Una de las cosas que decía el papel era pasar más tiempos juntos, Magnus aseguró que dos horas al día sería lo suficiente para poder conformar su corazón que estaba preocupado por ambos, ya que no podría vigilarnos siempre y temía que en cualquier momento pudiéramos matarnos, lo anotó y especificó en el papel, cual nos dio una copia a cada uno para recordar lo que habíamos firmado, y después nos mandó al hotel para comenzar con el cumplimiento ahora mismo, así que ahora estoy en la sala del hotel donde se reúnen los jefes, sentado en el suelo porque Raphael me ha negado sentarme en los sillones de los jefes por sus reglas ridículas, mientras juego con mi celular a un juego de Mario Bross que he descargado hace solo minutos, ninguno queremos hablar así que solo dejaremos pasar las dos horas. Veo por el rabillo de mi ojo que Raphael también está jugando con su celular, así que es algo que me tranquiliza, a veces temo lo que puede pensar.

— ¡Oh mierda!

Es la quinta vez que pierdo en el nivel avanzado haciéndome frustrar, he tratado de mover mis manos a tiempo, saltar a tiempo, medir cualquier obstáculo, pero de toda forma muero, será que de hace mucho no juego a esto que me he difícil recordar cómo hacerlo, hace poco obtuve un celular, hace poco tuve tiempo para jugar como un adolescente en su celular, esto es nuevo para mí, porque mis días se repartirán en estar en habitaciones con personas que me pagaban por ser su objeto de placer, siempre tenía más clientes hombres que mujeres y eso era lo peor. Lo he repetido muchas veces, pero de los tres años que sufrí es imposible olvidarme todo eso.

Me comienzo a incomodar a recordar aquello, pero lo que se me viene a mente es como mi hermana sufrió también de este trabajo, y sé que lo que yo he pasado no es nada comparado con mi pobre hermana, a pesar de todo yo era un hombre y mi cuerpo podía aguantar más cuando los clientes querían torturar, pude aguantar empujones, golpes, sus fuerzas y sus estimulaciones sin cuidado, pude aguantarlos a pesar de que mi cuerpo se ve débil por lo delgado que soy, pero un cuerpo femenino, a pesar de todo es débil, tan débil que se debe tener cuidado en la forma de tocar, mi hermana sufrió mucho porque personas que trabajamos en esto era muy rara vez tener un hombre o una mujer que pensara por la satisfacción de ambos, nunca sucedía, al contrario nosotros solo éramos personas con las cuales se desquitaban sus fetiches raros.

— Pareces ser una persona traumada ahora mismo.

Me sorprendo a escuchar esa voz y parpadeo reiteradas veces creyendo que no ha hablado, porque Raphael sostiene aún su celular y parece seguir jugando y prestando atención solo a la pantalla, pero cuando repite de nuevo la frase siento algo en mi estómago por lo directo que es.

— Pareces una persona traumada ahora misma.

— Soy un marcado.

Toda persona sabe que un marcado es alguien que ha sufrido abusos en su vida, tanto emocional como físicamente, un marcado no tiene arreglo a pesar de buscar una salida, un marcado será mal visto por todas las personas a su alrededor y quien sepa de ellos sabrán que nunca deben acercarse porque arruinaran su vida. Un marcado será un marcado a pesar de los años y del camino que siga su vida.

— Nadie te obligo a que siguieras ese trabajo sucio.

Lo miro por unos segundos y a pesar de que he abierto mi boca para decir algo nada sale de ella, porque tiene razón, podría haber hecho cualquier trabajo para no hacer aquello, pero sólo pensaba en mi madre, tenía que asegurarme de que ella obtuviera lo que quería para que no se matará, ya era tarde de sacarla del mundo que se metió y en la abstinencia no sabía cómo poder controlarla, así que solo le dábamos lo que quería, juntábamos la plata y después Reb compraba la droga para mamá, trabajamos para ellos y trabajamos con el sueño de mejorar nuestras vidas cuando juntábamos un pequeño ahorro, pero todo empeoró con la enfermedad de Reb y que mamá encontró la plata del escondite gastando en droga duras y caras, quedando en la calle, en la miseria, todos los sueños se desmoronaron y sabía que no había más futuro para ninguno.

— No tuve opción, mi madre estaba desesperada y mi hermana murió, debía mantenerla.

El reloj del celular marcan que quedan treinta minutos para que se acabe nuestra cercanía y así puedo huir de aquí, aún no olvido lo que me ha hecho este hombre, hablar tan tranquilo no va a hacer más flexible mi corazón para nada, sigo considerando que es una persona enfermiza que abusa de su poder.

— Mi elegida se encontraba con una mujer de la calle, considero que era tu hermana entonces.

Me sorprendo a escuchar aquello, no porque habla de mi hermana, puede que en verdad se hayan encontrado, sino que sin darse cuenta ha dejado escapar un detalle de su vida, hablando de su elegida, aunque sus expresiones no muestran nada más que lo concentrado que se encuentra jugando con su celular, como si no estuviera hablando conmigo realmente. Entonces sé que si él no está tan concentrado en la conversación capaz puedo preguntar sin esperar que me mire de mala manera o quiera venir a golpearme.

