Capítulo 22
Volvía a ser lunes por la mañana. La alarma había sonado pero Laura había sido mas rápida y la había apagado antes de que Bruno Mars empezara a cantar su Grenade.
Apenas eran las 7:30 y ella ya estaba arreglada. Se había puesto un peto largo blanco con una camisa negra de tirantes. No podían faltar sus queridas Vans y una cola de caballo recogía toda su melena rubia.
Hacía un poco de frío por lo que decidió coger una chaqueta de punto negra. Se puso la mochila en la espalda y bajó a desayunar con su madre.
Mónica estaba acabando de preparar unos huevos revueltos para su marido que extrañamente estaba despierto a esas horas de la mañana. Laura les dio un beso a cada uno y le preguntó a su padre el porque de madrugar un lunes.
-Hoy empiezo nuevo trabajo- le dijo feliz.
Laura lo miró de arriba abajo. Para empezar nuevo trabajo no iba con traje elegante ni corbata planchada, sino con un chándal viejo que según le contó se lo regaló su madre cuando era adolescente. Era increíble que aún le cupiera la ropa de hacía 20 años lo menos.
Desayuno entre risas y anecdotas por parte de su padre y todo lo que había pasado con su maravilloso chandal desgastado.
Al mirar el movil vio que hacía tarde. Cogió la mochila, se arregló el pelo en el espejo de la entrada y salió corriendo por la puerta no sin antes despedirse de sus padres. Cerró la puerta a toda velocidad y al dar dos pasos corriendo se chocó contra un cuerpo bastante musculado.
Levantó la cabeza para disculparse con el susodicho y vio unos penetrantes ojos grises sonriendole. Le devolvió la sonrisa y se puso de puntillas para darle un ligero y rápido beso en la mejilla a su ¿Novio?
Aún no habían tenido ocasión de darle un nombre a su relación. La conversación seguía pendiente desde hacía varios días, pero por algún motivo o otro ninguno de los dos había hablado del asunto.
Jackson le volvió a sonreir, le cogió la mano y se agachó a su altura para besar sus labios. No habían pasado más de 24 horas pero extrañaba sus labios tanto como la había extrañado a ella en la oscuridad de su habitación.
Corrieron hacía el colegio cuando escucharon la campana que indicaba el comienzo de las clases. Pasaron corriendo por la puerta en el momento en que el señor Jones estaba cerrandolas. Les sonrió y les permitió entrar diciendoles que se levantaran antes de la cama y no volvieran a llegar tarde.
Cuando entraron en clase, todos estaban ya allí. Aunque el profesor aún no había llegado todos estaban sentados en sus sitios. Laura se fue a su sitio al final de la clase entre los hermanos Lux que le sonrieron y Jackson se sentó delante de ella ya que Marck le había ocupado su sitio.
Estuvieron hablando unos minutos más entre ellos hasta que la puerta de clase se cerró y se encontraron con el padre de Lauren cargado de miles de papeles que se cayeron al suelo en cuanto Robert chocó contra la pata de su mesa. Todos se rieron por lo bajo y Lauren se levantó a ayudar a su padre.
-De acuerdo, después de estas risas veamos ¿Como dejamos la obra la semana pasada?-
¡La obra! Después de todo lo que había pasado el fin de semana ninguno se había acordado de que debían escribir al menos una parte. Por las caras blancas que tenían todos Robert dedujo que no hacía falta ni que hiciera la pregunta del millon. Lauren le había contado lo que les había sucedido el sábado y no podía estar enfadado porque no hubieran hecho la tarea que les había mandado.
-De acuerdo, comenzaremos a escribirla aquí- se sentó detrás de su mesa- Pero primero que todo ¿Quereis que la obra sea actual o como Romeo y Julieta? Me refiero a la ropa. ¿La quereis actual o los trajes que se usaban por aquel entonces?-
Cada vez que Robert les hacía una pregunta de decidir entre una cosa u otra los metía en un pequeño conflicto. Así que para evitar esa situación les dijo que escribieran sus preferencias en un papel y lo dejaran encima de su mesa para el recuento de votos.
Una vez estuvieron todos, empezó a abrirlos uno por uno e iba apuntando los votos. Quedaron 7 a favor de la ropa clásica y 3 a favor de la ropa actual. Por tanto sería una obra bastante entretenida si no contabamos con que los padres irían a verlos y eso les ponía todavía más nerviosos.
-De acuerdo, pues empecemos a escribir la obra- Robert sacó papel y lápiz mientras los demás iban aportando su pequeño granito de arena.
Tocó el timbre del cambio de clases y todos se levantaron desconcertando a Laura. Si no había entendido mal era el profesor el que cambiaba de aula, no los alumnos. Se levantó también mas por ver a los demás salir del aula que porque entendiera lo que ocurría.
Se acercó a Mery que era la que se había quedado detrás esperandola.
-¿A dónde vamos?- recorrieron el pasillo hasta la puerta de salida. Aún no era la hora del almuerzo por lo que no sabía porque iban a la puerta si la encontrarían cerrada. Pero se equivocó porque estaba abierta y el señor Jones los esperaba sonrientes y deseándoles buena suerte.
-¿No has visto el horario? Nos toca gimnasia- le respondió Mery mientras salían por la puerta y ella saludaba con la mano a su padre.
¿Horario? Ella no tenía uno de esos y se apuntó mentalmente pasar por el despacho del padre de Nathan y Mery para pedírselo. Ahora que se fijaba bien se daba cuenta de que todos iban con ropa de deporte, no podía ser una simple coincidencia o que todos se hubieran puesto de acuerdo la noche anterior. Estaba dando el cante con su ropa de mudar y no en pantalones de malla.
-¿No te llegó el mensaje del grupo diciendo que hoy habría gimnasia?-
Laura no sabía de que grupo hablaba Mery. Miró su móvil por si tenía algún mensaje y se le hubiera pasado, pero no había nada salvo un "Buenos días" de Lizth.
-No tengo ningún grupo con vosotros- le confesó ella.
-¿No te han añadido?- ante la negativa de cabeza de Laura le dijo que luego le diría a alguien que la añadiera.
Llegaron a su banco particular donde un hombre con chándal les estaba esperando haciendo estiramientos de espaldas a ellos. Laura se paró en seco. Reconocía ese chándal desde varios metros.
-¿Papá?- ante su llamamiento Josh se dio la vuelta dándole una sonrisa y sorprendiendo a todos.
-¿Señor Dennovan? ¿Usted es nuestro profesor de gimnasia?- le preguntó sorprendido de ver al padre de su novia en chándal. Parecía un chaval de 25 años.
-Así es. Y es educación física no gimnasia. Gimnasia es en las academias. Al que le oiga pronunciar esa palabra en mis clases lo suspendo ¿Entendido?- ahora Laura ya entendía porque evitaba a toda costa que su padre hiciera de profesor con ella cerca.
-Bien antes de comenzar la clase- cogió una pequeña mochila que había en el banco y se la tendió a su hija- Tu madre te ha preparado esto. Será mejor que vayas a cambiarte- Laura la cogió esperándose que fuera ropa de deporte- Te esperamos-
Dicho eso se giró hacía sus otros 9 alumnos y empezaba a explicarles como sería el año bajo su tutela. Laura entró corriendo en el colegio antes de que Luke le cerrara la puerta de nuevo. Le dijo que solo tardaría un par de minutos y se fue corriendo al servicio para desvestirse y ponerse la ropa que su madre le había preparado. Al acabar se miró en el espejo. Llevaba unas mallas negras con transparencias en los laterales, un sujetador deportivo negro y encima una camisa azul holgada. Se ató los cordones de las Airmax y salió del lavabo con su ropa dentro de la mochila.
De vuelta con la clase dejó la mochila a recaudo de su padre y enseguida empezaron con los estiramientos. Después Josh los mandó a correr para ver que aguante tenían. No llevaban ni 10 minutos corriendo y ya había algunos que iban por los suelos en busca de oxigeno para sus pulmones.
A los 20 minutos ya solos quedaban 4 personas. Y pasada la media hora solo quedaban Jackson y Laura corriendo al rededor de un improvisada pista de atletismo. Después pasaron a los ejercicios de abdomen, piernas y brazos. Estuvieron así hasta que volvió a sonar el timbre que finalizaba la media mañana e indicaba la hora del almuerzo.
La mitad de ellos suspiró aliviados de no tener que seguir matándose a ejercicios. En alguna ocasión alguno había soltado algún insultó por lo bajo a modo de broma contra Josh y él ,que no se le escapaba ni una, les mandó más ejercicios extra.
Todos se cambiaron de ropa y volvieron a los bancos para sentarse de cualquier manera. Todos estaban cansados. Laura sabía que su padre era muy exigente en cuanto a ejercicio se trataba, desde pequeña era con él con quien entrenaba y salía a correr pero cuando el trabajo fue aumentando sus horas de relax y ejercicio fueron disminuyendo, por lo que Laura salía sola a correr cada mañana.
-¿Tu padre intenta acabar con nosotros?- la voz cansada y ahogada de Ares hizo presente el pensamiento de todos- Porque si es así no tardará mucho en conseguirlo- Laura se rió.
Entendía como se sentían. Ella misma le había dicho a su padre que no pensaba seguir poniéndose en forma con él al segundo día. El cansancio, las agujetas, el dolor de siquiera pestañear. Lo tomaba por loco cuando se presentó en su cuarto a las 8 de la mañana el sábado siguiente levantándola para salir a correr. Laura solo había podido lanzarle un cojín y le dijo que la dejara dormir. Al final acabaron yendo a correr y Laura se empezó a encontrar mejor. Desde ese día salía casi todos los findes de semana a correr por donde fuera.
-No es tan malo como creeis- lo defendió- A mi también me hizo lo mismo cuando aún viviamos en la otra casa, pero confiad en mi. Al final te acabas acostumbrando- aunque era cierto que esos ultimos ejercicios la estaban matando un poco. Sentía los musculos rigidos.
-No sabría que decirte. Si la semana que viene nadie se presenta en su clase que no te extrañe que nos estemos muriendo por alguna parte- le contestó Marck y todos se desternillaron.
Esos chicos nunca aprenderian. Siempre conseguian sacarle el lado divertido a las cosas aunque estuvieran en el peor de los momentos.
Volvió a tocar la campana para entrar en clase y todos se lamentaron de que la hora de recreo hubiera pasado tan rapida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro