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CHAPTER EIGHT

,, ·˚ ˏˋ ˗↳CAPITULO.-O8.
a little respite after the storm

PETER ESTABA DESESPERADO, HACE UNA HORA HABÍA llegado al hospital donde Choi Minho había sido trasladado después del incidente. Los doctores pasaban y después de preguntar por quinta vez solamente le dijeron que estaba en una cirugía inmediata.

—Familiares de Choi Minho —anuncia el médico caminando hasta la sala de espera. Peter no dudo no un segundo el levantarse, prácticamente era su único familiar en la ciudad.

—Aqui, doctor.

—¿Qué es del jovencito? —pregunta notando la gran diferencia entre ambos muchachos—. Si no es ningún familiar temo decirle que no podré decirle información alguna.

—Es un chico de intercambio, está viviendo conmigo y mis padres —miente sonando muy convincente—. Por favor.

—De acuerdo —suspira—. La operación fue un total éxito y está fuera de todo peligro. Pudimos encontrar todos los pedazos de vidrio en su pierna y parte derecha del abdomen, perdió mucha sangre pero fue traído a tiempo.

—Muchas gracias doctor —suspiro soltando una pequeña sonrisa al saber del buen estado de su mejor amigo—. ¿Puedo pasar a verlo?

—Por supuesto. Tienes una hora y evita hacer que se levante o haga movimientos bruscos —pide soltando una sonrisa amable—. Nos veremos en una hora para revisar que todo esté bien.

Sin esperar un minuto más camino hasta la habitación y como era de esperarse el olor a medicamentos inundó sus fosas nasales, cuánto odiaba ese olor.

A unos metros se encontraba recostado su mejor amigo, este al verlo le sonrió débilmente y con un pequeño gesto de mano lo saludo.

—La peor situación en la que pude conocer a mi superhéroe favorito —dice soltando una sonrisa sarcástica pero arrepintiendosé al instante, el dolor de su abdomen aún no había desaparecido—. Cosas de la vida, Peter.

—No puedo creer que estés pensando en eso después de lo sucedido —habla acercando una silla hacia la camilla para posteriormente sentarse—. Lamento no haber estado cuando sucedió.

—No tienes porqué culparte, Peter —sonrie Minho—. Estábamos corriendo y todo era un caos. Te repito, no debes culparte por mi estado ni tampoco quiero hacerte sentir como una responsabilidad mi cuidado.

—Eres mi mejor amigo y voy a cuidarte hasta que salgas de aquí. Es una promesa.

—Peter Parker, no debiste decirme eso.

Y fue donde se arrepintió de sus palabras, pues la sonrisa malvada de Minho le dejaba muy en claro que sus próximos días tendría su papel como mayordomo del surcoreano.

—Solo no te pases de la raya.

—No prometo mucho.

Una semana había pasado, una semana donde se dedico a cuidar de su mejor amigo y para mejorar las cosas ambos pasaron el último día del año juntos, como una familia. Tanto Annette como Thomas habían salido afueras de la ciudad para pasar los últimos días del año junto a su familia, lo mismo sucedió con Lucas, quien muy apenado no pudo aceptar la siguiente salida debido al viaje con sus padres y por supuesto Peter lo comprendió.

—¿En qué tanto piensas? —pregunta Minho abriendo la puerta de su departamento—. Desde que salimos del hospital estás muy perdido.

Peter no contesto, solo camino hasta el gran sofá depositando las cosas del chico, dejándose caer a lado de estás.

—¿Es normal que me sienta así? —pregunta casi en un susurró, llevando sus manos hasta su saco dispuesto a quitárselo—. Siempre soy muy seguro de lo que siento y lo que me gusta.

—¿Por qué lo dices? —pregunta Minho dejando dos tazas de café frente a ellos. Al no recibir respuesta se dedico a deducir el estado de su amigo, no se conocían mucho pero  sabía lo necesario del otro y eso era suficiente—. ¿Algún problema amoroso?

—No, bueno, nose realmente —responde bebiendo de su taza—. Es muy complicado.

—Si me comentaras talvez te ayude y no sea complicado como tú lo deduces.

—¿Recuerdas al chico del evento?

—Lucas, por supuesto.

—Me siento muy extraño a su lado, es una sensación cálida y sonara muy loco pero me siento increíblemente cómodo cuando estoy con el —expresa recordando esas veces dónde la simple sonrisa del pelinegro le ponía nervioso y por uno segundos quedaba embobado—. Es la misma sensación que cuando estaba con mi ex novia.

—La chica la cual terminaron y el día en que estabas dispuesto arreglar las cosas un problemita se te atravesó —resume Minho, sonriente ante su propia conclusión—. Ese problemita tiene nombre, es Lucas.

