Los presentes se encuentran confuso con la llegada de Dimas a las instalaciones de entrenamiento, ellos esperaran ver a Seth no su hermano.

—¿No vendrá el capitán?—Cuestioné.

No he tenido la oportunidad de hablar con él, no porque yo no haya querido más bien el capitán no se encuentra ddisponible. Dio órdenes estrictas de no ir a su complejo mucho menos llamarle, se tomaría un par de meses como vacaciones.

Tenía la mínima esperanza de poder verlo hoy, después de todo se suponía que él, sería quién entrenará a estos nuevos cadetes. Y sí nos envió ese mensaje era porqué estaría presente.

—No.—Respondió firmemente.—Seth no vendrá si es que lo están esperando.—Vio la desilusión en los ojos de Farid.—Él se encargará personalmente del entrenamiento de su pareja, Christian Knight.

Dimas quiso dejar en claro una vez la posición de Christian tanto en el corazón como en la vida de Seth, diciéndole directamente a Farid que olvidé completamente los sentimientos de él por su hermano mayor.

—¿Puedo preguntar qué papel ocupará usted en este lugar?

Los vellos de mi cuello se erizan al igual que ese hormigueo en mi pecho, todo a causa de ese movimiento repentino de esa persona. Al instante en que sentí el roce de su aliento, sobre mi piel hubo un extraño estremecimiento, George hizo esa pregunta tan cerca de mi nunca, no me lo esperaba. ¿En qué momento llegó detrás de mí?

—¿Sí, qué hace aquí almirante Knight?—Preguntaron respetuosamente, Farid, Sormy.

—El vicealmirante me dio permiso o mejor dicho la orden de ponerlos bajo mi mando.—¿Por qué me mira así?

George veía a Dimas con su mirada entrecerrada, no estaba creyendo del todo que Seth le haya ordenado algo como eso a Dimas, más bien tenia la ligera sospecha de que había sido él quien sugirió o le suplicó a Seth.

—Farid, tú le estarás enseñando a Lucio.

—¿Qué?

Ambos tuvieron reacciones similares, no querían algo como eso y todo porque; "Esa mirada no me agrada" es el pensamiento de ambos, desde el momento en que se vieron a los ojos ambos se cayeron mal. ¿Por qué? No sé sabe quizás su sangre no congenia.

—A puesto que ese tipo va a gritar cuando vea el primer obstáculo.—Es obvio, solo hay que verle la cara de idiota.

—No me insultes en tu mente.—Llegó junto a él.—Así como gritó tu corazón al enterarte que habías perdido.—Susurró.

No era necesario explicar más para que Farid captará claramente todo, lo que lo hizo enfurecer. Lucio no quería ser tan agresivo pero Farid no ayudaba en su actitud llena de arrogancia mirado de menos a Lucio.

—Está bien.—Sonrió con frialdad.—Me haré cargo de su entrenamiento.—voy hacer de su vida un infierno.—Vámonos.

Lucio volteo a ver a su hermanito, "que Dios te acompañe." Hizo la señal de la cruz. "La próxima vez cierra la boca o mide tus palabras." Fue lo último que dedujo Lucio en la mirada de su hermano menor.

—¿Qué acaba de pasar?

Cómo un niño yousset mueve su cabeza, se veía tan adorable. Era muy despistado y algo lento para notar las cosas.

—¿Yo, estaré cargo de él?—Tengo que estar aliviado porque me toco alguien como él, siento que será fácil el llevarme bien con yousset.

—Sí.—Asiente.—Seth expreso que su entrenamiento será en el piso 40, que empezaras con el reconocimiento y luego con lo demás.

—Bien.—Le indica a yousset que lo siga.

—¿George?

—Lo harás bien.—Sonríe ligeramente.—No te sobre esfuerces está bien decir que estás cansado.

—Lo tendré en cuenta.—Se da pequeñas palmaditas en su rostro, siguiendo de cerca a lo que vendría siendo su entrenador.

Ya en la sala solo quedó George y Dimas este último veía sin pestañear al contrario, sintiendo un pequeño malestar al ver que podía sonreír aunque sea leve pero sonreía a alguien más.

—Déjeme a divino, ¿será quien me ayude en mi entrenamiento?

