Escúchame Agros.

Se que te molesta que los demás sean unos cretinos contigo, que te vean la cara de idiota.
Agradece el que lo sepas leer, saber lo que se proponen.

Pero ¿qué esperabas? ¿Un trato amable y respetuoso? ¿Porqué deberías esperar eso de ellos?

Por que la gente no debe comportarse de esa manera, allí está el problema; esperas algo que no es real, crees en en actos que no suceden.

Oh, muchacho, yo no soy un buen ejemplo a tu argumento; cuando me conociste solo encontraste a un viejo que fue sincero contigo, eso no me convierte en un buen tipo.

Pero que lo soy, no. Hijo, ser bueno no es un halago; como tampoco ser malo lo es. Pero insistes que es mejor ser bueno que malo.

¿Quién te dijo que así era? ¿Quién te dijo que eso era lo que debías ser? ¿Aceptaste esa verdad porqué era correcta, irrefutable?

Te diré que no hay una verdad absoluta, ni una gran rebelación a nuestra espera, ningún secreto que aguarde por nosotros.

¿Quién te enseñó ese camino de la moral?
Dime quién te instó a esa meta, a ese pensamiento, tan difuso, tan abstracto, que causa disputas; que debido a su deseo de ser melifluo, lo único que ganan con su suavidad es hacer más daño de lo que quieren prevenir.

Ignoran que la construcción de su perspectiva de este mundo es confuza e incongruente porque sus tuercas no tienen sus arandelas; no ven que sus normas caen en zonas grises que es difícil distinguir entre lo bueno y lo malo, deja que los actos no sean fáciles de juzgar, al no tener una postura firme y definida se convierte en algo débil.

Se engañan de que ellos tienen la razón; después de todo estamos expuestos al error cuando de nosotros mismos se trata, también los juicios de nuestros amigos puede nublar nuestro pensamiento.

Es por eso deseo que dejes de pensar en eso como una realidad, como también te advierto que mi opinión tampoco es una realidad, porque son las palabras de un viejo, tomalas en cuenta y genera algo tuyo, en vez de una idealización de la vida, que perjudica, ya que es tal como caminar en un estado de sonámbulo, perseguir unos sueños, sin tomar en cuenta los males de ese camino.

No, claro que no. Los deseos no son malos, el procurar el bien mayor tampoco lo es, el problema es venderte a una meta que tiene fallos, que sus métodos no son adecuados, que sus ideas no son claras ni exactas.

La verdadera gran mentira, no es que nos hayan ocultado la corrupción y los actos ilícitos del Senado, si no, que nos han mentido una falsa realidad, nos vendieron la idea de una vida, diferente a la que es en realidad; lo peor de todo es que te has tragado esa mentira.

Mi muchacho, lo que te quiero decir es que no debes enojarte porque el mundo no es lo que te dijeron, lamentablemente no te enseñaron que era algo cruel y frío, pero también hermoso.

Te debieron preparar para saber de ese tipo de situaciones, que son una prueba para mejorar y para cambiar el mundo.

Por eso mantente alerta pero también permite que otros se te acerquen; desconfiar y confiar en exceso no es benéfico. Una vida llena de miedo no lo es; acércate para aprender de ellos, estar al pendiente de sus acciones, las causas y sus consecuencias de estas, ahí te darás cuenta de muchas cosas.

Eso sería un inicio, lograrás hacer una perspectiva propia. Se que te parece prentesioso, pero es mejor que ser mediocre, ¿no lo crees?

¿Te parece ir al Coliseo?
Quiero ver que has aprendido y cómo lo aplicas; también quiero que presencies la mediocridad manifestada en esos imbéciles, y no sólo te estoy hablando de quienes participan en la arena; vamos, hijo.