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Padre no es el que engendra sino el que cría.

Debió imaginar que las circunstancias se darían de esta forma, esas sombras que la atormentan día tras día nunca la dejarían en paz. Fue una completa idiota, una ingenua que se dejó llevar una vez más por la fantasía de ser una persona normal.

"Rae, ¿Estás aqui?."

A pesar de su interna amargura Raven quizo reír ante la absurda pregunta, como sí su super visión y super oido no le confirmaran que ella se encontraba escondiendo en el granero de la granja.

Vió al hombre de acero aparecer en la entrada del granero, cuando su atención cayó sobre ella, Raven se hundió mas en su asiento sobre las escaleras y tuvo que voltear su rostro de él para forzar a sus ojos a detener el rio de lagrimas recogiendo sus mejillas. Ya se sentía lo suficiente marginal como para también abrumarse de la lastima de Clark.

Clark se paró frente a ella, sin decir palabra alguna, pero con su mirada puesta sobre ella la analizaba. Sería sencillo desaparecer e ir a buscar un nuevo lugar donde esconderse, pero tanto su orgullo como su corazón sabían que ella necesitaba escuchar el aliento y la esperanza de una persona más. De él....

"¿Quieres hablar de lo que ocurrió Raven?."

¿Lo que ocurrió?...Quería olvidarlo.

Una necia lagrima se le escapó y ella ya no estaba segura sí era de tristeza, frustración o rabia.

"Tu peor enemigo eres tu misma hija, siempre lo serás"

La palabras de su padre antes de lo desterrará hace algunos años resonaron en su mente una y otra vez. Pensó que con Trigon fuera de su vida ella finalmente sería una persona normal, pero obviamente la aberración creación de una humana y un demonio nunca lo seria. Los hechos transcurridos esta noche se lo hicieron recordar de la peor manera.

Nunca fue fanáticas de las fiestas escolares pero el Baile de Graduación de la preparatoria de Smallville le daba esa excusa que necesitaba para comportarse como los adolescentes de su edad. Era su ultimo año después de todo, la adolescencia no se vivía dos veces y este parecía ser el evento perfecto para explotar la experiencia. En compañía de Jon, Conner y Damian, nada malo pasaría, o eso creyó.

Siendo el hijo del mejor amigo de Clark Kent, era inevitable que Damian y Raven se conocieran, lo que nadie espero es que su amistad con el hijo de Batman floreciera en un romance adolescente....a un muy reciente romance adolescente. La noche de la graduación marcaría su primera cita oficial con el chico de Gotham.

Así fue como el día de la graduación llegó con la promesa de una noche mágica para los jóvenes de Smallville. Raven se vistió con ese vestido azul que Lois le regaló para la ocasión y salió de la granja Kent en compañía de Damian Wayne, Conner, Jon y Clark, (quien extrañamente se ofreció como chaperón de la noche).

Raven se dispuso a disfrutar de la cotidiana celebración adolescentes, recibiendo justamente lo que ella había estado esperando que sería.

Una noche inolvidable que quedo marcada como una cicatriz en su memoria.

En su mente aún cargaba la imagen de Damian luciendo extremadamente guapo a su lado con el smoking que llevaba puesto, negarle la ultima pieza de baile de la noche hubiera sido una tontería. Bailaron juntos debajo de las luces artificiales, meciéndose con la tranquilidad de un lento vals. Los latidos de sus jóvenes corazones cosquillearon a la par en que sus sentimientos flotaban alrededor de ambos. Fácilmente se dejaron atrapar por la atmósfera, y bajo la esfera de espejos los jóvenes enamorados compartieron su primer beso.

Se suponía que el primer beso era una experiencia mágica y maravillosa, pues para Raven fue un puñal que le atravesó el corazón. Y nada tenía que ver con la habilidad del chico en hacerla querer derretirse en sus brazos con el calor de sus besos. No, aquello fue perfecto, sin embargo la consecuencia del acto fue el determinante de su final.

Al parecer sus poderes no estaban preparados para soportar lo que sinceros sentimientos ocasionaban a sus emociones, por que, en lo que fueron cuestiones de segundos magia emergería de ella para causar un desastre. La falta de control de sus emociones y poderes fueron los culpables de que una noche mágica para los estudiantes de Smallville se volviera una pesadilla.

Los lazos de su magia golpearon todo a su alrededor sin piedad, objetos, personas e incluso al chico con el cual danzaba. Clark estuvo ahí para ayudarla a entrar en razón de nuevo, la saco del gimnasio escolar deprisa y discretamente antes de que alguien pudiera sospechar o hacer preguntas de lo que había ocurrido.

Raven incapaz de mirar hacia atrás conforme Clark se apresuraba a llevarla de regreso a la camioneta, ni siquiera escuchó los gritos de su nombre a labios de Damian por pararla. Estaba perpleja por lo que acaba de ocurrir...lo que ella acababa de ocasionar.

Los deseos de una vida normal terminaron, esta noche era el ejemplo perfecto de como las cosas cotidianas de la vida podían detonar una bomba de tiempo dentro de ella.

Tuvo suerte que lo único que llegó a dañar fueron objetos materiales y que nadie de los presentes resultó gravemente herido más allá de pequeños golpes o un gran susto. Pero como acababa de decir, eso fue cuestión de suerte.

"Mis emociones se desbordaron, no pude controlarlas." Ella habló en el silencio con un temblor.

"Te dije que ponerte de novia con un Wayne sería toda una montaña rusa de emociones."

Raven sabía que Clark decía aquello con la intención de aligerar el humor, pero en estos momentos nada la sacaría de su hoyo oscuro de miseria.

"Clark...casi destruyo la escuela, pude dañar a gente. A Conner, a Jon, a Damian o a ti."

"Estas exagerando."

"No lo estoy. He sido una carga para ti por tantos años...y ahora incluso sin Trigon también lo soy. Tengo edad suficiente para vivir por mi cuenta, me iré..." Ella se llevó las palmas de las manos a sus ojos para retener las pocas lagrimas que aún le quedaban.

"Sí te vas solo provocarás que toda la familia te busque por mar y tierra para traerte de regreso." Clark usó sus fuertes manos para que Raven bajara las suyas de su rostro y así pudiera ver esos ojos azules sobre ella llenos comprensión, amabilidad y ese cariño que siempre le ha demostrado desde que el día la acogió en su hogar. "Y ambos sabemos que Damian Wayne destruiría el mundo entero para encontrarte, así que mejor pensemos mejor las cosas, ¿Si?."

Raven negó con la cabeza pidiendo que se detuviera. Damian ni siquiera debería acercarse, ella solo era problemas.

"Ya no pertenezco aqui."

Clark la observó por un tiempo, su pequeña sonrisa se había esfumado para ser sustituida por un suspiro que desahogo ese tinte de tristeza que guardaba dentro. Las palabras de Raven le dolieron.

Clark Kent era de esas personas que le era tan fácil leer, y eso era por que él siempre dejaba sus puertas mentales abajo para ella. Un acto que brindaba confianza entre padre e hija adoptiva.

"Raven, a los 11 años yo quería unirme equipo de fútbol más que la vida misma pero Pa' y ma' no lo permitían, para ellos aún era joven para controlar mis poderes. Fue un sueño de toda mi juventud, y por eso cuando cumplí los rebeldes años de 17 tomé la audición para entrar al equipo a espalda de ellos. Era mi ultimo año de preparatoria y era ya lo suficientemente grande como para saber como funcionaban mis poderes..."

"¿No te aceptaron?." Ella lo interrumpió.

"Entre. Me convertí en el jugador estrella con la primera patada que le di al balón." Clark dijo casi presumido. "Con la ayuda del entrenador pude mantenerle el secreto a pa' y ma'. Me sentía en la cima del mundo, completamente en control de mi mismo...hasta mi segundo juego donde cause que las gradas llenas de espectadores se cayeran cuando el balón que lance cayó por accidente ahí. Hubo mucha gente herida por mi culpa, deje el equipo de inmediato y vivi con la culpa de lo que cause por meses."

"¿Se supone que esto debe ser una platica de aliento?."

