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(Extra 1)

Raphael

--Hola, eres bienvenido a mis pensamientos de lo que sentí en momentos particulares de esta historia, mi escritora no quería hacer mi narración porque tenía una estructura de Simón, pero bueno, es muy indecisa cuando quiere y usted ayudaron a que apareciera, así que gracias por tanto, comencemos.--

Pase años de mi vida preguntando si algún día mi encierro y mi culpa interna acabaría, si la maldición que me había puesto aquellas chicas algún día terminaría y me dejaría descansar en paz, pero nunca encontraba la respuesta a ello ¿Sería feliz de algo que tuve culpa? ¿Acaso este no era mi castigo para sobrellevar toda mi inmortalidad? No fui castigado a la muerte, pero este castigo dolía más que cualquier cosa, el remordimiento y la culpa eran el peor castigo, más que la propia muerte, delirar a la muerte de manera lenta. 

Había pasado mucho tiempo que no podía sonreír o dormir, o disfrutar de cosas que los demás hacían o yo solía hacer, era como si me hubiese olvidado de todo aquello, y se sustituyó a sentimientos negativos, siempre sintiéndome acechado por todos por mis errores, la culpa carcomiendo mi alma de apoco mientras la mirada de mi alrededor apoyaban aquello. Para ellos no soy un suertudo que debería haber sido llevado a la muerte por todo lo malo.

"¡Me arrepiento tanto! ¡Por favor, no me miren así!"

Los jefes habían logrado perdonarme, y no modificar nada, solo más vigilancia en mí, pero para la sociedad subterránea yo ya había ganado una etiqueta mala y que nadie podría borrar, aunque me esmere a mejorar, intenté por tres años de mis errores recomponerlo con acciones buenas, ayudar a subterráneos solitarios o sin casas a reconstruir sus vidas en esta sociedad, ayude a mundanos a salir adelante sin decir de mi origen o los de alrededor, por eso muchos de mis tutores que trabajan en el hotel son mundanos de confianza que pago cada mes para enseñarle a mis vampiros, done y construí muchos establecimientos públicos y aumente seguridad para los subterráneos más débiles de cualquier peligro. 

Pero aún, todos cada vez que me veían, a pesar de decir frente a mi cara muchos halagos y de lo feliz de tener un subterráneo tan participativo a ayudar como yo, a mis espalda no era más un suertudo que se libro de la muerte por estar vinculado con el círculo de los jefes.

Dolía, dolía que me dijeran así ¿Pero no me lo merecía? Claro que me lo merecía, porque fui un estúpido por hacer cosas que estaban mal, solo para complacer a la persona de la cual me había enamorado. Pensé que ella era la correcta, pero solamente termine siendo traicionado. 

Le di todo, le di todo de mi, le di hasta lo más mínimo que podía ofrecerle y acepte cosas que nunca creí aceptar, pelee con personas que quería solo por ella, deje de lado a mi familia y amigos por pensar que solo estaban siendo entrometidos, y deje que en nuestra relación entrará alguien más por solo verla ser feliz, y cuando menos lo pensé, toda nuestra relación se había derrumbado y fui traicionado justamente por ella y nuestra amante. Me sentí muy confundido ¿Acaso no era estar juntos a pesar de todo lo malo? Pero realmente me di cuenta ese día que en realidad ella nunca me amo, y después de muchas lágrimas por la herida que me dejó, el odio suplantó la tristeza, las buscaría hasta el más minúsculo lugar de esta tierra para vengarme.

Me acuerdo que unos pocos meses después de aquella traición, Magnus estaba siendo tan pegado a mí que vigilaba cada paso asfixiando toda mi vida, mi poder sobre mis Vampiros y el hotel siempre debía ser aceptada por él, venía todos los días y supervisaba mis oficios, temían que fuera una trampa más, nunca me moleste por aquello ni por las cicatrices de mis castigos que estaban en mis manos, camufladas por guantes. 

Pero si algo me hizo molestar al punto de que casi perdí mis estribos y fue la poca importancia que se le dio a la familia de la amante que teníamos con Elizabeth, cuando ella aún seguía viva ellos ganaban un poco de plata para mantener a los otros dos integrantes de su familia en la vida miserable que llevaban, pero después de lo sucedido se los dejo a su suerte. Y a mí se me prohibió acercarme a ellos por miedo a que el odio me ganará e hiciera algo, así que después de un tiempo deje de darle importancia.

Pero esa noche, después de aquellos tres años que afronte y nunca pude olvidar, ni un día miserable día, cuando un chico llegó a nosotros y suplico por su vida bajo el nombre de Simón Lewis, el mismo apellido de aquella muchacha que había sido amante de mi relación anterior, muchos sentimientos pasaron por mi y quise ayudarlo al principio, realmente me dio lástima su estado y quise ayudarlo, había intentado ayudarlo antes y ahora podía hacerlo, pero en el proceso de su transformación mis sentimientos de inseguridades y odio habían sobrepasado mis intenciones buenas y terminé dudando de su llegada a nosotros. 

¿Realmente era el hermano de aquella chica? ¿Y si todo esto era un plan? Estaría poniendo en peligro a muchas personas a mi alrededor si no hacía nada, ya mucho con los mundanos inocentes que se perdían cada día en el juego de maldad de aquellas muchachas... Y entonces todo lo bueno que quería hacer por aquel chico cambio.

No podía ser traicionado de nuevo, no podía caer de nuevo bajo los juegos de esas personas, tenía que darle el mensaje que había descubierto el plan.

Y entonces fue cuando todo comenzó...

¿Pero y si en verdad no sabe nada? me pregunta Fran.

Ambos estamos sentados en mi habitación, tomando un trago mientras charlamos, mi hermano es una de las personas que más confío, más que Magnus Bane, y aunque el brujo me ha dado todo y más, se ha convertido en mi mentor y me ha ayudado a llegar a lo alto sin siquiera mover un dedo, y más me salvó de la muerte hace tres años atrás, no es alguien con quien pueda hablar este tema. En cambio Fran, desde que tuvo que crecer tan rápido para ser mi mano derecha y ayudarme en el hotel perdiendo muchas oportunidades en su vida y fingiendo no ser un Santiago, sabe escuchar y es muy directo a la hora de hablar, aunque este tema sea el más duro para la familia.

 Es el hermano de Lewis ¿Quién no buscaría a su familia después de sobrevivir? Además ese polluelo lleva una semana aquí, en cada paso que da siempre está observando todo.

 Hice mis investigaciones, este polluelo vivía en la calle con su madre, en un callejón con otros mundanos indigentes, el polluelo seguía trabajando en el mismo rubro que su hermana, significa que ellas no han estado presente informa el menor.

No puedo ni pensar en imaginarlos como indigentes, más enojo me causa sabiendo que si es cierto lo que dice ¿Por qué la hija mayor de los Lewis no fue en busca de su familia? Podrían haber escapado todo juntos, aunque me siento tan cegado de inseguridades y odio que me cuesta pensar que es un plan bien realizado. Han pasado tres años largos, podrían haber planeado todo, Elizabeth no se conforma con nada y más cuando obtuvo el papel de fugitiva y yo sigo en este puesto, ella volverá ¿Por qué Simón no estaría con ellas?

 ¿Donde está su madre ahora?

 Ha desaparecido, los licántropos están buscando información sobre ella murmura mientras mira su celular.

De seguro es Ragnor, desde que son parejas ambos siempre están en contacto, si están muy lejos siempre están mandando mensajes sin parar, pero si están cerca, el mundo se convierte solo de ellos dos. 

Estoy feliz de que mis hermanos, porque tengo más hermanos vivos y con pareja, tengan a su lado alguien que realmente los ame, y no tuvieron que pasar por lo que yo pasé. Veo como Fran se levanta de su lugar, la hora de reunión está aproximándose, los demás jefes quieren conocer del nuevo polluelo, y no es que lo hacemos con todos, no es un ritual de bienvenida, solo que los rumores vuelan rápido en los labios de Magnus Bane, y las noticias de que es el hermano de Rebeca Lewis ha llamado la atención de todos los jefes y sus elegidos, lo cual quieren conocerlo.

 Hermano, entiendo tus preocupaciones ¿Pero descargar tu odio acumulado de tres años en el hermano de Lewis te hará sentir satisfecho?

 No.

 Bien dicho, entonces solo trata de calmar tus impulsos, los jefes están llegando y yo iré en la búsqueda de Simón ¿Si? Solo no hagas nada impulsivo.

Pero todo lo que sucedió con la llegada de los demás jefes, y ese polluelo frente a mi mintiendo en mi cara cuando se la verdad, es darle un castigo de golpes. Pero desde su huida del lugar donde estábamos no pude descansar en paz por la culpa que me carcomía, me arrepentí tanto de mis acciones con ese chiquillo, pero es que cada vez que lo veía no podía dejar de ver el reflejo de aquella chica llamada Rebeca riéndose de mí. Aunque no es ella, no es Rebeca sino que es su hermano menor. Le mandé un mensaje a Fran que anunciará, como un modo para calmar mis culpas, que el polluelo perteneciera a la salida de los diurnos para probar su credibilidad.

