samezuka, fue muy limpio y justo el enfrentamiento, el equipo donde estaba Rin se había quedado sumamente estupefacto ante el empate de primer lugar. Mientras que el semblante de Maná era con un brillo digno de diversión a la competencia. Había visto pocas veces ese brillo, pero después en cuanto Rin parecía haberse dirigido a él con algunas palabras, esa sonrisa y felicidad decayó. Eso lo vio Haruka, y por algún motivo lo incomodó. «No vi ninguna lagrima o restos de llanto, cumplió su promesa pero... ¿Porqué decayó su felicidad al estar frente a Rin?» se preguntó Nanase Haruka.

Al salir del agua, se encontró con los chicos, Gou le preguntó algo y este solo le dijo su duda, que esperaba que el agua se lo respondiera. Makoto estaba atento pero no quería esa atención, su preocupación iban en muchas direcciones.

—¿Y buru-senpai, Kou-san? —preguntó Rei extrañado.

—Oh, cierto, Buruki tuvo que pedir unos días libres por motivos personales, pero también le he dado sus metas para que practique. Así que no se preocupen, chicos. —añade Gou ligeramente nerviosa.

Haruka sentía que Gou podía saber más acerca de su novia, pero... No quería entrometerse. Debía esperar a que volviera.

—Own, y yo que quería preguntarle como hizo para empatar a Rin-chan, ¡es que iban tan iguales que sentí que veía doble! —exclama frustrado Nagisa.

Sin embargo, Haruka volvió a perderse entre sus pensamientos.

[...]

En menos de una semana, el joven de cabellos negros con mecha verde limón ya se encontraba justo a las afueras de Japón, un lugar algo perdido de aquel llamativo y poblado lugar. A penas llegó al bosque, se encontró con una de sus tantas casas de reserva, que mantenía en buen estado la piscina y donde actualmente se quedaban Peter y Charlotte.

A la redonda había bastantes animales como para saciar la sed. Pero el objetivo del escape exprés había sido más para lograr desquitarse y poder nadar a sus anchas. Intentar lograr una mejoría nueva con Peter en el relevo que hacía, como también en el nado libre.

—Vamos, Maná debes intentar que sea un poco más el tiempo. No puedes mejorar de un lapso corto a 15 segundos de nado. —regaña el joven de ojos medio rojizos.

El ojidorado sólo se mantenía firme en su objetivo, intentando conseguir la libertad a un crecimiento humano y considerado para mejorar. Era difícil manejar la uerza y velocidad de un vampiro para una lenta reacción humana. Pero lo conseguiría.

Aunque seguía escuchando las mismas palabras molestas de ese pelirrojo que estaba al parecer celoso de ser el novio de Haru.

«Ten cuidado con lo que haces. Un movimiento mal y veras como Haru me elegirá por encima de ti y quedaras como el que me dañó ante sus ojos.» espetó con una sonrisa petulante.

Mi felicidad de haber obtenido una gran competencia con su equipo se había esfumado tan rápido como lo deleite. Y no podía mirar a Haru a los ojos sin sentir miedo a que aquello llegara a suceder.

Si perdía a Haru...

No sabía que pasaría consigo mismo.

Por eso, se fue para mejorar y para no matar de coraje y enojo al pelirrojo. No podía matar por enojo o nervios. Debía permanecer tranquila.

Porque... Nunca le pondría en contra de sus seres queridos.