Sinopsis.

Garfio vuelve a la isla de Nunca Jamás para ayudar a Emma a rescatar a Henry. Ahí vuelve a ver a viejos amores, sobre todo el único que siempre lo usaba a su conveniencia.
Escena basada en el capitulo 3x05.

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Garfio estaba en la cima del risco, listo para aventar la cuerda al Príncipe Encantador. La tomó y estaba a un movimiento de aventarla cuando escuchó su voz. Esa dulce voz disfrazada.

—No la lances aún.

Killian volteó el rostro más cansado que sorprendido. Él sabía que Peter no tardaría en aparecer, y así lo hizo, desde que llegó se le apareció a solas para hablar y lograr tenerlo como antes.

Ahí estaba Peter, en la cima de una pequeña colina.

—Quiero hablar contigo, a solas.—

—Tu y yo no tenemos nada que hablar, ya no.—

Garfio tiró la cuerda molesto y Peter aprovechó para acercarse usando su magia.

—Vamos, quiero que sea como en los viejos tiempos.— sonrió como suele hacerlo —Yo sé que extrañas los viejos tiempos. Trabajar para mi, estar ahí para mi...en lo que sea.—

Peter susurró las últimas palabras mas cerca pero sin entrar en el espacio vital del pirata. Garfio lo miraba serio y tratando de no mostrar sus emociones. Sabe que no es bueno cuando se trata de ese niño engañoso.

—No extraño los viejos tiempos, menos a ti.—

Peter sonrió divertido con el mal humor del pirata.

—Te conozco Killian, mejor que cualquiera de esos a los que quieres impresionar. Sé que quieres volver a trabajar para mi, hacer el trabajo sucio.—

—Entonces no me conoces bien, nunca lo has hecho. Y no quiero solo impresionarlos, quiero cambiar. Sé que puedo cambiar.—

Peter soltó una carcajada al oír el tono decidido del joven pirata.

—¿Quieres cambiar? Seguro es por esa "Salvadora", Emma. —se acercó mas a su rostro, esta vez sin un rastro de diversión —No te engañes Killian. Ella jamás te amará, no te conoce como yo lo hago. Tú no puedes cambiar.—

Garfio se mostró algo ansioso de las palabras, temía que fuera verdad. Temía que él jamás pudiera cambiar. Ser a como fue alguna día, antes de conocer a ese chiquillo disfrazado de ángel, gracias a los viejos cuentos de hadas. Peter al ver que Garfio caía en sus palabras, siguió insistiendo.

—Quiero volver a retomar nuestra relación. Tal vez no era la mejor pero podría serlo, si aceptas. Ya hemos pasado por esto y sé cuando te gusta.— Peter susurró cerca de sus labios.

Killian abrió los suyos inconscientemente, una parte de él ansiaba probar de nuevos esos dulces y rosas labios.

—¿Qué quieres que haga?—suspiró al sentir el suave aliento de Peter acariciar su mejilla, estando peligrosamente cerca de sus labios.

—Quiero que hagas el trabajo sucio. Desaste de ellos, empieza por el Príncipe y sigue con los otros. Cuando termines podrás regresar a mi, seremos como antes. Podremos ser lo que tu quieras ahora, lo prometo. —Peter pasaba de una mejilla a otra susurrando seductoramente, tentando a Killian en su camino. —Solo necesito que me hagas saber con una señal que aceptas el trato y todo será tuyo.—

Killian mirababa intensamente al niño, estaba a nada de besarlo. De verdad deseaba hacerlo, tal vez solo por los viejos tiempos, aunque sabía que con Peter siempre hay un precio a pagar.

—¿No te basta con mi palabra? ¿No confías en mi?—

—Tú me conoces, me gusta la acción —

Y Peter se lanzó a besarlo con ganas, tomando su nuca para profundizar el beso. Garfio correspondió de inmediato, tomando con su única mano la cintura del mas pequeño.

Sea lo que sea, Peter sabía como encenderlo en un solo momento. Sabía como mover sus encantos y palabras para hacer caer hasta el mas noble de los hombres. Y Garfio sabía muy bien eso, así como sabía que Peter no era algo bueno.

Peter Pan era la maldad pura, obsesionado con el poder y juventud. Peter solo pensaba en si mismo. Él no sabía amar, no podía. Killian sabía perfectamente eso, por ello cuando terminó el beso y Peter desapareció con una sonrisa jugando en sus labios, decidió hacer lo correcto.

No elegiría a Peter por primera vez, haría lo correcto aunque eso signifique perder a la única persona por la que sintió algo verdadero.

Era una lastima porque en verdad lo amaba y se hubiera quedado, si tan solo Peter pudiera amarlo como él lo hace.