Encerradas
Abrí los ojos, pero solo un poco, ya que me sentía demasiado cansada como para abrirlos por completo. William me llevaba en brazos y me introducía a una casa con muy poca luz, volví a quedarme dormida.
Desperté y me senté en el lugar blando en el que me ubicaba, seguramente era una cama, observé mi alrededor.
Lo primero que vi fueron rejas metálicas (como las de una carcel) alrededor de la cama, después vi a unas mujeres, también en camas con rejas, en otros lados de la habitación, una habitación muy oscura, solo iluminada por una ventana pequeña arriba de la reja en la que me ubicaba (también tenía un techo de reja que no llegaba hasta el verdadero techo, era como si fuera un animal) aunque claro, de noche no iluminaba nada aquel cuarto. Había tres mujeres rubias, dos castañas y una pelinegra, cada una encerrada en las otras tres rejas (como si las tuviera diferenciadas por color de cabello).
-La novata despertó -Dijo una de las rubias, parecía drogada, y no debía de tener mas de 23 años, llevaba una blusa y un short bastante corto. La pelinegra rió (ella se ubicaba al lado contrario del mío, era la más alejada de mi, ella estaba solo en ropa interior), las rubias eran las más cercanas a mi, y las castañas quedaban a mis pies.
-¿Q-Qué está pasando aquí? -Pregunté.
-¿Qué? -Dijo una de las castañas -¿No llegaste aquí porque lo seguiste como una perra?
-¡No! ¿Ustedes llegaron así?
-La mayoría... -Respondió la misma castaña -Menos Damna.... -Volteó a ver a su compañera de celda, quien me miró con tristeza -...Y julie -Señaló a otra rubia que se ubicaba a lado de la que había hablado primero.
-¿Cómo te llamas? -Me preguntó la otra castaña.
-K-Kate...
-Un placer, soy Damna, ella es Abigail -Señaló a la castaña que se ubicaba a su lado, después señaló a la pelinegra -Ella es Megan, y la prostituta que te habló al principio es Jennifer.
-¡Yo no soy una prostituta! -Gritó molesta Jennifer.
-Aja, y por eso dejas que William te muerda las veces que quiera... -Volteó a verme de nuevo -Julie, la rubia que está a su lado, y Dafne, la chica rubia que se encuentra dormida.
-E-Eh... H-Hola...
-¿Y como es que llegaste aquí? Bueno... Se que William te trajo inconsciente, pero... ¿Cómo lo conociste o que?
-Eh... Bueno... Yo... Fui a un club de vampiros... Ahí fue la primera vez que me vio... Desde entonces a tratado de morderme...
-¿Tratado? -Preguntó Abigail.
-Si... Otro vampiro... Un amigo... Me salvó en un par de ocasiones...
-¿Y-Y tu? -Le pregunté a Damna, ya que tenía curiosidad de como había llegado.
-Yo...-Bajó la cabeza- Iba caminando en la noche por una calle muy oscura... Si, lo se, mala idea... De repente William se acercó y me mordió... Al día siguiente amanecí aquí...
Volteé a ver a Julie.
-Bueno... Yo... Estaba felizmente con mi novio en el carro... Cuando William abrió la puerta... Atravesó el corazón de Javier con la mano -Una lagrima resbaló por su mejilla -Me mordió... Y desperté aquí...
-Lo siento -Dije sintiendo que mis ojos se humedecían -El también asesinó a mi novio...
-Bla Bla -Interrumpió la pelinegra -Como ya sabes, soy Megan... Y nos conocimos en un club de vampiros hace como un mes, me trajo aquí...
-¿Llevas un mes aquí? -Pregunté sorprendida.
-Si... Mas o menos... En realidad ninguna de nosotras sabemos con exactitud cuanto llevamos aquí...
-Solo lo sabemos por la luz del día que se asoma por la ventana que tienes arriba de ti... - Habló esta vez Abigail, por ejemplo... Yo llevo mas o menos 18 días aquí... Que serían casi tres semanas...
-¿Y por que nos tiene aquí? -Les pregunté.
-Bebe nuestra sangre ¿no es obvio? -Respondió Jennifer.
-¿De todas? -Me sorprendí muchísimo.
-No, a algunas solo nos tiene como adornos -Dijo Megan con sarcasmo.
-¿Cada cuanto bebe de ustedes?
-Depende -Dijo Julie -A veces quiere beber de una rubia, otro día de una castaña... Casi siempre viene a diario... Aunque nunca había tenido una pelirroja...
Me di cuenta de que todas las chicas estaban muy flacas, incluso se les marcaban los huesos de los hombros, me sorprendí, no quería pasar por lo que ellas.
-Tenemos que salir de aquí - Dije y empecé a jalar las barras de metal que estaban frente a mi, claro, sin ningún éxito.
-¿Crees que no lo hemos intentado? -Dijeron Damna y Julie al unísono.
Las ignore y empecé a patear las barras, pero al estar descalza mis pies me empezaron a doler.
Estaba descalza... Dirigí la mirada a mi cuerpo, no tenía mi blusa, estaba en brassier, y tenía un short muy corto, quedé horrorizada al verme así.
Me puse de pie sobre la cama, aunque no pude al 100% ya que la reja estaba más baja que yo, saqué mi mano por uno de los espacios para tratar de alcanzar la ventana, pero mis brazos no alcanzaban. De repente escuché un chirrido proveniente de la zona en la que se ubicaba Megan. Me giren bruscamente.
No había notado que a su lado había una puerta, pero ahora estaba habierta, alcancé a divisar una sombra.
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