Pero fue un error, grave error de mi parte haber dado esa libertad, porque esa noche llego la noticia a Fran que Simón se había alejado del grupo y no lo encontraban, estaba enfurecido, más que enfurecido ¿Como debía actuar? Le di un hilo de confianza al dejarlo salir, a pesar de que era una forma de disculpa, y solo se alejó del grupo, pero Fran prometió buscarlo y lo encontró unos minutos después calles abajo, en la zona roja, cuando me lo trajo estaba inconsciente y golpeado, la justificación a eso es que en el trayecto de regreso se les cayó varias veces al suelo, Fran decidió encerrarlo en la habitación de reflexión como una forma amable, si se hubiera encerrado en los calabozos sería muy malo de mi parte.

 Lo he desnudado cómo has pedido, no tiene nada y lo he encadenado dice Fran abriendo la puerta dejándome pasar- pero encontré algo en su celular, deberías verlo.

Mientras entro a la habitación y Fran cierra la puerta detrás de nosotros reviso el celular, que le hemos regalado por su llegada a nosotros, muchos videojuegos, mucha música y un número, Lilith, al pasarlo a Whatsapp observo su fotografía, y todo lo que sentía en mi interior se confirma, es ella, ella está acá en carne y hueso, su número agendado en el celular de Simón Lewis, su cuñado. ¿Debería decir que estaba en lo cierto? 

Lo observo recostado en el suelo con su piel al desnudo, es un joven muy apuesto en su vida mundana y ahora en su vida de vampiro por obviedad mucho más ¿Por qué arriesgaría su vida por algo que no debería estar metido? ¿Acaso no quiere aprovechar de su vida? Podría conseguir pareja, o conseguir muchas subterráneas, podría conseguir trabajo o mejorar sus habilidades, disfrutar una vida, pero no, está acá jugando con la muerte, no puedo dejar de observarlo, tengo tanta lástima que un joven de buena apariencia como él este con ellas. Pero cuando despierta, y se lo presionar un poco, y se le dan unos que otros golpes de castigo de Fran para que hablé me di cuenta por sus ojos que... No sabe nada.

Esa noche no pude descansar bien, esa noche me llene de preguntas, esa noche mis inseguridades peleaban con mi odio acumulado ¿Sí le hacia un daño a ese niño yo no sería igual que ellas? Al día siguiente la noticia de que Simón había insultado a Marshall y se había unido al ex grupo de Elizabeth, hizo que recurriera a Magnus por estos asuntos, no quería actuar impulsivo, no quería hacer nada más que pudiera perjudicar mi imagen o a mi clan o a una persona, porque a pesar de que le había dicho en forma de broma que si no encontraba un grupo en diez días me iba a deshacer de él, no quería que precisamente se fuera con ese grupo particular. 

Recuerdo que al llamarlo, su nuevo grupo ya había venido con él y sus nuevos cambios en él, perforaciones y nueva vestimenta, y con una actitud desafiante, y otra vez quise darle una lección. Insultar a otros para mí merecía un castigo, un castigo que yo mismo también estuve sobrellevando cuando insulte a mis cercanos, no dejaría que nadie más lo hiciera con nadie, porque comprendo lo malo que es eso, y aunque fuera de Marshall, uno de mis más fieles muchachos que se había llevado un poco a pecho su poder por la cercanía que tenemos, nadie merece ser llamado un "perro" en forma de insulto. Además el mismísimo Simón se había autonombrado mi "perro" aunque es un polluelo en este mundo ¿No debía darle una lección para que supiera cual era su lugar?

Pero... Quién se llevó una lección fui yo.

Vi a un polluelo aterrorizado frente a mis ojos por las alucinaciones a causa de un hechizo intencional, un polluelo lleno de dolor y tristeza, luchando con personalidades imaginarias que había impuesto en nosotros en su mente ¿Matar mundanos por diversión? ¿No tener piedad? ¿No hacer nada por ellos sabiendo que podemos borrar su memoria y volverlos a su lugar de origen? Sus alucinaciones me hacían poner mal, porque su imagen sobre nosotros no era más que mala, y podría ser todo culpa mía. 

Pero eso no era todo, no era lo que más hizo darme cuenta que fue más una lección para mí que para él, sino que cuando el polluelo me enfrento algo en ese momento me hizo mirarlo de otra forma, acababa de estar aterrorizado gritando piedad y después había cambiado a una de total valentía peleando con Marshall por la vida de un niño, y enfrentándome sin temor a las consecuencias, me había gritado en la cara, algo que ningún vampiro había hecho en su vida, y no pude reaccionar frente a ello, solo gritándole que se fuera, me había sorprendido bastante ver a ese chico así. 

