Capitulo 10
Jackson colocó la mano derecha sobre la mejilla de Laura haciendo que su cara quedara mucho más cerca de sus labios.
Laura tragó saliva y pasó la lengua por sus labios que ahora sentía secos por alguna extraña razón. Las manos le empezaron a sudar pensando que su primer beso sería con él.
No sabía porque, pero Jackson era capaz de hacerle olvidar todo, hasta la razón por la cual estaba en su casa.
Lentamente sus caras fueron acortando los pocos centímetros que les separaban y Laura cerró los ojos para disfrutar del momento. Un golpe en la puerta. Laura en un momento de alarma se cayó de la cama al intentar separarse lo más que podía del cuerpo de Jackson.
Sentía un fuerte en la parte trasera de su cabeza. No creía haberse golpeado muy fuerte, pero sentía palpitaciones en la zona afectada.
La puerta se abrió de golpe y detrás de esta apareció la súper amiga de Laura.
-¿Que estáis haciendo?- Abbie se adentró más en la habitación y con ella la luz del pasillo.
<<No podría haber sido más oportuna>>
En esas circunstancias Jackson y Laura pensaban lo mismo, ya era la segunda vez que se quedaban con las ganas de besarse y disfrutar de los labios del otro.
-¿A ti que te parece?- preguntó molesto su hermano por haber sido interrumpido. De nuevo.
-Hombre viéndote a ti sin camiseta y a esta tirada en el suelo no sabría decirte que estoy pensando exactamente-
Laura no sabía ya si tomarse ese comentario como un mal intento de chiste o como indirecta. Por lo menos esperaba que no le hubiera llamado fresca porque si no la iban a tener.
-Pues no ha pasado nada, así que no imagines tanto- Jackson se levantó de la cama y ayudó a Laura, que aún seguía en el suelo, a levantarse-Deja de usar tanto tu pequeño cerebro que se acabara quemando y ahora largo de mi habitación- prácticamente le cerró la puerta en las narices a su hermana.
Cuando se dio la vuelta Laura no podía apartar la vista de su pecho. Tenía los pectorales bien marcados y unos definidos abdominales que acaban en una V perfecta por encima de los pantalones de algodón. La tentación era demasiada.
-Laura mis ojos están más arriba- dijo señalándose estos con dos dedos mientras sonreía triunfante.
Laura rápidamente apartó la vista de su cuerpo y miró por toda la habitación recordando a lo que había venido.
-Sí, ya...eso. Bueno solo venía porque no sé dónde está mi móvil y Nathan me dijo que lo podrías tener tu- dijo acomodándose el pelo con una mano en señal de nerviosismo.
Si por algo se caracterizaba Laura era porque cuando estaba nerviosa siempre hacía lo mismo, se acomodaba el pelo o se mordía el labio inferior. Pero sabía que en la situación en la que estaban los dos, con las hormonas casi flotando por el aire, morderse el labio no habría sido una buena idea.
-Sí, lo tengo yo. Ayer se me olvidó dejártelo en la mesita de noche y cuando llegué a casa ya era demasiado tarde para volver y despertar a tus padres- se arrimó a su mesita de noche- Por cierto muy majos tus padres me cayeron bien, sobre todo tu madre- sacó el móvil del primer cajón- tu padre me miraba un poco mal, creo que no le caí tan bien por llevar a su hija como si fuera una princesa- se río y le extendió el móvil a Laura.
-Que va, papá no es así. Él es muy cariñoso y agradable- cogió el móvil de la mano de Jackson y rozó sus dedos con los suyos produciéndole un escalofrío agradable que el recorrió todo el cuerpo.
Las manos de Jackson eran dos veces más grandes que las suyas, pero eran tan suaves como las de ella.
Laura apartó la mano enseguida e intento encender el móvil para ver si tenía alguna llamada o mensaje de su mejor amiga, pero el teléfono no reaccionó.
-Creo que se ha quedado sin batería- dijo Jackson rascándose la parte trasera de su cabeza.
-Sí, cuando llegue a casa lo pondré a cargar- dijo dirigiéndose a la puerta para irse- a por cierto te espero a las 2 en mi casa. Mi madre ayer invitó a otro chico más a comer así que seremos uno más. Hasta luego- salió de la habitación.
-Tu madre también me invitó anoche a comer- pero ya era muy tarde Laura había cerrado la puerta antes de que él hablara haciendo que sus palabras se desvanecieran entre la penumbra y el silencio de su oscura habitación, que repentinamente olía a fresas.
De vuelta en su casa saludó a su padre que estaba en el sofá de la sala de estar viendo la televisión y subió a su habitación a poner a cargar el móvil.
Cuando este revivió un poco, puso la contraseña y dejo ver 4 mensajes de su mejor amiga.
"¿Ya te has olvidado de mí?"
"Necesito contarte un montón de cosas"
"Laura me estas preocupando. ¿Porque no me respondes?"
