Recuerdos del pasado 2/3
—De verdad estás aquí— dijo la diosa mientras abrazaba a su amigo.
Percy la abrazó de regreso
—Si Arty, de verdad estoy aquí.
La diosa no se quería despegar de Percy, sin embargo lo hizo una vez se le pasó la sorpresa, y sin previo aviso...
Le dio una patada en la entrepierna que dejó a Percy temblando en el suelo.
—¡¿Por qué tardaste tanto maldito tiempo?!— preguntó Artemisa, —creímos... llegue a creer...
Lágrimas salían de sus ojos plateados
Percy logró recuperar el aliento y se reincorporó, abrazó a su amiga y la consoló mientras ella lloraba aferrada a él.
—¿cuanto tiempo estuve fuera?— preguntó Percy
Artemisa se separó ligeramente de él
—Unos 4073 años, más o menos
Percy abrió mucho los ojos
—por los dioses, dame otra patada— pidió
Artemisa lo golpeó de regreso sin dudar
Percy volvió a caer al suelo, después de un rato logró reincorporarse
—Lo siento, no fue a propósito— se disculpó Percy— lo último que recuerdo antes de volver a nacer fue el despedirme y morir.
Artemisa volvió a abrasar a su amigo, esta vez no pensaba soltarlo. Todas las cazadoras veían incrédulas y confundidas la escena. Por algún motivo su señora Artemisa fue derribada en combate por un chico, y ahora lo estaba abrazando y llorando como si lo conociera desde hacía años.
Solo una cazadora se atrevió a hablar.
—¿Percy?— preguntó ella, dio un paso al frente vacilante.
El semidiós la volteó a ver
—¿Cynthia?— preguntó el, ambos se sonrieron antes de darse un amigable abraso
—¿de verdad eres tú— preguntó la cazadora.
—la última vez que revisé si— respondió Percy—¿como se las apañaron mis hermanitas sin mi— preguntó el semidiós.
—¿Hermanas?— preguntaron Thalia y Grover muy confundidos
—Nada oficial— dijo Percy
—Pero Percy es como el hermano mayor de toda la camada— explicó la cazadora Cynthia.
—¿Camada?— preguntó el pequeño Nico sin entender del todo lo que sucedía
—La primera generación de cazadoras— explicó Artemisa, mientras abrazaba a Percy otra vez.
Las cazadoras estaban muy sorprendidas, aunque Zoë era la lugarteniente de Artemisa y sin duda la mejor de las cazadoras, no era ni de cerca la más antigua. Y además, Artemisa aparentaba ahora unos entre catorce y quince años de edad, la misma edad biológica de Percy, en lugar de sus habituales doce.
—¿Cómo?— preguntó Thalia
Percy se encogió de hombros
—Pues simple, me muero en la antigua Grecia hace más de cuatro mil años, las Moiras me dicen que recuperaré mis recuerdos en mi siguiente vida, y ahora estoy aquí, ¿todo correcto?
Thalia asintió muy aturdida
Percy miro al océano
—Annabeth no está allí— dijo— hay algún tipo de influencia mágica en este asunto, tenemos que encontrarla, pero primero...
Se volvió a Artemisa
—Necesito que me pongas al corriente, ¿que ha sucedido todos estos años?
Paso la mirada por las cazadoras en busca de rostros conocidos, aparte de Cynthia, sus amigos actuales y la propia Artemisa, no encontró a nadie.
—como por ejemplo,— dijo— ¿donde están las otras?
Cynthia bajó la cabeza
—la mayoría están en otros grupos de caza, ya sabes demasiadas cazadoras borran el rastro. Pero si hemos perdido a algunas.
Percy miró a Zoë
—Si tienes una nueva teniente, eso quiere decir que Caly...