—¡Pero no me gustan los chicos! —exclama levantándose del sillón para caminar por toda la sala—. Es lindo, claro que lo es pero jamás me había interesado un chico.

—Existen las personas bisexuales. Peter, debes aclarar tus cosas porque no solo te estás confundiendo a ti mismo sino también a Lucas —comenta—. Si tanta duda tienes sal con el y date una oportunidad de conocer más personas, abre tu corazón y no te centres en cosas imposibles. Solo no lastimes a Lucas en el intento.

—¿Me estás diciendo que salga con el? —pregunta bastante confundido.

—¡Ay Peter! Claro, sal con el y deja de jugar al hetero curioso.

Talvez su amigo tenía razón, si Lucas lo hacía sentir de esa manera porque se estaba negando a ello. La vida le estaba dando una oportunidad, nadie sabia su doble vida y eso le tenía bastante tranquilo por el momento.

Si ser feliz le obliga a olvidar el pasado lo arriesgaría, ahora tenía una buena razón para ser feliz y esa era la sonrisa encantadora de Lucas.

UN CASTAÑO MUY SONRIENTE SE ENCONTRABA EN LA recepción de su restaurante favorito, en su espera veía todo tipo de personas pasar de un lado a otro y entre toda la multitud lograba divisar pequeños niños portando alguna prenda del héroe de la ciudad, aquello le ponía bastante de buen humor y aún más cuando la mejor amiga de Lucas apareció para saludarlo.

—¡Peter, tantos días sin aparecer por aquí! —exclama la pelirroja dejando el efectivo en la caja registradora—. ¿A qué se debe tu visita?

—Algunos problemas —responde revisando el menú de postres, talvez se llevaría uno a casa—. Busco a Lucas.

—Lamento darte malas noticias pero Lucas no se encuentra en estos momentos y dudo que venga durante las siguientes semanas.

—¿Le sucedió algo malo?

—No, el está perfectamente bien —Peter suspiro en sus adentros—. Solo que regreso a clases en esta semana y sus padres son muy estrictos en cuanto a la escuela.

—¡Oh, lo entiendo! —dice no haciendo notar su decepción por no haberlo visto—. Gracias por informarme.

—Puedo darte su número si gustas —ofrece ocultando su enorme sonrisa, que equivocado estaba su amigo—. Así no tendrás que venir cada día, no me molesta, solo lo digo porque debe ser un poco agobiante ir y venir.

—Muchas gracias pero ya hemos intercambiado números —responde—. Solo que ambos preferimos decirnos las cosas personalmente, por esa razón vine.

—Llamalo, no pierdes nada con intentarlo.

Unas horas más tarde recostado sobre su cama debatiendo consigo mismo sobre llamarlo o enviar un mensaje. Demasiado tarde, inconscientemente había tocado el botón de llamar y ahora era muy tarde para arrepentirse.

Bastó solo unos segundos para que una suave voz apareciera, sin saber que decir soltó un suspiro antes de acercarse el teléfono a su rostro. 

“Hola, si esto es una broma por favor deja de hacerme perder el tiempo"

“Lucas, soy Peter"

“¡Peter, que gusto! Me gustaría saber a qué se debe tu inesperada llamada"

“Fui a buscarte al restaurante y quería decirte, es muy complicado"

“Lamentablemente mis clases ya comenzaron y no asistiré al restaurante, al menos no diariamente. Dímelo, no me gusta quedarme con la duda"

“¿Te gustaría salir nuevamente conmigo? Esto sería muy diferente, me gustaría tener una cita contigo"

Y Lucas agradeció muchísimo por estar detrás de un teléfono, sus mejillas estaban muy sonrojadas y lo sabía por lo tibias que se sintieron al tocarlas.

“¿Qué dices? Si mi propuesta es muy rápida tienes todo el derecho de rechazarla"

“No, no es rápida, me tomo por sopresa. Me gustaría tener una cita contigo Peter"

“¿Te parece el viernes a las ocho?"

“Esta perfecto, Peter. Hasta el viernes en la noche entonces"

“Nos vemos el viernes, bonito"

Y entonces cuando la llamada termino Lucas se permitió colapsar entre las almohadas de su cama. Peter le había llamado “bonito", le había gustado mucho escucharlo y ahora tardaría días en superarlo.

Le gustaba Peter Parker, aunque sonara muy pronto para lo poco de conocerse. Había tenido un flechazo a primera vista.

¡la primera cita de mis bebés!
se vienen cosas buenas y no daré spoiler pero el beso está muy cerca de lo que creen.
los amo, gracias por todo <3

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