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Rompe-corazones.

Sinopsis.

Momentos de Peter con Killian donde prueba que solo le gusta jugar.

Basado en la canción Heartbreaker de Marina and The Diamonts, y el video que esta bien zhuculento.

Advertencia; contiene smutt

Regla no. 1: Debes de divertirte, deja que las cosas pasen y disfrútalo. Cuando termines, se el primero en huir.

Cuando Killian Jones pisó nunca jamás, ya siendo pirata, tuvo un encuentro con Peter. Él notó el cambio del honorable navegante real a pirata desalmado. Y eso le gustó a Peter, mucho.

Tuvieron sus roces y pláticas llenas de sarcasmo. Siempre queriendo dominar el uno sobre el otro. Eso encendió en Peter el deseo de más, le gustaba jugar con ese pirata. Por ello se apareció en el camarote de su barco, esperando verdadera acción.

—¿Qué haces aquí, mocoso? —Killian entró a su camarote visualizando la figura del niño recargado en su cama, como esperando por él. Peter se levantó con aire juguetón y sonrió de lado.

—Vine a verte, estaba aburrido y decidí venir a saludar—

Killian alzó una ceja ante la actitud de Peter. Siempre que conversaban era de forma extraña, como si fueran amigos, pero al tiempo enemigos.

—¿Qué es lo que en realidad quieres, demonio? Tus intenciones nunca son buenas—

—Me conoces bien, capitán, pero no tan bien como me gustaría —Peter se acercó a Killian con la sonrisa juguetona en sus labios —Mis intenciones no son nada buenas ahora mismo —susurró cerca de sus labios.

El pirata lamió sus propios labios sin saber porque. Peter estaba muy cerca, que tan solo bastaría un simple impulso para besarlo realmente. Justo cuando pensaba lanzarse a sus labios, Peter retrocedido.

—Si quieres jugar, debes estar dispuesto a aceptar las reglas. Recuerda, todo viene con un precio. ¿Estas dispuesto a jugar?—

Peter terminó de hablar y con su mano retiró el camisón verde que siempre llevaba. Este se sujeto en sus hombros, sin bajar completamente, solo mostrando lo necesario para tentar. Su resultado fue como esperaba, Killian estaba hipnotizado con su suave y blanca piel.

Peter alzó una ceja esperando una respuesta, tomó su silencio como una. Quitó su cinturón lentamente y así terminó de caer su camisón. Quedó completamente desnudo frente al pirata. Killian mordió su labio tentado con lo que tenía en frente. Peter se acercó y se plantó cerca de sus labios. Unió los suyos con los otros en apenas un roce.

—¿Eh, Killian? ¿Quieres jugar? —

El capitán no respondió con palabras, si no con acciones. Tomó a Peter en sus fuertes brazos, besándolo con fuerza. Peter gimió, enrollando sus brazos en los hombros ajenos. Killian lo tomó de la cintura para hacerlo subir en su cadera. Peter se sostuvo en ella con ayuda de sus piernas y Killian lo guió a su cama para acostarlo.

Peter quitó la chamarra de cuero de Killian, pronto el pirata se encontró con solo sus pantalones. Después quitó sus botas, siguiendo devorando al niño debajo de él. La fricción empezó a aparecer entre los cuerpos.

Una vez estando los dos desnudos, lo esperado apareció. Killian ingresó dentro de Peter, ambos gimieron y comenzaron la acción. A Peter le gustaba la acción, y Killian no quería negarse.

—Ah, Killian. Más. Sigue.—

Y Killian cumplió con su parte. Embistiendo con fuerza, apoyado sobre sus rodillas, tomándole de las caderas. Peter encorvó la espalda y gimió alto en cada movimiento. Ambos terminaron en un gran estallido. Como Peter prometió, una vez terminando se cambió y desapareció con su magia.
Killian suspiró viendo la nada, donde momentos antes estaba el chiquillo que lo enloqueció en un segundo.

