x Capítulo treinta y cuatro. x
—... ¿Qué puedo hacer Simón? Si ahora mismo no puedo mirar más que tus labios.
— Raphael— susurro.
Comienzo a dar pasos hacia atrás mientras lo veo caminar hacia mí, no sé si está consciente de que esta casi al desnudo si no fuera por aquel pantalón que tapa su parte inferior de su cuerpo, aún gotas de aguas caen por su pelo cayendo por su cuerpo haciendo que ese recorrido de agua un no desaparezca del todo y se pierda sobre la línea del pantalón y su piel, y no puedo dejar de pensar que su abdomen parece haber sido creado por los dioses, es un vampiro que se ha entrenado para cuidar su cuerpo, cada minúsculo detalle se nota en él, cada línea que marca parte de su abdomen, como aquella parte "v" que se esconde entre esa tela y su cuerpo, se marca tanto que me hacen tragar con dificultad para darme cuenta que no debo seguir viendo.
Es un hechizo de su parte, quiere que caiga por su cuerpo, se está aprovechando de mí. Siento como mi espalda golpea con una pared y me detiene de seguir huyendo, Raphael me acorrala y sonríe, sonríe con travesura porque sabe que si yo no he escapado y me he dejado acorralar en su habitación es porque tampoco quiero dar marcha atrás.
— Raphael tienes que bajar— vuelvo a decir con dificultad— los invitados están llegando.
— Al demonio los invitados— responde— contigo aquí me es suficiente.
— Raphael no te dejes llevar por el vínculo.
— Es la mejor opción si me dejo llevar por este vinculo— vuelve a decir— por lo menos tendré la excusa para culpar a algo por lo que estoy por hacer.
Los labios de Raphael vinieron hacia los míos, pero como autoreflejo lleve mis manos hacia al frente apoyándose en su cuerpo para que no se acercara mucho más a mí, pero fallo, porque sus labios han llegado a los míos intentando moverse, intenté alejarlo por el susto pero cuando quise ver ambas manos de la persona que se estaba aprovechando de mis labios llevaron mis manos hacia la pared para no interrumpir su objetivo, cerré mis ojos con fuerza mientras aquellos labios intentaban vulnerarme, pero como yo no hacía nada la persona frente de mi se alejó desilusionado.
— Simón, te lo suplico, no me humilles frente a tus ojos— dice el vampiro mayor— acepta mis labios por lo menos por una oportunidad de nuestra cercanía.
— No quiero que piensen que si acepto podremos... Estar juntos.
— Con solo sentir tus labios hoy, me conformo. Después de eso no molestare más.
Nos miramos por un momento y pienso todos los motivos de este suceso, las consecuencias de aceptar o no, pero solo lo que pasa por mi mente es el calor que se ha posicionado en el lugar donde hizo el vínculo y que se disperso por todo mi cuerpo, un calor agradable que me hace sentir vivo, que hace que pierda todas las fuerzas, que me haga vulnerable a los ojos de la persona que está frente de mi.
Quiero aceptar, quiero ser egoísta y besar unos labios después de tanto tiempo, besar sus labios y después decirle que no fue nada para mí, aunque lo he extrañado desde hace días, quiero aprovechar de lo que está ofreciendo mientras sabe que después de esto yo seguiré firme a no estar a su lado. Quiero ser egoísta, quiero hacer algo y después no arrepentirme, dejar en claro lo que quiero y no lo que quieran los demás.
Separo un poco mis labios mientras hago un asentimiento leve con mi cabeza indicándole que lo invito a seguir con lo que estaba haciendo hace momentos atrás, que no voy a rechazarlo y que todo está bajo condiciones como lo hablamos hace segundos, no habrá nada más allá que esto.
Raphael entiende mi señal y vuelve a buscar mis labios para besarlos una vez más, esta vez no me quedo sin hacer nada, está vez sigo el ritmo de los suyos, dejo que su lengua sea bienvenida a tener participación y así poder yo usar también la mía, su cuerpo desnudo está tan cerca del mío que parece querer unirse al mío, sus manos están en mis caderas, las mías en sus hombros, ambos nos besamos de tal forma que siento que estoy extasiado, sus besos y el calor que recorre en mi cuerpo por el origen del vínculo hace que vea estrellas a través de mis párpados, pero todo termina cuando una mano traviesa trata de entrar por la parte trasera de mi pantalón, me hace sobresaltar y asustarme, abro los ojos de inmediato y me separo de aquello que estábamos haciendo. Y me doy cuenta que todo está mal, no debería haber pasado, que no debe tocarme.
— ¿Estás bien?— pregunta sorprendido Raphael— yo... Me sobrepase ¿Cierto?
Asiento en silencio mientras acomodo mi ropa y limpio mis labios de su saliva, no estuvo mal, sabe besar, mejor dicho besa muy bien, pero eso no hará que vuelva a pasar, yo me encargaré de que no vuelva a pasar. Si caigo ahora entonces no me habré hecho respetar lo suficiente, más que Raphael en parte me está dando mi espacio, no quiero que me pase lo mismo que pase con mis clientes, no quiero volver a esos momentos de terror, no quiero recordarlo y vincularlo con Raphael.
— No quiero que me toques sin mi permiso, aun a pesar de que sea lo que sea, mi mundo con estos toques tan íntimos no han sido bueno antes, no quiero arruinarlo ahora. Deberías cambiarte y bajar— digo incomodo— bajaré primero.
Camino hacia la puerta, pero unos brazos rodean mi cintura deteniéndome a parar mi trayecto de huida de él, no lo trato de alejar, solo espero escuchar que tiene para decir.
— Siempre respetare tu espacio, siempre pediré tu consentimiento —susurra— ahora por favor escucha lo único que tengo para decirte antes de que te vayas, puedes estar con cualquier chico que quieras Simón, yo aceptaré verte con cualquier persona aquí dentro. Pero, con mis hermanos no, por favor, no puedo aceptarlo, es más de lo que puedo aceptar. Por favor, con ellos no.
Parece un niño suplicándome, no parece el Raphael que conocí cuando llegue al hotel, sus sentimientos cambian sus comportamientos al parecer, un Raphael enamorado lo hace volverse un niño dependiente al otro. Llevo mis manos a las suyas y trato de alejarlo, pero este se rehúsa y además de eso todo su cuerpo se aprieta contra mí espalda mientras sus labios se posicionan en mi hombro izquierdo. ¿Desde cuándo creamos tanta confianza para que llegara a esto? ¿No era que iba a pedir mi consentimiento?
— Algún día, me gustaría saber si tus sentimientos comenzaron con el vínculo o fueron mucho antes para comportarte así— susurro para ambos.
— La primera vez que me enfrentaste y me gritaste, fue donde todo comenzó Simón— murmura— el vínculo solo hizo que se hicieran más fuertes y más rápida. Por esto tú no sientes nada como yo, porque a cambio de mí, yo nunca te atraje.
— Raphael...
— Pero no me importa, viví enamorado de una persona que incluyó en nuestra relación a una persona que ella sí amaba por largo tiempo— me interrumpe— puedo esperar para ver si nuestro vínculo funciona o no.
— Yo no soy Elizabeth— digo ofendido.
— Pero tampoco te gusto, nunca te va a atraer una persona como yo que te hizo tantas cosas— responde— lo sé, lo dijiste y me lo acuerdo aún, tu objetivo es una relación sana desde el comienzo, desde que conoces a esa persona, algo que no te puedo dar.
— Raphael...
— Solo te pido que con mis hermanos no, con cualquier persona estaré bien, pero con ellos no, el dolor será tan grande que no podré controlarme.
Ahora estamos sentados en la mesa mientras los últimos invitados se acomodan para cenar, estoy sentado en el lado derecho del lugar donde estaba ubicado Raphael y a que del lado izquierdo está Guadalupe, estoy tan avergonzado por lo que acaba de pasar con el vampiro mayor que no puedo ni mirar a nadie más en esta reunión, mientras el actúa tan tranquilo al frente de todos, debería haberme ido cuando dijo aquella oración de su observación de mis labios, pero a cambio me aventure a seguir y dejarme llevar por él, mala idea ¿Ahora como podría verle a la cara?
Peor de todo, no sé como pensar que Raphael haya tomado esto como una señal verde para avanzar conmigo, creí que el vínculo se estaba haciendo flexible y podría romperse, pero hoy parece haber dado una vuelta y hacernos estar tan cerca como su profecía, tarde o temprano esto hará efecto y caeremos por el encanto del vínculo. Miro hacia adelante cruzándome con la mirada de Magnus que está sonriendo tan brillante, como si acabara de hacer alguna travesura, al otro lado de la mesa me cruzo con la mirada del hermano de Raphael, con quién he formado una amistad, con un semblante molesto.
¿Será que ellos dos, Raphael y su hermano, saben que algo yo no?
La comida empieza después de algunas palabras de Raphael agradeciendo la presencia de los presente, la comida ya está posicionada en la mesa así que no debemos movernos, solo disfrutar del momento y de la comida, entonces en un momento siento como el vampiro mayor posiciona una de sus manos en mi pierna y sigue comiendo con tranquilidad como si no estuviera pasando nada, mientras que yo soy un manojo de nervios por sus acciones.
Tengo tantas inseguridades de lo nuestro que no sé si está jugando, si el vínculo le está dando peor a él por ser el creador de esto, o porque enserio quiere esto, una relación conmigo. Tendríamos que hablar claro de este tema en otro momento y parar con esto que él está haciendo, esta acción tan inapropiada de su parte. Mi mano se posa sobre su mano y la aprieto para alejarlo, pero este hace fuerza sin siquiera que nadie note lo que está pasando aquí, lo miro pero este no me devuelve la mirada, dijo que después de ese beso no iba a molestarme, pero ahora parece haberse olvidado de sus palabras. Algo dentro de mí me hace sentir inquieto.
No quiero seguir sus juegos, aunque en realidad también sus juegos también me hacen sentir... Un poco extraño.
Miro hacia la mesas que están frente nuestro y sonrió para disminuir concentración, mi mano sigue apretando la suya para ver si se aleja, pero cuando más presión hago más su mano sube hacia mis muslos y hacen que está ocasión se coloque rara, pero de un momento a otro su mano se aleja y la situación termina, como nunca hubiese pasado, al observarlo puedo ver qué está mirando a las mesas del frente y temo que Magnus se haya dado cuenta lo que está ocurriendo entre nosotros dos, pero al contrario veo como el hermano menor, mi amigo, nos mira sin disimularlo.
¿Qué sucede aquí?
Todo lo que resta de la noche fue como una reunión familiar, las personas esparcidas conversando en cualquier lado de la sala del hotel, en estos momentos me he separado de Raphael para caminar solo con una copa de sangre en mi mano buscando que hacer, ya que la conversación de los jefes se ha extendido a hablar de nuevas políticas y cosas que no entiendo, hasta la madre de Raphael está con los jefes dando su opinión de muchos cambios que deberían darse en este mundo, así que busco donde encajar lo mejor posible.
— Simón.
Volteo a ver al dueño de la voz, es mi nuevo amigo en este hotel desde hace menos de una semana, viene a mí con un vaso también en su mano, tiene los mismos rasgos que Raphael pero menos marcados, se ve mucho más juvenil como si estuviera entrando a la pubertad, contiene color de ojos que todo los Santiago, color avellana y siempre lleva una sonrisa en su cara.
— Diego— respondo mientras nos acercamos a hablar— ¿Como la estás pasando?
— Muy bien ahora que estoy conversando contigo— sonríe— necesito hablar de algo contigo ¿Puede ser?
— Sí, claro.
— Bueno, ¿podemos ir a otro lado a hablar? Podemos ser escuchados aquí, y es algo muy íntimo.
Asiento y caminamos hacia otras de las habitaciones cercanas, miro a Raphael y me sorprendo que nos este observando a pesar de que está reunido con los jefes y conversando, pero no nos sigue para detenernos, así que seguimos caminando, la habitación es un lugar de juegos para distraer a los vampiros, y el chico que me invitó a hablar de algo parece un poco nervioso mientras me deja pasar y cierra la puerta detrás de mí, eso me preocupa por el tema que quiere hablar y cual no tengo conocimiento.
— ¿Qué sucede Diego?— le pregunto— ¿Necesitas que te ayude en algo? Podemos hablarlo con Guadalupe si es algo malo, puedo ayudarte a hablarlo y que no te castiguen.
Niega y me hace pensar si Raphael tuviera rasgos más suave se vería así, tan adorable.
— Yo sé que tú y Raphael tienen un vínculo— balbucea— pero no hay nada más que eso, entonces está preguntándome si tú...
"Uy... ¿Y si a este chico también le gustan los chicos?"
— ¿Si yo...?
— Si puedo cortejarte— susurra— en mi época se cortejaban a las personas, he aprendido mucho y puedo ser digno. Espere a ver qué sucedían las cosas entre ustedes, pero parece que el vínculo no funciona, entonces estaba pensando en hacer algo antes de que conozcas a más personas.
— ¿Pero estás seguro? Hay muchas personas acá para conocer ¿Por qué yo?
— Porque Raphael te menosprecia, no me gusta que sea así.
Le sonrió y llevo una de mis manos a su hombro mientras niego un poco por lo que ha dicho. Me asusté al principio pero ahora sé que no debo preocuparme de nada, es un digno Santiago que busco cualquier manera para hacer un bien, aunque no piense las cosas de forma adecuada.
— Eso no significa que yo te guste Diego, realmente no lo haces y deberías no dejarte guiar por los impulsos de hacer algo bien, con Raphael está todo bien, solo estamos alejados para que el vínculo no funcione, así que no te preocupes ¿Sí?— digo mientras sonrío— además me agradas como amigo, realmente no quiero ser cortejado.
— Oh...
— Entonces hagamos como si esto nunca paso ¿Quieres?— le pregunto— te ayudaré a buscar a alguien para formar una pareja. Ahora vamos, Raphael pensará que me estoy aprovechando de su hermano menor.
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