Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

47

 De un golpe, Andy cierra su casillero, angustiado ante la idea de que esta vez Zoe si lo haya alejado por completo, pues no la veía desde el domingo por la tarde, cuando se había levantado de la caja de arena para irse sin decirle nada. Y ese día era martes.

 Mientras cerraba la cremallera de su mochila, Andy caminaba en dirección al salón de clases número seis, preparándose para la clase de matemáticas en la que no podría tomar una siesta como habitualmente lo hacía, pues ese día tendría un examen importante. Entonces, el muchacho esperó hasta que todos los alumnos que anteriormente estaban en ese salón saliesen para así poder entrar y ocupar el asiento usual. Entre todos los adolescentes que pasaban, el muchacho no se dio de cuenta que Zoe se encontraba entre ellos, saliendo de la respectiva aula de clases. Pero entonces, fue ella quien deteniéndose a su lado, lo llamó.

—Andy —dijo la muchacha, lo cual resultó más un susurro que otra cosa. Sin embargo, se encontraban tan cerca uno de la otra que el muchacho la escuchó instantáneamente, reconociendo su voz.

—Zoe... —musitó Andy. Era tanta la incredulidad que sentía en es momento que no le importaba ser atropellado por los salvajes de sus compañeros que entraban al aula. A su vez, la muchacha apartó un mechón de su cabello de manera un tanto tímida, algo que no era habitual en ella, pues prácticamente crecieron juntos.

—Solo te quería entregar esto —le informó ella al momento en el que extendía la mano hecha un puño hacia él, y luego la abrió para enseñarle a Andy lo que guardaba en su interior, que no era más que una bolita de papel pequeña. El muchacho dirigió su mirada hacia el trozo de papel arrugada que se encontraba en la palma de la mano de ella para después desviar la vista hacia su rostro, la cual lo miraba con expectación. —. Espero que puedas entenderme.

 Entonces Andy asintió, pues él siempre la entendería, incluso hasta en lo incomprensible. De esa manera, mientras Zoe se alejaba, el muchacho sonrió, y aquella resultó ser una sonrisa tan grande como llevaba sin aparecer en su rostro en mucho tiempo. Así que, sin más, mientras Andy recorría el camino en dirección al que asiento habitualmente ocupada, fue abriendo la bolita de papel, y cuando al fin de sentó, empezó a leerla.

 En ese momento, Andy supo que había recuperado una pequeña parte de lo que antes era Zoe. Y no pudo ser más feliz en su vida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro