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Capítulo 3

POV ELLIE

El entrenamiento terminó algo raro, con Scott no cruzamos muchas palabras mientras nos dirigimos hacia su motocicleta. Es como si ambos estuviéramos pensando en lo que sucedió en esa casa, porque en mi caso, no he podido dejar de pensar en eso y menos en la actitud de Derek, no me menciono mucho acerca de lo que vieron con Stiles, pero algo lo estaba inquietando y odiaba que no se abriera y me dejara ayudarle.

—¿Chicos? Chicos —nos llama Stiles mientras se acerca y ambos volteamos para verlo.

—Hola.

—Oigan, es la cacería salvaje —los tres comenzamos a caminar—. Es un mito, pero al parecer es real. Como todos los mitos en este pueblo que deberían ser solo pesadillas.

—¿El hombre a caballo?

—Sí, los "Jinetes fantasma" —le responde Stiles a Scott mientras yo frenaba de golpe haciendo que ellos también lo hicieran—. Espera. Oye, ese es mi jersey, ¿de dónde lo sacaste?

—El entrenador me lo acaba de dar.

No presto atención a eso, mi mente estaba a comienzos de año, una noche antes de ingresar al primer último día, en un horrible tráfico en medio de la tormenta, yo escuchaba una conversación ajena en donde los padres de Kira le contaban sobre la cacería salvaje.

Pensar en Kira es igual de amargo.

—¿Había entrenamiento? ¿Por qué nadie me dice nada? —se queja Stiles y lo miro.

—¿Por qué esos jinetes raptarían a los padres de Alex? —Scott coloca una mano en su hombro para que Stiles se enfocara en lo principal.

—Porque es lo que hacen. Se llevan personas, ¿si? Van por ahí recolectando almas y cuando te llevan, desapareces.

—No solo tú, sino todo sobre ti —analizó.

—Sí, como la habitación de Alex.

Oh no...

—¿Entonces Alex es quien sigue? —la pregunta de Scott nos deja alertas.

Los tres corremos hacia el Jeep de Stiles, pero al ver a Derek al otro lado del estacionamiento hace que me detenga y los chicos miran hacia donde estaba viendo.

—¿Me informan?

Ellos asienten y se van en el jeep para ver a Alex.

Suspiro y me acerco hacia Derek.

—¿Damos un paseo? —señala el bosque y yo algo confundida asiento con la cabeza.

Toma mi mano y juntos comenzamos a ingresar en el bosque.

—¿Qué ocurre? —me estaba preocupando mucho su expresión— ¿Amor?

Me da un apretón con su mano y siento como su dolor comienza a quemarme por dentro. No entiendo que lo tiene así, necesito que me hable y me explique qué ocurre.

—Al principio, tenía tanto miedo a que todo fracasara contigo —empieza—. Mi primer amor estaba muriendo en mis brazos y tuve que asesinarla para que dejara de sufrir. A la segunda persona con quien me abrí me manipulo, me utilizó a su antojo e hizo lo que quiso conmigo para terminar asesinando a mi familia —se me revuelve el estomago de solo recordarlo y saber que Kate estuvo presente en su vida, que se acostaron, que ella le susurro palabras de amor al oído y Derek cayera en su juego no me hace gracia, pero acepto que es parte de su pasado—. Luego llegaste tú y tenía miedo de lo que podrías significar en mi vida si te dejaba entrar. Sabes que puse todo mi esfuerzo en poner distancia, pero siempre te veía y cada vez se me hacía más difícil alejarme de ti.

—Parecía que no en la mayoría del tiempo —sonrío recordando—. Yo siempre quería verte e intentar dar pequeños pasos para que te fijaras solo en mí.

Casi obsesivamente, pero resultó.

—Desde el primer momento me tenías, y yo lo sabía, pero aun así hice lo imposible por no aceptarlo —sonríe negando y nos detenemos después de un rato y a pesar de estar en medio del bosque, la luna daba suficiente luz para que viéramos lo necesario y nuestros super ojos se adaptaron bien a la oscuridad—. Fracasé y no me arrepiento de ello, fuiste y serás por siempre lo mejor que me pudo pasar en la vida —toma mi rostro en sus manos y yo rodeo su cuerpo con las mías—. Eres el amor de mi vida, Ellie Argent.

—Y tú el mío, Derek.

No lo puedo resistir, me lanzó a su boca como la loca enamorada que soy y me dejo llevar por ese sentimiento, el de pertenecer a alguien para toda la vida, tu compañero, tu amor, tu luz, mi ancla.

—He notado que no le has dicho nada a tus amigos —dice entre mis labios.

—No me siento lista para hablarles de que postulé a cuatro universidades y que al final, después de algunos días, logré tomar la decisión final. Siento que voy a sonar muy ridícula, me hice todo un lío para después terminar eligiendo la opción más obvia.

Gruñe y me apega más a su cuerpo agarrando mis caderas con fuerza.

Río divertida.

—No es divertido, Argent —frunce el ceño—. Sabes perfectamente a lo que me refiero.

Sonrió inocente y rodeo su cuello con mis brazos.

—Lo sé, amor.

—Responde entonces.

—Creo que al final ellos saben que vamos a terminar haciéndolo.

—¿Haciendo qué? —insiste y evito reírme nuevamente.

—Que nos vamos a casar dentro de un año, a inicio de verano.

No puedo evitar que la sonrisa boba se forme en mi rostro, menos cuando Derek comienza a verme de esa forma, como si fuera su mundo entero.

En realidad, Derek y yo llegamos a la conclusión de que la promesa que nos hicimos en Brasil era definitivamente algo más simbólico que el matrimonio, pero después de todo lo que hemos pasado juntos, ambos estamos dispuestos a dar el siguiente paso a nuestra relación. Ambos lo queremos todo, y como ya nos adelantamos a la parte de tener hijos, sabemos que no debemos pensarlo tanto para hacerlo. Así que establecimos la fecha para el verano del año que viene para que todos estemos en vacaciones y puedan viajar sin problemas.

Y un año para planificar va a ser liberador para mí, ya que entre la mudanza, el tener que adaptarnos a otro ambiente, que yo inicie la universidad y todo lo que conlleva eso, más el tener que pensar en la boda... Son muchas cosas a la vez, pero la planificación con ese tiempo me permitirá hacer las cosas con calma.

Por un momento me olvido que hace unos minutos atrás Derek estaba muy deprimido, ya que estaba atrapada en el nuevo ambiente romántico en que Derek me envolvió y la idea de casarme con él, me era tan correcto y tan necesario que me sorprendió querer verme de blanco y firmar un ridículo papel. Pero no era una locura, porque la idea de ser la señora Hale me tentaba a montones y me ponía caliente, porque al final de cuentas, eso iba demostrar que él era tan mío como yo suya.

De la nada mi romántica burbuja se rompe y siento como el humor de Derek cambia drásticamente y vuelvo a afligirme.

—Derek, dime qué está pasando por favor.

—Lo que dijo Stiles sobre la cacería salvaje —me mira con tanto dolor en sus ojos que no es capaz de mantenerme la mirada y yo fruncí mi ceño—. Se lo que es, lo que significa y lo que va a pasar a continuación.

Sigo sin entender porque eso lo hace sentir así.

—Derek... me estas preocupando mucho.

—Lo sé, pero quiero que entiendas que tenemos que volver a actuar y reunir a la manada —dice—. Es bueno que Alex se llevará a Cora por unos días, la verdad es que no la quiero envuelta en todo esto de la cacería.

—¿Es por lo que viste en esa casa? —ha estado tan angustiado desde que salimos de ese lugar— ¿Es por ese jinete que te ataco? ¿Crees que hará lo mismo con Cora?

—Con todos nosotros de hecho, todos estamos en peligro si nos cruzamos con ellos. Lo que pasó en esa casa tiene que ver con los jinetes, primero se llevaron a los padres así que todo rastro de ellos se esfumó como si nunca hubiesen existido. Con Stiles llegamos a la conclusión de que eso fue lo que pasó con los padres de Alex, y es justamente lo que le va a pasar, porque eso es lo que hacen ellos, borran todo lo relacionado a ti y la gente comienza a olvidar.

Creo que estoy comenzando a entenderlo.

