(Extra 2)
Me acuerdo de ese día que salimos los dos juntos hacia los barrios bajos para investigar unos casos que habían llegado a mi por los jefes, recuerdo tan claramente que no iba a salir con Simón sino con Fran, pero este se había rehusado diciéndome que debería salir con mi elegido porque así eran las reglas.
Fran se estaba comenzando a acoplar a las ideas de Magnus en el tema de nosotros dos y un tema más romántico, entonces en cada oportunidad que podía haría que estuviera junto al polluelo sin que nadie pudiera evitarlo, me moleste al principio por esos comportamientos que estaban teniendo mis cercanos, pero después cuando estaba llegando la hora de salida me di cuenta que podía ser una buena situación para controlar mis pensamientos negativos sobre ese chico, como saber si estaba mintiendo o no.
Los mundanos a lo largo de su vida cuando están en situación de peligro son fáciles de sacarle la verdad o verla en su hablar o expresiones, sobre si fingen o no de algo, si Simón era participe en todo el tema del tráfico de órganos y la negligencia que se estaba causando en Brooklyn, no reaccionaria de la misma manera que si en verdad no supiera que está ocurriendo a su alrededor. Lo he dicho muchas veces y cada jefe sabe de mis habilidades, he visto y estudiado minuciosamente la expresividad no verbal de las personas a mi alrededor a lo largo de mis años de vida, se cuando están mintiendo o no, cuando han visto algo verídico o no lo han hecho. Ese día quería saber realmente si Simón solo estaba fingiendo con todos nosotros.
Y cada vez más las circunstancias me indicaba que el niño frente a mis ojos no sabía nada de lo que pasaba y yo cada vez me sentía más extraño y frustrado con su presencia y el asunto, porque ni siquiera sabía las razones de mis tratos hacia él, pero trataba de hacer todo para aprender de lo que yo le quería enseñar, como cuando le indique como debía usar su sentido del olfato.
Creo que todo comenzó ahí, verlo obedecer mis palabras, cerrando los ojos tratando de concentrarse, lo recuerdo bien, él estaba nervioso pero ansioso por aquello, sus parpados cerrados con fuerza, sus pequeños y finos labios siendo mordisqueado por sus dientes, sus largos y delicados dedos aprendo su ropa para darse apoyo a sí mismo y calmarse. Y entonces, como lo esperaba él localizo lo que debíamos buscar y camino después de darle mi orden, lo seguí a su lado mirándolo sin preocuparme que él lo notara, su postura mientras caminaba era propia de un polluelo bien transformado, sus piernas largas daban pasos largos, como si estuviera confiado de que lo estaba protegiendo de cualquier obstáculo, y su rostro juvenil mostrando el desagrado de la intensidad de sangre en el ambiente.
Cuando llegamos y pudimos entrar al lugar con sumo cuidado, no tanto por causas de Simón, me acuerdo lo confundido que me sentí en ese momento porque pude ver lo que estaba esperando encontrar, más que toda la situación que estaba sucediendo dentro de esa casa, cuando lo vi a los ojos a Simón supe que el tema le dolía más que a mí, le dolía ver esos niños como estaban, imaginarse que estaban haciendo con ellos, que llegó al punto de vomitar en mi ropa y tirarse al suelo para agarrarse la cabeza con fuerza.
Me sentí afectado verlo de esa manera, pues hace tres años yo comprendía y reflexionaba a través de los castigos que me dieron los jefes, que esto que yo hacía era malo, era perverso, era desagradable, esto que yo aceptaba como beneficioso para el mundo a través del método de raptar personas, mientras los mundanos hacían todo el proceso macabro asignado por nosotros y se vendía el resultado en el mercado negro mundano, me di cuenta que no era bueno, que no debía aceptarse nunca. Fui parte de todo, por eso mismo una vez vuelto a las calles destruí toda red de esos trabajos, pero la etiqueta ya me había quedado, y no podría borrarse.
Raphael Santiago, socio de mundanos relacionados con la negligencia de tráfico de personas.
Pero solo yo sabía cuanto había avanzado, solo yo sabía cuánto me había preparado mentalmente para mejorar como persona, recibiendo castigos, y auto-castigos, reflexionando por tres años para prepararme una vez que tuviera que enfrentarme a aquellas chicas. Porque aunque sé que no podía culparlas de todo, ellas también fueron participe de esto, Elizabeth fue quien manejaba los contactos por mí, fue quien ganaba la plata diciendo que la llevaría a iglesias y a los subterráneos menos beneficiado, cuando en realidad iban hacia otras cosas, fue Elizabeth que me prometió confiar en ella mientras controlaba ese trabajo y yo podía ir sin causar sospechas a las reuniones con los jefes. Yo... solo creí que hacia un bien y me di cuenta que solo me estaba transformado en un monstruo, lo cual tanto odiaba mi madre y que trato de evitar, sin éxito, que lo fuera.
Me acuerdo que ese día mientras Simón parecía tratar de calmar sus angustias en la vereda de aquella casa su celular volvió a sonar, y pude ver que se trataba de ella, ella estaba en la ciudad de nuevo con Rebeca Lewis buscando a su hermano menor, sabiendo nuestra localización y nuestros pasos, volvimos al hotel al ver que los licántropos controlaban la situación por seguridad de que ellas quisieran atacar. Una vez más me confirmaba que Simón solo no era parte de esto. Aun me acuerdo nuestra corta conversación mientras caminábamos hacia calles arriba.
— ¿Qué piensas con todo lo que acabas de vivir?
Quería asegurarme que estaba bien en esos momentos mientras caminaba a mi lado y que no podría afectarlo físicamente, enfermarse, ya que todavía era un polluelo y por tantas lágrimas desde su llegada podía ser malo para su cuerpo sin vida.
— Solo tengo una pregunta que no puedo responder ¿Qué tan enferma puede estar una persona para no pensar en la vida de esos niños? ¿Hay personas lo suficiente enferma para estar en este tráfico? ¿Cuánta ambición tiene una persona para llegar a esto?
— Esas son tres preguntas— le respondí— y solo es una respuesta a esto, la ambición, eso hace que las mejores personas se conviertan en monstruos sin corazones, y te destruyan, te llevan con ellos, y terminas siendo igual cuando quieres ver.
Al entrar al hotel esa noche recordé que no cenamos juntos porque acordamos por esa vez obviar esa parte, Simón no se encontraba muy bien y además necesitábamos estar solos por nuestra cuenta. Pero los problemas en ese tiempo para mi recién estaban comenzando, porque fui interceptado por Fran que estaba más que emocionado por saber sobre nuestra aventura con Simón, y no dejo de preguntar hasta que le conté de todos los sucesos en aquel lugar, y el feliz de contarle a mamá sobre el asunto, que esperaba ansiosa por conocer al chico que habían puesto en actividad las emociones de Magnus y de los jefes.
Pero a la vez, también nuestra conversación torno a la sospecha que fueron creadas hacia las integrantes de ese grupo, es que el día que trate de darle la lección a Simón, y fue un fracaso para mi, Simón salió con su grupo pero se separaron, la información llego a los jefes de que dos chicas de mi clan estaban en actitudes sospechosas, desde ahí todo se torno a investigarlas a las tres por igual por posible contacto con Elizabeth y Rebeca. Fran era quien se iba a encargar del asunto de ese grupo.
Si no mal recuerdo al día siguiente iríamos al Reino Seelie por invitación de Isabelle y Merliot, que habían cambiado a último momento de lugar de reunión por problemas con los Nephilim que no aceptaban del todo esa unión como la de Alexander Lightwood con Magnus, se estaban flexibilizando de a poco. Si hablamos de cómo fue ese día en el reino Seelie con la presencia de Simón, solo tengo que describirlo de una manera: Simón es una buena persona que se pondrá en peligro por el bienestar de los demás. Algo que me agrado de su parte, se convirtió en roedor por el pequeño Max, el menor de los Lightwood.
Pero debo hablar primero de lo bien que se veía ese día con ese traje azul, tanto que casi pude haber bajado un poco las defensas, porque se veía tan asombrado como un niño mientras miraba todo a su alrededor. Al llegar a ese lugar no podía evitar mirarlo en cada uno de sus pasos mientras yo tenía que saludar a conocidos, quería saber su localización, con quien hablaba, y cuando lo vi con Max sentí la seguridad para dejarlo de supervisar por un rato.
Cuando llego la hora de la comida, me acuerdo que vi una faceta nueva de su parte, una en la cual me sentí identificado en cierto punto mientras miraba a Fran y Ragnor a nuestro lado, que recuerdo que se estaban comportando de una manera empalagosa, una mirada de anhelo, cuando yo era mucho más joven también miraba a distintas parejas de esa manera anhelando tener alguna pareja a mi lado pronto, quería mostrarle todo el cariño que tenia resguardado dentro de mí, mamá me crio de una manera para ser un buen esposo, amar a mi pareja en las buenas y en las malas, darle tanto cariño que nunca dudara del amor por ofrecido, pero... nada funciono de buena manera para mí.
Y Simón en ese momento se veía de la misma manera, a pesar de que venía de una dura vida donde fue herido de tal manera que podría ser complicado para el confiar en otra persona. Así que esa comida fue incomoda para mi parte.
Y todo empeoro después, lo había perdido de vista por unos momentos que había ido a saludar a Isabelle por su noticia de embarazo con el jefe de los Seelie, y cuando quise ver a Simón tirado en el suelo apoyado en un árbol, me preocupe bastante que tuve que controlar mi impulso de caminar rápido hacia él, y cuando llegue el pequeño Nephilim Max informo lo que había hecho el pequeño polluelo, sentía la necesidad de ayudarlo pero a la vez no quería pasar un límite, además la bebidas Nephilim no causaban mayores maldades que una trasformación corporal.
— En solo minutos aquel líquido que te han dado hará efecto en ti—Me acuerdo que le dije.
Simón me miraba más que molesto por mi falta de preocupación hacia su estado, porque mientras él esperaba lo peor, yo sabía que no sería tan malo.
— Entendido.
— No voy a ayudarte
— Tampoco estoy pidiéndote ayuda, ni aunque en el mundo seamos tú y yo nada más, nunca te pediría ayuda— murmuro molesto.
Y cuando lo vi alejarse de mí, con dificultad, no pude evitar sonreír por sus acciones, en cierta parte ese comportamiento de su parte era agradable a mis ojos y aun lo es, y a la vez me causaba una confusión en mi interior porque me generaba ese sentimiento, la última vez que lo sentí fue con Elizabeth. Y entonces Simón se convirtió en un roedor y tuve que volver de nuevo al hotel para cuidar su seguridad, y mientras estaba en aquel auto trataba de averiguar si Simón siendo roedor podía tener consciencia o no, nunca me había pasado antes con ningún polluelo o vampiro, pero Simón era un caso particular al parecer. Y por primera vez mostré mis molestias y quejas sobre la noticia, a pesar de que antes había felicitado a la pareja por su buena noticia dándole mis bendiciones, mientras sostenía a Simón de su cola para que no se pierda de mi vista.
— Que fiesta tan patética— susurra Raphael— todos felices por un embarazo, cuando Brooklyn está siendo infectado por desapariciones de niños, y los tráficos de personas y órganos se intensifican. Que desconsiderados.
Quería terminar de una vez por toda con aquella situación que había vuelto a formarse en Brooklyn con la llegada de Elizabeth y Rebeca, ese día me encontraba frustrado por todo, porque habían llegado más focos de mundanos haciendo lo mismo que los que encontramos con Simón la noche anterior, las personas habían comenzado a desaparecer preocupando a los mundanos, habían más llegadas de productos a los mercados negros y más temor en los barrios bajos.
Tener una noticia de esas podría disminuir la atención del asunto importante. Por un momento había pensado que Elizabeth dejaría aquello, estaba prófuga con Rebeca, sin saber donde habían ido, podían rehacer sus vidas y dejar todo lo que tuviera que ver con negligencia con los mundanos, pero habían vuelto para seguir con lo mismo, con su maldad.
No recuerdo el momento que la percepción que tenia de Elizabeth se convirtió en un error, cuando la conocí era una chica agradable, con sueños, con un carácter potencial para poder marcar una historia si se lo requería, me cautivo al instante, tan fascinado que nuestra relación avanzo con rapidez, ella me decía que me amaba, que era una persona importante en su vida después de su transformación, le di todo por verla feliz y comencé a aceptar ideas, que ahora mismo y desde hace tres años comprendí que era una verdadera estupidez aceptar, nuestras noches juntos en una cama fue sustituido para integrar a una chica más, su avaricia comenzó a hacerse más notorio, pero toda mi percepción de ella como buena persona se esfumo cuando todo exploto, cuando ella me abandono y me utilizo. Yo la amaba, la amaba con mi vida, le di todo de mi parte pero ella no lo valoro, ni siquiera lo noto.
Pero me prometí que debía hacer lo correcto cuando las volviera a ver, debía acabar con ellas por el bien de los mundanos, por el bien de los acuerdos de los subterráneos, por el bien de mi salud mental.
Entonces recuerdo que estaba comenzando a sentirme mal, angustiado, pero con solo mirar a Simón en su forma roedor pudo calmar un poco mis pensamientos que me estaban autodestruyendo un poco más cada día, pensando que si pudiera ponerlo de mi lado podría tener un punto a favor en este asunto, y no tener que acabar con él como lo haría con las demás personas implicadas en la maldad, no podía en esos momentos sacarme de la cabeza que si pudiera hacerlo más fuerte mentalmente Simón tomaría el asunto de forma más madura, entonces podría afrontar la situación mirando a su alrededor y juzgando lo malo causado por su hermana y Elizabeth, entonces me preocuparía menor por él. Pero si me salía mal podría ser todo lo contrario y arruinar su vida. Y en ese momento sabía que no quería que el polluelo fuera mi enemigo para no dañarlo.
Pero deje de pensar en eso para no carcomer mi cabeza y decidí molestar un poco a Simón mientras estaba en su forma de roedor, pero termino todo en una situación media complicada, como siempre, donde tuve que borrar su memoria porque se atrevió a volver a mi habitación después de haber huido en nuestras llegada al hotel y vio mis manos descubiertas, algo que nadie más que yo, mis familias y los jefes sabíamos de las heridas que habían en ellas y él no era apto para saber de ellos.
Y entonces cuando creí que no podía hacer nada peor hacia Simón, lo vestí con unos de mi ropa de cama y cuando despertó al verlo vulnerable y vuelto a su forma humana y tan confundido por haberle dado un borra memoria quise jugarle una broma pesada que creí que sería divertido, pero no lo fue, claro que no lo fue, porque no medí mis palabras o mis acciones, no medí que esa broma pasaba los limites más allá de mal gusto, toque un tema sensible en él y lloro sin siquiera ocultarlo, se veía tan afectado en saber, que después de haber salido de aquel trabajo de miserias, yo le decía que me había ofrecido sus servicios. Lloraba con tanto sentimiento que cuando le dije que era una broma, enfureció, recuerdo ese día, aun cada vez que se lo comento no puedo evitar sonreír, se había tirado hacia mí y terminamos en una posición donde pude ver que se había incomodado, buscando cualquier manera para alejarme de él.
— No me hagas daño— me suplico en un susurro.
— Eres tan inútil— recuerdo que murmure— tan inútil que podría reír.
Y era verdad, quería reírme de la situación que nos llevo a estar de esa manera, quería reírme porque no lo detuve en ningún momento, sino dejarlo que se desquitará con golpes porque me lo merecía, en cambio se puso incomodo y me suplicaba con la mirada alejarme, recuerdo que le devolví su ropa y se fue corriendo lejos de mi.
Ese mismo día después de que se fue de la habitación, apareció una persona más desagradable con una idea que causo un sentimiento de preocupación, Magnus quería que en la visita familiar del mes lleváramos a Simón con nosotros. Y a pesar de que quería convencerlo una y otra vez de que no era adecuado porque pondríamos en peligro a todos ellos que estaban bien ocultos de peligros, Magnus no me escucho, decidió por mí, como solía hacer casi siempre.
Mi familia, excepto Fran, se convirtieron hace muchos años, cuando ya llevaba unos dos años de mi transformación o más, en brujos sin poderes, fue una transformación dura y fea para recordarla, pero al final terminaron aceptando el cambio, no recuerdo la situación que los llevo a ello, pasaron tantos años que no logro recordarlo hasta ahora, creo que fue en un accidente donde ellos estaban a punto de morir, la verdad no lo recuerdo, creo que se reprimió porque era malo, pero lo bueno es que siguen conmigo y ayudando al mundo subterráneo con lo que pueden. Siempre los cuide y cuando Elizabeth se fugo los oculte por si algo así empeoraba, fue ahí cuando Fran volvía de una escuela extranjera y se llevo la sorpresa que en la ciudad vecina fue atacado por vampiros del otro clan, Ragnor que estaba, afortunadamente, por aquellos lados lo salvo, después de eso todo es una larga historia.
Pero como decía, no quería para nada, ni aceptaba que Simón los conociera, que supiera de ellos, ni de que Fran era mi hermano, porque tuvimos que hacer cambios en sus aspectos para camuflar que era un Santiago como nosotros, y así pudiera acompañarme en el hotel ¿Por qué ponerlos en peligro? Pero Magnus no quiso escucharme y tomo la decisión de llevarlo, después de que llamo a mi madre para dar el visto bueno. Mi voz para ellos era nada, parecía que seguía siendo un adolescente sin decisiones. Pero creí que si no me rendía y hacia entender las consecuencias me daría la razón y daría marcha atrás, pero ninguno cedió, todos querían que Simón Lewis fuera allá, sin aceptar las consecuencias.
N/A: ¡Ups! me olvide que debía actualizar ayer ¡Lo siento! Pero tengo que decir que mañana subiré todos los extras, ya que la semana que viene comienzan mis mesas finales y se me hara difícil publicar. Así que subiré todo para que tengan la historia completa. ¡Gracias por el apoyo a esta historia!
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