¿Por qué presiento que esta fue su intención desde un principio? ¿Por qué tomarse tantas molestias? No era necesario que hiciera algo como esto. En ocasiones no entiendo el comportamiento de él, y tampoco me agrada lo que su mirada suele causar en mí, si me encuentro que ese color.

—¿Decepcionado?—Fui tan obvió.—¿Molesto?

—No.—Otra vez esa expresión, ¿por qué se ve tan abatido?—¿Por qué tendría que estarlo?

—¿Sea quién sea está bien para usted?

Demonios que estoy haciendo que son éstas preguntas, desde que lo vi por primera vez actuo así de extraño y eso sigue empeorando.

—No sé a que viene esa pregunta.

Dimas retrocedió inconscientemente hacia atrás tocando la pared con su espalda, tuvo que apagar el reloj en su mano antes de que génesis su IA, le advirtiera sobre su ritmo cardíaco. No era necesario que se lo hicieran saber cuando podía escuchar esos acelerados latidos.

¿Cómo no estar tan acelerado? La vista frente a sus ojos era demasiado hermosa, sobre todo esos finos labios semiabierto tan cerca de los suyos.

—¿Qué quiere de mí?—Una pregunta que fue más un susurró.

Ya no pertenezco a ningún subgénero, pero cuando veo a este hombre simplemente quiero someterlo, esos pensamientos salvajes ya no deberían de existir en mi cabeza, ¿acaso no puedo eliminar eso?

No me gusta sentirme así y sí comentó una locura no tengo con qué excusarse. Ya no soy y ni volveré a ser ese alfa, entonces, ¿por qué está persona despierta esas sensaciones como si lo fuera? ¿Cómo si él fuera la otra pieza faltante en mi vida?...no, estoy confundido, si, eso es.

—No importa—Deja de acorralar a Dimas.—¿Cual será mis ejercicios?

Enfoquemos en lo principal y eso es poder ser compatible con el mecha, Seth comentó que el cual voy a pilotear es el primer que él usó, ese sera un gran honor para mí.

—Bien.

No quiero sentirme así, ¿así es como se siente la decepción? En mi vida había experimentado algo como eso ni en mi trabajo, y ahora lo experimento a causa ese hombre, ese hombre que me hace desear querer besarlo...no debí pedirle este favor a Seth.

—Empezáramos con tu rendimiento físico.—Activo su lado almirante severo y muy demandante.—Tendrás que correr en esa máquina de ahí.

Tenía casi cien metros de largo y George tenía que correr mientras va agregado más metros. El trabajo de George es llegar a la cápsula estilo huevo y apagar todo movimiento tiene que hacerlo en menos tiempo posible.

—¿No sería primero verificar mis poderes?

—Por eso—Responde con su mirada fija en la table transparente sostenida en sus manos.—Vas hacerlo usado tus poderes.—Informó.

—Pero todavía no sé cómo usarlos o cuales son.

—¿Qué?—Se desconcierta.—Creí que ya te había explicado Seth, o por lo menos te enseño a usarlos.

—No, solo nos pidió que nos acostumbremos al entorno, fueron más bien unas pequeñas vacaciones.

Puedo sentir que por mis venas corre una impresionante energía, también siento que podría destruir una nave solo con mis puños. Sí este lugar es como en las películas se me hará fácil usar mis habilidades.

—Cierra tus ojos.

—¿Perdón?

—Solo hazlo.

No quería sentirme nervioso pero fue inevitable cuando él susurró cerca de mi oído, una vez más se puso detrás de mí. Tan cerca que podía sentir su pecho sobre mi espalda.

—¿Cerraste tus ojos?

George se estremeció al escuchar ese "glu" pasar por la garganta de Dimas, el nombrado había tragado grueso al rozar sus manos sobre los brazos de George. Fue leve pero sintió la fuerza proveniente de ellos.

—Lo hago—Contestó.

—Tus habilidades son la fuerza, fuego y la telequinesis.—Informó.

Solamente el cuerpo de George logró y soportó tener tres habilidades como esas, Lucio y yousset solo lograron dominar dos habilidades.

—Relaja tus músculos e imagina cualquier cosa que quieras crear con el fuego.—Suavemente  deslizó sus manos terminando sobre las grandes palmas del contrario.—Sólo dejarlo fluir fuera de tu cuerpo, no lo rechaces y solo deja que abrace cálidamente con sus llamas.