"LAURA SOFIA, será mejor que me llames en menos de 15 minutos si no llamaré a tu madre"
El último mensaje había sido enviado hacía 10 minutos. Laura entró en contactos y marcó el de su mejor amiga que al primer tono que dio el móvil contesto.
-Por fin mujer ¿Se puede saber que estabas haciendo que era más importante que hablar con tu mejor amiga?- la alegre voz de su amiga resonó a través del teléfono.
-Lo siento, anoche estuve en casa de Nathan y esta mañana no encontraba el móvil, he tenido que ir a casa de Jackson a por el- explicó ella acomodándose en la cama.
-Alto amiga. Para el carro. ¿Vamos a empezar por el principio vale? ¿Quiénes son Nathan y Jackson?-
Laura no había caído en que desde que llegó a allí no había llamado ni hablado con su mejor amiga. Ni siquiera le había contado todo lo que había hecho.
-¿Tienes tiempo de sobra?-
-Tengo más o menos...- Laura se la imaginó mirando el pequeño reloj de cuco que su madre le había colgado en su habitación hacía 3 años y del que ella quería deshacerse pero sin que su madre se enterara- ...dos horas, así que empieza a contar rubia-
Laura empezó a contarle todo a Litzh, desde que llego allí y conoció a los chicos, hasta ayer en la noche cuando vieron la película, siempre omitiendo la parte de sus poderes y el de los demás.
Estuvieron hablando y contándose chisme una hora y media hasta que el grito de su madre llamándola hizo que se apartara el móvil de la oreja.
-¿Que pasa mamá?- preguntó con un chillido de vuelta.
-Ha llegado ya mi invitado, baja-
Laura miró entonces la hora en el móvil y marcaba las 2 en punto. Se despidió de su amiga prometiéndole que mañana después de clase le llamaría otra vez y bajó las escaleras, para encontrarse con Jackson sentado en el sofá hablando con su padre.
-Mamá, ¿Dónde está tu invitado?- dijo confundida ya que Jackson solo era su invitado.
-En el sofá con tu padre ¿Que no lo ves?- dijo su madre haciendo que Jackson mirara a Laura con una sonrisa en la cara.
-Permíteme explicarme- Jackson se levantó del sofá y se acercó a ella y a su madre, que había aparecido por detrás- en casa de Nathan tú me invitaste a cenar- dijo refiriéndose a Laura- y ayer cuando te traje fue usted quien me invitó también- dijo refiriéndose ahora a Mónica.
-Entonces quitaré un plato y cubierto de la mesa- su madre se mostraba feliz igualmente aun sabiendo que tendría un invitado menos.
Laura mientras observaba embobada a Jackson. Iba con unos pantalones vaqueros negros largos y una camisa azul de manga larga. Sus brazos estaban flexionados de modo que sus músculos se marcaban a través de la fina capa de tela. Su pelo estaba torpemente peinado haciendo que pareciera que ni se hubiera molestado en arreglárselo. Sus ojos grises tan transparentes y enigmáticos la estaban mirando sin pudor alguno.
-Laura ¿Estas bien?- preguntó acercándose a ella.
-Sí ¿Por qué?-
-Te has quedado embobada mirándome-
-Ah, ya. No, estoy bien, tranquilo- se apartó un poco de su lado ya que se estaba poniendo nerviosa mirando sus labios y se dirigió a su padre que miraba con la vista perdida la tele apagada.
-Papá- su padre no le respondió- Ey, ¿Papá estas bien?- le zarandeó un poco del hombro y miró por fin a su hija.
-¿Que pasa Laura?-
-Qué te pasa a ti, tienes la cabeza perdida en otro sitio- le miró ella preocupada.
-Nada hija, tranquila. No te preocupes por mí- le dio un beso a su hija en la frente y se levantó del sofá para ir con su mujer.
Jackson vio la escena desde la esquina del salón y se acercó a Laura que estaba con los pensamientos en las nubes.
-¿Mañana empiezas el instituto no?-
Ese pequeño dato hizo que Laura se pusiera un poco nerviosa, no recordaba ni en que día estaba ya, y el instituto no es que fuera su lugar favorito en el mundo.
-Eso creo- dijo encogiéndose de hombros- por lo menos tengo el consuelo de ir contigo y con Marck a clase- le regaló una sonrisa de lo las sincera posible.
-No te dejaremos sola, tranquila. Además, luego tenemos una clase especial los cuatro- le contó
-¿Que clase especial? ¿Qué cuatro? ¿Y los demás?- esas ya eran demasiadas preguntas para que el cerebro que Jackson las respondiera todas de una.
-A ver, amiga- se río- ¿De una en una, de acuerdo?- ella asintió riendo.
