Narra Sophie:

Me desperté algo aturdida, miré a mi alrededor descubriendo que estaba en lo que parecía una pequeña carpa hecha de piel de algún animal salvaje, fue entonces cuando recordé en dónde estaba sólo rogaba que Peter me encontrara, intenté mover mis brazos pero algo me lo impedía, una liana que los mantenía en mi espalda suspiré observando mis pies también atados ¡Malditos indios!, maldije.
Lo que vendría a ser la puerta de la tienda se abrió dejando ver a un hombre, era al parecer uno de los pieles roja llevaba el cabello largo con una pañuelo en tonos carmín y marrón, con lo que parecía un cuervo  disecado sobre su cabeza su rostro iba pintado de blanco, no traía prenda en la parte superior de su cuerpo, pero si vestía un extraño pantalón combinado con una taparrabo y unos zapatos marrones. 

-¿Quién eres?-pregunté un poco asustada, el hombre lograba intimidarme. 

-soy Toro-se presentó acercándose, se agachó un poco y me ayudó a levantarme-voy a ayudarte a salir de aquí-murmuró,fruncí el ceño girando a verlo .

-uh... ¿Gracias?-la verdad no sabía qué decir. 

-¡Vamos!, el líder quiere verte-me empujó un poco para que caminara, lo que me era imposible porque aún tenía las piernas atadas, al salir con dificultad me encontré con un gran campo lleno de más tiendas había una que era ligeramente más grande que las demás supuse que era del líder, en el centro había varias ramas apiladas, que era donde hacían las fogatas. Toro me hizo sentar en uno de los troncos que había cerca de la entrada al pequeño pueblo indígena. 

-¿Sabés por que me secuestraron?-cuestioné curiosa. 

-el líder quiere más tierras-explicó brevemente. 

-sigo sin entender por qué estoy aquí-me encogí de hombros .

-eres algo así como un seguro-miró a su alrededor donde varios pieles roja nos observaban atentamente.

-¡Están aquí!-dijo uno de ellos corriendo hacia la tienda del líder, el hombre que vi ayer salió posandose junto a nosotros, al tiempo en el que Peter y los niños perdidos aparecían por entre los árboles-¡Peter!-chillé aliviada, su mirada se clavó en la mía asegurandome que nada me pasaría sonreí feliz, él en cambio levantó la comisura de sus labios en una especie de sonrisa.
-ya estoy aquí-dijo mirando al hombre robusto junto a mí-¿Qué quieres?-en una de sus manos tenía su daga listo para atacar. 

-queremos mas tierras-dijo cruzándose de brazos, Pan lo miró con una sonrisa burlona en sus labios.

-¿De verdad piensas que te las daré?-preguntó levantando su ceja-secuestraste a mi chica-me miró rápidamente, no pude evitar sentir cosquillas en mi estómago con aquellas palabras.  

-ella es mi seguro-me miró rápidamente-te la daré sana y salva si tu me das las tierras-acordó .

-¡Ya te he dicho que no! -se molestó-¡Vamos muchachos!-gritó levantando la mano que tenía la daga, los niños de pusieron en posición de ataque entre ellos me encontré con Robbie, con el cual crucé miradas me regaló una pequeña sonrisa que correspondí-juguemos-dijo con una sonrisa malvada en su rostro, el grupo de Pan atacó a los pieles roja.

-¿Qué está pasando aquí?-una chica salió de la tienda más grande, tenía el cabello negro peinado en dos trenzas, junto con una vincha que portaba una pluma, el vestido que traía sin duda era el de todo una princesa indígena tenía las mangas caídas dejando los hombros al descubierto era color beige, probablemente hecho con la piel de un león y terminaba en forma de V.-¿Peter?-preguntó al ver al rubio el cual se le quedó viendo.  

-Tigrilla-murmuró .

-¿Por qué estás aquí?-cuestionó poniendo ambos brazos en jarra a cada lado de su cuerpo .

-vine a negociar con tu padre-murmuró .

-veo que no llegaron a un acuerdo-miró a su alrededor con una mueca de molestia. 

-¡No, estas en lo correcto! -sonrió orgulloso, sus ojos se posaron en mí por primera vez desde que la princesa apareció, esquivó a la castaña dejándola con la palabra en la boca y se acercó a mí se agachó sacando las lianas que aprisionaban mis piernas, las moví un poco cuando estuve libre ya que las tenía un  entumecidas al igual que mis brazos.-¿Estás bien?-preguntó tomando una de mis manos, observe cómo encajaban perfectamente pero ahora había algo que me molestaba por lo que me solté alejándome de él. Félix se acercó a mí tras acabar con un piel roja y me extendió una espada que tomé levantandola para comenzar a pelear con uno de los indígenas.-¿Estás molesta?-sentí que alguien preguntó a mis espaldas, cuando giré mi cabeza solo un poco logré sentir la espalda del rubio contra la mía mientras peleaba con otro hombre, miré a mi contrincante chocando espadas. 

-¡No es momento de hablar, Pan!-gruñí .

-Lo estás-afirmó al tiempo que ambos derrotabamos a los pieles roja y nos volteabamos a ver, bufé yendo con Robbie.

-hola Robbie-saludé para luego ayudarlo con el hombre con el que peleaba. 

-¿Cómo estás?-giró a verme unos minutos .

-bien, ¿Y tú?-corté la mejilla del indígena en un movimiento rápido. 

-bien... he visto que tú y mi hermano peleaban-murmuró-¿Cómo estás con ello?

-¿Quieres la verdad?-el asintió al tiempo que lograba derrotar a su contrincante-Pan se quedo como bobo mirando a Tigrilla y yo como tonta pensando que él sentía algo por mí-miré el piso. 

-¿Esos son celos?-levantó una ceja burlón, golpeé su hombro .

-puede-murmuré avergonzada. 

-créeme si hay algo que sé, es que traes como loco a mi hermano-admitió. 

-¿Tú crees?-mordí mi labio inferior .

-¡Completamente!-aseguró, su vista fue a parar hasta Toro-¿Pero que...? 

-¿Qué pasa?-miré en la misma dirección que el rubio .

-yo lo conozco-con paso firme caminó hasta el hombre con el cuervo en la cabeza-¿Capitán Jack Sparrow?-preguntó al indígena, este se tensó. 

-¡Oh , pero si eres el más pequeño de la tripulación del Venganza de la Reina Anne!-rió .

-si soy yo, ¿Qué hace usted aquí?-frunció el ceño .

-estoy de incógnito niño-sonrió .

-¿De incógnito o prófugo?-levantó una ceja. 

-¿Importa?-tomó el cuervo que reposaba sobre su pañuelo y de un movimiento quitó la cabeza para luego darle un trago, arrugué mi nariz en señal de desagrado. 

-yo que tú me iría, Pan odia a los piratas-avisé sabiendo quién era él. 

-Sophia, Robbie, ¡Vamos!-nos llamó el líder de los niños perdidos. 

Me adelante quedando a un lado de Félix .

-¿Qué haces?-preguntó Peter por sobre mi cabeza, el ojiverde se encontraba volando. 

-ah... ¿Caminar?-pregunté obvia, el rubio rodó los ojos y bajo dándome la espalda .

-sube-indicó. 

-Pan, no pienso... -fui interrumpida al ver su perfil derecho cuando apenas giró la cabeza para verme enfadado, salte sujetándome de su cuello él tomó mis piernas y se elevó. Podía sentir el viento golpeando con delicadeza mi rostro y ver a algunos pequeños animales que corrían a esconderse al escucharnos. 

-¿Disfrutas la vista?-preguntó Pan, pude sentir una pizca de diversión en la voz. 

-no te voy a mentir-sonreí-¡Me encanta la vista que tengo desde aquí! 

Pan voló más rápido, a tal punto en que ya no pude ver a los niños perdidos-¿Peter a donde vamos?-pregunte curiosa.

-ya lo veras-murmuró. 

Un rato después descendimos sobre una de las ramas de un gran árbol me solté del rubio,sentándome con las piernas suspendidas en el aire mirando el horizonte. 

-¿Por qué estamos aquí?-cuestioné cuando sentí que el ojiverde se sentó junto a mi. 

-te traje aquí por que este es un lugar muy importante para mi o al menos lo era antes de que llegaras-tocó la corteza de aquel pino.-aquí abandone a Rumpel-admitió-es mi árbol de reflexión.

-¿Este es aquel árbol del polvillo?-pregunté recordando la historia que él me había contado. 

-sí...-murmuró mirando sus pies-quiero saber por qué estas molesta-se giró a verme. 

-uh... yo no estoy molesta-mordí mi labio inferior-estoy celosa-dije avergonzada, logré ver una sonrisa divertida en su rostro .

-¿De Tigrilla?-levantó una ceja .

-¡No, de Félix!-dije con sarcasmo, rodeé mis ojos con fastidio-¿Tú que crees? 

-lo lamento fui un idiota no debí ni siquiera de dirigirle la palabra-tomó mi mano apretando suavemente-tu sabes que solo te quiero a ti-nuestros ojos se conectaron, pude ver que ya no había oscuridad en sus orbes verdes ahora había luz, amor y esperanza. 

-Peter, ¿Tú me quieres?-pregunté sorprendida .

-por supuesto que sí-afirmó-¿Y tú? 

-¡Yo también te quiero Peter!-apoyé mi mano en su mejilla y guíe su rostro hasta el mío para luego besarlo. 

-¡Tengo una idea!-dijo Peter al separarnos, se paró en el tronco y me extendió su mano para que la tomara, algo dubitativa la sujeté y me impulsé hacia arriba levantandome, el rubio sonrió y me sujetó de la cintura para luego elevarse en el aire .

-¿A donde vamos?-cuestioné perdiéndome en su mirada esmeralda. 

-ya lo verás-sonrió. 

Volamos por entre los árboles hasta llegar a la cascada a la que fuimos ayer.
Cuando descendimos, Peter aún tenía mi mano sujeta, por lo que me llevó hasta el agua .

-¿Me dirás por qué me trajiste aquí de nuevo?-giré a verlo. 

-para esto-en menos de lo que pensé, Peter nos había tirado al lago, saqué la cabeza para luego tomar aire corrí el cabello que me estorbaba observé a mi alrededor, estaba sola.  

-¿Peter?-llamé al rubio-¡Peter no es gracioso!-dije asustada al no recibir respuesta.  

-¡Boo!-grité de la sorpresa, volteé y me encontré al ojiverde sujetándome de la cintura con una sonrisa divertida.