Cap 3 "Culpa"
Narra Alice:
Seguía en la estupida jaula, mi cabeza no dejaba que durmiera pues eso que dijo "Pan" me dejo intranquila, aunque yo conocía a mis padres sabia que ellos no dañarian a nadie ¿o si?
-Alice-escuché que alguien me llamó, miré por debajo encontrando a Félix.
-¡Félix!-exclamé feliz-¿puedes sacarme de aquí?
-yo...-miró hacia ambos lados-no puedo, aunque quiera podrían matarme.
-lo entiendo-dije un tanto decepcionada.
-pero no te pongas triste intetaré convencer a Pan de que te saqué de ahí.-le sonrió para que se tranquilizara.
-¿Te puedo hacer una pregunta?-me acomodé de otra forma mas cómoda.
-dime-se apoyó en el mazo que llevaba.
-¿conoces a mis padres?-el rubio
asintió-mi padre... am él... ¿él era malo?
-bueno... quizás solo un poco-me sentí desilusionada.-pero eso era porque el no sabia lo que era querer o amar. ¿Sabes?, cuando conoció a tu madre, el se volvió mejor persona, es más se ha vuelto loco cuando se enteró de que estabas aqui, vendrá por ti, te rescatará... eso lo hacen los heroes, ¿no?
-es cierto-sonreí un poco mas animada-la personas pueden cambiar, ¿Cierto?
-¡claro que si!
Unos arbustos que estaban cerca de felix se movieron alertando a los dos, por lo que guardaron silencio. El rubio levantó su arma en modo de defensa, pero entonces salió un niño, de tez oscura aunque no mucho, ojos castaños, aunque de lejos a la luz de las antorchas parecían claros y pelo ruloso negro muy corto.
-Ryan, ¡me has dado un buen susto!-exclamó el rubio.
-idiota-rodó sus ojos divertido-Pan te llama, yo te cubro.
-bien, pero cuidala con tu vida-el chico frunció el ceño con confusión.
-pero es una prisionera-replicó.
-no es cualquier persona, mejor que venga Edward, luego te lo explicó ¿si?-Ryan corrió de nuevo al campamento, minutos después en su lugar regresó un chico alto como Felix, cabello castaño claro con rizos y ojos verdes, se veía que era agradable.
-me voy, cuidala Ed... ya sabes quien es-el ojiverde asintió poniéndose en el lugar del rubio.
-Hola, soy Ed-sonrió dejando a la vista un hoyuelo en cada mejilla.
-Alice-me presenté de forma timida.
-eres idéntica a tu madre-murmuró.
-que raro-mordí mi labio-dicen que soy mas parecida a mi padre-levanté mi ceja.
-bueno si haces ese gesto, ¡por supuesto!-rió.
-sigo sin entender que hago aquí-golpeé una de las paredes de la jaula con frustración.
-me gustaría decirtelo, pero yo tampoco lo sé-dijo avergonzado.
Al día siguiente "Pan" decidió soltarme con la condición de que no me alejara del campamento y que hiciera lo que el me ordenara, por lo que acepté, ya odiaba esa jaula así que cualquier cosa era mejor que estar ahí dentro.
Narra Sophie:
-¿tienes alguna idea de como ir a Neverland?-le pregunté a Peter mientras cocinaba algo para comer, la verdad era para Andrew, ni Peter ni yo queriamos cenar.
-con un portal... no creo que pueda volar-soltó un suspiró frustrado, dejé el cuchillo sobre la tabla de picar, y me giré para poder ver a mi esposo, me daba la espalda sin que lo notara me acerque y lo abracé desde atrás.
-se que esto te pone mal,te entiendo-me estiré un poco y besé su cuello, logrando que se relajara.-no me gusta verte así-se giró por completo dejandome verlo de frente, sonreí y lo tomé por el rostro acariciando sus mejillas.
-Sophie ,me preocupa Ali-admitió-Neverland puede ser bonito pero tambien un horror.
-a mi también me preocupa, pero se que Félix la va a cuidar, él nos es fiel, no va a dejar que nada le pase-aseguré.
-tienes razón, pero no me fió de lo que está pasando en mi antiguo hogar-sus ojos verdes brillaron con preocupación y tristeza.
-Peter...
-¿qué?
-¡besame!-ordené, el chico frente a mi sonrió levantando una ceja.
-que traviesa-rió para luego besarme con dulzura.
-lo necesitaba-me excusé separándome para terminar la comida.
Subí y toqué la puerta de Andy, mientras hacia equilibrio con mi otra mano, en la que llevaba el plato con la cena.
-pasa-escuché la voz desanimada de mi hijo, abrí y lo encontré en su cama. Me acerqué y dejé lo que llevaba en mis manos sobre la mesa de luz y procedí a tomar asiento en la cama.
-¿que pasa pequeño?-acaricié su cabello.
-me siento mal por... ¡Dios! fui un hermano pésimo-negó con su cabeza mientras tapaba su cara con las manos.
-no, por supuesto que no-lo abracé de costado acercándolo a mi-solo tuviste un poco de celos, es normal.
-¿eso crees?-levantó la vista para mirarme-porque yo no lo siento así. La traté horrible, antes de que desapareciera.
-te sientes culpable, ¿es eso?-comprendí.
-si-murmuró-si yo no la hubiera tratado como un idiota, ella estaría con nosotros.
-no fue tu culpa, Andy, quitatelo de la cabeza-giramos encontrando a Peter recargado en el marco de la puerta.-en todo caso, fui yo quién no mató a la sombra cuando debería, entonces es mi culpa.
-¡basta!-gruñí-ninguno de los dos tiene la culpa.
-la extraño-ambos miramos a nuestro hijo, tenía lágrimas en los ojos, y algunas en las mejillas-debí tratarla mejor, si le llegará a pasar algo-se aferró a mi, lo abracé a mi consolandolo, no pude evitar sentir lo mismo que él, contagiandome el llanto.
-amor, no le va a pasar nada, Félix la está cuidando-intenté hablar sin tartamudear por el llanto.
-pero el no podrá detener a la persona que está detrás de esto.
-¡tienes razón!-dijo Peter pasando una mano por su cabello, frustrado.
Narra Alice:
-¿estás bien?-un chico, mucho mas grande que yo, se sentó a mi lado.A decir verdad era muy atractivo, tenía el cabello rubio, pecas en sus mejillas y un lunar sobre el labio.
-eso creo... ¿cómo te llamas?-pregunté curiosa.
-Zack-sonrió.
-¡hey Zack!, Félix te busca-dijo un chico... ¡wow!, era idéntico al rubio a mi lado, sólo que tenía el cabello castaño y mas lunares faciales.
-¡son iguales!-no pude evitar exclamar, ambos se rieron, provocando me sonrojara por la vergüenza.
-somos gemelos-respondió el castaño-soy Cody, por cierto.
-Alice-me presenté.
Zack se fue y yo me quedé con Cody, era muy simpático, me hacia reír olvidandome por un momento que estaba en una isla lejos de mis padres y hermano.
-¿sabes?, extraño a mi hermano-dije un poco desanimada mientras dibuja en la tierra con una rama.-el solía contarme historias casi siempre eran mitos, mis favoritos de hecho.
-tu hermano es Andrew, ¿cierto?
-si, ¿lo conoces?-levanté una de mis cejas.
-si, era un niño muy simpático cuando lo conocí.-explicó-era muy bueno.
-y lo sigue siendo-sonreí triste-fui una hermana odiosa, no debí molestarlo.-unas lágrimas rodaron por mi mejilla.
-tranquila pequeña, pronto lo volverás a ver.-intentó consolarme dandome un abrazo.
Esa noche me costó mucho dormir, por cierto Pan, dejó que durmiera en una de las cabañas contigua a la suya para mantenerme vigilada.
Me encontraba en la habitación de mi hermano, en su cama junto a él. Me tenía abrazada y yo estaba correspondiendole mientras apoyaba mi cabeza en su pecho y lo oía contarme "Ulises y Penélope", era mi mito favorito.
-Sí: la mortaja del viejo Laertes podía esperar. Ulises, Penélope y él vivirían aún mucho, mucho tiempo más.-terminó Andy, con la vista en el techo.
-ella nunca perdió la fe y lo espero años haciendo y deshaciendo su labor. Ulises y Penélope son...-mi hermano me interrumpió.
-como nuestros padres.-suspiró.
-si-sonreí.-¿Andy?
-¿mh?
-te quiero-murmuré.
-yo también te quiero Ali-acarició mi cabello.
-prométeme que por mas que nos peleemos, no me vas a dejar.
-jamás, me oíste, jamás voy a dejarte-aseguró-seré el hermano insoportable y controlador que no dejará que nadie se te acerqué para dañarte.
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