Primer pétalo
¿Recuerdas cómo fue la primera vez que hablamos fuera de la escuela?
Íbamos en segundo año, todos habíamos pasado por mil y un situaciones de vida o muerte, sobretodo tu. Que parecías imán para los problemas, pero aún así lograbas sobreponerte en cada uno de ellos.
Todo eso y aún así sentías nervios de pedirme los apuntes de la clase de inglés en la cual te habías quedado dormido.
Torpe y encantador Izuku...
— Vamos, tú puedes, Izuku. Solo es ir y pedirle los apuntes, es todo.
Izuku Midoriya, estudiante de segundo año en la academia UA y prospecto a convertirse en uno de los próximos tres grandes ahora mismo se encontraba en una misión muy importante:
Hablar con una chica.
— (¡Sería más fácil si no tuviera a este par de idiotas detrás de mí!)
Izuku maldijo mentalmente observando a su espalda, donde sus dos mejores amigos; Katsuki Bakugou y Eijiro Kirishima le alzaban sus pulgares acompañado de unas risitas burlonas.
Izuku ya no era aquel niño nervioso de hacía ya un año, pero tener a esos dos detrás de él lo ponían nervioso.
— (Como sea, ¡mamá no crió a una perra!) —Izuku se animó mentalmente mientras seguía caminando. Ni muscular lo había puesto así de nervioso.
Eran los primeros días de primavera. Las ligeras ráfagas de un tenue viento gélido rebotaban en los árboles de cerezo que comenzaban a nacer.
En la lejanía, el sol se ocultaba poco a poco tintando las calles de un naranja muy suave.
— Midoriya, ¿necesitas algo de mí?
Una voz repentina hizo que el chico se detuviese en seco. Izuku suspiró y alzó la mirada y al hacerlo fue cegado levemente por los últimos rayos del sol.
Su cabello largo azabache que usualmente rescindía en una cola ahora se encontraba totalmente libre. Sus ojos grande del mismo color lo observaron fijamente y una pequeña sonrisa calmó su corazón.
— Ya-Yaoyorozu. Lo siento, quería pedirte algo.... —el chico dio unos pasos hacia ella acortando la brecha. — Verás, me quedé dormido en clase de inglés y me perdí de todo. Y como no conozco a nadie más responsable que tú acudí a ti por ayuda... —Izuku confesó con una risita llena de vergüenza.
Momo se contagió de aquella risa que a diferencia de Izuku, la de ella detonaba gracia. — No te preocupes, Midoriya. Lo noté. —la chica tomó su mochila y de ella sacó su cuaderno que extendió a Izuku, el cual tomó en sus manos. — Me lo puedes devolver cuando estés listo, así que no te preocupes.
Momo sonrió a Izuku quien asintió con un leve gesto con su cabeza. La chica dio media vuelta dispuesta a continuar con su camino.
Mientras Izuku se quedó de pie justo en el mismo sitio. Su corazón latía con fuerza mientras se dejaba hundir por sus pensamientos.
El viento golpeó con delicadeza haciendo mover su cabello verde. Cerró sus ojos, suspiró y se dejó llevar por esa ráfaga de viento.
— ¡Po-podría devolvértelo hoy! —el grito inesperado del chico detuvo el andar de Momo.
Confundida, la chica regresó su mirada hacia él.
— ¿Tienes algo por hacer? —más calmado Izuku volvió a caminar hacia ella, acortando la brecha nuevamente.
— ¿No? —confundida, Momo negó observando a Izuku.
— Un café. Té o lo que más te guste. Solo me gustaría pasar el día contigo. —Izuku le sonrió tiernamente a la chica que lo observó estática.
Sentía su rostro arder. Sus mejillas se pintaban poco a poco de rojo y su corazón ahora latía más fuerte que de costumbre. Sintió su respiración pesada y una sonrisa involuntaria en su rostro.
¿Cómo es que ahora ella estaba tan nerviosa?
— Ah... —Momo susurró nerviosa. Movió su mirada a cualquier lado menos a Izuku pero eventualmente volvió a conectar con él. Su sonrisa jamás desapareció. Ni peleando contra villanos ni pidiéndole una cita. Y ahora Momo Yaoyorozu se dejó llevar. — E-está bien. Va-vayamos a donde tú quieras...
El pequeño pero perceptible susurró de Momo llegaron a oídos del chico quien suspiró feliz y sonrió un poco más para ella.
Izuku retomó su camino hasta estar al lado de Momo y la observó bajó uno de los primeros árboles de cerezo nacientes de la prematura primavera.
Ambos se sonrieron tímidamente y emprendieron su viaje a la lejanía.
— ¿El estúpido nerd acaba de ligar? —a lo lejos Katsuki admiró con asombro toda la escena.
— Y de una manera increíble... —Kirishima igual de sorprendido fue también testigo de aquello.
— Siento envidia. —Katsuki refunfuñó observando como Izuku y Momo se marchaban juntos.
— De Yaoyorozu o de Izu-bro? —Kirishima preguntó con burla observando como Katsuki lo miraba molesto. — Que gei, no te preocupes aún así te quiero.
— Tienes tres para correr antes de explotarle el culo, pelos de mierda. — Katsuki persiguió a Kirishima quien huía y esquivaba unas cuantas explosiones del rubio.
Mientras caminaban Momo trataba de calmarse un poco pero aún así no lo lograba del todo. Al final era su primera cita aunque no fuera una cita.
De vez en cuando observaba de reojo a Izuku quien caminaba junto a ella.
Su sonrisa seguía allí y en su rostro un tenue carmesí tintaba sus pecas en sus mejillas.
— Te encantará ese lugar. —Izuku mencionó tomando por sorpresa a Momo. — Confía en mí, ¿si?
Allí estaba nuevamente aquella sonrisa de Izuku. Aquella que calmaba a tanta gente y ahora habían convencido a Momo Yaoyorozu de dejarse llevar por Izuku Midoriya.
Supongo que mi primer pétalo fue tu sonrisa. Nadie me puede culpar.
Esa sonrisa tuya movió mi mundo en unos segundos, y solamente tú tienes la habilidad de hacer eso posible, Izuku Midoriya.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro