[Pasado]

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Kan sentía la bilis subir por su garganta; Korn los había citado por un asunto importante del cual no quiso mencionar nada hasta estar todos los inversionistas y socios en la casa de la primera familia.

—Veamos que es lo que tramas esta vez. —Kan bajo del carro y mostró una sonrisa falsa al personal. Entró con la frente en alto y se dirigió a la sala de juntas; al entrar, pudo ver a varios Alphas socios suyos y de su hermano, además del mismo Korn y Kinn—. Lamento la tardanza.

—No te preocupes, Kun. —Korn esta vez no mostró su tipica sonrisa amable. Se veía serio, incluso algo intimidante—. Ya que están todos, creo que es congruente decir el motivo de la reunión.

—Por favor. —Un hombre gordo y barbudo se veía impaciente—. Tengo trabajos pendientes que atender.

—¿Por qué de imprevisto todo? —Una mujer de mirada calculadora se cruzó de brazos—. No es propio de Khun Korn.

—Las grandes noticias vienen de imprevisto. —Korn puso su mejor sonrisa—. Mi hijo Kinn finalmente se casara.

Los Alphas en la sala se miraron sorprendidos mientras que Kinn mostraba una sonrisa entusiasta.

—¿Te casaras? —Kan trato de sonreír.

—Así es, tío. —Kinn pudo leer la molestia en el rostro de Kan.

—Y con ello Kinn se pondrá al frente de los negocios familiares. —Korn miró a todos a su alrededor.

—Bueno, no es ninguna sorpresa. —Un hombre de imagen intimidante miro al joven Alpha—. Usted ya estaba comprometido.

—Sobre eso... —Kinn fue interrumpido por la mujer de un inicio.

—¿Nos dirá quien es el prometido? —La Alpha parecía extasiada—. Desde que se corrieron los rumores de que era un Omega Dominante todos se han vuelto locos por conocer su identidad.

Todos en la sala estuvieron de acuerdo.

—Es un Omega Dominante. —Aclaró Korn dejando confundido y molesto a Kinn; no le gustaba para nada hacia donde se estaba desviando la conversación—. Su nombre es Pete Phongsakorn. A trabajado con nosotros por un período demostrando ser un fiel hombre de nuestra familia. —Korn ignoro la mirada incrédula de Kinn—. Lo hemos mantenido en un perfil bajo hasta este día.

—Pa.

—Kinn y Pete se casarán. —Sentencio Korn con una sonrisa amigable.

Kan miró el rostro iracundo de Kinn antes de que esté se levantará y saliera del lugar prácticamente tirando la puerta.

Todos en el lugar se quedaron callados.

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—¡¿Por qué?! —Kinn apretó los puños— ¡¿Por qué dijiste eso?!

—Kinn, no estas viendo las cosas con claridad. —Contestó con calma el hombre mayor.

—¡¿Con claridad?! ¡ME PIDES QUE VEA LAS COSAS CON CLARIDAD?! —Kinn alzó la voz ganándose una mirada molesta de su padre.

Chan se puso enfrente del hombre enfrentando al furioso Alpha.

—Cálmese, Khun Kinn. —Chan se mostraba neutro como siempre—. No me gustaría tener que intervenir.

—¿Me estas amenazando? —Kinn avanzó hasta quedar cara a cara con el guardaespaldas.

—Controla tu temperamento, Kinn. Eduque a un Alpha capaz de mantener la calma y pensar con la cabeza fría. —Korn se posicionó en medio de ambos—. Todo tiene una explicación, hijo.

—Te escucho. —Kinn tenso la mandíbula.

Korn le pidió a Chan que los dejara solos. En cuanto el hombre salió, el hombre mayor soltó un suspiro.

—Si expones a Porsche diciendo que te casaras con él, solo terminaras exponiéndolo a nuestros enemigos. —Korn puso el mejor rostro de circunstancias que tenía—. Porsche ahora no solo es un miembro importante en la familia, tiene al heredero de los Theerapanyakul. ¿Acaso la vida de tu hijo no vale un pequeño sacrificio?

—Pero pa...

—La familia es lo más importante y lo único que yo busco es protejerla. —Korn puso su mano en el hombro de su hijo.

—Aun así, no entiendo que ganas exponiendo la casta de Pete. —Kinn no parecía convencido—. Pete ahora estará en la mira de gente peligrosa.

—Eso es precisamente lo que nos ayudará. —Korn  retrocedió con una gesto serio—. Las aguas permanecen tranquilas.

—¿A qué te refieres?

—Necesitamos mecerlas un poco para que el barco vuelva a tomar una dirección.

Korn recordo el rostro de su hermano. Este parecía paralizado por la información, pero jamás molesto.

Kan se había mostrado demasiado tranquilo y Korn ya se había cansado de no encontrar el escondite de Pete.

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Kun soltó el humo del cigarro mientras miraba a la nada. Sus hombres quedaron callados al no saber que pasaba por la mente de su jefe.

Tanto silencio era aterrador.

—Pete Phongsakorn. —Kan recordó la mirada fiera del chico.

Una risa escandalosa y victoriosa se escucho por todo el lugar estremeciendo hasta al hombre más armado.