Todo ese día me sentí incómodo, ni pude prestar una buena atención a lo que decían los jefes, mala mía porque no me enteré cuando Magnus Bane anunció que tenía un nuevo elegido y obligaba a Fran a irle a informar.

Y no era más que el mismísimo Simón Lewis.

No pude decir nada, no pude hacer que se volviera marcha atrás y no pusieran a ese chico, justamente a ese chico, como mi elegido. Pero esos tres años, muy pocas veces tenia voz entre los jefes, la mayoría de veces ellos elegían por mí, más Magnus Bane, y aunque dijeran que no había desconfianza después de mis acciones, aún seguían, se notaba en su forma de actuar conmigo, en su forma de disminuir mis decisiones, de mi participación, de mi voz, rara vez hablaba o opinaba, tuve que ser supervisado inhibiéndome de mi puesto de jefe ¿Era un jefe o era un adorno? me lo merecía. No pude ni procesar lo que había pasado en la sala de reuniones del hotel que tenía que volver a ver a ese polluelo para ir a reunión a casa de Magnus por asuntos de brujos, parecía ser todo a propósito.

Simón parecía ya odiarme ¿Pero no es eso lo que yo quería? ¿Qué me odiara para no sentirme arrepentido de mis acciones? Es que, todo se estaba volviendo a repetir, y eso me frustraba, me frustraba bastante por las similitudes que nadie más notaba y yo, por alguna manera, si. Un chico recién llegado, que llamó la atención de todos, que se le incluyo al grupo de esas chicas que podrían ser cómplices de Elizabeth, sus cambios físicos de mundanos por ropa, perforaciones, una actitud desafiante pero que puede pasar a vulnerable en cualquier momento, y lo peor de todo, la atención que llamó en mi ¿No fue mismo que me pasó con Elizabeth? 

Ella llegó, con su grupo, vulnerables y aterradas pero con los días adaptándose como si nada hubiese pasado, el hotel solo hablaba de ellas, nada más que de ellas, esa chica de rasgos asiáticos llamó mi atención como nadie lo había hecho antes, era valiente, más que valiente, no tenía pelos en la lengua, más de una vez me había enfrentado sacando sonrisas de mi, pero cuando se sobrepasaba y lo hacía delante de personas que podían verlo extraño porque yo era uno de los jefes, aparecía su vulnerabilidad que terminaba de conquistar todos mis sentidos, amaba todo de ella, pero ella nunca me amo. Y ahora mis instintos dicen que Simón recorre un camino parecido a esa muchacha, por su forma de actuar, pero no dejaría que pasará a nada mas, no dejaría que pasará por mis sentimientos, un Lewis no merecía mis sentimientos.

Y no, no estaba jodidamente enamorado de Simón, no hay que malinterpretarlo, solo es que siempre volvía a él, para molestarlo, para pelear, para hacerle la vida imposible, siempre volvía a é. Mi excusa fue venganza por lo causado por su hermana y mi ex novia, pero en realidad desde el primer momento que vi a Simón a los ojos en aquella habitación castigado, sé que no sabía nada de la existencia de que su hermana seguía viva y haciendo atrocidades.

Magnus y Fran habían comenzado a notar eso, en el modo de que siempre estábamos enfrentándonos y peleando. Por eso Magnus lo eligió como mi elegido, porque quería tenernos más cerca y que nos lleváramos bien, por eso nos hizo firmar un acuerdo de paz con el polluelo, con demandas muy ridículas de su parte: "Convivir dos horas" "Compartir comidas, no saltear ninguna comida" "El jefe debe llevar a su elegido a todos lados. Si sale del hotel se les obliga a ir juntos." "Visitar a Magnus Bane dos veces a la semana para presentar informe de los avances del vínculo". Pero se le había olvidado algo, el odio de Simón hacia mí ya estaba en él y yo también sentía odio por él ¿Acaso Magnus pensaba que un ridículo acuerdo nos iba va a unir más?

«No hay nada que perder, tú y yo nunca nos llevaremos bien aunque firmemos un papel.»

Después de eso trate de convivir con él, juro que trate de hacerlo porque era mi polluelo, pero cada vez era más imposible para mí, quería gritarle la verdad, la verdad de su hermana, sacar mis dudas sobre él como un infiltrado, y obligarlo a ir a cualquier lado que borrara esos recuerdos tristes de su pasado que tuvo que pasar por su familia, por qué haber trabajado en el rubro de la prostitución parecía haberlo traumado, quería que se uniera a mí en contra de aquellas muchachas que estaban escondidas en la ciudad. Trate de ayudarlo a pesar de mis actitudes, porque en verdad que quería ayudarlo, pero a la vez algo dentro de mi gritaba que no. Es que aún yo tenía conocimiento de que él seguía siendo uno de mis polluelos.

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