Capítulo VIII. No soy una de esas.
°-Natalia-°
Quería jugar, pues un juego le voy a dar.
Luego de llorar todo lo que mi mente me dio, me dije a mi misma que aunque el fuego no se apaga con fuego, yo lo iba a hacer.
Luego de que lo dejé confundido junto al español, me dirigí a la tienda de ropa dónde trabaja Yeketerina, ¿Por qué? No lo sé, pero no tenía ganas de ir a casa directamente y mi amigas ya se habían ido.
- Nat ¿Que haces aquí? -me preguntó mi hermana en cuánto entré, me encogí de hombros.
- Natalia, bienvenida -me saludó la diseñadora del local- ¿Que te trae por aquí? Oh, no importa. Voy a hacer un nuevo lanzamiento, me gustaría saber tú opinión y que te probaras las prendas...
Suspire dejando de escucharla, esa mujer tenía la obsesión de tenerme como modelo para sus nuevos diseños, busqué con la mirada a mi hermana pero ella estaba atendiendo a un cliente en ese momento. Nunca debí venir.
- ... Yeka, me dijo que luego tendrán una gala en la Academia, ya que es su último año, me gustaría que tuvieras uno de mis diseños para ese momento tan especial...
- No voy a ir -le corté, siempre había soñado con ir junto a Ivan, pero ahora no tenía ni el más mínimo interés de asistir.
- ¿Por qué? ¡OH! ¿No tienes con quien? No te preocupes por eso, yo a la gala de mi generación fui sola -y sigue sola entre un montón de telas-. Pero tú eres bella, más de alguno te invitará.
- De todos modos no iré, aunque me invite el chico más guapo de la Academia -o Lovino-. No iré, no me gustan esas cosas.
Luego de eso la mujer esa me secuestro para sus planes maquiavélicos. Ponerme vestido tras vestido para ver su creación en una persona y no un maniquí.
Y al igual que siempre que tenía la mala idea de venir, me fui a casa con un montón de ropa nueva.
(...)
Yeketerina se había enojado con Ivan, yo estaba enojada con él y él estaba enojado con nosotras. Por ende en la once sólo estuve con Yeka y después Ivan comió sólo.
Ya en mi habitación y luego de haber arreglado las ropas nuevas en el closet -y sacar lo que ya no ocupaba para hacer espacio- me acosté en la cama y comencé a revisar mi celular, tenía algunos mensajes de Anri y Lily preguntando qué había pasado conmigo y esos estúpidos mensajes de Facebook que no me importan.
Sonreí, al ver el contacto del italiano, y mi mirada se dirigió a las rosas que me había mandado ayer.
"Buenas noches ♥"
Le mandé, al instante me salieron esos visto azules y él comenzó a escribir, "Buenas noches." Puso, sí, mi plan estaba funcionando; Parecer una loca obsesionada cuando estoy a solas con él, pero cuando me tope con él y otros no hacerle caso. Quería jugar, yo voy jugar.
Me estiré esperando sentir algo de sueño pero mis ojos sólo estaban posados sobre las rosas blancas.
- Es un idiota si cree que soy tan fácil -susurré-.
Sentí mi celular vibrar, un llamada de Lovino... contesté y lo puse en voz alta.
- ¿Me llamaste para darme las buenas noches? Que lindo de tu parte -dije simulando interés -.
Suspiró del otro lado de la línea- No tengo mucho tiempo, ¿te parece que hablemos mañana después de clases? Te invito un helado.
- Está bien... pero no pienses que es por el helado -aunque si es por el helado-. Es para pasar más tiempo contigo.
- Sí, lo que tú digas, debo colgar nos vemos mañana -dicho esto colgó la llamada.
No es por él, es por el helado... Y por jugar con él un poco más... Solo por eso.
...
¿¡A quién quiero engañar!?
Eso no va resultar, lo sé yo, lo sabe mi hermana, hasta el perro de la esquina y el gato de la vecina.
Me levanté y tomé una de las rosas y en mi mente comenzó a sonar un vals que mi padre solía escuchar cuando era niña, sonreí levemente y comencé a tararear la melodía mientras bailaba con la rosa en la mano como si estuviera con alguien, en mi mente estaba rodeada por el calor de la chimenea, el sol brillaba pero no calentaba, yo no tenía más de tres años y frente a mi, bailando conmigo estaba mi padre haciendo coro al vals que sonaba en el fondo, era perfecto, acogedor... inocente.
La puerta se abrió y me di un golpe realidad, vi a mi hermana, ella me devolvía la mirada preocupada, yo estaba llorando y la rosa estaba siendo apretada junto a mi pecho, me había enterrado las espinas en la mano, pero no me dolía, no podía dolerme más que el recuerdo de mi padre.
Yeka no preguntó, me quitó la rosa de las manos y me llevó al baño para curar mis heridas una vez curadas y vendadas me llevó a mi habitación y me ayudó a acostar, como cuando era una niña y recién se había ido nuestra madre, me contó en cuento infantil y canto canciones de cuna. Esa noche volví a hacer la niña que adoraba ser.
(...)
Nuevo día en mi querida Academia. Como siempre llegué casi una hora antes del inicio de clases y... Lovino ya estaba allí, últimamente ha estado llegando más temprano de lo normal -mucho más temprano, antes llegaba atrasado- dejé mis cosas en mi puesto y fui secuestrada por el italiano hasta la azotea.
- ¿Que pasa querido? -le pregunté sonriendo -.
No contesto, en cambio me acorraló contra la malla y me besó, lo hubiera alejado, en serio lo hubiera hecho pero no reaccioné y correspondí.
Odio admitirlo, pero el muy desgraciado besa demasiado bien. Y nos separamos, lástima, yo quería seguir pero eso él no lo va a saber.
- No me importa que tan loca estés, me da lo mismo que es lo que en verdad pienses de mí -dijo con un sonrojo y mirando el suelo-. Tú me gustas, y si no me correspondes voy a hacer lo necesario para que me quieras.
Lo miré, me interesa, por supuesto pero las cosas no son tan fáciles como él pretende que lo sea. No le di la oportunidad a Toris que me vine persiguiendo desde que llegué a la academia... no tendrá tan fácil el trabajo de conquistarme quien empezó por una simple paga.
- Intentalo -dije, la imagen de psicópata puede ser desechada por ahora.
- Lo haré -contestó sonriendo.
Su sonrisa me derritió el alma, pero yo seguía intacta, expectante hasta donde es capaz de llegar por conquistar mi corazón.
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