Fui directo a mi cama, nisiquiera me puse la pijama.

Estaba caminando con Peter, tomando su mano, de repente me tomaba de la cintura y me besaba, sentía sus deliciosos besos en mis labios, y quería más, rodeé su cuello con mis brazos,  por alguna extraña razón sus besos dejaban de ser dulces y se convertían en unos que conozco muy bien, desesperados, abrí los ojos y vi que quien me besaba no era Peter, ahora era Máx. Me alejaba de él y alguien me tomaba por la cintura haciendo que me girara para verlo. William, el chico del bar me sonreía con malicia.

-Sólo déjame morderte -Decía mientras se acercaba poco a poco a mi y yo luchaba entre sus brazos.

Me desperté de un brinco. Estaba llena de sudor, vi la hora y eran las cuatro de la mañana, volví a acomodarme en la cama volteando hacia la ventana. Vi una sombra, no supe muy bien que era, pero alcancé a distinguir unos ojos negros viéndome directamente. Sin saber por qué mi corazón se aceleró y la sombra mostró unos blancos y perfectos dientes, era una persona. 

-¡Auxilio! -Empecé a gritar por miedo a que fuera un ladrón, o peor aún, un secuestrador.

Mis padres entraron corriendo y voltee a verlos asustada.

-¿Qué sucede? -Preguntó mi papá.

-Hay alguien ahí afuera -Dije señalando mi ventana, pero ya no había nadie.

-Voy a investigar -Dijo mi padre.

-Ten cuidado -Mi madre se sentó en la cama conmigo y me abrazó.

Minutos después regresó mi padre informando que no había nadie, y los dos supusieron que sólo había sido una pesadilla, quería creer que lo fue, pero estaba segura de que esos ojos negros eran reales.

Volví a dormir, pero tenía pesadillas de aquellos ojos, me estaban acechando, los había visto en algún lugar, pero no recordaba en dónde.

Al dia siguiente Mae me envió un mensaje preguntándome si quería regresar a su casa, obviamente acepté, pasó por mi cuando dieron las 6:30 pm. A mis padres no les gustaba que saliera tan tarde, pero me encantaba estar con aquella familia y no podían hacer nada.

Llegamos a la casa y Mae me informó que Alice y Jack no estaban, pero llegarían en cualquier momento. Se ofreció a hacerme algo de comer y acepté.

-Peter está arriba -Me dijo ella mientras yo me recargaba en la barra. -Me dijo que te encontró en un club y te dejó en casa... -Volteo a verme sonriendo y no pude evitar sonreír también al recordar nuestro beso.

-¿Es lo único que te dijo? -Queria saber de cuanto estaba enterada.

-Si ¿Pasó algo más? -Frunció el ceño.

-No -Sonreí -Voy a hablar con él...

-Claro cariño, yo estaré aquí si me necesitas.

Salí del comedor y subí las escaleras en dirección al cuarto de Peter. Asomé la cabeza y lo vi de espaldas a su escritorio, su cabello estaba mojado y estaba ¿Cepillandose?

Mi corazón se aceleró, siempre me encantó ver a los hombres con su cabello medio largo mojado.

-Hola -Dejó de cepillarse el cabello y volteo a verme. 

-Ho-Hola -Le sonreí tratando de respirar.

-¿Sucede algo? -Preguntó acercándose a mi.

Su cabello goteaba, mojando su blanca camisa y haciéndola transparente al momento que se le pegaba a la bronceada piel.

-No... Sólo... -Respira -Queria hablar -¡Demonios Kate respira! -Contigo...

Sonrió ¡Genial! ¡Una tratando de respirar y el idiota sonríe para que se me pare el corazón!

-¿Sobre qué?

No pude responderle, mi cuerpo no reaccionaba a nada de lo que le pedía.

-¡Oh! Lo siento... Pasa... Pasa... -Me dijo.

Me senté en la cama y él se recargó en la pared cruzando sus brazos.

-¿De qué quieres hablar? -Preguntó.

-Queria... Quería agradecerte por ayudarme ayer.

Sonrió ¡Demonios! ¡Se veía tan hermoso sonriendo!

-No tienes por qué, tu habrías hecho lo mismo ¿no? 

Bueno.. Si... Hubiera fingido con gusto que era su novia, pero no estaba segura de haberlo besado, pues creería que soy una aventada, pero yo no pensaba eso de él, en absoluto.

Nos quedamos unos minutos en silencio, unos minutos muy incómodos.

-Entonces... -Empecé a decir, no podía dejar de escuchar su melodiosa voz -¿Te cepillas el cabello?

Soltó una carcajada que me hizo erizar la piel.

-¿Es enserio? ¿Esa es la pregunta que utilizas para sacarme platica? -Preguntó levantando la ceja.

-¿Se te ocurre una mejor? -Dije en tono de broma.

Sonrió -Supongo que no... -se quedó callado unos segundo -si, mi cabello no es tan largo, pero no me gusta cuando se enreda, los nudos, ya sabes...

-Si... Te entiendo...

Nos quedamos callados unos minutos más.

-¿No vas a preguntarme algo más para sacarme platica? -Preguntó Peter con media sonrisa.

-¿Cómo que?

-No se -Alzo los hombros. -Como... ¿Por qué te besé ayer?

Me sorprendió muchísimo que el fuera quien sacó el tema, pues pensé que jamás hablaríamos de ello.

-¿Por qué me besaste ayer? -Le pregunté sonriendo.

-Porque puedo -Me dijo separándose de la pared y cercandose a mi.

-Y dime... ¿Quien demonios te dijo que puedes? -Me paré de la cama y me puse frente a él.

Sonrió, me tomó de los brazos acercándome a él y agachando la cabeza para verme.

-¿Estas diciéndome que no puedo? -Me acercó más a él y mi corazón se aceleró a mil por hora.

-Te estoy diciendo que la próxima vez me tienes que pedir permiso -No quería que pensara que no deseaba sus besos, pero tampoco quería que notara que estaba desesperada por éstos.

Chasqueó la lengua y se acercó más a mi. Cerré los ojos, pero no me besó, sentí su cabello mojado en mi cara y abrí los ojos, no sabía que estaba haciendo, pero su cara estaba frente a mi cuello.

-¡Kate cariño! ¡Ya está la comida! -Gritó Mae. 

Peter se alejó al instante de mi, su respiración era agitada.

-Creo que es mejor que te vayas... -Me dijo soltándome y yendo hacia su balcón.

Trataba de tranquilizar mi corazón, pero no podía, así pues bajé a la cocina con mi corazón queriendo salirse de mi pecho.