-¿Entonces, Peter?-pregunté mientras iniciaba a cambiarme por la ropa que usaba habitualmente, el corsé me estaba matando ya.

-tendremos que viajar, Kida dijo que el collar está en el mundo sin magia, custodiado por unos cazadores.

-¿Cazadores? ¿Y sabes su ubicación?

-pues...-pasó una mano por su cabello despeinandolo con nerviosismo-si.

-esta bien-suspire terminando de abrocharme las botas.

-¿Te ocurre algo amor?-se sentó a mi lado levantando mi mentón con su mano para que conectemos la mirada.

-¿Quién es Fiona?-me crucé de brazos moviendo el rostro para que dejará de tocarme.

-¿Eso que huelo son celos?-levantó la ceja, con una sonrisa burlona en el rostro.

-sólo dime quién es-dije comenzando a molestarme.

-Fiona era la madre de Rumpelstinskin-explicó.

-¿La amabas?

-cuando la conocí...-miró un punto en la claraboya a su derecha-me pareció la mujer más linda que había visto, la amé o eso creía. Rumpelstinskin nació y ella nos abandonó, culpé a mi hijo por eso, lo desprecié por ser la causa de mi infelicidad. No estuve equivocado al creer eso, pues ella estaba destinada a matarlo y se alejó para no herirlo, pero destruyó mi vida.

-Peter-me arrodillé en la cama y acaricié su mejilla llamando su atención-lo lamento.

-ya pasó, lo he superado-me miró con un brillo especial en sus ojos.

-¿Me amas?-tomó mi mano y la apoyó en su pecho del lado izquierdo.

-¿Sientes eso?-asentí, su corazón latía desbocado en su pecho-es lo que pasa conmigo cuando te tengo cerca, sólo tú lograste que mi corazón reaccioné así. Fiona nunca tuvo este efecto en mí, es esto lo que me hizo darme cuenta de que tú eres la indicada para mi, Sophie eres el amor de mi vida-apoyó sus manos en mi rostro y me besó.

-te amo-murmuré sobre sus labios.

-te amo como no tienes idea-sonrió.

-¿Peter?

-¿Qué pasa, amor?-preguntó.

-¿Cuando viajamos a nuestro mundo?

-esta noche-besó mi cuello.

-espera, tengo otra pregunta-lo alejé con delicadeza de mi.

-dime-me miró atentamente.

-¿Qué pasó con Kida? ¿Cómo hicieron para que hablará?

-ella está bien, no la maté si eso te preocupa-respondió con fastidio-creí que confiabas en mi.

-y lo hago-tomé su mano-pero la forma en la que te pudiste y nos mandaste a salir fue como ver al viejo Peter.

-si hubo tortura no lo voy a negar pero no lo hice yo.

-Peter...

-si lo iba a hacer ,estaba desesperado y aún lo estoy, entonces tu padre me detuvo, el se ofreció a hacerlo no quería que nos peleemos te ve tan feliz conmigo que no dejó que yo lo arruinará.-explicó.

-ya podemos pasar a la parte en la que me besas-sonreí.

-eres una traviesa-me tomó de la cintura sentandome sobre sus piernas para luego besarme-pero eres sólo mía.

-sólo tuya-repetí sobre sus labios-y tú eres sólo mío-lo tomé del cuello y lo besé.

....

Desembarcamos en Kansas, de ahí debíamos ir a Lebanon, donde según Peter encontraríamos a los cazadores, antes de bajar Peter y mi padre se cambiaron para pasar desapercibidos.

-aquí algo que no pensamos-dijo mi padre-¿Cómo llegaremos a Lebanon?

-en taxi-sonreí saliendo del puerto tomando a mi hijo de la mano, con mi familia detrás.

-amor, no traigo dinero-murmuró Peter a mi oído.

-yo sí-saqué discretamente un pequeño fajo.

Tomamos el taxi, obviamente tuvimos que dividirnos por que no entrabamos todos en un auto.
Llegamos y nos dejaron en un camino de tierra, por el que caminamos hasta llegar a un búnker, tal y como dijo mi esposo.
Bajé los pequeños escalones y toqué la puerta, se escucharon unos pasos apresurados, cuando se abrió me sorprendí al ver a la persona frente a mi.

-¿Sam?-pregunté sin poder creerlo.

-Sophie... ¿Qué haces aquí?

-vengo por algo que tú tienes-dije sintiendome decepcionada al saber que él era el cazador y nunca me dijo nada.

-¿Qué cosa?-se apoyó en el marco de la puerta.

-un collar que tiene una piedra turquesa que erradia magia sagrada-Peter se puso a mi lado pasando un brazo por mi cintura abrazandome.

-¿Robbie?-lo miró de arrriba a abajo para luego observarme a mi divertido-y decías que no te gustaba.

-fui una tonta al decir eso-admití.

-¿Tienes el collar o no?-preguntó Peter exasperado.

-Sí, ya lo traigo.-entró al lugar y luego de unos cuantos minutos regresó con una pequeña bolsa aterciopelada azul marino.-¿Saben usar...? ¿Para qué la quieren?-se retractó.

-eso no te incumbe-respondió el ojiverde quitándole la bolsa de un manotazo.

-de hecho si-se la quitó-este collar es muy poderoso y peligroso.

-créeme, no quieres saber-hablé.

-¿Algo que quieras decirme, Sophie?

-no tenemos tiempo Sam, mi hija esta en peligro-chillé más que molesta.

-puedo ayudarte si me dices...

-no, no puedes, dame el collar-exigí.

-mamá, tranquila todo va a estar bien-dijo Andy tomando mi mano.

-tienes razón, amor-apreté nuestro agarre.

-esta bien, aquí tienen-estiró la bolsa y Peter la tomó.

-gracias Sam.

Narra Alice:

-¿Ed sabes de dónde salió este collar?-le pregunté al ruloso en cuanto me desperté al día siguiente y lo descubrí.

-tu padre te lo puso para protegerte, no te lo quites-pidió.

-okey-me acerqué a la mesa dónde el desayuno ya estaba puesto y tomé un cuenco con fruta que inicié a comer.

-¿Qué pasará con Zack?

-¿A que te refieres?-miré discretamente al rubio que se encontraba con su hermano a unos metros de dónde yo estaba.

-me refiero a que debes devolverle años-me miró serio.

-¿Y si no quiero?

-Alice, sabes que las cosas no funcionan así y la magia tampoco, siempre conlleva un precio.

-esta bien-cerré mis ojos y deseé que Zack tuviera dieciocho otra vez, pero cuando lo vi descubrí que no había funcionado.-¿Por qué no funcionó?

-porque no lo sientes, la verdad es que no quieres que eso pase.

Dejé mi desayuno y caminé hasta el ojiazul.

-¡Alice!

-hola Zack-saludé con desánimo, tomé sus manos y volví a cerrar mis ojos deseando que tuviera dieciocho otra vez, soltó mis manos y abrí mis ojos, solté un suspiró de decepción, lo había conseguido.

-gracias Al-se agachó y besó mi mejilla.

-de nada-murmuré toda sonrojada.