-Hola... -Le dije nerviosa.

-Hola -Contestó él recargando una mano en la barra.

-¿Qué hacías? -Le pregunté para sacarle tema de conversación. Mi corazón latía a mil por hora al ver sus ojos verdes en mi.

-¿Qué parecía? -No tenía ningún gesto en la cara.

-Tomabas algo... -Me vio con cara de "que observadora" -¿Qué era?

-¿Qué te importa?

Me moltesté muchísimo por lo que dijo, por su tono de voz, por todo, exploté.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué me tratas así? ¡Yo no te he hecho nada! ¡Trató de ser amable contigo pero tu no tratas de hacer lo mismo conmigo!

Peter pareció dolido, bajó la mirada y después de unos segundos volteo a verme de nuevo.

-Yo... Kate... -La manera en la que pronuncio mi nombre me dio un escalofrío.

-¿Qué? -Lo precioné al ver que no seguía -Se que tu esposa murió y lo lamento, no imagino cuanto sufriste...

-¿Quien te dijo eso? -Me interrumpió, parecía molesto.

-Y se que te enamoraste de alguien que no te respondió igual ¡pero no es mi culpa! ¡Yo no tengo nada que ver!

-Ezra... -No era una pregunta, sabía que él me lo había dicho. Bajé la mirada al darme cuenta que probablemente había metido en un problema a su hermano.

-Él sólo trató de hacerme sentir mejor... -Mis ojos se llenaron de lágrimas.

Suspiró y caminó por mi lado, pero cuando estuvo atrás de mi no escuché que siguiera caminando, así que di media vuelta. Me estaba dando la espalda, lo rodee y me puse de nuevo frente a él.

-Lo lamento, se que tu no tienes nada que ver con ellas pero...

-¿Pero qué? -Lo presioné.

Volteo a verme con sus ojos llenos de lágrimas, me partió el corazón verlo así.

-¡Tu me recuerdas tanto a ella! -Soltó de repente.

-¿A quien?

-Elise, mi esposa... Bueno... Ex-esposa...

Me acerqué un poco más a él, mi corazón latía cada vez más rápido, tenía que alejarme o mi corazón saldría de mi pecho.

-¿En qué? -Le pregunté por curiosidad.

-Primero... Estas igual de pálida.

Me reí y al escuchar mi risa él también sonrió.

-¿Y en segundo?

-Ella también era pelirroja -Tocó mi cabello. -Y tenía más o menos tu edad...

-¡Oh Peter! -Sin poder evitarlo lo abracé, el pareció sorprendido pero después me abrazó también y recargó su cabeza en la mía -Lamento que hayas pasado por eso.

Voltee a verlo y nuestras caras quedaron a centímetros de distancia. Nos acercamos un poco más.

-¡Oye Kate! -Interrumpió de repente Milo. Peter y yo nos alejamos al instante y Milo se sonrojó al darse cuenta de lo que había hecho.

Peter salió de la cocina y me partió el corazón.

-¿Qué pasa? -Le pregunté a Milo.

-¿Quieres que te cocine algo? Le voy a cocinar algo a Bobby -Sonrió y en ese momento entró Bobby.

-Eh... Bueno...

-Peter aún me da escalofríos... -Dijo de repente Bobby -Me lo encontré en las escaleras y estaba que echaba fuego por los ojos...

-No será por que los interrumpí ¿verdad? -Preguntó Milo y noté una pizca de vergüenza en su voz.

-¿Los interrumpió? -Volteo a verme Bobby mientras se sentaba en una de las sillas de la barra, yo hice lo mismo.

-No interrumpió nada -Dije poniendo los ojos en blanco.

-Pues yo no se, yo los vi muy juntitos...

Bobby empezó a golpear mi brazo con su codo en forma juguetona y volví a poner los ojos en blanco.

Mi mamá me envió un mensaje preguntándome si estaba bien y yo le dije que si.

Milo término la comida y nos sirvió a Bobby y a mi.

-¿Tu no vas a comer? -Le pregunté extrañada.

-No tengo hambre... -Y se quedó viéndonos comer.

Sabía delicioso -¿No has pensado en dedicarte a la cocina?

Sonrió -Lo he pensado... No se...

De repente Alice entró a la sala con Jack.

-¿Qué hacen? Olvídenlo... Ya me di cuenta... -Dijo Alice.

Ellos tampoco comieron para mi era algo muy extraño, pero a Bobby no parecía importarle. Cuando Bobby y yo terminamos decidimos todos jugar con Matilda en el patio donde estaba el lago. Nos lanzábamos una pelota y ella perseguía a quien la tuviera. Cuando nos aburrimos entramos de nuevo a la casa.

Mae se ofreció a peinarme a mi y a Alice y las dos aceptamos. Me hizo unas trenzas de tal manera que me recogió todo el cabello.

Cuando me di cuenta ya eran las 2:40 am. Les pedí nerviosamente que me llevaran a mi casa y Mae aceptó encantada.