Capitulo: 1
Petunia miro por la ventana de su escuela, las clases eran aburridas y su maestro en vez de darlas interesantes siempre enseñaba con aburrimiento, suspiro y nuevamente se preguntó ¿cómo serían las clases en Hogwarts?
La chica aparto su mirada y se concentró mejor en apuntar algunas cosas en su cuaderno, no supo porque pero recordó aquel momento en que había hecho esa carta al Director ese, el sentirse humillada por el rechazo.
La ira y vergüenza cuando encontró como su hermana leía la carta junto con al idiota de su amigo, suponía que fue divertido para su hermana el burlarse. Dio un suspiro, dejo escribir ya no le interesaba la tonta materia, a veces se reprochaba a si mismo tenía que dejar de actuar tan infantil y comportarse como su edad, una chica de 15 años.
Se recostó sobre su escritorio y cerro sus ojos, durmiéndose, esperanzada en olvidar un momento de su hermana.
Sintió como alguien le movía el cuerpo, abrió lento sus ojos, parece que la clase ya termino.
-Perdón por despertarte pero, tenía que avisarte que ya termino la clase-
Miro a su compañera y asintió sin muchos ánimos de hablar, guardo sus cosas, se despidió de ella, caminando lento por los pasillos de su escuela.
Camino sin prestar atención, saliendo del edificio, entonces escucho algo una melodía camino un poco siguiendo la música, al dar la vuelta se encontró con un chico tocando la guitarra mientras cantaba. Había mucha gente alrededor de él.
-No, no soy decente y no, no soy el mejor- Petunia tuvo que admitir que canta bien se acercó otro poco más –Y no, no digo lo siento y no, no soy perfecto- la chica paro al estar enfrente de él, miro como el chico sonreía se extrañó un poco.
Sin dejar de tocar camino hasta estar enfrente de la rubia y dijo –Yo soy el hombre- le guiño el ojo, retomo otra vez su lugar, dejando a una sonrojada chica. No lo dudo y corrió quería irse, sentía como su cara ardía.
Solo entro sin avisar a su hogar, no le prestó atención a lo que decía su Madre, subió las escaleras, encerrándose en su cuarto mientras se tiraba en su cama abrazando la almohada.
No pudo evitar rememorar lo ocurrido con aquel chico, la vergüenza y la ira lleno a la chica, se juró que para la próxima vez que se volvieran a encontrar le golpearía el maldito rostro.
Sus parpados le pesaban poco a poco cerro sus ojos y se quedó dormida.
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