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8

No tenía idea de a dónde mierda iba a ir, pero nadie lo separaría de su hija. Mataría a cualquiera que lo intentará, aún así fuera el propio Don de la Mafia.

Corrió hacia el estacionamiento con la niña en brazos, que para su mala suerte había empezado a llorar, tenía que darse prisa antes de que Daniel adivinara que estaba intentando escapar.

Salió de la sucursal rápidamente, tiró su teléfono celular a un bote de basura temiendo que Taehyung pudiera rastrear su número y pidió un taxi.

—Al aeropuerto por favor —dijo sacando sus tarjetas de crédito. Taehyung le había regalado varias tarjetas que seguramente pronto iban a dejar de funcionar. Agradeció a su padre que, apenas cumplió la mayoría de edad, le abrió su propia cuenta de ahorros.

"Taehyung es rico y puede darte cualquier cosa, pero no está bien que siempre dependas de tu esposo, ahorra para cuando él se enoje contigo y no quiero comprarte un traje" 

Su padre se lo había dicho como una broma, jamás pensó que realmente alguna vez fuera a necesitar su propio dinero, no tenía mucho ahorrado pero le alcanzaría para viajar a otro país. 

El vehículo empezó a avanzar lentamente por el tráfico, mientras que Hoseok se ponía cada vez más y más ansioso. 

Casi iba saliendo a la carretera principal cuando un vehículo azul les cortó el paso de forma abrupta y el hombre apretó el freno. 

—¡Mierda! —Hoseok se recompuso después de perder el equilibrio a causa del frenado, abrió la puerta y se bajó. El taxista al verlo empezó a gritar palabras altisonantes porque no le había pagado, pero Hoseok no sé detuvo. Si lo hacía, seguramente moriría torturado.

Empezó a correr, en medio de varios vehículos, esquivandolos uno por uno, lo que se le dificulto teniendo a su hija en brazos y una pañalera colgando en su hombro.

Sabía que Daniel no sé atrevería a dispararle en medio de tantas personas y sin tener un objetivo quieto y fijo. Mucho menos sabiendo que llevaba a la hija del futuro Capo. Su hija se volvería su escudo.

Siguió corriendo mirando de vez en cuando hacia atrás, probablemente a Daniel se le debió dificultar salir del tráfico que él mismo ocasionó.

Su corazón se sintió incómodo sabiendo que, probablemente Taehyung iba a matar al hombre por haber dejado que su esposo escapara con su hija. Aún así, no iba a detenerse. 

La siguiente calle pareció ser un callejón sin salida y maldigo, mientras Yerim seguía llorando, cuando regresó vio a Daniel y supo que ya no tenía muchas opciones.

—Lo siento Yerim, lo siento —dejo a la niña en el suelo y vacío la pañalera para buscar que podía usar, Yerim usaba un perfume con olor a vainilla, tomó la botella y la tiró al piso partiéndola en varios pedazos juntando los grandes, se sentó en el piso a lado de su hija.

Cuando los gritos de Yerim atrajeron a Daniel, Hoseok lo miró a los ojos, su expresión estaba asustada, parecía un pequeño cervatillo, sobre todo con ese cabello castaño rosaceo.

 —Señor Hoseok —dijo el hombre guardando su arma, no la necesitaba, podía hacer polvo a cualquiera sólo con sus puños—. ¿Se volvió loco?

—Por favor señor Kang —susurro mientras comenzaba a llorar—, si me regresas a la mansión me quitarán a mi hija, voy a morir si eso pasa. Nunca has tenido nada que te importe tanto que serías capaz de dar tu vida.

Kang Daniel no parecía ser un hombre que se compadeciera, lo tomó del brazo y lo obligó a levantarse. Hoseok se quejó, apretó los puños y los vidrios en su mano cortaron su piel. Daniel hizo que empezara a caminar, casi lo estaba arrastrando. Cuando Kang se agachó para tomar a la niña, antes de que siquiera pudiera tocarla, Hoseok le aventó una patada contra la cara, desestabilizando al hombre. Volvió a darle otra patada esta vez en el estómago y de nuevo otra en el ingle.

Kang no tuvo tiempo de ponerse de pie, cayó al suelo y Hoseok lo montó poniéndole uno de los vidrios en la yugular. 