Artemisa asintió con tristeza
—Calisto no está con nosotras desde hace varios siglos, tengo demasiado que contarte
—ya veo...— dijo Percy, de repente toda su energía parecía haberse apagado—y necesito ver a Apolo y a mi padre, quiero ver sus expresiones cuando se enteren de que volví
Artemisa asintió, esbozó una sonrisa
—Vamos, necesito que me cuentes lo que sucedió en la lucha con la manticora, dijo varias cosas que me resultan... inquietantes, allí podremos discutir lo de tu amiga del acantilado, y te pondré al corriente de estos últimos siglos.
Percy le sonrió a Artemisa
—¿Carrera hasta tu tienda?
—Si logras alcanzarme— respondió ella, ambos salieron disparados en dirección a la carpa de Artemisa.
—¿Que acaba de suceder aquí?— preguntó Zoë
Cynthia observo los rostros de las cazadoras extremadamente confundidas
—Percy era un héroe en la antigua Grecia, murió salvando a su pueblo de una invasión de bandidos cuando tomó una lanza por su madre. El era muy especial para la señora Artemisa y el el señor Apolo, son amigos de él prácticamente desde que nacieron, el fue su primer y mejor amigo. Como dije, Percy era como un hermano mayor para las cazadoras de la primera generación, nos dolió mucho su muerte, a la señora Artemisa en especial, después de perder a Percy dejó de ser feliz, díganme ¿cuando han visto a Artemisa sonreír y bromear?.
Las cazadoras negaron con la cabeza.
—En esas épocas era algo extremadamente común, ver a ella y a Percy jugar y hacer bromas. Es bueno que el este de regreso, le ha recuperado esa energía Perdida a Artemisa.
Otra cazadora, Phoebe, se rascó la cabeza
—mira Cynthia, sabemos que eres la más veterana por aquí, pero aún así es un poco difícil de creer, ¿la señora Artemisa siendo tan amiga de un chico? Ni siquiera con Hipólito era tan abierta.
—Allí está la cosa— respondió Cynthia— Percy y Artemisa eran mucho más que amigos
Zoë alzó una ceja
—No de ese modo— se apresuró a decir Cynthia— pero eran muy especiales el uno para el otro.
...
—Me has echo mucha falta Percy— dijo Artemisa— pasaron años y años, y no pare de buscar, pero con el pasar de los siglos... yo, solo... estaba empezó a perder la esperanza, creía que no te volvería a ver.
Percy le sonrío dulcemente y la abrasó acercándola a él.
—Pero ya estoy aquí y no me voy a ir pronto, te lo prometo
Artemisa asintió levemente con la cabeza, pero no se separó de Percy.
Ambos pasaron el resto de la noche hablando y poniéndose al tanto de todo lo sucedido desde que Percy se había ido. El casi salía corriendo al Olimpo para atacar a Zeus después de enterarse lo que el le hizo a Calisto. también discutieron del llamado gran despertar, y el como Artemisa tendría que salir de caza sola para encontrar al azote del Olimpo.
La diosa también le contó un poco sobre las nuevas cazadoras, bueno, nuevas para Percy, ya que la mayoría ya tenían sus milenios de edad. De echo la propia Zoë era mucho mayor que Artemisa.
El brillo que los ojos de Artemisa habían perdido con los años se recuperó rápidamente, al fin se permitía sentirse feliz, después de tanto tiempo
...
Muy temprano en la mañana, Zoë fue a ver a Artemisa, ella quería hablar sobre todo ese asunto del chico con ella. Cual fue su sorpresa cuando al entrar a la carpa de su señora, esta no estaba sola.
Tanto Artemisa como Percy estaban dormidos en el suelo de la tienda, como si se hubieran dormido en medio de la platica sin molestarse en cambiarse de posición.
Más que otra cosa, parecía como si dos niños pequeños se hubieran quedado dormidos de repente después de andarse correteando.
La cazadora no sabía cómo proceder.
—Zoë— susurró Artemisa mientras se levantaba lentamente.
Le hizo una seña a su cazadora para que la esperara afuera, ella asintió antes de salir de la carpa.