—Si los chicos están lejos eso podría servirles para que la cacería no los alcance a ellos también —un escalofrío me recorre en la espalda ante la idea de que nos borren de la existencia—. ¿Cómo podríamos resolver algo así? Si no sabemos que alguien desapareció nunca tendríamos el interés de investigar.

—Lo sé —suspira—. Por eso es bueno que Scott y Stiles fueran por el niño, es nuestra única posibilidad para descubrir más sobre los jinetes y saber cómo detenerlos.

Lo miro frunciendo el ceño.

¿Stiles? Es la segunda vez que lo menciona.

—¿Con quién se fue Scott?

No entiendo, se supone que tomó su motocicleta y se fue.

Derek cierra sus ojos afligido y puedo ver como su manzana de adán se mueve con lentitud en su garganta, como si le hubiese costado pasar saliva.

—Estas actuando de una forma muy extraña y no es propio de ti —agarro con mis manos su chaqueta y me aferro a ella— Se claro conmigo y dime qué está pasando.

—¿Sabes quien es Stiles?

—No, ¿es relevante?

—Mierda, ¡por supuesto que sí! —gruñe y pega su rostro al mío tan deprisa que el movimiento brusco me hizo dar un leve brinco—. Esto no puede estar pasando, no puedes olvidar al sujeto más exasperante del planeta, simplemente no.

—Derek...

—Va a pasar, mierda. Realmente está pasando.

—No estoy entendiendo...

—Te amo —besa mis labios con fuerza e intenté apartarme para hablarle, pero agarra mi cabello para mantenerme quieta y le sigo el beso en el momento en que el aire cambia a nuestro alrededor y la tierra se levanta producto del viento—. Te amo. Jodidamente te amo y sé que vas a encontrar el camino de vuelta a mí.

—Amor, por favor háblame con más claridad—le pido con la voz casi rota, llena de confusión y de dolor mientras intento entender qué mierda está pasando.

Las hojas se agitan a nuestro alrededor y siento como aspira mi aroma y entierra más su rostro en esa zona.

—Te amo, Ellie. No importa lo que pase, no importa donde te encuentres, yo siempre te voy a amar.

¿Por qué esto se me hace tan malditamente familiar? Cómo si esto ya lo hubiésemos pasado... y por supuesto que sí lo hicimos, una y otra vez.

—No me está gustando como lo estás diciendo —se me llenan los ojos de lágrimas y siento una opresión en mi pecho—. No, no. Nosotros ya pasamos por esto, y se supone que ya no más. Nosotros vamos a estar juntos hasta el final, así debe ser y tiene que ser, ¿oíste?

No me importa si soy ruda, lo aparto de mi y tomo su rostro obligándolo a que me vea.

—Ya no voy a pasar por una pérdida más, no contigo, eso jamás —gruño furiosa con las lágrimas corriendo por mis mejillas—. Soy capaz de ir al infierno por ti si es necesario, no importa el costo, no importa el precio, tú no puedes morir.

Derek me mira atormentado y poco a poco va recuperando su postura mientras escucha mis palabras.

—No me voy a morir —aclara y casi suspiro de alivio, pero no puedo sentirme aliviada—. Lo prometo, no lo haré.

Ahora si suspiro tranquila y asiento soltando un poco mi agarre de su rostro.

—No quiero perderte.

—Ni yo a ti, es por eso que necesitaba hablar contigo y decirte lo que necesitaba decirte —confiesa—. Lo que les dijo Stiles es completamente cierto, aunque no lo recuerdes... y que ese niño Alex va a desaparecer, también es verdad.

Frunzo el ceño confundida, ¿un niño va a desaparecer?

—Y por supuesto que no sabes de quien estoy hablando —suspira casi cabizbajo—. No importa. Lo importante es que sepas que no quiero que te pase nada, no quiero que te pase lo mismo que a ese niño, no quiero... —se interrumpe a sí mismo y traga el nudo en su garganta— no quiero que seamos como los padres de Alex, nunca. No me gustaría dejar a mis hijos solos a esa edad, no así.

Respiro un poco más aliviada tras comprender el trasfondo de todo el asunto. La cosa no era que algo estaba mal en Derek, sino en cómo lo hizo sentir toda está situación de ese pequeño, pero en la versión de los padres y en cómo nos afectaría demasiado si nuestros pequeños no nos tuvieran.