"Lo que quiero decir es que...eres joven Raven, a esta edad nadie tiene resuelta la vida ni tampoco esta preparada para afrontarla. Controlar nuestros dones es un aprendizaje de día a día, nunca los tendremos del todo controlados, solo hay que ser cautelosos. Eso que ocurrió en el gimnasio de la escuela fue un accidente, y nada más."

Entendía la razón por la cual Clark le compartía su historia personal, pero nada borraba el hecho de que ella casi voló una escuela por compartir un beso con el chico que vivía gratis en sus pensamientos.

"Debí evitarlo. Estoy hecha un desastre."

"Tu eres una de las personas más fuerte que Lois y yo hemos conocido, pero no eres omnipotentes, ni perfecta. Tampoco eres una mala persona, ni un descontrol. Lo que te pasa ahora con tus poderes me pasó a mi también. Mmmm....quizás uno que otro día aun me ocurra, y eso que yo ya soy un anciano."

El ultimo comentario del hombre le hizo sonreír ligeramente, incluso en los peores de sus momentos Clark podía poner una sonrisa en su rostro.

"Estarás bien Raven, toda la familia te apoyara." Clark cortó su voz para poner una mano sobre los hombros de la mitad demonio. "Te ayudaré y si no puedo encontraremos a alguien. Ya pase por donde estas tu parada y sobreviví. Tu también lo harás."

"¿No te asusta que pueda provocar algo peor?."

"Claro que no. Raven, lo que hiciste en ese gimnasio no se compara a esa vez cuando tenias seis y por accidente quemaste las huertas de maíz de todo el condado...Es claro que has mejorado. Y, sí quieres enredar lo que ocurrió, ambos podemos ser voluntarios para reparar el gimnasio Estoy seguro de que cierto Wayne estaría dispuesto en financiar algunos arreglos para ayudarte."

"Gracias." Ella primero agradeció su ofrecimiento de ayuda. Paso un trago duro de salvia por la garganta antes de continuar ."Dudo mucho que Damian quiera saber de mi después de que lo avente por el aire por darme un beso."

"Fue un accidente y Damian es como su padre, saben aguantar los golpes, Pequeña".

"Nuestro primer beso casi lo manda al hospital, Damian no querrá saber de mi."

"No estes tan segura de eso, puedo escucharlo en la entrada de la granja luchando contra Jon para saber donde estas."

"¿Él lo hace?" Raven preguntó en asombro. "Pensé que me odiaría después de lo que pasó."

¿Cómo es posible que después de todo lo que ocasiono Damian aun buscaba por ella?.

"Incluso sí no me agrada la idea de que el hijo de Bruce este asechando el corazón de mi hija, puedo admitir que él es excepcional contigo. Es persistente, de la mejor manera."

Una pequeña y corta risa se escapó de los labios de Raven y al escucharla, la sonrisa de Clark finalmente volvió a dibujarse.

"Vamos." Con su brillante sonrisa Clark le ofreció una mano. "Salvemos a Jon antes de que Damian Wayne saque su colección personal de Kryptonita."

Raven dejo salir una baja y corta risa, de nuevo entretenida por el comentario del hombre de acero. Ella tomó la mano del hombre para que le ayudara a ponerse de pie, pero antes de que él la apartara lo detuvo, dandole un jalón a su brazo para que estuviera frente a frente con ella.

"Gracias Clark. Eres el padre que siempre desee tener."

Avergonzada de su propia confesión Raven decidió ocultar su vergüenza al sorprenderlo con un abrazo, enredó sus brazos fuertemente en el torso del hombre y escondió sus rojas mejillas en su pecho. El alivio que sintió cuando él regreso el gesto fraternal era inigualable.

"¿Ves?" Él dijo secretamente con diversión al darle unas palmadas en la espalda en señal de que todo estaría bien. "Me diste un abrazo y tus poderes estamos bien. ¿Segura que no fue Damian el causante del accidente?, ese chico es un tornado."

Ella negó en la cabeza conforme ahogaba su risa contra su pecho.

"Te quiero Clark." Ella burdamente confesó. Simplemente por que lo sentía correcto.

Clark era su cuidador, su protector y esa figura que le brindaba el calor de una familia que siempre deseó. Sí él tenía fe ella, quería decir que quizás no todo estaba perdido.

"Yo también te quiero Raven."

Aun existía la esperanza.

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