Me perdí en su voz y esas palabras penetrado mis oídos, con cada susurró los palpitos de mí corazón enloquecen, sin embargo no podría decir si era acusado por sus manos sobre las mías o por la preocupación de quemarlo si dejaba a flote esa habilidad.

—No te preocupes por mí, estaré bien. Solo dejarlo fluir.

Una vez más susurró a mi oído suavemente, como si pudiera leer mi mente él calmó mis preocupaciones con el sonido de su voz. ¿Qué es está persona? No quiero dejarlo entrar a mi vida, da miedo...

Dimas se alejó rápidamente al mismo tiempo que creo una barrera al rededor de George, ni alguien como él que es tolerante al fuego no podría salir ileso al tocar esas feroces llamas negras tan negras como el cielo sin ninguna estrella.

No podía creer que George fuera poseedor de algo tan terrorífico como eso, son llamas que no se pueden apagar absolutamente con nada, según las investigaciones realizadas hasta el momento.

—¿Intenta crear algo? Lo que gustes.

Cuando Seth comentó que una de las habilidades de George era el fuego, creí que seria el color normal de unas llamas o las llamas azules alguien como él podría controlarlas. Sin embargo, el fuego negro es una habilidad completamente diferente y de las cuales se sabe poco porque solo las poseyó una sola persona hace cientos de años, fue el tatarabuelo, tatarabuelo del antiguo emperador del imperio, quién le pasó el trono a primo lejano.

—Trataré.—Sigue con sus ojos cerrados.

Sentía que si los abría perdería la concentración y le costaría volver a lograrlo por lo que siguió así e imaginando algo que conoce a la perfección y lo acompaño toda una vida. Un arma, creó esa arma que siempre llevaba tras su espalda para proteger a Seth.

—¿Lo hice?—Abrió sus ojos.

—No estés nervioso.

Dimas se tensó al ver esas llamas negras volverse grades y a los segundos pequeñas, eso le dio señales de advertencia sobre las emociones de George.

—¡¿El fuego es negro?!—Aunque su expresión se muestra calmada, su interior es un completo caos.

George trata de mantener la calma arrepentido de haber abierto sus ojos, ver ese fuego negro emanando de su cuerpo es completamente diferente a verlo en una pantalla.

—Vuelve a cerrar tus ojos.—Sugerí, no puedo permitir que pierda el control.

Si hubiera sabido antes lo viera puesto en la capsula cuadrada protectora, de esa forma no estaría en peligro nadie de estas instalaciones. Fue mi error.

—No puedo cerrarlos—Pensaría miles de cosas.

—Bien.—Corta su distancia quedado a dos pasos de la barrera.—¿Te parece bien si me miras a mí?—Sonríe nervioso.

—Tu mirada es mucho más peligrosa.—Confesó.

—¿Qué?—Se encuentra confundido.

—El color de tus ojos es hermoso eso lo vuelve peligroso.—¿Qué estoy diciendo? Es verdad, pero no tenía porque decirlo en voz alta, no era necesario.

—Entonces, ¿los de Kiran también son peligrosos?—Las llamas a su alrededor van disminuyendo.—Somos gemelos después de todo.

—No.—Ni siquiera me he fijado en la mirada de esa persona.—Para mí no son iguales, puedo reconocerlos así llevarán la misma ropa y peinado.—Aseguró.

¿Cómo no sentir un ajetreo en su alma? Imposible no hacerlo cuando su mirada se encuentra entrelazada con esos ojos sinceros de George.

—No hablé de esa forma.—Aprieta sus puños, retirando la barrera. George había vuelto a la normalidad.

—¿Por qué?—Una vez más se encuentra cerca de Dimas.—Solo estoy siendo sincero.

—Su sinceridad es la que puede llegar hacer peligrosa.—Da media vuelta, escondiendo el sonrojo en su rostro.—Sigamos con el entrenamiento, pero en está ocasión miedo su fuerza. Las otras habilidades aprenderá a usarlas y controlarlas en otra área.—Informó.

—De acuerdo.—Inclinó su rostro muy cerca de la nuca de Dimas.—Como ordene, almirante.

George sonrió pícaro al notar el enrojecimiento en ese hermoso cuello expuesto al igual que el temblor de Dimas. Pensando en que será emocionante las siguientes lesiones, sorprendió por sus pensamientos.