Capitulo 20
Laura se despertó por el movimiento de un cuerpo a su lado. Se giró a mirarlo. Jackson estaba durmiendo plácidamente a su lado. Tenia las sabanas envueltas en los pies, pero Laura seguía tapada con un trozo de esta. Su pelo pelirrojo caía sobre su frente y sus ojos estaban cerrados. A ella le encantaba verlos abiertos, perderse en ese color gris que parecía el cielo en un día nublado.
Le tocó la mejilla con un dedo pero no se inmutó. Le acarició el pelo pero seguía sin moverse. Se arrimó a su boca y lo besó suavemente. Unas manos le rodearon la cintura. Laura se tumbó encima de Jackson y siguió besándole. Cuando se separaron Laura abrió los ojos y vió los ojos de Jackson mirándola. Tenía las pupilas dilatadas y una sonrisa en la boca.
-Vaya- besó la frente de Laura- Esto si que son unos buenos días- volvió a dejar a Laura en su parte de la cama- ¿Qué hora es?-
Laura se giró a mirar el móvil que estaba en la mesita de noche.
-Las diez y media- se levantó de la cama y se puso sus pantuflas- ¿Te apetece desayunar?-
-Nunca digo que no a la comida-
Se levantó de la cama de un salto. Seguía llevando la ropa del día anterior pero más arrugada. Bajaron a la cocina y su madre estaba haciendo el desayuno. Se giró en cuanto los había escuchado bajar las escaleras y entrar en la cocina.
-Buenos días- les sonrió- ¿Cómo habéis dormido?-
Laura no trató de mentir sabía que su madre ya sabría que pasaba algo entre ellos y tenía un palpito que le decía que había sido ella quié les había tapado con las sabanas.
-Muy bien, pero me muero de hambre- se sentó en la silla y Jackson la imitó sentándose a su lado.
Mónica les sirvió la comida y desayunó con ellos. El desayuno pasó entre risas, anécdotas y una tostada que salió volando cuando Jackson le iba a contar a su madre que se habían estado besando un rato al despertarse. Se estaba muriendo de la vergüenza.
Se paró un momento en seco en cuanto se dio cuenta de que había lanzado la tostada con el brazo herido y que no le había dolido para nada. Se levantó de la mesa y se metió corriendo en el baño.
-Laura- su madre corrió detrás de ella- ¿Te encuentras bien?-
Laura trataba de quitarse la venda que envolvía su hombro y parte del brazo. Le dijo a su madre que la ayudara y se la quitó poco a poco. Se quedó de piedra. El agujero que ayer tenía ya no existía. Los puntos que Jessica le había dado estaban saltados y apunto de caerse. Se quedó descolocada. Pasó la mano por donde había estado la herida y era como si nunca la hubiera tenido. La piel estaba suave y sin ninguna marca.
Salió del baño y volvió donde estaba Jackson para enseñárselo. Cuando llegó con él, este abrió los ojos como platos y apartó la mirada poniéndose colorado. Laura se miró y se dio cuenta de que se había dejado la camiseta en el baño e iba en sujetador. Fue a por ella y se la puso. Volvió de nuevo con él.
-Lo siento-
-No pasa nada- volvió a mirarla- ¿Que ha pasado?-
-La herida ha desaparecido- se bajó la manga del jersey para que lo viera- Tenemos que ir a hablar con Ellion, necesito explicaciones-
-Enseguida llamo a mi hermano y le digo que avise al profesor- sacó el móvil de su bolsillo y llamó a su hermano que respondió enseguida. No le explicó mucho solo le dijo que era importante y que vinieran cuanto antes. Colgó y llamó a Marck y Nathan contándoles lo mismo.
Laura fue a cambiarse la ropa. Seguía llevando la misma ropa que el día anterior y el jersey tenía un mancha gigantesca de sangre seca. Se puso un pantalón de chándal, una camisa roja de tirantes y una chaqueta encima. Se ató los cordones de las zapatillas y bajó con Jackson. Salieron de casa y fueron hacía su lugar de reuniones.
Cuando llegaron tuvieron que esperar unos minutos a que llegaran los demás. Fueron apareciendo poco a poco. Una vez estuvieron todos decidieron empezar la reunión.
-Me ha ocurrido algo muy raro- le dijo Laura al profesor Ellion- La herida ha desaparecido- Se quitó la chaqueta para que todos lo vieran. A Ellion no le sorprendió lo mas mínimo.
-Me lo imaginaba- todos le miraron atentamente, esperando sus siguientes palabras- No sois..no somos como la gente normal. Nuestras heridas se curan antes, nuestro cuerpo sufre mas cambios que el de el resto de la gente- a veces se le olvidaba que él también formaba parte de ellos.
Ares también les mostró su inexistente herida. Al igual que le había pasado a Laura el hilo con el que Jessica les había cosido estaba a punto de caerse. Marck también se quitó la venda de la cabeza para comprobar si aún seguía teniendo la herida o no, e igual que los demás no había rastro de ninguna marca que indicara que allí había habido una herida.
Laura no conseguía comprenderlo. Si su cuerpo sanaba antes que los demás como es que seguía conservando sus marcas en la espalda y no habían desaparecido como la del hombro. Necesitaba pensar y necesitaba más respuestas. De repente se le ocurrió una idea y esperaba estar equivocada.
-Profesor Ellion ¿Puede ser que exista alguna arma o artilugio que nos hiera y nuestro cuerpo no sea capaz de curar?- deseaba que el profesor negara su pregunta pero después de todo lo que habían pasado a esas alturas, no creía nada imposible.
-No lo se. Puede ser. Conforme están las cosas no me extrañaría, pero ¿Por qué me lo preguntas?-
-No...por nada- en el fondo Laura se esperaba esa respuesta.
Después de conversar durante unos minutos más, el profesor Ellion se fue a su casa con la excusa de que aún tenía que hacer la comida. Los chicos se quedaron en los bancos callados mirando a cualquier parte menos a ellos. Les bullía la cabeza de tanto pensar.
Laura no estaba tranquila, su cabeza iba a mil por hora. Pensaba en aquellos hombres. Si ya habían fabricado un suero para controlar a los demás ¿Por qué no habrían inventado un arma que les dejara marca al igual que el látigo? Eso era. El látigo era la clave. Jay nunca se despegaba de él y cuando lo utilizaron con ella de pequeña las marcas no se habían borrado. Pero...si ya habían fabricado eso ¿Qué les impedía fabricar más?
Pero ¿Dónde entraba Laura en todo eso? Había dicho que la necesitaban a ella pero ¿Para qué? ¿De que servía ella?
- Laura...En cuánto a lo que paso ayer...-
-Llamad a los demás. Supongo que ya es hora de explicaros todo- no le hacía falta ser adivina para saber a que se refería Marck.
Si quería que la ayudarán necesitaba contarles todo, desde el principio. Necesitaba que confiaran en ella pero sobretodo que le prestaran su amistad.
No quería enfrentarse a eso sola, aún sabiendo de que eso supondría un peligro descomunal para ellos, pero había aprendido que era mejor hacer las cosas con amigos y aunque sonara egoísta, si ellos aceptaban ayudarle, ella no negaría su ayuda.
Los necesitaba tanto como ellos la necesitan a ella. Ya no eran solo 9 chicos actuando por si mismos sino una familia apoyándose los unos a los otros.
En minutos todos estaban reunidos ansiosos de descubrir el secreto de Laura.
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