capitulo 17
Su calmada respiración respinga por mi cuello y parte de mi rostro. Aunque no lo quisiera, puedo sentir en la manera que, mi cuerpo se estremece al toque de sus manos rodeado mi cuello u de la manera en la que su pecho hace contacto con mi espalda. Y ese roce de sus labios en mi mejilla, coronó cual cereza de pastel.
¿Como es posible que alguien como Seth, siga pasado atraves de mi guardia y no logré hacer nada? Lo peor, hacer que me estremezca de está manera la cuál en su momento hubiese creído que es desagradable...no, sería desagradable si alguien más lo hiciera.
Entonces ¿Por qué Seth es diferente? Quizás porqué es un sujeto loco y porqué quiero saber cuáles son sus verdades intenciones, si, eso es. Si, por eso es que dejó que haga lo que quiera.
Christian quería negar a toda costa lo que, es más que evidente. Se pondrá miles de excusas para no aceptar que, está cayendo en los encantos del seductor e atractivo Seth. Sobretodo esa hermosa mirada heterocromía.
<Por unos segundos logré ver una pequeña turbulencia en sus emociones> [Lo sé, soy muy consiente de ello. Estoy muy feliz, tan feliz que podría soltar mis feromonas]
Si no lo estuviera abrazado, no hubiese creído que podía ponerle nervioso. Después de todo, su expresión no a cambiado en nigún momento. Sigue teniendo esa mirada un tanto fría, sin emociones.
<No es momento de permitírselo. Como ya sabe, en este mundo, los alfas son propensos a ponerse mal al oler las feromonas de otro alfa, justo como usted ese día en la cafetería al percibir el aroma de Gregori> [Eso no era una fragancia, eso era hedor a estiércol.]
—¿Cuánto tiempo piensas en seguir así? Mi cuello está empezando a doler—Habla con molestia, pero no quería sonar de esa manera.
<La realidad es otra, no olia de esa manera> [De igual manera no me importa, así huela diferente, para mí sigue oliendo a gallinaza de gallina u animal muerto. Y seguirá pensando igual así, fuera beta]
—¿Te moleta que me tomé estás libertades?—Frota su mejilla en el rostro de Christian, tensando aún más al alfa mayor.
—Si digo que sí, ¿lo dejaras de hacer?—Mueve un poco su rostro para poder ver los ojos de Seth, en ese instante cuando sus miradas conectaron, sus labios quedaron a centímetros de rozarse.
Miel podía escuchar a la perfección los palpitos de ese rugiente corazón perteneciente a su maestro. Estuvo apuntó de cubrirse sus oidos para no escuchar ese sonido abrumador. Pero en precisó momento, escucho los leves pero a la vez fuertes sonidos de otro corazon, que no pertenecía a su maestro. Ese pertenencian a Christian.
Miel: Lo sabía, sabía que nadie puede resistirse a los encantos de mi maestro. El joven Christian puede ser una persona inexpresiva, pero sus signos vitales e emociones cuentan algo muy diferente. No es al punto de decir que está rendido a los pies de mi maestro, pero ya logró mover sus emociones. Eso es un gran avance y buenas noticias.
La abejita se mueve a todos lados buscado el mejor ángulo, quería que las fotografías sean excelentes. Tenía que llenar esas carpetas con los mejores momentos de su maestro y Christian.
—Chris—Susurró.
La saliva no fluía por la garganta de Seth, sus brazos querían opresar a Christian. Ponerlo sobre la mesa mientras él se posiciona enmedio de las sexis piernas del alfa ojos morados.
—¿Sí?—De manera inconciente trago grueso, su garganta se volvió extremada seca.
Christian sintió esa leve pero calida respiración respingar sobré sus labios, no podía apartar su mirada de esos ojos que lo ven con esa ternura y devoción hasta el punto de abrumarlo. Esa bella mirada lo arrastra y lo obliga a perderse en esas dos estaciones que tiene por ojos, un azul cálido como la primera y un gris cuál frío invierno pero a la vez agradable.
—Quiero besarte. Dime ¿También lo deseas?—¿Por qué debo pedir permiso? Solo debería besarlo, no. No puedo ser impulsivo.
¿Qué es ese sonido? ¿Es su corazón? ¡Proviene del pecho de Seth! Puedo escuchar tan fuerte esos rugientes latidos ¡Está tan ansioso!...lindo...
Seth dejó de abrazar por detrás al alfa mayor, pero en nigún momento dejo de ver esos extraordinarios ojos morados.
Cuidadosamente movió un poco la silla donde se encuentra sentado Christian. Seth apoya sus manos en cada lado de la silla, apresado al alfa mayor.
Seth se inclina hacia adelante, volviendo a quedar muy cerca de los labios, que tanto quiere besar en estos momentos. La tensión se podía sentir en el aire de ese espacio pero a la vez pequeña sala.
—Creo que estoy pidiendo demasiado....
Seth se quedó en shock al sentir los labios de Christian, sobré los de él. No podía creerlo, quería moverse pero su cuerpo no reacciona por la conmoción y la inexplicable y dulce sensación que provoca los labios del el alfa mayor, al estar sobre los de él.
A miel le tocó darle un pequeño golpe en la cabeza, no podía permitir que su maestro, perdiera tal oportunidad por estar en shock.
Seth estába agradecido de tener un cómplice como miel, podía confiar que ella, le ayudaría cuando se sienta perdido. Le recompensará su arduo trabajo cuando estén en el imperio.
Sus labios son tan suaves, más suaves que la primera brisa de un cálido otoño. Dulce, muy dulce, sera por el café que se tomó hace unos minutos, no lo sé. Pero es demasiado adictivo.
Seth llevó su mano derecha detrás del cuello de Christian, sus dedos se hunden esa blanca cabellera, causado muchos más escalofríos en el alfa mayor. La manera en la que Seth, lo acaricia, lo hace sentir extraño.
Christian quería alejarse de Seth, antes de que todo se toner peligro. Pero, el menor no se lo permitió. Seth de la manera más gentil lo levantó de la silla. Aún sin apartar sus labios de los de otro, Seth pego el cuerpo de Christian, contra la pared.
Con su mano izquierda rodeó la estrecha cintura y la otra detrás de la cabeza de Christian, lo acorraló. No le dejó ninguna escapatoria para huir lejos de sus fuertes brazos.
Sin previo aviso me ví acorralado, yo, Christian Rexon. Estoy siendo sometido por un mocoso lunático cómo lo es, Seth....Sus labios son más finos de lo que se ven a simple vista, tienen un dulce sabor, ¿Los besos siempre son así, de dulces?
Con mucha delicadeza sus largos y suaves dedos se hunden en mi cabellera, despeinado mi perfecto peinado. Debería de sentirme incómodo, odio que me toquen el cabello, me es desagradable. Si hubiese sido otra persona, en estos momentos ya no tendría esa mano con la que se atrevió a tocarme. Entonces ¿Por qué dejó que Seth haga lo que se le plazca? ¿Qué tiene de especial este mocoso?
Al no sentir ese desagradó. En Christian se alojo una rara y extraña sensación. Sus pensamientos se volvieron un poco caóticos.
—Chris—Susurra entre jadeos por la falta de oxígeno de hace unos segundos, ese beso había sido muy intenso.
En esos ojos heterocromía solo podías ver una inmensa felicidad, sus labios tenían una gran sonrisa al igual que esa magnífica mirada azul y gris.
La respiración de Christian era mucho más agitada, pero sigue sin mostrarlo. Su expresión no muestra emociones de sentirse feliz como lo hace Seth.
No me molesta que siga teniendo esa mirada fría, me encanta. Puedo saber que le gustó el beso sin necesidad de que me lo haga saber con sus expresiones, ese rojo en su cuello y detrás de las orejas me lo dice todo. Chris es tan adorable.
—Esto no es válido con respecto a la apuesta—Expresa seriamente—No lo pedí.
—¿Qué?—Mueve su cabeza en confusión—Jajajaja——Fue entonces que recordó sobré la apuesta de ayer.
Por unos segundos Christian se quedó atontado, no era exagerado decir que la sonrisa de Seth, es melodiosa y hermosa. Más cuando ese hoyuelo sale a flote ha deslumbrar aún más la belleza de Seth.
—Solo tu puedes decir algo así en estos momentos—Apoya su frente en el hombro de Christian—Eres frío hasta el final—Con ambas manos sostiene la cintura del mayor.—Es parte de tus encantos los cuáles me encantan. Está bien, esto no es válido con respecto a la puesta, pero—Levanta su rostro, su mirada hace contacto visual con esos ojos morados—Quiero que seas sincero conmigo.
—¿Sobre que?
—¿Se sintió bien? ¿no te desagradó?—Pregunté con temor—No me mientas.
Si me dice que no, solo para no darme esa satisfacción. De alguna manera me hará sentir mal, aunque ya esté más que saber de lo contrario. Que lo disfrutó al igual que yo, su cuerpo es más honesto que sus expresiones y palabras.
Christian ve fijamente a Seth, ve esa mirada sería pero a la vez ansiosa.
Cuando lo pregunta con esa voz y mirada muy sería pero a la vez temerosa, me atrevo a decir que es difícil el mentirle.
—No me desagradó—Retira las manos de Seth, de su cintura—¿Satisfecho?—Pero tampoco iba a decir que de cierta manera se sintió bien. Que le había gustado.
—Sí—Sonrío.
<¿Está feliz solo por eso? No lo entiendo. Esperaba otra respuesta> [Los humanos son complicados, Miel. Por más información e inteligente que seas y tengas nunca entenderías el comportamiento humana y su complicado entorno]
—El desayuno se enfrió, ¿quién fue el culpable?—Ve a Seth, este sigue con una sonrisa tonta.
—Un atractivo hombre de cabellera blanca y unos precioso ojos de color morado—Coquetea—Que en estos momentos me están viendo feo—Sonríe de manera juguetón.
—Sera mejor que cierres esa boca tuya—Toma asiento.
—¿Y si no lo hago?—Se sienta frente a Christian.
—Me veré en la obligación de callarte.—Toca la campanilla de la mesa para llamar al personal.
—¿Con besos?—Esa mirada heterocromía es desafiante—Si es así...—Los labios de Seth, fueron apresados por los dedos de Christian.
—Callarte antes de que me vaya y te dije solo...—Christian soltó a los segundos los labios de Seth.
El alfa menor habia encontrado la manera de lamer lascivamente los dos dedos, pulgar e índice perteneciente a Christian.
Adorable, puedo ver ese pequeño sonrojo en sus mejillas. Es muy puro para tener la edad que tiene. Quiero seguir molestándole. Seguir viendo esas pequeñas reacciones que ni el mismo sabe que puede poner.
—¿Necesitan algo?—Pregunta un joven de cabellos castaños.
—La comida se enfrió ¿Pueden calentarla?—Pregunte, no tenía tanta hambre. Ese beso fue más sabroso que cualquier comida.
—Sí, por supuesto. Volveré en un momento—Pone los platos en la bandeja, sale de la sala.
—¿No te molesta que lo caliente? Puede que ya no tenga el mismo sabor.
—No, será la primera vez pruebe algo así.
—¡De verdad! ¿No haz comido comida recalentada?
—No. ¿Tú si?
—Sí, en muchas ocasiones. Más cuando iba a inspeccionar...
<¡Maestro! Cuide sus palabras> [Por poco me haces gritar en voz alta, tu repentino gritó me desconcentró. Estaba muy inmerso en la conversación. De igual manera gracias] por poco digo; "inspeccionar planetas"
Cada cierto tiempo un nuevo planeta a parece de la nada, el imperio al ser la mayor potencia en toda la galaxia, nos toca ir a inspeccionar si se convertirán en enemigos o si necesitan ayuda y agregar una identidad en el registro imperial.
La mayoría son planetas donde habitan criaturas carroñeras, estas criaturas son inteligentes. Al tener cierta habilidad, suelen transformarse en híbridos, cuerpo de humano y cabeza de animales que no son peligrosos.
Lo bueno que el imperio me tiene a mí y a mis hermanos, los tres construimos un depósito para detectar la energía que diferencia cualquier especie. Yo no necesito ese dispositivo, mis ojos y habilidades son lo suficientemente buenas para notarlo con solo verlos. No estoy siendo arrogante. Soy inteligente y con dotes inigualables.
—¿Inspeccionar que?—Frunce el ceño.
—Los trabajos que me envia hacer ese señor, llamado mi padre—No mentía con respecto a eso, Héctor enviaba al anterior Seth, a diferentes lugares, en ocasiones ni siquiera le quedaba tiempo de comer un rico desayuno o almuerzo.
Christian lo ve con cierta duda, no sé lo estaba creyendo del todo. De igual manera no siguió con el tema de conversación.
No está mintiendo pero tampoco me está diciendo la verdad, es una verdad a medias ¿Que esconde? Cuando habla de Héctor, sus ojos se tornan oscuros y despiadados.¿Odia a su padre? ¿No está fingiendo? Si no estuvo todo esté tiempo en el extranjero ¿Dónde estuvo? ¿En la mansión Allen? ¿Cabe la posibilidad que haya sufrido algún maltrato?
—Puedo escuchar cierto enojó y odio en tus palabras.
—Con permiso—El joven empleado entró a la sala, dejo los platos en la mesa y sirvió café en las respectivas tazas—Que lo disfruten—Vuelve a salir.
—Porque lo hago.—Creí no tener hambre, pero si lo hago. Mi estómago se siente muy emocionado al ver ese desayuno francés.
Si hago más preguntas pueda que me responda con verdades a medias de mentiras, mejor esperaré un poco más. Todavía tengo suficiente tiempo para descubrir lo que esconde.
Christian no siguió preguntando y solo se da prisa en degustar su desayuno antes que se vuelva a enfriar. Aparté solo tiene poco tiempo, tiene que llegar a tiempo a la oficina.
El desayuno concluyó sin incoveniente, sin decir ninguna palabra, ambos se pusieron de pie para salir de la sala. Christian lleva el ramo de claveles con sumo cuidado, ni siquiera se había dado cuenta de esa acción.
Sus imponentes figuras llaman demasiado la atención. Seth da ese aire de misterio al verlo con esa mascarilla cubriendo parte de su rostro.
—¿Estaremos desayunando juntos?—Aunque una de las agencia Allen, donde trabajaré queda a una hora de aquí.
—Tal vez...
—¡Yo pagaré! Tu pagas la siguiente vez—Seth pasa su tarjeta en la caja registradora.—¿Como que tal vez?—Retoman su caminar.
—No siempre tengo la oportunidad de desayunar, medió me descuido y mi oficina está repleta de trabajo—Estoy prestándole atención innecesaria a Seth y sus preguntas.
George se puso de pie al ver que su Joven maestro, estába bajado las escaleras. Eso significa que es hora de marcharse, los sigue de cerca.
—Eso es explotación....
—¡Agh!
Una persona se estrelló con el cuerpo de Christian. Ellos que salieron del restaurante y alguien que venía corriendo a toda prisa.
—¿Estás bien?—Pregunta con un tono monótono.
—Sí.
Seth se congeló al escuchar esa voz y al ver el rostro de esa persona a la cual Christian, está por ayudarle a levántarse. Su corazón se puso demasiado ansioso. Después de todo, tarde o temprano tendría que conocerse de una o otra manera, solo que no esperaba que fuera tan pronto.
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