Ya había pasado una semana completa desde que había conocido a George, salía todos los días con él, aunque a mis padres aún no les agradara, pues (como a mi) se les hacia muy extraño que un desconocido se acercara de la nada a ti, pero para mi ya no era un desconocido. Gracias a él lograba olvidarme de Peter, aunque claro, no podía hacer nada para evitar que saliera de mis sueños y olvidara sus besos.

Me había contado que estaba estudiando para ser abogado, que le faltaba un año para terminar su carrera, yo había estado investigando que podía estudiar en la universidad, pues casi cumplía 18 años y necesitaba encontrar un trabajo que me gustara, así pues encontré una universidad muy buena donde enseñaban lo que quería estudiar.

-Hola G -Salude a George en el parque, no se desde hacía cuanto le llamaba G.

-Hola Ángel ¿Por qué querías verme? Bueno... Se que es imposible dejar de verme tan sólo un día -Movió su cabello presumiendose a si mismo. 

Puse los ojos en blanco -¡Uy si! ¡Moriría si no te viera por más de dos días! -Dije con sarcasmo.

-Yo lo se -Sonrió con orgullo, aunque sabía que todo lo que había dicho era mentira.

-Como sea, te quería decir que me voy a ir a Nueva York este fin de semana.

-¿Por qué? -Se detuvo y yo hice lo mismo.

-Voy a hacer un examen en la universidad... -Hice una sonrisa triste. En realidad no había estudiado mucho por que en todas las vacaciones había estado en la casa de Alice y después con George.

-¿Qué vas a estudiar?

-Paleontología -Dije con orgullo.

-¿Es esa que estudia las estrellas y planetas? -Hizo la cabeza hacia un lado.

Puse los ojos en blanco mientras reía -Esa es la astronomía... 

-¿Entonces que es la pateolongia?

Volví a poner los ojos en blanco -Paleontología...

-Es igual... -Sonrió y yo me reí. 

-Para que tu pequeño cerebro entienda, es la ciencia que estudia... Los fósiles de dinosaurios...

-Oh... -Fingió sorprenderse y asintió -No entiendo...

Nos reímos los dos.

Después de pasear un poco y jugar como niños de 9 años en los juegos, durante todo ese rato sentí que nos observaban, aunque no me sentía en peligro. George me dejó en mi casa y se fue. Fui a mi habitación y empecé a empacar mis cosas, era viernes, me iba el sábado en la mañana y aún no empacaba. Cuando termine me puse la pijama y me metí en la cama.

***

Mi alarma sonaba, sin abrir los ojos lo tomé y lo apagué. Me levanté y fui directo al baño, me di una ducha caliente. Salí y me puse una blusa azul y una chamarra de cuero, una falda blanca con negro y unos zapatos negros. Mis padres estaban despiertos, diciéndome que no olvidara nada, me dieron dinero y me desearon que me cuidara.

Fuimos al aeropuerto, cuando llegó la zona en la que teníamos que separarnos me abrazaron con fuerza y me dieron besos, hasta que me dio pena.

-Te amamos hija -Mi madre casi lloraba.

-Yo también los amo, adiós -Me despedí con la mano.

Esperé media hora hasta que mencionaron mi número de vuelo. Mis padres no habían ido conmigo porque los boletos de avión estaban muy caros, y nosotros no teníamos tanto dinero. George tenía más que yo pero menos que Ezra, seguramente, pues nunca había ido a su casa.

Sacudí la cabeza para dejar de pensar en él, pero en ese acto logré ver los ojos verdes más inconfundibles de todo el universo. Volteé la cabeza rápidamente en dirección hacia dónde lo había visto pero ya no estaba, o quizás nunca estuvo ¿Me estaba volviendo loca? ¿Lo extrañaba? ¡Obvio no! O quizás si...

Subí al avión y saqué uno de los libros que Peter me había regalado. ¿Por qué me lo había regalado si sólo me utilizó? "¡Ya Kate! ¡Deja de pensar en él, es un idiota" aunque no me creí la última palabra.

Cuando llegué sentí el drástico cambio de clima, hacia más frío ahí que en Minnesota. Recogí mi equipaje y pedí un taxi que me llevaría al hotel. Admiré con la boca abierta todo el recorrido, había pantallas enormes en todas las calles, y rascacielos enormes, definitivamente me encantaría estudiar ahí. Llegué al Hotel Edison, no sabía como era pues mis padres se habían encargado de eso, pero desde afuera se veía gigante y lujoso. Entré, y como era de esperarse, todo parecía muy caro, me regirstré y subí a la habitación 229. Quedé con a boca abierta, sabía que mis padres habían ahorrado toda mi vida para la universidad, pero no sabía cuanto. El examen era el domingo en la mañana. Así pues, toda la tarde del sábado me la pasé estudiando.

***

Llegó el día. Me puse una blusa de rayas, un suéter negro que decía "Don't panic!", unos jeans y unos botines negros. Tomé mi celular, dinero, llaves de la habitación y lo metí todo en una bolsa beige.

Salí del hotel, tomé un taxi y fui a la Universidad de Paleontología de Nueva York. Era enorme, la amé desde el momento en que la vi. Me tocó un maestro muy sexy, parecía tener 25 años, cabello café, buena figura y muchos lunares en la cara.

-Bueno gente, ya saben, no copien, si lo hacen les quito el examen y salen de aquí. -Dijo el profesor sexy.

Repartió el examen, cuando me lo entregó lo hizo con una sonrisa que yo le devolví "Ese profesor es una buena escusa para quedarme aquí" Pensé y me reí en la mente.

-Tienes 3 horas para responder el examen -Se sentó en el escritorio para observar a los jóvenes.

Saqué mi lápiz y borrador y empecé a responderlo.

-Falta media hora -Informó el profesor sexy. Me puse de pie (después de revisar unas 20 veces mi examen) y fui a entregárselo -¿Listo? -Me preguntó.

Asentí y se lo acerqué, lo tomó -Gracias -Le dije y el me sonrió.

-A ti, por considerar nuestra universidad.

Salí de aquel lugar con mi corazón a punto de salir de mi pecho, estaba nerviosa, no sabía si me quedaría en aquel lugar, pues muchos jóvenes también querían entrar.