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Capítulo 27

El miércoles había llegado. Laura estaba de los nervios ya no solo porque fuera el estreno de la obra sino porque Ellion aún no había dado con un antídoto y el tiempo se les estaba echando encima. 3 días. Todo estaría perdido en 3 días.

Los chicos todavía desconocían el problema pero no les pasaba por alto la tensión del cuerpo de su amiga e incluso les resultaba extraño que Ellion hubiera anulado las clases durante toda la semana.

Todos estaban ya en el salón de actos vestidos con sus trajes medievales y muchos nervios al ver a todos los padres sentados en las sillas hablando entre ellos.  Laura miró a sus padres, felices, hablando con los padres de su novio. No había sido capaz de decirles nada a sus padres tampoco. No era fácil decirle a sus padres algo tan delicado como aquello y aún más teniendo en cuenta todos los problemas que ya habían tenido. No podía simplemente ir y decirles:

—Papá, mamá, nuestros enemigos me han inyectado un suero para que puedan controlarme y hacer lo que ellos quieran, pero no os preocupéis Ellion está buscando una cura que no sabe si encontrará antes de que surjan los efectos—

Antes de que acabara de decirlo seguro que su padre se habría desmayado y a su madre le habría dado un ataque. No, simplemente no podía decírselo. Solo podía esperar y rezar por que Ellion consiguiera encontrar a tiempo el ingrediente que no encontraba y era el único que faltaba.

—Venga chicos— el padre de Lauren apareció por detrás del telón, desde el público, y se acercó a ellos —¿Estáis todos listos?— todos asintieron. El lunes y el martes lo habían dedicado a repasar el texto a fondo y por las tardes cada uno se aprendía sus frases en su casa —Pues vamos a ello —se fue hacia el bastidor derecho que era donde estaba la cuerda que permitía abrir las cortinas y así dar comienzo a la obra —Y Abbie y Jackson recordad que estáis enamorados— les guiñó un ojo y abrió el telón.

El primer día de ensayo fue cuando los hermanos se dieron cuenta que tenían que hacer de enamorados, se miraron con cara de asco y sin pensarlo dos veces habían exigido un cambio de personajes, a lo cual Robert se había negado diciéndoles que lo hubieran pensado antes. Al final habían aceptado a regañadientes pero puntualizaron que no iba a haber ningún beso ni nada por el estilo entre ellos. 

Los primeros en salir al escenario fueron Jackson, Ares, Evan, Nathan y Marck. Hablaban entre ellos de tonterías con las mochilas colgadas en sus hombros. De fondo se veía un lienzo de una escuela de la edad medieval, que en realidad era un castillo. Le tocaba salir a Laura y chocarse contra la espalda del que era su novio en realidad y un gilipollas en la obra.

—¿Acaso no miras por dónde caminas?— después del golpe Laura tenía que caerse de culo al suelo, con los libros desperdigados por el suelo y Jackson tenía que ser lo más arisco posible.

—¿Acaso no te han enseñado a no estar en el medio del camino?-—Laura recogió todos los libros del suelo, fingió limpiarse el vestido y se encaró al chico mientras sus amigos los miraban.

—Amor— era el momento de la aparición de Abbie. La chica quería tirarse por un puente ni en un millón de años se podría haber imaginado diciéndole amor a su propio hermano—¿Quién es esta?— se posicionó al lado de Jackson y este le pasó un brazo por encima del hombro atrayéndola hacía él.

—Nadie cariño, venga vámonos. Adiós torpe— ellos se fueron y el telón volvió a bajar anunciando el cambio de acto.

Toda la obra había salido bien, tan solo faltaba el último acto. La escena romántica. No la habían practicado y en el último momento Apolo había añadido que los enamorados debían darse un beso para que fuera todo más real. Laura no entendía que era lo que tenía que parecer más real si sólo era una obra.

El telón volvió a abrirse y allí estaba ella y él. Diciendo sus frases.

—Estuve tratando de escribir que significa nuestra amistad, pero fue imposible, solo existían dos palabras— se arrimó a ella y puso su mano en su mejilla —Te quiero—

—Yo también te quiero Matt— las lágrimas salían de sus ojos, no porque lo pusiera en el texto sino porque no quería perderlo. No quería que nada le pasara al chico del que estaba enamorada.

Jackson puso su otra mano en la cintura de Laura y se acercó a ella. Sus labios hicieron contacto y una corriente eléctrica les recorrió el cuerpo. Laura sentía cosquillas en el estómago y un nudo en la garganta. No quería mentirle pero tampoco ponerle en peligro. Pensaba que lo mejor era tener al chico en la ignorancia. Jackson se separó de ella unos milímetros.

—Te quiero Laura— la chica abrió los ojos tanto como pudo. Le había sorprendido que el chico se lo dijera delante de tanta gente aunque solo ella lo hubiera escuchado.

—Yo también Jackson— el chico le dio un rápido beso y se arrodilló en el suelo. Laura se quedó desorientada. Eso ya no entraba dentro del texto, es más, el telón ya debería de haber caído. 

Levantó un momento la vista de Jackson y miró a sus amigos que le sonreían complacidos, incluso su profesor parecía saber algo que ella desconocía. Miró a Jackson de nuevo. Le cogía una mano y le estaba mirando directamente a los ojos.

—¿Quieres ser mi novia?— se quedó de piedra. No sabía si era Jackson quien se lo pedía a ella o era Matt quien se lo pedía a Ella. De las dos formas aceptaría. Nada podía hacerle más feliz ahora, ni aunque Ellion entrara corriendo gritando que tenía el antídoto listo.

—Si— las lágrimas se desbordaban de sus ojos y ella se lanzó rápidamente en los brazos del chico para volver a besarle. Los aplausos empezaron a llenar el lugar y ellos se separaron. Sus amigos se acercaron a ellos y los padres se habían levantado de sus asientos aplaudiéndoles por la fantástica obra.

Laura vió a su madre con un pañuelo en la mano secándose las lágrimas, a veces podía ser demasiado teatrera. 

Robert cerró el telón y todos ellos fueron a cambiarse de ropa. El traje podía estar bien para estar un rato con él, pero después resultaba pesado llevarlo. No entendía como las mujeres de siglos anteriores los llevaban y encima de eso, portaban una fajas tan apretadas que te dejaban sin respiración. 

Cuando se sintió cómoda con su ropa y sin el maquillaje que la madre de Apolo y Ares le había puesto, salió de bastidores para ir con sus padres. Estaban hablando con los padres de Jackson sobre organizar una comida todos juntos y conocerse más ahora que sus hijos estaban saliendo. 

<<Cómo me descuide demasiado me organiza ya hasta la boda>>

Su madre era muy entusiasta y más en cuanto al amor se trataba. En otra vida debió de ser cupido o consejera sentimental. 

—Laura, cariño— la madre de Jackson la abrazó con fuerza y le plantó un beso en cada mejilla —Has estado fabulosa— Laura se sonrojó. No creía haberlo hecho tan bien como ella decía. Si, se lo había pasado bien y lo había disfrutado que eso era lo importante, pero no se veía dentro de 10 años siendo una actriz de Oscar —Tu también cariño—

Laura se dió la vuelta para ver a quien se refería Marion y vió a Jackson con su ropa negra detrás de ella. Le estaba sonriendo y ella le devolvió la sonrisa. Las mejillas le cambiaron de color y el chico se dió cuenta de ello.

La tarde había pasado rápido y ya eran las 8:30 de la noche, pero ninguno tenía prisa por irse del lugar. Todos comentaban lo fabulosos que habían estado sus hijos arriba del escenario haciendo énfasis en la última escena entre Laura y Jackson.

Los dos aludidos se escaparon del lugar en cuanto pudieron. Jackson le había dicho que tenía una sorpresa para ella y Laura quería saber que era.

Salieron del instituto y Jackson la condujó a una zona apartada de las casas. La zona menos iluminada de la gran fábrica. Habían unas largas escaleras que llevaban a algún sitio que Laura desconocía. Empezaron a subir cogidos a la barandilla para no caerse. Cuando llegaron arriba del todo Jackson abrió la puerta y entraron, Laura se quedó alucinada.

Era una oficina pero no había ningún mueble ni ningún techo. Se veían las estrellas, las pocas que se podían ver a esa hora de la noche. En el suelo habían mantas y cojines y una pequeña nevera.

—¿Qué es esto?— no cabía en sí de la ilusión. Nunca nadie había hecho nada tan bonito para ella. Cada poro de su piel expulsaba su emoción.

—Esto— señaló toda la habitación y las estrellas que les acompañaban— es nuestra primera cita—

Laura no se lo creía. Era tan diferente a las citas de las películas románticas que veía con Litzh. Era como un sueño. Jackson la rodeó por la espalda con sus brazos en un cálido abrazo, ella apoyó la cabeza en su pecho.

—Esto es genial— se giró para mirar esos cristalinos ojos grises que tanto le gustaba mirar— Muchas gracias—

Se puso de puntillas para darle un beso y él deslizó sus manos hasta su cintura para profundizar el beso. Sus lenguas bailaban al compás que ellos iban marcando. Los besos les sabían a poco. Querían más de ellos.

—Jackson— se separó un poco de él para respirar y para poder hablar —Yo... Aún no...—

El pelirrojo la cayó con un beso. Sabía lo que le quería decir y él no la iba a obligar a hacer algo que ella no quisiera hacer. Esperaría todo el tiempo que hiciera falta de todas maneras, aún eran jóvenes. Tenían toda su vida por delante.

Se sentaron en el suelo envueltos en las mantas. Miraban las estrellas en la noche oscura, brillaban con intensidad haciendo de su velada un cita de ensueño.

—Te quiero Laura— le besó la coronilla y la apoyó contra él.

—Yo también te quiero Jackson— le confesó mirando a las estrellas, esperando que ellas guardaran ese momento. Que pararan el tiempo y sólo vivieran en ese instante.

<<Pero solo quedan 3 días>>

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