—¿Sabes por qué Kim te contrató? —Hoseok preguntó, el hombre lo miraba con los ojos furiosos—, definitivamente no fue para protegerme, soy el hijo de un lugarteniente después de todo. Kim temía que fuera uno de esos esposos berrinchudos que no conocen su lugar e intentará escapar, por eso estás aquí. Nunca hubo una razón para eso antes pero ahora las cosas han cambiado.

Hoseok apretó el vidrio en la yugular del hombre, mirando como la sangre empezaba a manchar su mano.

Tomó el arma del hombre, su billetera, y las llaves del coche. Se puso de pie rápidamente y no dejó que Kang se levantara, lo noqueo con la parte baja del arma.

Tomó a su hija de nuevo y empezó a avanzar hacia la calle principal, el vehículo estaba a sólo unos metros, si Daniel no había avisado a Taehyung sobre el intento de escape podría tener unas horas de ventaja.

Corrió hasta el vehículo, pero escuchó una detonación y luego sintió un dolor extendiéndose por su pierna, que le hizo perder el equilibrio y caer al piso con su hija todavía en sus brazos. La abrazó con fuerza para que no se lastimara.

Inmediatamente después, los gritos de las personas alrededor se escucharon y los miró correr de un lado a otro. Yerim no se había callado, sino que empezó a llorar más, seguramente se había lastimado.

Había sido muy idiota al pensar que podía escapar, lo peor de todo es que había puesto en peligro la vida de su hija.

Luchó, cuando un hombre se agachó a su lado y le arrebató a Yerim.

Luego otro hombre lo levantó y se lo echó al hombro. Finalmente cerró los ojos inconsciente.

Hoseok despertó entre paredes blancas, si las cosas seguían así, iba a terminar mudándose a un hospital de forma definitiva. Podía empezar a llamarlo su segundo hogar.

Intentó ponerse de pie pero la pierna le dolía incluso más que la herida en su vientre. Pasarían meses para que pudiera recuperar la movilidad total de su pie, si es que no lo mataban antes por intentar secuestrar a su hija.

Lo que era poco probable, teniendo en cuenta que estaba en un hospital siendo atendido con todos los lujos necesarios. Incluso tenía un televisor. Lo encendió para buscar si había algo en las noticias sobre su incidente en el centro de la ciudad, pero no encontró nada, supo que eso se debía a las influencias del Don. Buscó su teléfono para ver las redes sociales y luego recordó que lo había lanzado a un bote de basura.

Ni siquiera se sorprendió por ser atrapado tan rápido, incluso aunque Daniel avisará a Taehyung no había forma de que lo encontrarán tan rápido, lo que sólo quería decir que su esposo había contratado a más guardaespaldas.

—Que idiota —se dijo asi mismo. Y volvió a recostarse, necesitaba descansar antes de que alguien apareciera frente a él y le recordará que había hecho una estupidez. En su defensa, su intento de escape seguía siendo justificable. 

Cuando volvió a abrir los ojos, Taehyung estaba parado frente a él. Imponente, con los brazos cruzados, la mirada irritada, los labios en una fina línea. No dijo nada.

—¿Dónde está Yerim? —preguntó sentándose en la cama.

—En casa, siendo cuidada por Whein en un lugar donde no puedes hacerle daño.

—No voy a hacerle daño a mi hija.

—Los raspones en su piel no dicen lo mismo.

—Eso fue porque me caí, eso no habría pasado si no me hubieran disparado.

—¡Eso no habría pasado si no hubieras intentado escapar Kim Hoseok! —gritó acercándose peligrosamente—. No creas que serás perdonado por intentar llevarte a mi hija.

—¡Es mi hija también y no voy a perderla!

—¡No vas a perderla!, Te dije que confiaras en mí, lo único que haces es complicar todo.

—Tú tampoco confías en mí, tenías a más guardaespaldas detrás de mí, no sólo a Kang. Y uno de esos hijos de puta me disparó.

Taehyung no pareció titubear, ni tampoco contradijo, lo que significaba que era cierto.

Al final, su matrimonio no era tan perfecto, aún no confiaban él uno en él otro, aunque se confesaran amor todo el tiempo.

—Esos fueron los hombres de mi padre, creen que puedes hacer algunas locuras. Y no le diste la oportunidad de equivocarse contigo. Lo que hiciste podría considerarse una tradición y sabes que le hacemos a los traidores.

—No vas a asustarme, si quisieran matarme habrían dejado que desangrará en medio de la ciudad.

—Tal vez estábamos esperando que vivieras sólo para torturarte.

Kim sonrió de forma tétrica.


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