Puede que sea su temor por lo que paso con su familia, lo que tuvieron que vivir los que sobrevivieron al incendio y como Derek le costó la vida de su hermana Laura por culpa de Peter, lo que paso con sus betas, el tener que asimilar que Cora tuvo que sobrevivir todos esos años sola y siendo solo una niña.

Para ambos, fue como quedar solo en el mundo.

La vida de Derek fue difícil y a seguido siendo difícil, ya que él siempre a sido quien se a sacrificado por todos en muchas oportunidades, nos a cuidado a su respectiva manera y se a preocupado de que yo mantuviera mi vida estudiantil como madre y alfa sin perder la cabeza en el proceso. Ha actuado como mi salvavidas todo este tiempo y desearía poder liberarlo de sus culpas, pero él solo debe encontrar la manera de aceptar sus mierdas —por así decirlo— y avanzar como se pueda mientras que yo voy acompañándolo en el proceso, sostenerlo en mis brazos cuando lo necesite, ser su salvavidas.

Me acerco dejando un casto beso en sus labios.

—Nada malo va a pasar. De hecho, nosotros dos iremos a casa tranquilos, sin preocupaciones, jugaremos con los pequeños, cenamos, les damos un baño, los hacemos dormir y luego tú y yo tendremos sexo alocado en el ventanal —le roba un beso y susurro entre sus labios—. Hace días que tengo la fantasía de sentir mis pezones duros ante el contraste del vidrio mientras presionas tu polla en mi abertura estrecha.

No hizo falta más detalles, Derek sabe exactamente lo que quiero que me haga.

—Me gusta ese plan.

—Es un buen plan —asiento con una sonrisa.

Mi celular vibró en mi bolsillo trasero y lo saco para ver un mensaje de Scott. Me dijo que iba en camino con noticias, que nos viéramos cerca de los vestidores.

—¿Es Scott?

—Sí, debemos regresar y saber qué noticias nos trae.

Toma mi mano y ambos nos dirigimos de regreso a la escuela. Por un momento Derek dudó en seguir caminando, pero cuando quedaban unos cuantos pasos para salir entre los árboles se detuvo y yo lo miré extrañada.

—¿Qué sucede?

Acaricia mi cabello con suavidad y se queda disfrutando por unos segundos de esa actividad.

—Iré a casa, me gustaría estar con los niños y preparar todo para cuando regreses.

Asiento levemente, pero no quito mis ojos de él.

—De acuerdo —suelta mi mechón y veo como le dolía si quiera apartarse de mí—. Amor, tienes que tener la certeza de que no voy a desaparecer, ni tu tampoco. Ambos vamos a estar bien y vamos a seguir con el plan que te mencioné, ¿de acuerdo?

Asiente con una pequeña sonrisa, pero esta no llegó a sus ojos.

—Te amo.

Besa mis labios con tanta profundidad, con tanto dolor, que por un momento me entra la duda de que si hay algo más que no esté diciéndome, porque esto se siente como una despedida, pero se supone que no lo es y que cuando regresé a casa, él va estar ahí como dijo que lo haría.

Confío en él.

Se aparta de mí y comienza a caminar hacia el interior del bosque.

Aprieto mis labios dudando, pero comienzo a caminar con inseguridad hacia la escuela, teniendo una sensación en mi pecho, casi asfixiadome con cada paso que doy, como una alerta a que algo está ocurriendo y de que no debo seguir avanzando.

El viento vuelve a soplar y mi cabello se mueve hacia atrás haciendo que varios mechones obstruyan mi vista y resoplo sintiendo que debería voltear y regresar, porque el viento no pintaba nada bien, se sentía como algo malo y esa sensación de abandono me dejo media perpleja. Mi instinto me decía que alguien importante estaba corriendo peligro, pero a medida que el viento se calmó y logré controlar el descontrol de mi cabello, siento que me quedo en una neblina oscura que obstruye mis pensamientos por unos leves segundos.

Es algo raro porque mis emociones también se sienten así, en un limbo, pero se que no me equivoco ante la sensación de que alguien me necesita y ese alguien es a quien yo también necesito, como si fuese alguien a quien yo amara con todo mi corazón, de eso no hay duda, pero en cada paso que doy, en cada segundo que transcurre, no soy capaz de recordar a quien se supone que amo y porque debo volver.

De hecho, el volver es lo de menos.

¿Enamorada? ¿Yo?

Es algo difícil de creer en mí, pero se suponía que debía dar la vuelta e ir locamente por alguien, pero mientras más lo pienso, más absurdo siento que es y comienzo a odiar la opresión en mi pecho. Es como si mi alma me estuviera gritando algo que yo no entiendo. Se que está ahí, que es insistente y molesto, pero es como si estuviera en clave y yo no tengo permitido el acceso a él.

No entiendo.

Escucho murmullos provenientes de la escuela y al alzar la vista veo una ambulancia y muchos policías. Aceleré el paso mientras voy escuchando las conversaciones y capto que aparentemente encontraron un cuerpo en la escuela. Eso es grave y de pronto el clima cambia tan drástico que me deja con una peor sensación. Ese viento fuerte vuelve y casi pareciera que va a llover por el color de las nubes, pero es raro, se supone que estamos en verano.

Comienzo a buscar al sheriff por el olor, pero casi caigo cuando un chico se atraviesa con su cuerpo y gruño.

—Oye, ten más cuidado —me quejo.

El chico parecía medio perdido, pero cuando escucha mi voz, su corazón se acelera y me mira a los ojos con mucha intensidad, como si esperará algo de mí con desesperación.

Extrañada retrocedo un paso alzando mi mano solo para asegurarme que el chico no va a lanzarse encima o algo así.

—¿Te encuentras bien?

—Tú... —su labio inferior tiembla e intenta dar un paso hacia mí, pero al notar mi mano firme se mantiene en su lugar, muy triste—. Claro que me olvidaste... todos lo hicieron —sonaba tan triste que llegó a incomodarme.

Me fije que su rostro estaba lleno de lunares, parecía casi adorable, pero no sabía que se suponía que debía hacer si terminaba llorando enfrente de mi. Soy horrible intentando lidiar con los sentimientos de otras personas, a penas si puedo con los míos.

—Tú... ¡Oh por dios! —sus ojos se agrandan, como si se hubiese dado cuenta de algo y a pesar de mi mano enfrente suyo, avanza de todas formas y me agarra el brazo con desesperación— ¿Recuerdas a Derek? ¿Derek Hale?

Frunzo el ceño confundida.

—Si no me sueltas, voy a golpearte.

—Ellie, solo responde.

—No, no lo conozco —lo miro mal y doy un paso hacia él con la clara advertencia en mis ojos—. Ahora suelta mi brazo y desaparece de mi vista.

El chico lucha con las lágrimas y suelta mi brazo con derrota.

—¿Acaso eso es lo que hace la cacería? ¿No le importa nada y solo quita a las personas de la existencia de los demás?

¿Qué? Miro a mi alrededor esperando encontrar al sheriff para pedir contención a este chico, de seguro es otro loco que se escapó de la casa Eichen.

—Ellie, ¿Tyler y Madison? ¿Los mellizos?

Respiro hondo intentando encontrar la paciencia, ¿de donde? No lo sé, pero tengo que tratar de asegurarme de que no escapó del loquero.

—¿De dónde saliste?

Me mira mal, como si supiera donde iban mis pensamientos y pasa con brusquedad el dorso de su mano por su mejilla para secar sus lágrimas.

—No importa.

Retrocede varios pasos con la mirada destrozada. No lo piensa dos veces y comienza a alejarse por el pasillo casi corriendo. Suspiro con cierto alivio y al girarme veo al sheriff al final del pasillo hablando con otros oficiales. Me acerco mientras pienso con cierta culpa de que tal vez no debí dejar ir a ese chico así como así y haber ocupado un tono más... ¿suave?

Resoplo, si Scott se entera de esto me va a salir con la misma charla de siempre. No es mi culpa que no sea afectiva y no tenga ese instinto de madre o lo que sea que se supone que debe tener una mujer así, yo no soy dulce.

Niego con la cabeza, todo fue tan loco que no quiero seguir pensando en eso, no ahora que debo enfocarme en lo que acaba de ocurrir en la escuela.

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