https://youtu.be/dx-EkaIuJWY

Elementos, ay con los elementos.

Tenemos los elementos en Avatar, los tenemos en cosas con alquimia, los tenemos con seres cuyo cuerpo representa dicho estado como bestias o criaturas, cuando te imaginas a un ser elemental, ¿Qué imaginas? Si le dices a una persona que se imagine a un ser elemental de fuego podría imaginar algo como una persona cualquiera con el pelo en llamas.

O esta cosita gordita:

Piensa en tu representación y luego dibújala como una de tus chicas france... mmm, dejémoslo en Anor Londo-N, si, que sean seres europeos, para más clase diga pues. Dibújala como una de tus criaturas de Anor LondoN.

Pero aquí no estamos para hablar de solo de seres de fuego, la familia de los elementales es mucho más grande y diversa, todo comenzó cuando los 4 elementos principales bebieron demasiado y comenzaron a disputarse los terrenos de la abuela Gaia, fueron tiempos difíciles pero aunque hicieron más de un acto cruel con tal de obtener algún pedazo de herencia siempre se juntaban para navidad con el resto de la familia.

Ahí tenias a los sobrinos Trueno y Relámpago, la pequeñita Diamante, espero que no la presionen demasiado por ser de las mayores, al travieso Magma (No le pregunten sobre los griegos, no es bueno aceptando retos), entre los varios muchos nietos, bisnietos y mucha otra descendencia.

Y aun con toda esa familia, les gustaba posar y cambiar de forma, mira a esos majestuosos, desgraciados y fotogénicos hijos de... Gaia.

Aunque el problema con las grandes familias es que llegan a un punto en el que no se sienten parte de esta, como dijo el tío Tierra: "Una rama muy delgada dejara caer la manzana", ese sería el caso de nuestro ejemplo de hoy, el joven Carlor.

Si, mentí, esto si se trataría de seres de llamas.

Carlor es uno de los más jóvenes descendientes del tío Fuego, un chico algo entusiasta pero con poca motivación, le falta esa Chispa en su vida, pues la última vez que vio a su querida prima fue hace varios años y casi no logra recordar su rostro, ¿Tenía rostro verdad? No se quién se acuerda menos, si Carlor o yo.

Después de varias generaciones los padres de Carlor vieron que la vida en la granja familiar ya no estaba funcionando, no tenían demasiado dinero y sabían que jamás podrían prosperar como elementos si seguían ahí, Carlor para ese tiempo jugaba siempre con su prima Chispa, una amistad muy bonita entre ambos quienes pasaban más juntos jugando por ahí que con sus padres, el día que Carlor se fue ambos sufrieron bastante, aunque los que más sufrieron fueron los terrenos del primo Madera.

Llegar a la ciudad fue difícil para el joven Carlor, todo era tan rápido y cerrado, el día que vio por primera vez un vehículo casi se plasmifico en público y solo tenía un cambio de ropa interior, sus padres le advirtieron que tuviese cuidado de tocar a la gente sin sus guantes térmicos, algo que siendo niño no entendió bien, grave error.

¿Qué tan malo puede ser que te digan que debes usar guantes en todo momento? Pues que generas misofobia, claro.

Para cuando Carlor se volvió un adolescente era un chico bastante paranoico, entusiasta, pero paranoico, una pésima combinación, él y sus amigos comenzaban a descubrir nuevas cosas y nuevos gustos, sentía el impulso por llevar su conocimiento (y estupidez) a un nuevo nivel, pero en el momento que algo le pasaba a sus guantes perdía la cabeza, esperen, no puedo usar esa frase porque la asociación de Dulahan unidos la considera racista, pues... dejémoslo en que se ponía algo histérico.

Es curioso, pero uno de esos momentos terminaría por definir la vida del muchacho, más concretamente cuando estaba en casa de uno de sus amigos y se oculto dentro del horno mientras intentaba respirar, la madre dejo sin querer dejo un trozo de carne y, bueno, era la temperatura perfecta. Carlor lo vio todo y sintió que había encontrado su motivo al ver las sonrisas de su amigo y familiares al disfrutar de tal suculento platillo.

Carlor decidió que diseñaría la siguiente revolución de electrodomésticos y se propuso volverse un técnico que reparase cualquier electrodoméstico posible.

Incluso sus padres se sorprendieron de verlo acercarse tanto a la tecnología, ellos no terminaban de comprenderla pero su hijo la dominaba como si hubiese nacido para esta.

Se esforzó demasiado, tanto que incluso llego a enfermarse mientras estudiaba para los exámenes de admisión, imagínate el miedo que sintió su madre cuando vio que la temperatura de su hijo estaba por los 1400° celsius y comenzaba a ponerse azul, no era una fiebre grave pero ninguna enfermedad es pequeña a los ojos de una madre, aunque la peor parte se la llevo un pobre yeti que vivía en el departamento continuo, pues ni siquiera se atrevía a golpear la puerta para quejarse ya que estaba seguro que se quemaría, aunque la policía si fue llamada, y los bomberos, Carlor tuvo una experiencia interesante siendo escoltado fuera del área residencial mientras los androides de la ambulancia sudaban liquido refrigerante.

Definitivamente no les pagaban suficiente para todo lo que tenían que vivir a diario a esa pobre gente.

Después de esforzarse por evitar una demanda y retomar sus actividades tampoco cesaron los problemas, más de una vez había sido llamado por la dirección ya que las muchachas se quejaban de que sus comentarios eran demasiado calientes, pero en esa ocasión pudieron descubrirlo con las manos en la masa arruinando el almuerzo de varios compañeros, él solo quería tener la experiencia de la comida, ser la comida, estaba al tanto que los demás no consumían combustible como él, su favorito era el petróleo pero el consejo del 90' sobre patrimonio dinosaurio dictamino que no querían seguir viendo a algunos seres consumiendo a sus ancestros y el derivado no sabía bien.

Rencillas culturales habían muchas, él solo quería crear el mejor microondas que existiese.

Y llego finalmente el día, Carlor tuvo que enfrentarse al peor enemigo contra el que se estuvo preparando: el examen escrito era, efectivamente, en papel.

Ocupando una armadura completa para seres de plasma se encamino hacía el lugar pese a que la policía más de una vez le detuvo, no era común ver a un ser con armadura de señor de la guerra excepto para la escenificación de la gran batalla del 23', el mejor amigo de Carlor contaba orgulloso como su tatara-abuelo derribo un edificio de 3 pisos de un solo puñetazo, pero ya sabes lo que dicen, nunca le creas a un demonio, menos a uno que usa un traje de látex en su diario vivir.

Aun así al estar frente al edificio se sintió intimidado, podía sentir que su pasión se apagaba por el miedo, la armadura que estaba hecha para resistir más de 1500° celsius ni siquiera se estaba esforzando en contenerlo, ¿Un ser de fuego al cual su llama se había detenido? No cuando tu ancestro es la llama primordial, pues pudo ver a muchos de sus familiares animándole en la entrada, algunos que incluso no había visto en años, sería la primera llama que obtendría estudios universitarios, incluso su querida prima Chispa estaba ahí.

¿Qué se puede decir? Eran una familia cálida.

Actualmente el joven Carlor estudia felizmente electrónica en la universidad, es increíblemente eficiente que puedas soldar y separar con los dedos, ¿No? 

Pues su camino por el mundo de la tecnología solo estaba comenzando.