Mientras Artemisa avanzaba hacia la salida, Percy gimió.
—¿Que sucede Arty?
Artemisa sonrió y lo cubrió con una manta
—Vuelve a dormir, regreso en un momento— dijo con una dulzura aparentemente impropia de ella.
El semidiós calló redondo de inmediato, Artemisa negó con la cabeza divertida, realmente había extrañado a su amigo.
La diosa se encontró con Zoë a las afueras de el campamento de las cazadoras.
—¿Que sucede Zoë?— preguntó ella
La cazadora miró hacia las carpas con recelo
—Es... todo esto, el chico nuevo aparentemente no tan nuevo, que de repente usted esté tan diferente, en mis milenios cazando con usted jamás la había visto así, es... raro, por decirlo de algún modo.
Artemisa asintió
—Entiendo, Zoë, pero tú debes de saber que Percy es de fiar, cada vez que recluto a una nueva cazadora, cada ves que adoptamos a un nuevo lobo o halcón, pienso lo mucho que me hubiera gustado que pudieran conocer a Percy, y ahora el está aquí.
—Mi señora... entiendo que sea especial para usted, pero no puedo ignorar el cambio en su personalidad tan abrupto. Con todo respeto, necesito saber, ¿pude demostrarme que el no la está manipulando de alguna manera?
Artemisa sonrió, su cazadora era precavida, tal como ella le enseñó.
—Te lo juro por el estigio— dijo Artemisa— no estoy bajo ninguna influencia externa. Zoë, yo lo busqué durante siglos, estoy feliz de volver a verlo. Y espero que te permitas conocerlo, te aseguro que ustedes se llevarán muy bien.
Zoë hizo una mueca
—Yo... lo intentaré mi señora, pero después de lo que me hicieron, no se si podré volver a confiar en un chico, y la espada que lleva en su bolsillo...
Artemisa puso una mano sobre el hombro de su amiga
—Comprendo tus inquietudes, pero Percy es el ser más confiable y leal que alguna vez podrás encontrar en este mundo—dijo la diosa— yo misma confío en el a tal punto de que de ser necesario le confiaría mi virginidad, Zoë, entiendes lo que te digo, el es muy especial para mi, y estaría dispuesta a darle mi posesión más valiosa si lo viera necesario.
Zoë estaba extremadamente sorprendida por decir lo menos, pero sabía que su señora hablaba en serio.
—Cynthia dijo que el era muy especial para usted— indagó Zoë— ¿de que forma?
Artemisa vio en dirección a las tiendas del campamento.
—siempre aspire a ser algo más— confesó— pero el nunca pareció verme de esa manera, te mentiría si te dijera que ahora que a vuelto he abandonado esa esperanza, pero de la misma manera que un hombre no debe forzar a una mujer a hacer algo en contra de su voluntad, la mujer tampoco puede forzar al hombre. Tal vez pudiera forzar la situación, pero no sería genuino, no sería especial. El es mi amigo y está bien así, no tiene que ser nada más, pero... soñar no cuesta nada
Zoë no dijo nada, estaba demasiado sorprendida para un solo día, volvió al campamento con las cazadoras y se preparó para ir al Campamento Mestizo como Artemisa le dijo.
Ella pensó que en definitiva Artemisa se veía diferente, pero no para mal, se veía alegre y emocionada como nunca antes le hubiera visto. Y nadie tenía derecho a quitarle eso.
...
Artemisa entró a su tienda de vuelta, vio a Percy dormir plácidamente en el suelo, ella sonrió, le acarició el cabello a su amigo, ella podría estar enamorada de él, lo estuvo por años, milenios en realidad, pero no por eso iba a perder su amistad, Percy era muy valioso para ella, como amigo y como Persona.
Después de un rato el semidiós abrió los ojos
—Igual que en nuestras cazarías— dijo el semidiós adormilado.
—Así es— sintió Artemisa— ¿Vamos a que saques de quicio a Apolo?
—Me encantaría
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