Creer
[Presente]
.
.
.
Kim llego a la residencia de la segunda familia. Los guardaespaldas bajaron la mirada en cuanto lo vieron entrar; no hubo palabras de por medio.
—Tardaste. —Vegas lo esperaba con los brazos cruzados y media sonrisa en los labios—. Pero estás aquí al fin y al cabo.
—¿Dónde esta? —Kim lo miraba con seriedad, destilando molestia e irritación.
—Dormido, seguramente. —Vegas se encogio de hombros—. Es un chico bastante cobarde.
—Damelo. —Demando el joven imponiéndose ante Vegas.
El hijo de Kan alzó la barbilla gruñendo molesto—. No te permito que vengas a retarme a mi casa.
—Entregame a mi Omega y dejemos esto en un incómodo encuentro. —El menor de la primera familia dejo escapar su aroma atemorizando a varios guardaespaldas de la segunda familia.
—Me encantaría entregártelo, pero por ahora seré el niñero. —El Theerapanyakul no dió su brazo a torcer.
—¡Vegas!
—O podría pensarlo —Vegas alzó una ceja— ¿Qué estás dispuesto a dar por él?
—¿Qué es lo que quieres?
><><><
Cuando Pete despertó, lo primero que vio fue a Vegas acostado a su lado. Con los ojos cerrados y el cabello despeinado, Vegas reflejaba tanta calma.
Las manos del guardaespaldas fueron a los cabellos de su pareja y los acarició con cariño.
—¿Cómo estás? —La voz del Theerapanyakul lo sobresalto. Este seguía con los ojos cerrados.
—Cansado. —Pete miro el casi imperceptible bulto en su vientre—. El bebé...
—Esta bien. —Vegas finalmente abrió sus ojos.
Pete pudo notar la inquietud en estos, pudo darse cuenta de que Vegas pensaba en miles de cosas, cosas que Pete se moría por saber.
—Vegas...
—Si mis métodos no fueran los mejores... —El Alpha tomo la mano de su Omega y la envolvió en las suyas para acercarla a su rostro y besarla con devoción—, si mis acciones llegan a lastimar a las personas equivocadas, ¿aún seguirás a mi lado?
Phongsakorn no lo pensó; llevo ambas manos a las mejillas de su pareja y lo miro con calidez.
—No hay otro lugar al que pertenezca. —El sureño lo vio acercarse a su rostro para recargar ambas frentes.
—Pete... —El hombre cerro sus ojos y dejo que su aroma envolviera al Omega y a su cachorro—, todo lo que hago es por nosotros. Absolutamente todo.
—Lo sé.
La sonrisa de Saengtham fue lo que Vegas necesitaba para devorar sus labios. En un arranque de miedo Vegas junto ambos cuerpos, abrazando la cintura de Pete, aferrándose a uno de los motivos más grandes en su vida.
—Prometo que las cosas cambiarán. —El Theerapanyakul miro a su pareja—. Juro que seremos libres. Tú, nuestro cachorro, Macao, yo...
—Confio en tí. —El Omega se abrazo al Alpha, creyendo ciegamente en su pareja.
Vegas beso su frente antes de acostarlos y dormir un rato más.
><><><
Porsche miraba a la nada, seguramente pensando en todo, ignorando a su Alpha quien lo observaba asustado.
—Porsche... —Kinn tomo su mano y la acunó entre las suyas, aguantando los sollozos que amenazaban con salir de sus labios—, por favor, necesito que me digas cómo te sientes, que es lo que te atormenta, que...
—No quiero esto. —Porsche sintió sus ojos arder; el pesado y doloroso nudo en la garganta casi lo hace tambalear—. No quiero dudar de ti, no quiero estar aquí, yo no quiero... No quiero perder a mi bebé. —Las lágrimas bajaban por las mejillas del moreno—. Solo quiero ver a mi bebé crecer con una familia feliz.
Kinn soltó un sollozo doloroso. Se odiaba en ese momento, se odiaba tanto por hacerle daño a su pareja, a su cachorro.
Tenía miedo.
—Prometo que todo esto cambiará. —El Alpha abrazo al moreno, desplegando su aroma, tratando de calmar a Porsche—. Te juro que está vez será diferencia.
Kinn prometió toda la noche sabiendo que Pachara no le creia ninguna palabra.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro