Capítulo 16
Después de esas palabras que dejaron en shock a todos, Ellion decidió suspender las clases hasta el día siguiente. Necesitaba descansar y pensar como haría para poder hacer que Laura controlara mejor sus poderes y que todos completaran sus transformaciones. Pero no era el único que necesitaba despejar la mente y pensar en sus cosas. Todos lo necesitaban y agradecían internamente a su profesor por el día libre.
Antes de entrar a su casa Laura miró su móvil, eran las 17:13. Aún le quedaba tarde por delante y una charla pendiente con sus progenitores.
Lo primero que hizo fue subir a su habitación y cambiarse de ropa por otra más cómoda, poner a cargar su teléfono y después bajó a hacerse un tentempié hasta la hora de la cena.
Una vez en la cocina, mientras se preparaba su merienda, sus padres la abordaron y le hicieron sentarse con ellos en las sillas.
-Laura, estamos muy preocupados por ti- su madre fue la primera en hablar, le puso una mano encima de la suya haciendo que comer se quedara en otro espacio de su cerebro- Queremos ayudarte, pero no sabemos cómo si no nos cuentas lo que pasa. Empezando por el sueño de anoche- sabía que tenía que contarles todo lo que había pasado hasta ahora, pero le gustaría que hubiera sido más tarde, había tenido un día de locos.
Empezó por el día en que llegaron, aquel momento en que sus poderes se descontrolaron y le vino la cara del hombre del látigo a la cabeza y que desde entonces no había dejado de verlo en sus sueños. El incidente de los peces en el zoo. Los progresos, que luego no le servían de nada, en sus clases con Ellion. Y les explicó lo que había sucedido en su sueño.
Les contó todo. Como se sentía, como lo veía todo como si estuviera pasando de verdad, como tocaba las cosas como si fueran reales y como habló con aquellos tipos como si de verdad estuvieran presentes.
-Me dijo que dejara de esconderme que me iban a encontrar y que esta vez no escaparía, que acabarían con lo que empezaron hace años- sus padres la miraban con horror- Os escuché el otro día hablando en la cocina- se tensaron en el instante- Se que aún me seguís ocultando cosas y me estoy cansando. Decidme ya la verdad o la averiguaré en otro sitio- ella misma sabía que su amenaza no servía de nada ya que no tenía a nadie para preguntarle sus dudas y que le contaran todo lo que quería saber, pero esperaba que eso encendiera una bombilla en el cerebro de sus padres y le contaran todo lo que ella quería saber.
-Está bien-Mónica apartó la mano de encima de la de su hija y habló en un tono tan dejado que Laura nunca la había escuchado tan decaída-Bueno si ya nos escuchaste el otro día sabrás que quieren tu poder, bueno, no solo el tuyo. Quieren el poder de todos vosotros para poder controlar a la raza humana, es decir, a todos nosotros. Pero quieren el tuyo sobre todos. Es el más fuerte y poderoso y, por tanto, el más peligroso de todos.
-Pero ¿porque quieren controlarnos a todos? ¿Que ganan ellos?- se acabó el sándwich que se había preparado y dejó el plato apartado en la esquina de la mesa.
-¿Ellos? Lo ganan todo- le contestó su padre haciendo acto de presencia en la conversación- No les gusta seguir las normas de nadie y menos aún de un gobierno. Ellos quieren ser quienes dicten las reglas y que los demás obedezcamos. Que seamos sus marionetas, sus títeres-
-¿Y si la gente se negara a hacer lo que ellos dicen? Seriamos más. ¿No habría una forma de...?- Josh le cortó.
-¿Piensas que no lo han pensado?- Laura se quedó muda ante el tono de voz de su padre. Era como si hubieran tenido esta conversación miles de veces y ya estuviera cansado del tema- Para eso quieren usar vuestros poderes, para matar al que se niegue. No les importa matar a quien sea, solos les importan ellos mismos.
-Entonces decían la verdad. Vendrán a por mí de nuevo- solo de pensar en que volvería a pasar, por lo que ya pasó de nuevo se ponía a temblar y las lágrimas amenazaban con salir- ¿Entonces no fue solo un sueño no?- miró a sus padres reprimiendo las ganas de salir de la casa a tomar el aire un rato- ¿Como lo hicieron?- era la pregunta de la que más ansiaba saber la respuesta.
-Tienen a gente como vosotros trabajando para ellos- de todas las respuestas posibles que su padre le pudo haber dado, esa era la que menos le había gustado escuchar- Tienen un vidente que puede inyectar en la cabeza de cualquier persona lo que ellos quieran que veas. Así consiguieron hablarte como si estuvieran aquí. Tienen dos o tres personas más con poderes, pero no sabría decirte que poderes tienen- para Laura eso ahora mismo no era lo que importaba.
-¿Estás diciendo que no solo tenemos que entrenarnos y detenerlos, sino que encima tenemos que pelear con gente que es igual que nosotros?- Estaba siendo un día de locos y ella lo sabía. Tanta información le estaba mareando, sentía que pronto le explotaría el cerebro.
-Sí. No me gusta tener que pedirte esto cariño- su padre le miró con pena- pero tenéis que acabar con ellos-
Ahora sí que necesitaba salir a tomar el aire fuera y despejar la mente durante unos minutos. Pensar en todo lo que se les venía encima. Tenía que hablar con los demás y cuánto antes mejor.
Se levantó de la mesa todavía mareada de pensar que tendría que matar a gente. Sangre saliendo de sus cuerpos. No quería pensar en eso ahora. Dejó el plato en la pila de fregar y fue hacía la puerta.
-Laura- su madre le llamó preocupada de cómo podía reaccionar ahora que ya sabía toda la verdad- ¿A dónde vas cariño?-
-Necesito salir un rato a tomar aire- cogió las llaves de encima del mueble- De paso hablaré con los chicos. Ya llegaré a casa- dicho esto cerró la puerta detrás suya y se apoyó en ella. Cerró los ojos intentando alejarse de la realidad por un instante.
Comenzó a caminar sin rumbo fijo, con la mirada clavada en el suelo y con los pensamientos en ningún lado en concreto. Daba vueltas por la enorme fábrica sin saber muy bien a donde iba, ni siquiera veía lo que había a dos palmos más allá de sus zapatillas. Su mente seguía pensando en todo lo que le habían contado sus padres, repasando cada detalle por si había omitido algo o no había preguntado todas sus dudas. Pero no fue así. Por más que lo pensara obtenía siempre la misma respuesta. Debía matar a gente.
Después de 3 minutos más recorriendo el lugar, y ni siquiera había recorrido un tercio de esta, se chocó con un robusto cuerpo que debía de pertenecer a un hombre por el duro pecho contra el que había colisionado accidentalmente. Se restregó la cara con una mano, primero para intentar ahuyentar el dolor y segundo para enfocar la vista en la persona que tenía delante.
Su pelo estaba más revuelto de lo normal, su sonrisa era más bonita de lo que le había resultado en otros momentos. Iba con la misma ropa con la que había ido al instituto: una camisa negra, unos vaqueros negros y unas deportivas blancas. Le quedaba mejor el negro que a cualquier otra persona.
-Jackson- decir su nombre le produjo cosquillas en la garganta, como si las palabras se le hubieran escapado solas.
-¿A dónde ibas tan concentrada?- sabía que aún tenían que hablar sobre lo que había pasado esa mañana pero ese no era el momento para eso.
-A ningún sitio en especial. Estaba pensando- pensando en todo lo que había pasado hasta ese día. Pensando en todo lo que se les venía encima. Pensando en él- Necesito pedirte un favor- había llegado el momento- ¿Tienes el número de todos?- le preguntó mientras iban a sentarse en sus bancos a petición de Jackson de no quedarse allí de pie. Este solo asintió a la pregunta de Laura- ¿Puedes llamarlos? Necesito hablar con todos. Con Ares y Apolo también-
Jackson no preguntó que pasaba para tener que reunirse todos a las 6:30 de la tarde de un viernes. Envió un mensaje por el grupo que compartía con todos diciéndoles que vinieran a los bancos de siempre en 5 minutos. Pensó en que tendría que pedirle el número a Laura también y meterla en el grupo por si alguna circunstancia requería llamar a alguno de ellos.
Pasados los 5 minutos todos estaban ya reunidos en una especie de reunión secreta. Laura sabía que no debía prolongar mucho la espera y contarles a todos de una vez el motivo principal por el que estaban, sus padres y ella, refugiándose en ese lugar con ellos. A pesar de todo aún no se sentía preparada para contarles todo lo que había pasado antes con aquella gente, por lo que descartó la idea de contárselo en aquel momento.
-¿A qué se debe tanto misterio?- Al parecer pasar tanto tiempo junto a Abbie no le estaba haciendo ningún bien a Nathan, ya se le estaba pegando su manera tan cortante de hablar.
Les contó todo lo que le habían dicho sus padres. El control de la raza humana. La guerra que se les venía encima. Tener que matar incluso a los que eran, prácticamente, iguales que ellos. Demasiadas cosas que contar en tan solo 10 minutos de explicación que llevaba.
-¿Hay más personas como nosotros?- preguntó Marck sorprendido ante el dato nuevo. Sabía que en otros tiempos habían habido muchas más personas con poderes, pero que hubieran ahora y que justamente tuvieran que matarlos, no se lo estaba tomando muy bien.
-En resumen ¿Si no queremos que nos maten y usen nuestros poderes para controlar a todo el mundo, incluidas nuestras familias y amigos, tenemos que enfrentarnos a ellos y matarlos?- Ares hizo un pequeño resumen de todo lo que había sida la explicación de Laura con las mismas palabras que sus padres le habían dicho a ella. Ella asintió con la cabeza sabiendo que todos estarían pensando lo mismo que ella- Menuda mierda- gruñó y todos asintieron de acuerdo con él.
Laura no estaba contenta con haberlos metido a ellos en su guerra, pero no podía hacer nada ella sola. Los necesita a ellos. Necesitaba a sus amigos. No quería involucrar a las chicas y Evan y que salieran mal parados.
-Lauren, Mery, Abbie, Evan- estos la miraron con cierto deje de curiosidad en la mirada- No quiero tener que involucraros a vosotros también. A penas puedo controlar mis poderes, por no hablar de los demás, y vosotros que...es decir...vosotros no...-
-Una mierda- le cortó Evan mientras ella buscaba las palabras adecuadas- No tendremos poderes, pero no os dejaremos tirados. Sabemos defendernos a nuestra manera, pero que a ninguno se le pase por la cabeza que me quedaré en casa escondido esperando a que volváis. Ni de coña- miró a cada uno de los presentes- Estamos juntos en esto, lo queráis o no- Mery, Abbie y Lauren concordaron con él. Eran como una familia y a la familia no se la dejaba tirada en ninguna circunstancia.
-Está bien- les dijo Laura, sabía que no le quedaba otra alternativa. De entre todas las personas que había en el mundo le habían tocado los amigos más exasperantes y cabezotas. Pero los quería por ello. Por cómo eran.
-Bueno y una vez solucionado el asunto ¿Nos puedes decir porque vas con esa ropa Laura?- le preguntó Ares mientras ella se miraba la ropa que llevaba.
Con tanto exceso de información en la cabeza se le había olvidado cambiarse de ropa antes de salir por la puerta. Llevaba un pantalón demasiado corto, que si se agachaba se le veía un poco el culo y una camisa corta de tirantes que enseñaba parte de su abdomen. Rápidamente se puso colorada. Solo utilizaba esa ropa para estar en casa o dormir, nunca se la había puesto para salir ya que era demasiado pequeña y mostraba demasiado.
-Como no, tenía que ser Ares quién lo dijera en voz alta después de comérsela con la mirada durante los 20 minutos que llevamos aquí- soltó Marck sabiendo que su amigo tenía muchas cosas menos vergüenza. No negó el comentario, solo se encogió de hombros y sonrió con arrogancia.
Laura seguía sin decir nada, estaba demasiado avergonzada como para soltarle algún comentario chistoso a Marck o decirle a Ares que dejará de mirarle como si estuviera desnuda. Aunque así era como se sentía con esa diminuta ropa.
-Cambiemos de tema mejor- sugirió Jackson- Mañana vamos todos a la feria del pueblo, a despejarnos de todo lo que está pasando y a divertirnos al menos un día- no lo había dicho como una pregunta. Irían sí o sí. Milagros de la vida, todos estuvieron de acuerdo y no se pusieron a discutir- Entonces os quiero aquí a las 3 de la tarde listos y con las motos hasta arriba de gasolina- dicho esto se levantó y los demás le imitaron.
-¿Laura no vienes?- le preguntó Mery ya de pie apuntó de irse con su hermano.
-Id vosotros, enseguida iré a casa- les sonrió nerviosa. Quería que se fueran para poder ir corriendo a casa y encerrarse durante un mes. No se había sentido tan abochornada ni siquiera cuando Lizth le había tirado "sin querer" el zumo de uva sobre su camiseta favorita para tener que entrar en la tienda de ropa a la que ella se negaba a entrar.
Todos se fueron y Laura se quedó allí unos minutos más pensando en todo.
<<Espero que nada salga mal>> fue su último rezo antes de volver corriendo a su casa.
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