2.3 Burbujear
Había un detalle en las manos de Seungcheol; su dedo meñique siempre estaba cubierto, no era una venda, era una especie de anillo que envolvía la punta y parecía hecha de oro, resaltaba cuando sus manos bailaban sobre el violín, brillaba dorado y acompasaban con sus ojos. Jeonghan sabía la verdad debajo de ese anillo, sin embargo, aún le causaba curiosidad, Seungcheol nunca se lo había dicho, y nunca se lo mostró, siempre lo escondió con recelo como si se tratara de una vergüenza.
Jeonghan miró sus manos, tres dedos vendados, uno recién descubierto. Y despues, con disimuló miró las manos de Jihoon comprobando lo pulcras y perfectas que parecían, alejado de cualquier mano trabajada, las uñas siendo delgadas y largas. Podría tener envidia de las manos de Jihoon, envidia de lo cuidadas y hermosas, pero no la tuvo, en cambio, sintió un rechazo inmenso.
—Mi nombre es Seungcheol.— Se presentó ante Jihoon pasando a Jeonghan de largo, sus ojos posados sobre los oscuros y pequeños. —La señora Yoon fue mi maestra cuando era niño, pasé muchos veranos con el violín.
Jihoon lo miró casi con desinterés.
—Jihoon.— Se presentó.
Seungcheol sonrió más amplio y negó, como si Jihoon fuera un niño despues de haber hecho una travesura, solo que Jihoon no respondió a ese gesto y continuó con su indiferencia. Jeonghan intentó acercarse, intentó tener algo en mente que decir, pero todo estaba en blanco, y Seungcheol ni si quiera lo miraba. Era tan humillante que quiso reír.
—Jihoon.— Jeonghan lo llamó y Jihoon respondió con su pesada mirada. Por un segundo se había olvidado de cómo se sentía ser observado. —Jihoon es mi primo.— Jeonghan cambió de persona y se concentró en Seungcheol, interponiéndose en su vista. —Es el primogénito de los Lee. Su madre lo mandó para que completara con su entrenamiento.
Seungcheol asintió casi asombrado.
—¿Cuántos instrumentos tocas?— Preguntó Seungcheol con interés. —¿tocas el violín? Espero que mi presentación no haya sido vergonzosa.
Seungcheol mostró una gran sonrisa. Y si la atención de Jihoon hubiera sido agua probablemente Seungcheol estaría en una sequía.
—Ah, estuvo bien.— Habló Jihoon.
Seungcheol soltó una risa que quizás Jihoon no comprendió, pero Jeonghan sí; no era nerviosismo, era algo que Seungcheol hacía cuando empezaba a competir, una risa plagada de emoción, de energía aprisionada que burbujeaba fuera. Seungcheol se inclinó sobre Jihoon buscando su rostro y este solo lo alzó con indiferencia, sus pequeños ojos ocultando cualquier sentimiento.
—Espero escucharte pronto, Jihoonnie.— Habló Seungcheol con la voz melosa mientras que Jihoon por fin lo miraba. —Ojala puedas cantar para mí en algún momento.
Tuvo que entrelazar sus manos para evitar el movimiento brusco de estas, un sentimiento oscuro brotando de su pecho, burbujeando hacia afuera.
—Yo puedo cantar.— Dijo, y hubiera sido vergonzoso... si tan solo Seungcheol le hubiera puesto atención.
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