26 de diciembre, 2016

Solo toque una parte de su piel y eso fue suficiente para dejarme pensando en el resto de su cuerpo.

¿Sus piernas serán así de suaves? Estuve a nada de besarla, pero me resistí y hoy me arrepiento, debí probar sus labios y saber si son tan dulces y suaves como los he imaginado. Peor aún, debí arrancar la diminuta braguita que llevaba e inclinarla en el sofá y follarla hasta que suplicara que parara porque la estaba sobre estimulando.

Esa mujer se ha metido en mi mente y no solo por sus bailes. Desde que la vi en aquella calle, pensativa, me atrajo y me hizo tener pensamientos que nunca antes había tenido con otra mujer.

—¿Me estás escuchando? —la pregunta de Kira me saca de mis pensamientos.

—Claro que lo hago —digo.

—Tenemos que terminar esto —me dedica una sonrisa que ignoro como siempre—. Debemos terminar algunos preparativos.

¡Dios! Estoy cansado de fingir con Kira y aunque es una mujer sumisa que hace hasta lo imposible por hacerme feliz. No quiero casarme con ella, no es con quien sueño estar toda mi vida y mucho menos es la mujer con la que me gustaría compartir la cama al despertar.

—Te dije que vendría solo si era algo importante —sacudo una mugre inexistente de mi traje—. Esto lo puedes hacer tú sola, no hay necesidad de que yo esté aquí.

—Claro que la hay. Amor —odio esa frase y más si viene de ella—. Es nuestra boda, solo faltan poco meses y no hemos preparado nada.

Quiero gritarle que no me casaré con ella. Que su tío no podrá obligarme porque terminará muerto antes de lo planeado o mejor aún. Quiero decirle que la desecharé como Vitali lo hizo con mi familia. Que solo es un fin para poder obtener lo que he buscado todos estos años.

—Estoy realmente ocupado para esto —me levanto de la silla y ella me imita.

—Es nuestra boda, llevo preparando todo y quiero que tú intervengas en algo —en lo único que intervendré es en acabar con esto—. Quiero que esto sea especial, solo me casaré una vez en mi vida.

—Kira. Te encargo todo a ti, ¿está bien? —me da un asentimiento y eso es suficiente para mí.

—¿Podemos cenar juntos?

—Estaré en reuniones del trabajo —miro hacia donde se encuentra Néstor y le hago un gesto el cual le indica que debe prepararse para salir.

—Entonces nos veremos otro día, pero por favor, llámame.

Eso es lo que resalto de Kira, su sumisión. Acata cada orden que doy, respetas mis palabras y mejor aún no pretende obligarme. Pero para su mala suerte es todo lo que más detesto en ella.

Ignorando sus palabras abandono el lugar. No le estoy prestando atención a lo que dice y quiero llegar temprano al bar para poder observar el baile de Elena y esperar que hoy baile para mí en privado.

Quiero tocar su cuerpo.

—jefe —me habla Néstor mientras me sigue—. El señor Vitali lo está necesitando.

Maldigo interiormente. Si voy a casa de Vitali tendré que retrasar mi llegada al bar e incluso podría perderme el baile de Elena.

Subiéndome al auto decido llamar a Vitali, tal vez pueda darle solución a su requerimiento por teléfono.

—No dije que llamaras —su voz se escucha fuerte a través de la línea—. Te necesito aquí, algo salió mal con los italianos.

Mierda. He estado trabajando con Alessandro y hasta el momento todo ha marchado excelente.

—¿Dónde nos podemos reunir?

—Ven a mi mansión, no puedo salir de aquí hasta que no soluciones esta mierda —me cuelga el teléfono antes de poder decir algo más.

Idiota. Siempre escondiéndose como un perro, lo que no sabe es que allí es donde terminaré con su vida.

—Vamos a la mansión de Vitali —le digo a Néstor antes de ponerme en contacto con Alessandro, quiero estar informado antes de reunirme con el intento de Boss.

"—Voy para la mansión de Vitali, sucedió algo con los italianos".

Le envió un mensaje a Alexey para que esté informado.

"—¿Me necesitas allí?"

Las respuestas de él son rápidas y agradezco por tenerlo a mi lado, es el único en quien puedo confiar.

"—No, solo está atento a tu teléfono".

Enviado este último mensaje, llamo a Alessandro.

—ruso —habla Alessandro.

—¿Tus chicos tuvieron problemas? —Voy directo al grano, no estoy muy lejos de la mansión de Vitali.

—Pocos problemas que solucionamos de inmediato —menciona—. Pavel intentó torturar a uno de mis chicos por información valiosa, pero este no soltó la lengua.