Regla no. 2: No tengas corazón. No tengas sentimientos, así no tendrás nada que perder.

Peter cumplía muy bien esa regla, era como la mayor de todas. No sentir, nunca. Killian sabía que Peter solo quería jugar y lo dejó claro desde un principio, aun así no podía evitar tratarlo diferente.

El capitán Jones pasó a ser nombrado el Capitán Garfio, gracias a un batalla con otros piratas. Él también era un espíritu libre, iba y volvía a la isla de nunca jamás cuando le placía. Peter estaba bien con eso. Aun cuando Garfio no pertenecía ahí, lo dejaba quedarse cuanto quisiera. Claro que también le convenía que pasara tiempo con él.

Ambos tuvieron mucho tiempo en ir y venir. Su relación seguía siendo la misma, aun cuando Garfio se preocupara un poco más en el niño perdido sin notarlo. Era como involuntario. Cuando algo le pasaba, él corría a ayudarlo. Hasta la tripulación pensaba que era extraño que un pirata como él, se preocupara en un niño que parecía mas demonio que persona.

Esa noche, Peter le pidió de sus servicios para traer un objeto mágico de otra tierra. Viajaron juntos y a la hora de la lucha, Peter salió un poco herido. Una espada le dio en la palma de su mano, un corte limpio. Cuando terminó la lucha y todos se preparaban para volver a Nunca Jamás. Garfio auxilió a Peter en su camarote. Enrolló con calma un pedazo de tela, aun cuando sabía que Peter podía curarse con la magia.

—Eh, gracias —Peter habló un poco confundido.—No tenías que hacerlo pero gracias por ayudarme a conseguir mi tesoro —

—No fue nada. Es lo que hacen los piratas, conseguir tesoros —Killian le sonrió y Peter le correspondió la sonrisa. Sin darse cuenta terminaron besándose, y después juntos en la cama. Desnudos y disfrutando del otro. Killian tomó a Peter por detrás mientras este gemía encorvando la espalda y exigiendo más.

Cuando terminaron habían llegado a Nunca Jamás y Peter salió volando del barco. Garfio torció la boca al verlo partir y empezó a odiar sus juegos.

Regla no. 3: Pon tu corazón bajo una caja, pero nunca en bandeja de plata, a menos que quieras perder el juego.

Garfio lo supo. Justo cuando volvió a ver esos ojos verdes, lo supo. Se estaba enamorando del pequeño mocoso de juegos tramposos. Por ello decidió usar su siguiente visita para terminar lo que tenían.

—Ya no podemos hacer esto, Peter—

Peter estaba sobre sus piernas dando besos sobre su cuello, cuando escuchó las palabras del pirata se detuvo y lo miró serio.

—¿Qué?

—Ya no quiero jugar este retorcido juego tuyo, esto debe parar. Ahora.—

Peter frunció el ceño y bajo de su regazo.

—¿Mi juego? Te recuerdo que tu estabas de acuerdo. Creo que eres muy débil para esto —Peter le dio la espalda molesto. Lo estaban pasando bien y ahora lo arruina.

—Creo que si soy débil, no pude evitar caer en los trampa. El juego terminó, perdí. La victoria es tuya —dijo Garfio de pie. Peter dio la vuelta confundido y molesto.

—Yo siempre gano, pero no sé porque lo detienes, aun no había perdedores —cruzó los brazos y después entendió lo que pasaba cuando notó el rostro melancólico de pirata —Si, perdiste Killian. Ya deberías saber que yo no siento nada, por nadie. Adiós. —Peter se esfumó y Killian apretó su única mano en un puño.

Ya estando en su campamento, Peter se recostó en su cama a pensar en lo lastimoso del juego. Dormitó un rato, teniendo un extraño sueño. Soñó con Killian, estando juntos en su barco, pasándola bien como cuando están juntos. Peter despertó en ese momento aterrado. Garfio debía irse de la isla, para siempre. Así que al siguiente día mandó con su segunda mano, Félix, el anuncio de que el barco de piratas debía irse de Nunca Jamás, definitivamente.

Garfio zarpó con el corazón destrozado otra vez, como siempre que pisa esa isla. Primero su hermano y ahora Peter. Todo lo que llegaba a amar tenía que acabar. Peter observo su retirada con rabia. Rabia con él y la vida. Con él por no ser diferente y con la vida por volverlo el niño ruin y egoísta que es ahora.

Regla no. 4: Tienes que lucir pura e inocente. A los chicos les encanta lo corrompible. Pase lo que pase, siempre caen en ello.

Pasaron otros varios años. Garfio encontró otras amistades de una noche y aventuras que lo llevaron a relacionarse con la reina Malvada, y así con Emma Swan. Ella llegó como esperanza para volver a enamorarse. Lástima que ella seguía amando al padre de su hijo, Henry.

Peter por su lado se volvió peor a lo que ya era. Logró crecer su numero de niños perdidos y tenía más poder que nunca, solo un pequeño detalle estaba presente. Su magia y vida se extinguian. Peter ideó un plan de muchos años para encontrar al niño con el corazón más puro, y después quitárselo. El niño con el mayor poder de fé resulto ser el hijo de Emma.

Henry era la combinación perfecta entre maldad y bondad. Al ser nieto de la pareja más buena de los cuentos, El Príncipe Encantador y Blanca Nieves, y la persona más tenebrosa, El espectro. Los hijos de ambos tuvieron a Henry y así resulto el candidato perfecto para robar su corazón.

Todo lo que tuvo que hace fue raptar a su bisnieto y después lo engañaría para que le diera su corazón por su propia voluntad. Él esperaba que Emma y los demás fueran a su rescate, él se encargaría de ellos. Solo no esperó que Garfio volviera.

Cuando volvió a ver a Garfio, supo que este amaba ahora a la madre de su pariente lejano. A Peter no le gustó eso. A Peter no le gusta que se roben lo que es suyo.

Conoció a Emma y le dijo que nunca salvaría a Henry. Después volvió a ver a Garfio, a él le dijo que Emma jamás lo armaría.

—Ella realmente me ve como soy—

—¿Cómo que? ¿Un pirata manco con problemas de bebida? No me hagas reír Killian—

Solo se encontraban ellos dos, apartados del grupo de buena gente. Peter estaba confiado a tener de vuelta a Garfio, para él y para su beneficio.

—Puedo cambiar

—Tú no eres como ellos, nosotros somos los villanos. No podemos ser buenos, no podemos cambiar—

Garfio se sentó en una roca a pensar en las palabras de Peter y este estaba un poco alejado, postrado en un árbol sonriendo con malicia.

Peter se acercó cuando vio como Killian se quedaba sin palabras. Se inco a su altura y tomó su mejilla en una caricia.

—Fue un error el haberte echado de la isla, pero tu no entiendes porque lo hice —Killian volteó la mirada molesto al recordar viejos tiempos.-—Quiero que retomemos muestra relación, como en los viejos tiempos—

—No quiero los viejos tiempos, esos donde yo era el tonto enamorado de ti. Solo yo el que tenía sentimientos —Garfio quitó la mano de Peter y se paró.

—No solo eras tú el que perdió, Killian —frunció el ceño y volvió a acercarse. Garfio no habló y Peter susurró cerca de sus labios. —No sabes cuanto he pensado en ti por las noches. Extraño tus labios y tu cuerpo sobre el mío —

Peter posó sus manos en el pecho de Killian y rozó sus labios con los otros. Garfio cerró los ojos y suspiro la esencia del otro con añoranza y miedo. Él también pensó por las noches en el cuerpo del menor, pero temía no haberlo superado como pensaba. También temía el estar usando a Emma como justificación para no pensar en el niño rey de Nunca Jamás.

—Piensa en esto y volveré a verte, en privado. Tengo ganas de estar contigo otra vez —Peter dio un pequeño beso sobre los labios del pirata y se alejó.

Garfio rozó las yemas de sus dedos contra sus labios. Dios, como extraño esa textura. Ese beso le supo a gloria aun cuando no tenía mucho que beso a Emma. Peter dio un último vistazo del pirata, lo vio desear sus labios y sonrió. El pirata volvería a ser suyo, era algo en lo que estaba seguro.

Esto es sobre ser un rompe-corazones. A los chicos les gusta los retos y que sea peligroso. Les gusta caer por extraños y cantar Te amo en su oído.

Peter vio como Emma y su familia se acercaba cada vez más a Henry, así que volvió a ver a Garfio cuando estaba a solas sobre ese peñasco. Garfio estaba en una aventura con el Príncipe, tratando de salvarlo del veneno que lo estaba matando.

—No lo subas aun, quiero hablar de la propuesta del otro día. A solas.—Peter apareció en la cima.

Killian dejó la cuerda y suspiró.

—No quiero hacerlo, no quiero nada que ver contigo. Ya no.—

Peter se acercó en un parpadeo con su magia.

—Por supuesto que quieres —puso su mano en su pecho, viéndolo a los ojos con su embriagador encanto —Me odias, lo sé. Pero no entiendes el porque tuve que echarte de la isla. También perdí el juego Killian, lo sigo perdiendo —

Garfio miró los ojos verdes del niño con asombro. ¿Peter de había enamorado de él?

—Mientes, tú mismo lo dijiste. No puedes amar a nadie —

—Sé que lo dije, pero al parecer no es verdad. Eres la primera persona que siento que amo verdaderamente —tocó su mejilla con su mano —Seré sincero contigo de ahora en adelante, confía en mi. Por favor. Te amo.—

Killian no sabía que hacer ahora. Peter vio la duda y se lanzó a besarlo, Garfio le correspondió. Pronto empezó la batalla en sus labios.
Estaban tan entretenido en el otro que no notaron al príncipe subiendo por su cuenta.

—¡¿Qué pasa aquí?! —David sacó su espada apuntando a la pareja.

Peter sonrió malicioso y killian no sabía que decir.

—Si confías en mi Killian, es hora de probarlo —susurro en su oído y dio un beso antes de desaparecer.

—Lo siento, Dave

—¡No lo escuches Garfio, te esta usando!—

—Tu mismo dijiste que no era más que un Pirata, que nadie me amaría así. Te equívocas. Peter me ama, siempre lo hizo —

Killian se lanzó a atarcarlo con su garfio. Ambos empezaron a luchar pero como el príncipe estaba débil por el veneno, fue fácil acabarlo. Principalmente el veneno actuó y David cayó muerto.

Peter apareció momentos después y lo besó con amor verdadero, al menos así lo sintió Garfio.

—¿Serás honesto conmigo? —Garfio preguntó y Peter asintió —¿Por qué quieres a Henry?—

—No lo quiero especialmente a él, si no su corazón. Me muero Killian, solo su corazón podrá mantenerme así —

Garfio temió perder a su joven amor y se unió en lo que fuera que le pidiera. Peter le contó el resto de su historia, ya no le guardaría más secretos.

—Henry es mi bisnieto.

Garfio estuvo en shock por un momento.

—¿Eso quiere decir que...Rumplentinski es tu hijo? —Peter asintió —Por favor dime que no es mio—

Peter rodó los ojos.
—Lo tuve antes de ser Peter Pan, por supuesto no es tuyo, tonto —

—Pero podríamos tener uno, ¿qué dices? —Garfio sugirió en tono seductor y Peter río besándolo.

Después de aclarar todo, ambos fueron a terminar el trabajo sucio. Garfio regresaría a las viejas andadas por Peter, el único que siempre lo hizo regresar a ellas.

Cantando al oído "Te amo". Al menos yo lo hago.


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