°-Lovino-°

"Le conté todo a Natalia, ya puedes olvidarte de ella y volver con tu mujeriega vida"

Lancé lejos el celular al leer el mensaje de Ivan, Feliciano me miró extraño dejando su dibujo de lado y sentándose a mi lado.

- ¿Qué pasó hermano? -preguntó colocando una mano en mi espalda.

Yo estaba escondiendo el rostro entre mis piernas, no concebía la idea de dejar lo que se había vuelto una pequeña pero agradable rutina.

- Hermano... -susurró Feliciano apoyando su cabeza en la mía.

Una vieja costumbre que habíamos adquirido cuando nuestros padres fallecieron, no insistió sólo se quedó abrazándome ahí fue cuando me di cuenta que lágrimas quería salir.

Joder... no puedo ser tan sensible. Mierda.

Levanté la vista y Feliciano se separó un poco de mi mirándome con cautela y curiosidad, mantuve su mirada y sonreí.

- Supongo que ya no tengo nada más que hacer -dije recogiendo el celular y rogando que no haya muerto con el golpe-. Ivan le contó a Natalia su plan...

Me senté en la cama de Feliciano y tomé su cuaderno de dibujo donde había un boceto de su amigo alemán. Para mi no era secreto los sentimientos de mi hermano por el macho patatas pero nunca le diría a mi abuelo que Feliciano era homosexual.

- A veces desearía ser gay -dije-. De seguro estaría con Antonio.

- No es tan fácil, tu eres el único junto a Kiku que me apoya... No sé que pasaría si le dijera a Lud sobre mis sentimientos. Creo que tu la tienes más fácil.

- Claro, si la chica que me gusta seguro ahora me odia...

Espera... ¿Que dije?

- ¡Lo sabía! Natalia te gusta -grito Feliciano.

Lo negué. Una, dos, mil veces pero era inútil, mientras yo era él que descubría los sentimientos de Feliciano, él era el que descubría los míos y si el decía que me gustaba era porque debía aceptarlo -aunque una parte de mi ya lo había aceptado hace un tiempo-. Que molesto es el amor.

(...)

Me desperté por un golpe en la cabeza y me topé con el rostro inexpresivo de Anri, esto es malo, es muy muy malo.

La seguí hasta la azotea donde al llegar me propinó un buen golpe en el antebrazo, me dolió más que los golpes que me dio Natalia durante el mes.

- Sé que no eres un tonto sin sentimientos -dijo dándome otro golpe ahora en el otro brazo-. Y tengo altas expectativas.

- No te entiendo.

- Cuando llegué me topé con Toris, dijo que Natalia estaba llorando.

Natalia llorando... ¿Ella podía llorar? Ahora si me sentía terrible.

- Así que a penas tengas tiempo te vas a disculpar con ella... Si te mata prometo ir a tu funeral.

- ¿Y tu crees que me va a dejar explicar? De seguro me mata antes de siquiera intentar decir su nombre.

- Intentalo. Sólo perderás la vida en ello.

Gracias por esos ánimos amiga, lo agradezco, en verdad.

Cuando iba a responder el timbre sonó dando a entender el inicio de clases, Anri se fue y luego de un rato yo también.

Llegué a la clase un poco antes que el profesor, Natalia no me miró, me senté y pegue mi cabeza a la mesa.

- Osea, Lovi como que todo el mundo comenta que jugaste con Nat -dijo Felks bajándome más los ánimos-. Si yo fuera tú, tendría más cuidado con Nat, podrías terminar muerto.

- Felks, callado te vez más guapo.

(...)

Las clases pasaron lentamente, fue un día que se me hizo eterno, y por mucho que intenté hablar con Natalia esta me ignoraba, fue una misión casi imposible... Hasta ahora que ya acabaron las clases y de cierta manera la logré acorralar.

Es incómodo el silencio que se formó, no estoy acostumbrado a pedir perdón -al menos que sea Feliciano o mi abuelo, quizás a Antonio- no es algo que haya aprendido desde niño, a mi no me lo enseñaron.

Se acomodó el cabello y apoyó en una mesa, esperando que dijiera algo... ¿Enserio Natalia? ¿No reclamaras algo? ¿No me vas a golpear? Joder, mándame al hospital, haz que mi corazón se detenga y que mi hogar sea un ataúd. ¡Di algo mujer!

- ¿Te vas a quedar callado toda la tarde? -me preguntó jugando con un mechón de pelo.

- ¿No estas enojada conmigo?

A ver, Lovino... ¿Que clase de pregunta es esa? ¡OBVIAMENTE VA ESTAR ENOJADA CONTIGO IDIOTA! vale, me estoy juntando mucho con el gringo, y el español... y mi hermano. ¿Que esperanza tengo yo con la clase de gente que me rodea?

- No estoy enojada contigo -dijo mirando el suelo-. Más bien con mi hermano.

- Pero no conmigo... ¿De verdad?

- No podría enojarme contigo.

¿Eh?

Natalia acercó su rostro al mio, sentí mis mejillas enrojecer y entonces me beso, me quedé estático sin saber que hacer.

- Es una lástima, pero soy un poco obsesiva con lo que me gusta... y tú. Me gustas.

- ¿Que yo qué?

- Es extraño, me dolió saber que todo lo que hacías era porque Ivan te pagaba para eso. Pero no puedo enojarme contigo -dijo volviendo a su posición inicial-. De hecho no me importa del todo.

- ¿En verdad?

¿Que tipo de cosas tienes en la cabeza Natalia? No te entiendo, y me da miedo no entenderte.

- Por supuesto. Lovino... Eres una buena persona, además eres guapo e inteligente, me encanta la gente que es como tu. Me encantas, en verdad me gustas.

Esto me está asustando. Toño bastardo tengo miedo, ven a rescatarme.

- Natalia, yo... tengo que irme... -me levanté e intenté desaparecer de allí... intenté, porqué tomó mi brazo y acercó su rostro al mio-. En verdad debo irme a... casa.

- Te acompaño.

- No te preocupes. Puedo irme sólo.

No sé cómo pero logré que me soltara y salí corriendo. Ahora entiendo porqué Ivan la quería lejos de él, da miedo, mucho mucho miedo.

Divisé a mi estúpido primo español esperando a alguien en la entrada. Me vale mierda a quien espera, mi vida corre peligro en estos instantes. Me detuve a unos pasos de él y tomé aire.

- Lovi ¿Que sucede? -me preguntó acariciando mi cabeza.

- Natalia se volvió loca -dije quitando su mano.

- No me sorpren...

- ¡Lovino! -el grito de Natalia interrumpió a Antonio-. No salgas corriendo como pájaro asustado cuando estamos hablando.

- Oh... pero me debía ir y tú no me dejabas salir...

- ¿Disculpa? Si no mal recuerdo fuiste tú el que me acorraló en el aula.

-...

- No importa, ya terminaremos nuestra conversación después.

Dicho eso se fue como diva de teleseries. Dio que tipa más rara de la que me he enamorado.