Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

27: Guerra

Merche

Luego de aclarar todo con Eiden, creo que me siento más relajada, pero el momento se arruinó bastante rápido.

Tiros se escuchan fuera del prostíbulo, hay guardias que corren hacia afuera, como otros que se llevan a las chicas a quién sabe dónde. Cuando uno intenta llevarme, Eiden lo detiene y le indica que me quedaré con él.

—Mantente cerca —me aclara y lo sigo detrás, camina hasta el área prohibida y saca un arma de allí.

Veo como Demián sale del lugar y los tiros cesan. Aquí hay algo extraño y creo que Eiden piensa lo mismo. Caminamos sigilosamente hasta salir también, por primera vez visualizo afuera, de manera que puedo ver todo. Sabía que había pasto aquí, me giro a ver la entrada "Reino" se llama, un cartel grande lo dice. Observo a un lado y a otro, no estamos en la ciudad, es en la ruta este prostíbulo. Reino, ¿dónde escuché eso antes? No es un casino como Imperio es... ¡Está camuflado como un hotel! Cierto, Reino es una cadena de hoteles, pero, ¿cómo? ¡Ah! Ya comprendo, no cualquiera puede ir a Reino. Comienzo a atacar cabos. Vip, Imperio, Reino, son todos exclusivos. Todas redes de prostitución. Debe haber más nombres, debe estar lleno de estos. Estoy a punto de cerrar camino. Levanto la vista y veo a R bajar de un coche, cuando sepa el nombre de ese desgraciado, habré finalizado mi trabajo.

—J. ¿Cuál es el problema? ¿Por qué matas a mis hombres? —exclama alegre y a quién se dirige, que también baja sonriendo de un automóvil.

—Nuestra sociedad se acabó, R.

—¿Por qué?

Visualizo como todos los presentes comienzan a preparar sus armas. Esto se va a poner feo. Veo a los que han muerto. Parece una guerra, una guerra de mafias.

Eiden agarra mi mano y me lleva detrás de una media pared. Parece que esta salida se encuentra preparada para este tipo de situaciones.

—Se va a poner feo. —Piensa igual que yo.

—¿Crees que tu padre no lo pueda convencer? —le pregunto.

—No creo, esto se formó por mi culpa —exclama pensativo.

—¿Por tu culpa?

—Rechacé a Stella, Hermes la amenazó y el Señor J es muy devoto a su hija. Creo que habían llegado a un acuerdo, pero parece que cambiaron de opinión —explica, entonces observo la vista de Eiden y la sigo, está mirando a Demián, luego agrega—: Y creo que ya sé por qué o mejor dicho, por quién.

—¿Crees que él fue quién lo hizo cambiar de opinión? ¿Por qué? No tiene sentido.

Aunque pensándolo bien, Demián quiere matar a sus hermanos y qué mejor forma de hacerlo que aliarse con otra red de trata. Pero la volvió en contra. Eso es más complejo.

—Creo que empiezo a saber qué trama —sugiere.

—¿Y qué es? —pregunto curiosa.

—El nombramiento.

—¿Nombramiento?

—Las letras que tienen los jefes principales, no son solo para ocultar sus nombres, es para imponer respeto, ser reconocido en la red de trata. Es como un rango, Demián no puede tenerlo, no está calificado para ello. Se obtiene mediante unas pruebas y los jefes son los que deciden, si entras o no, a su grupo exclusivo. Nosotros somos cinco hermanos, uno acompañará a padre en ese lugar, Demián quiere ese lugar.

—Entonces, si se deshace de todos, no les quedará más remedio que elegirlo a él —digo entendiendo.

—Exacto.

—Tengo curiosidad, Hermes, ¿quiere ese puesto, cierto?

—¿Cómo lo sabes? —Se sorprende.

—Lo vi molesto cuando tu padre nombro la letra.

—Hermes está...

Se escucha un tiro, se terminó la conversación. Veo como Eiden prepara su arma, la reconozco, una Arcus 98DA, con gatillo de doble acción. Debo decir que es una buena elección. Visualizo como el bando de R como el de J, ambos están matándose unos a otros. Más que una guerra, esto parece una masacre a sangre fría.

Nos disparan y me sobresalto.

—Nos vieron.

—No tardarán en venir. —Eiden apunta y dispara al atacante, dándole en la pierna, dejándolo inmovilizado, luego vuelve a cubrirse—. Vienen más.

—¡Necesito un arma!

—¿Para que te descubran? —Regresa a disparar cuando se acerca otro.

—Tienes razón, pero me siento inútil —me quejo—. ¿Por qué me trajiste hasta aquí?

—En estas situaciones, o mi padre envía a las chicas a venderlas a otro país o resulta que el enemigo las secuestra. Cualquiera de las dos opciones es peligrosa, incluso aunque seas lo que ya sabemos —me explica.

No me había planteado eso.

—Tienes razón —digo resignada.

—Quédate aquí —me avisa y se cambia de lugar.

—¡No te vayas! —Me alarmo.

—¡Debo ver si puedo arreglarlo! —aclara e intenta acercase hasta J.

¡Maldita sea! No puedo quedarme aquí parada sin hacer nada. Miro para un lado y otro. Frunzo el ceño, Demián no mueve un pelo y encima sonríe. Lo quiero golpear. Levanto la vista, sorprendida.

Un automóvil acaba de arrollar a varias personas.

¡Espera! Yo conozco ese auto.

Hermes baja de este y... ¡Cielos, tiene una ametralladora!

—¡Llegas tarde! —grita R, enfadado.

El castaño prepara su gran arma, se posiciona y sin dar respiro, asesina a todos en el lugar, incluso a los que eran de su bando. Los que estaban en medio de su ataque, perdieron por estar allí.

—Teníamos un trato y ya se acabó —afirma Hermes.

Cambia su enorme arma, por una Magnum plateada y apunta en gran velocidad a J, dispara y mata al jefe sin ningún remordimiento.

Su padre se asusta y sonríe.

—¿No estarás pensando que yo te dije algo horrible, cierto? Papi te quiere —dice el muy cobarde.

—Tu afecto no me interesa —acota en seco—. Mi dinero sí, la próxima vez... —Se acerca hasta él—. Arregla tus problemas solo—. Le da la metralleta sin balas en la cara y R cae al piso con esta.

—Te pagaré.

—Ya me debes demasiado.

Regresa a su coche y se sienta en el lugar del conductor. No se escucha lo que habla, pero ya sé con quién, "limpieza".

—¿Eh? ¿Ya se acabó la fiesta? —se queja Demián y veo que levanta su revólver.

Algo no va bien, esto no me gusta. Mi vista gira para dónde está apuntando. Esto no puede estar pasando, mi corazón se paraliza.

—¡¡Eiden!! —grito.

Se escucha un disparo y no puedo entender lo que pasó. Esto no debería estar ocurriendo, la oscuridad es perversa, demasiado. Más, en una guerra.

La sangre solo cae.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro