La semana se les pasó bastante rápido. En el colegio lo único que hacían era estudiar y preparar el primer borrador de la obra que luego Apolo, por petición popular, tendría que perfeccionar y completar. En gimnasia Josh seguía matándolos a ejercicios y cuando llegaban a casa comían y enseguida se iban a dormir de lo cansados que estaban.

El día anterior Laura ni siquiera había comido, conforme llegó a su casa había subido a su cuarto se había tapado con las mantas y se había quedado profundamente dormida hasta que la alarma que anunciaba otro día de instituto había sonado. Era viernes, por tanto último día de clases hasta la próxima semana pero esa vez le pesaban los párpados y le costaba levantarse de la cama. Quería seguir durmiendo hasta el lunes siguiente pero su madre, gritando desde la escalera que se levantara, no le dejaba ejecutar su fantástico plan.

Cual zombie abrió el armario y se puso el primer chándal que encontró. Se ató las zapatillas y entró en el baño para lavarse la cara y despertarse. Bajó a desayunar y su padre estaba danzando por la casa más enérgico que nunca. Últimamente sus clases eran más agotadoras y eso que ella ya estaba acostumbrada, pero parecía ser que esas semanas tenía ganas de machacarlos hasta dejarlos sin energías.

Desayuno rápido y salió de casa con tiempo. En la puerta estaba Jackson esperándola igual que todos los días anteriores. Llevaba un chándal negro a juego con el de ella y su pelo estaba despeinado. 

<<Hoy si que no se lo ha peinado>> Normalmente Jackson se lo peinaba alborotado para que pareciese que no se lo había peinado, pero ese día estaba claro que ni siquiera había tenido fuerzas ni para coger el peine. Se le formaba un bucle en la parte trasera de la cabeza y Laura estaba tentada a seguir el circuito que había formado el pelo en esa área.

Se acercó a él que enseguida se dio la vuelta y se dieron un casto beso en los labios. Esos días solo se veían en la escuela, cuando llegaban a casa estaban tan cansados que no tenían ni fuerzas para mandarse mensajes.

Todavía faltaban 5 minutos cuando llegaron en la puerta así que se apoyaron contra la pared y estuvieron hablando pero a Jackson se le ocurría otra cosa que hacer y que también tenía que ver con sus bocas.

Cogió a Laura y la apoyó contra si. Le rodeó la cintura con sus grandes manos y la atrajo hacía si para besarla. Primero fue un toque de labios para confirma el terreno, pero la necesidad era demasiada. Laura apoyó las manos en su pecho, profundizando el beso. Jackson le lamió el labio pidiéndole permiso para adentrarse en su boca. Laura se lo concedió y enseguida empezó una batalla de lenguas. Sus lenguas ya conocían la boca del otro, pero aún así sentían esa chispa cada vez bailaban el mismo son.

La cosa estaba caldeandose y entonces sonó el timbre. Los dos se asustaron por la estridente campana y se separaron sonrojados. Cuando estaban entrando les vibró el móvil a ambos sacándolos de sus ensoñaciones. Laura abrió el WhatsApp y entró en el grupo que tenían todos juntos, al cual la añadió Jackson hacía cosa de unos días ya que era el único que tenía su numero de teléfono. Había una foto y al descargarla se desternillo de la risa y se puso colorada de la verguenza a la vez. Marck les había hecho una foto mientras se estaban besando y por si fuera poco debajo de la foto había escrito "Si seguís así os comereís antes de que acabe el año".

Jackson entró en clase riéndose a más no poder y en cuanto localizo a Marck fue hacía él y le pasó el brazo por el cuello como hacían los tíos de broma entre ellos. Laura mientras se fue con Mery y con las demás chicas.

Abbie estaba más amable con ella. Ya no soltaba esas pullitas que antes soltaba, ni ponía malas caras cuando ella estaba cerca. Parecía que ahora se llevaban bien y Laura no estaba segura si era por haberle salvado la vida o por estar saliendo con su hermano. Pensó que era más probable lo primero. Pero le daba igual, mientras no tuvieran que seguir "peleadas", le valía cualquier cosa.

Mery por su parte no paraba de repetirles que el sabado era su cumpleaños y quería ir al circo que había ido al pueblo. Ella era la más pequeña del grupo y no solo por su estatura, que también, sino por su edad. A penas tenía 14 años y el sabado cumplía los 15. Y por supuesto los había invitado a todos a ir. Laura solo rezaba porque esa vez no hubiera ningún problema ni ningún encuentro con personas indeseadas por el camino.

El señor Cook entró antes de que tocara el timbre y  les dijo a todos que lo siguieran a otra aula. Todos dejaron las mochilas en la clase y se pusieron en fila india para seguir al padre de Lauren. Entraron en una clase en la que se leía el nombre "Salón de actos" y ya todos sabían lo que iban a hacer.

Se sentaron en las pocas sillas que habían y Robert llamó a Apolo al centro del aula para que les contara como llevaba la obra. Por lo visto el chico había terminado el primer acto y constaba de nada menos que de 26 folios. Si ya les costaba aprenderse todo un temario para un examen no imaginaban lo tedioso que se les haría aprenderse toda una obra de teatro.

Repasaron la obra en la primera hora para comprobar que no había ninguna pega en cuanto al texto y una vez repasado el profesor se acercó con unas perchas cubiertas por un malla oscura que no les permitía ver que era lo que había en ellas.

Fue repartiendolas según el nombre que había escrito en ellas y les dijo a las chicas que fueran al lavabo a probarselas mientras que los chicos, que era más, se quedaban en la clase cambiándose.

Lauren, Mery, Abbie y Laura entraron nerviosas al servicio por ver que se encontrarían debajo de las telas. Cada una entro en un cubilete y empezaron a desvestirse. Ya habían salido las primeras y estaban mirándose las ropas en el espejo y mientras Laura seguía peleándose con la cremallera de su vestido que se había quedado enganchada. Ni subía, ni bajaba.

-Laura ¿Sales o que?- Mery tenía ganas de ver como era el traje de la susodicha.

-Si, pero la cremallera se ha quedado enganchada- salió y se quedó alucinada con el traje de todas.

Abbie llevaba un traje azul oscuro con unos adornos en el final del traje negro. Debajo de sus pechos había una cinta en color dorado que resaltaba más el color del vestido y en las mangas llevaba cosidas otra cinta que dejaba colgando dos largas mangas de los mismos colores que el traje.

Mery por su parte llevaba un vestido de color coral con adornos por todo el traje en dorado y plata. El color era completamente ella, hacía juego con su personalidad infantil.

Y Lauren llevaba un traje parecido al de Abbie pero el suyo era morado con reflejos azules. En los hombros llevaba dos pompones que dejaban paso a unas mangas estrechas. Además el traje llevaba una especie de chal que le hacía de cola por detrás.

-Guau, estáis fabulosas-. Y nadie podía negarlo. Les sentaban muy bien los colores.

-Se podría decir lo mismo de ti- le respondió Mery mientras le ayudaba a subirse la cremallera. Se miró en el espejo.

Llevaba un traje rojo con reflejos en naranja. A la altura de los pechos llevaba atada una cinta en rojo que se ataba en la espalda en forma de lazo y las mangas eran totalmente transparentes. Le recordaba al traje de Julieta en el libro original.

-Listo- dijo Mery y las 4 salieron del lavabo con sus ropas en las manos. Lo único que les faltaba para ser verdaderas chicas de la época de Romeo y Julieta eran los zapatos. Todas llevaban deportivas y si pensaban en aquella época seguro que las damas se espantarian al ver sus zapatos.

Entraron en clase y todas se quedaron boquiabiertos. Los chicos estaban geniales, incluso podían decir que mejor que ellas. Los trajes les sentaban como un guante.

Laura se fijó en Jackson llevaba unas mallas negras y una camisa negra a rayas, las mangas eran plateadas con un lazo en dorado en las mangas además de eso llevaba una especie de cinturón donde la gente de aquella época llevaba la espada colgada.

Jackson se acercó a ella y le apartó el pelo hacía atrás. 

-El rojo te queda muy bien- le susurró en la oreja y después soltó una ligera risa.

La verdad es que era un poco gracioso que le hubiera tocado un traje con los mismo colores que el elemento que ella controlaba. Lo había pensado en el lavabo pero ahora que el se lo decía le parecía bastante gracioso.

-A ti también te sienta bien el negro chico aire- le guiñó un ojo y se alejó de él para dejar su ropa encima de una silla.

Los demás chicos iban vestidos igual que Jackson solo que de colores diferentes. Nathan iba de azul, Marck de amarillo, Evan de verde, Ares de dorado y Apolo de morado. Apolo era el único que no encajaba con el color que le había tocado. Le sentaría mejor un azul oscuro o un blanco.

-Bueno chicos, todos estáis fenomenales. Pero si no queremos estar aquí todo el día será mejor que nos pongamos manos a la obra. Nunca mejor dicho- 

Algunos se rieron por el chiste malo que su profesor acababa de hacer. Animados por el profesor todos se subieron al escenario con los apuntes en las manos.

-Perfecto- Robert se acomodó en una silla como si fuera el director de una película dando el ¡Acción! y el ¡Corten!- Arriba el telón-