Sabía que la rata de Pavel no se quedaría con los brazos cruzados.

—Eso no me da respuesta del porque el Boss quiere reunirse conmigo —la risa irónica de Alessandro se escucha rápidamente.

—Tal vez matamos a uno de los tuyos.

—¿Mataron a Pavel? —me harían un favor, pero desataría una guerra la cual estoy intentando evitar.

—Ojalá. Matamos a uno de sus hombres, el que estaba torturando a mi chico.

—¿Estás seguro de que no dijeron nada?

—No. Pero ya sabes que todo tiene un precio, quiero entrar a Alemania con mis armas y quiero algo de su droga —bueno, esto es fácil para mí.

Ronald quiere entrar en los negocios de los italianos, pero debe hablar con los de la junta de ese país.

—Hablaré con el alemán.

Finalizo la llamada cuando Néstor se estaciona afuera de la mansión de Vitali. Tiene una mansión demasiado grande para la poca gente que vive en ella, su mujer está en estados unidos junto a sus dos hijos —imagino que es para albergar a sus putas— lo que no sabe es que morirá aquí en su enorme mansión solo.

—jefe, ¿quiere que entre con usted? —acomodo mi Heckler & Koch en mi cintura y mi Glock en la chaqueta de mi traje.

—Espérame aquí, no hay necesidad de que entres conmigo.

Camino con total tranquilidad. Si las cosas son como las mencionó Alessandro, no tengo mucho por lo que preocuparte.

Entrando a la mansión, el ama de llaves me informa que Vitali me espera en su despacho.

—Jasha —los presentes se ponen de pie cuando entro en la oficina.

Pavel es el único que no se pone de pie y no pasó su actitud hacia mí desapercibida. Llegará el día en que se incline ante mí.

—Te estábamos esperando —habla Vitali.

—Ya estoy aquí —no puedo evitar mi voz estoica y carente de gracia.

—Estamos considerando abandonar los negocios con los italianos —sabía que Pavel no se quedaría con los brazos cruzados al saber que yo me encargaría de todo con los italianos —no creemos que la guerra de años termine tan fácilmente.

—Los italianos están dispuestos a unirse a nosotros —bueno, solo conmigo, pero esto ellos no lo tienen que saber—. Sabemos que sus armas nos sirven, además obtendremos ganancias de esos negocios.

—Nosotros también fabricamos las mejores armas —menciona Pavel—, además ya tenemos un negocio con los alemanes.

—Gracias a mí, fui yo quien se contactó con el alemán.

—No me importa esa mierda, lo único importante es que ya estamos colaborando con ellos.

Espero con ansias el día que pueda acabar con él. Pavel es lame suelas de Vitali y los dos tendrán el mismo final.

—¿Crees que los alemanes seguirán colaborando con nosotros si yo decido apartarme? Además, debes saber que los alemanes están trabajando con los italianos.

Bueno, esto último no es verdad, yo soy el intermediario entre los negocios de esos dos países.

—No eres indispensable, hay mejores que tú.

Joder, quiero reventar su cabeza a bala.

—Suficiente, Pavel. Jasha tiene toda la razón.

—¿Tú quieres acabar los negocios con los italianos? —Mi mirada se dirige a Vitali. Si él me dice que sí, adelantaré mi masacre.

—Tuvimos un inconveniente con ellos, mataron a uno de nosotros.

—Porque Pavel estaba jodiendo sus pelotas.

—Vamos a calmarnos todos —camino hacia la silla que está junto a Pavel—. No confió en los italianos, pero confió en ti, así que seguiremos con lo planeado.

—Yo estoy seguro de que los italianos no nos bajaran la cabeza, llevan muchos años traficando por su cuenta —insiste Pavel.

—Pero tenemos las mayores rutas —alego—. Ya los negocios están iniciando, además vamos a trabajar con Alessandro, quien es el líder de la Cosa Nostra.

—Tío, esto es realmente un error.

Me cago en la madre de Pavel. Sabía que utilizaría sus influencias familiares, pero para su mala suerte estoy a un nivel más alto.

—Ya las cosas están dichas. Seguiremos con los italianos —asegura Vitali.

Las siguientes horas hablamos de los negocios de Estados Unidos donde se supone iré el próximo año.

—¿Ya tienes la fecha de la boda? —Jesús, sabía que Vitali no tardaría en preguntar nuevamente sobre la boda.

—Aún no, pero Kira se está encargando de todo.

—Quiero que te cases antes de viajar a los Estados Unidos.

—No hay prisa en esto, Kira quiere algo perfecto —miento, si por ella fuera, ya nos hubiéramos casado.

—Mujeres —se ríe ligeramente antes de aspirar el humo de su puro.

—Ya sabes cómo son —observó la hora en mi reloj y es pasada la medianoche.

Ya la rojita debió dar su único show de la noche. Mierda. Quería verla y desestresarme un poco.

—Me retiro —me levanto y me despido de los hombres que aún quedan en el lugar.

—Antes de que te vayas —me detiene Vitali—. Debes informarle al italiano que nos deben un hombre.

—Torturaron a sus chicos por información que ninguno tenía.

—Pero siguen vivos.

—Hablaré con él.

Espero un momento hasta que Vitali me dice que puedo abandonar la oficina.

Odio guardarle respeto al hombre. Me repugna parecer genuino, atento y ligero frente a él.

Néstor maneja el auto hasta el edificio donde se encuentra mi hogar temporal. Cuando termine con el apellido Petrov regresaré a la mansión de mis padres y obtendré todo lo que nos pertenece a Alexey y a mí.

★

Temprano por la mañana me movilicé con Alexey a uno de los depósitos que me pertenece. En el lugar me esperaban algunos hombres italianos para ponerlos al día de lo que sucederá en febrero.

—¿Vas para el bar hoy? —me pregunta mi hermano mientras nos dirigimos a la fábrica de la pólvora.

—Sí —mi respuesta llega de inmediato y me arrepiento al ver la sonrisa de mi hermano.

—Ayer hizo dos shows, pero en el último no se veía nada bien.

—¿Tuvo problemas con alguien? —Yura sabe que nadie la debe tocar.

Ella es mía.

—Tres semanas y ese interés por ella se duplicó.

—Nada se duplicó, solo voy al bar por las cuentas con Yura además me preocupa porque es mi empleada.

—Nunca dije que ella te preocupara —maldito idiota.

—Estás buscando que te baje del auto —digo —¿hablaste con Ronald? —Cambió rápidamente el tema de nuestra conversación.

—El alemán quiere la pólvora para la próxima semana, además aún no va a entrar en los negocios con los italianos.

—Entiendo, la junta posiblemente le dijo que no.

—Le dije que matara a todos esos viejos y se hiciera cargo del país él solo.

—No es fácil, el hombre está solo a diferencia de mí.

—Pero es inteligente.

—Llegará el momento en el que se vuelva el rey y gobierne todo su imperio, por el momento debe seguir órdenes.

Tendré que hablar con Alessandro e informarle que los alemanes no están dispuestos a trabajar con él.

—De eso no tengo duda, pero necesita alguien o algo que lo incite a llegar a querer tomar el poder —estoy seguro de que en unos años él será quien lidere toda la mafia en ese país—. Estoy de acuerdo que necesita a alguien como yo.

—Viviré en deuda contigo —digo.

Y es verdad. Mi hermano fue quien me salvó y es la única persona que he dejado entrar totalmente a mi vida desde que perdimos a toda nuestra familia porque él vivió lo mismo que yo, pero ha sido el más fuerte a pesar de ser menor.

—Puedes dejarme en mi casa, voy a verme con mi gatita antes de ir al bar —pide cuando Néstor emprende el viaje.

—¿Puedes conseguir un chofer?

—No, tenemos a Néstor, así que es suficiente.

—¿Consideraste en lo que te plantee sobre Viera?

—No, no la voy a dejar ir —aseguro—. ¿Te casarás con ella?

—¿Si me caso con ella dejarás que deje el bar?

—Solo si ella quiere —Viera viene de una familia de buenos recursos, así que sus bailes en el bar no son por dinero, entonces no creo que ella quiera dejar el bar.

—Solo dile que está despedida.

—No haré eso.

No quiero ser egoísta con mi hermano, pero si la chica quiere estar allí no la obligaré a salir.

—Deja que decida, si el amor que te tiene es tan fuerte, entonces decidirá abandonar por voluntad propia el bar.

—Joder, tienes la boca llena de verdad —Néstor detiene el auto en la entrada de la casa de Alexey y antes de que este se baje le digo.

—Al igual que tú, si no tuviera seis años más que tú diría que somos gemelos.

—Tenemos los mismos padres, por eso nos conectamos de esta manera.

Lo veo bajar del auto y antes de que Néstor retome el viaje habló nuevamente.

—Habla con la chica —es lo mejor que puede hacer—. Hablamos en la noche.

Cuando el viaje es retomado, le pido a Néstor que investigue la vida de Elena. Quiero saber con quién vive, quienes son sus padres, si tiene una relación, hijos. Quiero saber todo de ella.

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Disfrute de la lectura y no juzgue el libro sin primero haberle dado una oportunidad.

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