Habilidades
[Presente]
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Korn mantenía un semblante de eterna calma. Llevo el té a su boca y sorbio un pequeño y elegante trago.
—Entonces un Omega dominante. —Kan se recargo en el sofá y dejó descansar sus brazos en el mismo—. Debiste casar a Kinn cuando tuviste la oportunidad.
Vegas escuchaba atento la conversación sin interferir.
—No, mi hijo tenía que conocer a la persona con la que se casaría. —Korn sonrió—. Siempre hay que hacer las cosas de la manera correcta, hermano.
—Pero Korn, un Omega dominante fuera de estas paredes y sin marca es como carne fresca para una manada de lobos. —Kun suspiro.
Vegas miró atento la divertida expresión de su tío. Había algo que no le gustaba.
—No, Kun. —El Theerapanyakul de la primera familia dejó la taza en su mesa de centro—. Un Omega dominante no es como cualquier otro Omega. Por eso no me preocupo.
—¿Acaso no todo el mundo desea un Omega dominante? —Kan se cruzó de brazos—. Cualquiera puede marcarlo en contra de su voluntad.
Vegas no lo llamaría en contra de su voluntad. Trató de borrar su estúpida sonrisa antes de levantar sospechas.
—Los Omegas Dominantes están mucho más arriba que los Alphas. —Korn procedió a explicar—. No solo dan crías de alto linaje, también tienen otras habilidades.
—¿Cómo cuáles? —Preguntó interesado su hermano.
—Rechazar la marca de un Alpha. —Soltó Korn sin piedad—. La manera tradicional nos enseña que un Alpha debe de marcar al Omega, pero no es el caso de los dominantes. Ellos pueden o no elegir a su pareja.
—¿A qué se refiere con eso? —No pudo evitar preguntar Vegas.
Korn lo miró por largos segundos.
—Los Omegas dominantes marcan a sus Alphas. —El hombre de sonrisa calmada volvió a tomar su taza—. Nunca es al revés.
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Porsche no podía creer las palabras del Alpha. Pensó en su amigo y todo el tiempo que lo trató. Pete jamás dio indicios de ser un Omega.
—Estas mintiendo. —Porsche nego—. Quieres encubrir al maldito Omega con el que estás comprometido, ¿cierto? Por eso utilizas a Pete.
—No, Porsche, escuchame. —Kinn no dejó que su pareja se alejara. Tomó su rostro y acarició sus cabellos al mismo tiempo que dejaba que sus feromonas rodearan el cuerpo de su Omega.
El sonido de la puerta siendo azotada interrumpió la larga explicación de Kinn.
—¡¿Dónde está Pete?! —Khun entró alterado, apuntando al Alpha como único culpable— ¡Dime donde esta, Kinn!
—¿De qué hablas? —Kinn no soltó a Porsche y miró con irritación a su hermano—. Esta con su abuela.
—No es verdad. —Tankhun pataleo cómo niño pequeño—. ¿Acaso te cercioraste? ¡Por supuesto que no!
—Khun, calmate. —Por primera vez hablo Porsche.
—¡No me voy a calmar! —Khun comenzó a llorar— ¡Lo mandaste a esa maldita casa! ¡Pete no regresó!
—Pete esta bien. —Trató de calmar Kinn.
—¡Si algo le llegó a pasar, sobre tu conciencia, maldito bastardo! —Khun hizo berrinche— ¡Pete! ¡Dios, debe de estar muerto!
Kinn miró asustado a un pálido Porsche.
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—Fue bueno verte de nuevo, hermano. —Kan mostró una sonrisa grande, falsa, sarcástica.
Korn simplemente dejó ver una sonrisa calmada—. Lo mismo digo, Kun. —Los ojos del Alpha de la primera familia se dirigieron a Vegas—. También me alegra verte, Vegas. Esta siempre será tu casa.
Pero Vegas no contestó; estaba demasiado perdido en sus pensamientos como para darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor.
—¡Papá! —Solo la voz de Kinn logró sacar de su mundo al hijo de Kan.
Los ojos de Kinn y Vegas chocaron. Ambos se miraron con odio.
—Kinn, ¿sucede algo? —Korn centro toda su atención en su hijo.
Kinn miró a su tío y primo. Calló dando a entender que quería privacidad con su padre. Kun asintió para salir de ahí.
—Vegas. —Llamó Anakinn antes de que el Alpha más joven saliera—. Quiero hablar contigo después.
Vegas asintió con desgano.
—Kinn, ¿por qué interrumpes de esa forma? —Korn tomó asiento esperando una explicación— ¿pasó algo?
—Es sobre Pete.
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—¡Te dan una oportunidad más y lo único que haces es portarte como un estúpido! —Kun estrelló su palma en la mejilla de Vegas—. Te advierto que la próxima vez no será la primera familia quien te mate, seré yo.
Vegas tenso la mandíbula y dejó que la maldición en sus labios se esfumara.
—En cuanto todo esté listo regresaras al negocio. —Su padre lo tomó del rostro—. Y harás todo lo necesario para conseguirnos inversionistas, así te humilles.
Kan se alejo del lugar con pasos pesados.
El Theerapanyakul cerró los ojos y soporto la ira en su interior.
—Vegas. —La voz de Kinn hizo que su paciencia estuviera al límite. Dio media vuelta y se encontró con su primo; todo en su aroma destilada molestia—. No te quiero cerca de Porsche.
—No me interesa. —Su respuesta fue automática y seca—. Porsche y tú pueden casarse y ser muy felices, no es mi asunto.
Kinn por supuesto no le creyó— ¿Me dirás que no fuiste tú quien le dijo lo del compromiso?
—Eso es algo que todo el mundo sabe. —Vegas le resto importancia—. Pudo ser cualquiera.
—¡No me mientas, maldita sea! —Kinn se acercó amenzante—. Se te han perdonado demasiadas cosas, Vegas. Esta vez no voy a ser benevolente. Te lo advierto; ¡no te quiero cerca de mi Omega!
—Tú y él se pueden ir al carajo. —Vegas ya estaba lo sufiente molesto— ¡Todo el mundo se puede ir al carajo! ¿Y sabes qué? Todo este tiempo estuve detrás del tipo equivocado. Porsche siempre te va escoger a ti, y está bien, me quitas un peso de encima.
—¿De qué demonios hablas? —Kinn cerró sus manos en puños.
—Tengo mis propios asuntos. —Vegas sonrió de lado—. Your life is no longer my problem.
Dio media vuelta, pero jamás esperó que Kinn diera el tiro de gracia.
—Empezaremos una búsqueda para encontrar a Pete. —Anakinn pudo ver como Vegas se paralizaba— ¿puedes adivinar por donde empezaremos?
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