-¿Que clase especial?-
-Antes de que tu vinieras a Marck, Nathan y a mí nos daban una clase cuando la de todos los demás ya había acabado. El profesor es como nosotros, también tiene poderes y él nos enseña a controlar los nuestros. Y desde mañana tú vendrás a esa clase con nosotros-
-Vale con eso me has respondido ya a todas mis preguntas- dijo levantándose del sofá ya que había escuchado a su madre llamándoles para ir a la mesa a comer.
Mónica le sirvió un trozo de lasaña a cada uno y se pusieron a comer sumidos en un profundo silencio.
-Bueno, Jackson- rompió el silencio el padre de Laura- ¿Que pretendes con mi hija?-
-¡Papa! ¿Que tonterías dices?- replicó su hija- Jackson es solo un amigo-
La tristeza cruzó un momento la cara de Jackson pero enseguida volvió a su estado normal, pero Mónica, que no se le escapaba nada, le había visto.
-John, déjalos tranquilos- le recriminó su mujer- si quieren salir, que salgan. Son lo suficientemente mayores para tomar sus propias decisiones- les sonrió a Laura y Jackson- además el papel de padre sobreprotector no te va, así que déjalo-
-¿Se me ha visto el plumero no?- le preguntó a su mujer riendo.
-Demasiado la verdad- dijo y los dos se empezaron a reír mientras los jóvenes los miraban atónitos, hablaban como si fueran dos adolescentes.
Después de comer Jackson se quedó un rato más diciendo que no tenía nada que hacer y subió con Laura a su habitación.
-¿Quién es la chica de la foto?- preguntó una vez sentado en la cama con ella a su lado.
-Mi mejor amiga Litzh. Se quedó en San Sebastián, mi antigua ciudad- miró la foto- nos hicimos esa foto el día de la carrera de colores. Es una carrera que se celebra todos los años y mientras pasas por cada estación los de servicio te lanzan bombas de colores. Al final de la carrera se hacía una gran fiesta con música. Acababas lleno de colores hasta por dentro de la ropa- dijo recordando ese momento tan especial.
-Eso suena divertido- dijo Jackson- aquí no hacen nada parecido pero es un sitio bonito y te gustará-
-De momento no me quejo. El lago del otro día era hermoso y el zoológico también, sin contar el pequeño incidente- dijo riéndose y de momento le sonó el móvil. En la pantalla aparecía el número de su mejor amiga.
-Mira es ella, te la presentaré- dijo mientras descolgaba el teléfono- Litzh te presen- su amiga le cortó con demasiada rapideza.
-Laura ¿Te acuerdas de Kevin Rajan, el de la clase de enfrente? A venido hoy buscándote decía que quería hablar contigo sobre no sé qué del baile de otoño que se celebra la próxima semana- empezó a hablar a toda prisa como si le hubieran puesto el turbo- le he preguntado qué porque quería ir contigo y me ha dicho que le gustas, y cuando le he dicho que te habías mudado a puesto una cara de pena el pobre- por fin Litzh se calló.
Laura y Jackson estaban mirándose mutuamente, uno con diversión y celos y otra con gracia y confusión.
-Litzh, como te iba diciendo- intentó acabar la frase estaba vez- te presento a mi amigo Jackson-
-Hola- contestó este.
Al otro lado de la línea no se escuchaba nada, ni siquiera el tic tac del reloj de cuco de su amiga.
-¿Litzh?- preguntó Laura- ¿Sigues ahí?- seguía sin escucharse nada y se estaba empezando a asustar- ¿Litzh?- volvió a preguntar y miró la pantalla del teléfono para comprobar que ninguna de las dos había colgado.
-¿¡Cómo no se te ocurre decirme que había alguien más contigo!?- chilló desde el teléfono- me hubiera presentado antes- su amiga nunca cambiaría, por más días, semanas, meses y años que pasasen.
-Lo he intentado, pero has empezado a hablar como loca y no me has dejado ni terminar la frase- dijo defendiéndose esta.
-Bueno, vamos a omitir el tema de quién se ha puesto a hablar y no ha dejado hablar a la otra- Laura rodó los ojos ante el comentario de su amiga- así que Jackson- el susodicho enarcó una ceja curioso- ¿Eres amigo de Laura no?- preguntó está.
Jackson solo asintió con la cabeza, pero se dio cuenta de que ella no podía verle.
-Si- contestó.
-¿Pero solo amigos?- ya era la segunda vez que se lo preguntaban en lo que llevaba de mañana.
-Litzh que intentas con- otra vez Laura no pudo acabar de hablar.
-¿Entonces no te gusta no?- siguió preguntando Lizth.
-Litzh, ya está bien. Luego hablamos- dijo cortante Laura.
-Está bien, no te enfades era broma. Adiós Jackson- se despidió.
-Adiós Litzh- contestó este, pero Laura ya había colgado el teléfono.
Subió la vista de su teléfono a Jackson y ambos se quedaron mirándose fijamente, descifrándose con la mirada, como solo ellos dos sabían mirarse.
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