Cachorro
[Presente]
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Un cachorro
La ilusión de tener un hijo jamás fue suya, siempre se dijo que un cachorro seria más un problema y una carga en su vida que una bendición.
Vegas nunca sería un buen padre, Vegas jamás se estableció con un solo compañero, Vegas no quería una familia.
¿Pero por qué no podía quitarse la imagen de Pete llevando a sus cachorros?
La imagen en su cabeza no le incomodaba de ninguna manera; la sensación cálida en su pecho fue un pequeño brillo de ilusion. Un niño igual de precioso que su Omega, con sus ojos, sus facciones y su sonrisa.
Vegas se encontró anhelando lo que nunca en su vida imagino.
—Basta de soñar. —Se susurro.
Ahora tenía cosas que arreglar, bocas que callar y una nueva estrategia que planear. Así que planteándose sus prioridades decidió ponerse en marcha.
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Nop entró a la habitación de Vegas sin pensar dos veces en las consecuancias; su cabeza pesaba dejándolo con una terrible confusión.
—Nop. —La voz de Pete lo hizo enfocarse en una sola cosa. El Omega tenía los ojos rojos e hinchados además de tocarse constantemente el vientre.
—¿Cómo te sientes? —Nop corrió inmediatamente hacia el Omega—. Llamaré al doctor Top.
Pete negó con la cabeza mientras dejaba escapar el último sollozo.
—Arreglaré las cosas. —Susurro para sí—. Esta vez voy hacer bien las cosas.
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Cuando Porsche despertó lo primero que vio fue la escalofriante sonrisa de Vegas. El Alpha estaba entrando a su habitación con esa maldita cara de satisfacción.
El Vegas de hace algunas horas ya no existía. Vegas ahora era el sanguinario y calculador Theerapanyakul.
Pete parecía ser el interruptor de esa maldita doble personalidad en el hijo de Kan. Era como si Vegas cambiará con la simple presencia de su amigo.
—Me alegra verte despierto. —Vegas le mostró media sonrisa al mismo tiempo que le dejaba un regalo en la pequeña mesa de la habitación— ¿Te parece si olvidamos el incidente?
—¿Crees que lo dejaré contigo? —Porsche se puzo a la defensiva. Trató de sentarse pero dolía, la cabeza le daba vueltas y sentía el cuerpo débil.
—Bueno, no es algo negociable. —Vegas se acercó al Omega—. Porsche, a veces es malo saber tanto.
Porsche no bajó la mirada. Vio la confianza en los ojos de Vegas y el mal presentimiento creció.
—La primera familia lo encontrará pronto. Si yo lo hice ellos lo harán.
—No lo creo. —Vegas alzó una ceja mientras reía divertido—. Tú me ayudaras.
—¿Qué te hace creer que lo haré, maldito infeliz? —Preguntó entre dientes Pachara.
Vegas fue por la bolsa de regalo y sacó el contenido; un pequeño par de zapatos blancos.
—Creo que aún no te han dado las buenas noticias. —Vegas sonrió grande al ver como la mirada iracunda de Porsche se convertía en una de completo terror—. Kinn estará tan feliz, ya puedo ver esa estúpida sonrisa en sus labios. Felicidades, Porsche, amigo, tendrás al heredero de todo ese imperio.
Porsche escucho el molesto pitido de la máquina a su lado; ahora Vegas sabía lo alterado que se encontraba y el miedo que sentía. Por inercia llevó sus manos a su vientre y recordó con espanto la humedad que sintió en sus piernas.
—El cachorro...
—La próxima vez no fallare. —Advirtió Vegas antes de que Porsche terminara—. Mis condiciones son simples; tu no dices nada de lo que paso y me mantienes al margen de las cosas, a cambio, yo me mantengo lejos de ese bebé. Te lo dije, esto no se trata de poder, no me interesa, ni Kinn ni tú forman parte de mis prioridades, Pete, sin embargo, es algo que no estoy dispuesto a perder.
—... Dices amarlo pero lo tienes encadenado como una maldita mascota. —Porsche recordó a Pete—. En el futuro, yo no seré quien te lo arrebate.
—Shut up.
—Pete se cansara. —Porsche sonrió sin gracia alguna—. Si aún tienes a Pete encerrado es por mera indecisión suya, pero cuando la realidad lo alcance, cuando esa maldita cara tuya lo canse, cuando sea demasiado tarde para que te arrepientas, Pete se irá.
Vegas apretó la mandíbula.
—Pete me escogió.
—Porque cree que cambiaras. —Porsche le regresó una sonrisa ladina—. Pero las personas como tú jamás cambian.
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—Khun Kinn. —Arm llegó hasta el Alpha—. Hemos encontrado a su Omega.
Kinn se levantó de inmediato y salió del lugar siendo guiado por Arm.
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Vegas bajo de la ducati a pasa apresurado. Su Alpha no podía más con la distancia; necesitaba tener entre sus brazos al Omega, saber que estaba bien, que aún seguía prefiriendolo a él.
Ignoro a Nop aún cuando esté trataba de explicarse, paso de él y cerró la puerta en su cara.
—Pete.
El Omega alzó la mirada y de inmediato se levantó de la cama. Vegas no espero más para ir por él y abrazarlo con necesidad.
Sus feromonas rodearon el cuerpo de su pareja, marcandolo e inundando la habitación.
—¿Cómo está? —Pete preguntó de inmediato— ¿Cómo se encuentra Porsche?
Vegas hizo a un lado su molestia y desvío la mirada—. Estable, el doctor Top dijo que pronto estaría con la primera familia.
—¿Les dirá? —Cuestionó Pete.
—Jamás dejaría que lo hiciera. —Vegas tomó el rostro de su Omega y se maravillo ante su belleza—. Nadie puede saber que estas aquí.
Pete hundió el amargo sentir de su pecho. Vegas aún no planeaba quitar esa maldita cadena de su muñeca.
—Pete. —La voz de Vegas lo hizo regresar a la realidad—. Gracias por elegirme.
La sonrisa del Alpha derritió todas las defensas del Omega. Era la primera vez que veía una sonrisa tan pura de parte del Theerapanyakul.
Pete acarició su mejilla con una suave sonrisa en el rostro.
—Vegas...
—La primera familia siempre me hizo creer que yo no era un opción para nadie. —Vegas beso la palma de la mano que se mantenía en su mejilla—. Se encargaron de hacerme sentir inferior, de hacernos a un lado a mi hermano y a mí. Pete, nunca imagine que existiera una persona que me eligiera a mí por sobre la primera familia.
El Omega pego ambas frentes dejando que su aroma se enlazara con el de Vegas. Miró la sonrisa aún en los labios del Theerapanyakul y no pudo evitar sentir su pecho cálido.
Tal vez, solo tal vez, Vegas aún tenía salvación.
—Te amo, Vegas.
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