— Pero tu elegida era tu pareja— comento.

— Por algo está muerta.

— No puedes matar a alguien porque solo te ha sido infiel o se ha cansado de tu amor— le digo sobresaltado— ¡Eso lo hacen las personas enfermas!

— Créeme, ella está mucho más enferma que yo.

Cuando el reloj marca la hora de irme no espero ni un segundo más, escapo lo más rápido que puedo, abriendo la puerta sin esperar que Fran aparezca, necesito salir de ahí, porque el ambiente se volvía más pesado con los minutos que iban pasando, es como que hablar de esa persona elegida hubiese tensado todo, pero por un momento mi curiosidad se presentó y me dije a mi mismo que debería averiguar qué estaba pasando, él porque cada vez que se habla de ella Raphael parece a punto de perder los pocos tornillos que tiene en su cabeza y así matar a todos.

Entro en mi habitación porque aún puedo escuchar que las chicas están debatiendo o peleando dentro de la otra habitación y no quiero molestarlas, las he conocido hace tan poco tiempo que no quiero entrometerme en sus asuntos cuando Fran les acabada de decir algo alarmante. Aún el sol entra por la ventana, pero ya mostrando que falta poco para que comience el atardecer, y yo aún estoy sin respuestas y más hundido hasta el fondo, porque ahora estoy condenado a estar encadenado a Raphael Santiago y sus enfermizos pensamientos y locuras. Me siento en la cama al recordar sus palabras de hace poco.

"...Por eso la mate."

"... Créeme, ella está más enferma que yo."

Entiendo que puede haberle hecho infiel con mundanos pero no tiene el derecho a matar a una persona por esas razones, eso demuestra lo enfermizo que es, podrían haberlo hablado y haberla dejado, seguir sus caminos y transferirla a otro grupo de vampiros de otro país para así no poderse contactarse, como hacen algunas parejas, dejarse ser y olvidarse del otro, pero no matarla, y aunque entiendo que puede lastimar el orgullo que los demás sepan que han manchado su reputación, no tienen el derecho a creer que tienen propiedad sobre la vida de la otra persona. Con solo pensar en Raphael siendo maniático, controlando a su novia, gritando o golpeando mientras le grita que la matará, me hacen dar escalofríos y pensar en cómo el asesino. Nunca me meteré con una persona así, jamás.

Saco la copia del papel del contrato que está doblado en mi bolsillo del pantalón y lo miro reiteradas veces, aún no puedo creer como acepte esto, solo fue la intimidación de ese brujo, podría haber hecho cualquier cosa con chequear los dedos si no aceptaba sus tratos, y aun no quiero que usen magia en mi, soy inocente, no he hecho nada.

— "Convivir dos horas" "Compartir comidas, no saltear ninguna comida" "El jefe debe llevar a su elegido a todos lados. Si sale del hotel se les obliga a ir juntos." "Visitar a Magnus Bane dos veces a la semana para presentar informe de los avances del vínculo"— releo en voz alta.

Esto parece más un contrato de formar una pareja que de unir a dos personas que se odian, bueno, yo no odio tanto a Raphael, considero que no se mucho de él y con la información que sé, lo categorice como un enfermo que debe ser tratado por muchos profesionales pero que nadie lo hace porque es uno de los jefes, y que es causante de mis desgracia acá dentro, pero aún así no lo odio del todo porque tengo un techo, un grupo, un celular con internet y estudios, y eso ha ayudado a mi vida, estoy agradecido en esa parte. Pero jamás, jamás seremos amigos.

Aunque hay un dicho muy famoso que dice que nunca digamos nunca a algo o puede salir mal, así que solo me resigno a mis pensamientos y saber que ese hombre es alguien incapaz de querer a alguien más que él mismo, y que si se me flexibiliza el corazón puede que termine muerto en sus manos.

Me siento frente al espejo y me miró por un rato, sé que estoy cambiado, y no puedo pensar que como me estoy viendo en el exterior puede pasarme en el interior en un tiempo, mi padre solía decir que siempre había un cambio para adaptarnos a un nuevo ambiente, que cada edad también es un cambio, que cada pequeña modificación en nuestro cuerpo significaba algo, yo ahora tengo perforaciones en mi cara, no llevo lentes y mi pelo va recortado, eso ya son cambios, mi ropa es distinta, colores neutros y con estilo a las personas de este lugar, eso también es un cambio, estoy entrando a ser compañero del jefe del hotel, lo cual nos llevamos a muerte pero debemos convivir eso puede hacer que mis pensamientos se modifiquen o que yo, con suerte, puedo lograr modificar los suyos. 

Todo se gira alrededor de cambios que son inevitables parar, y que en cierto punto me dan miedo sobrepasarlos. Y con ello recuerdo a mi hermana, ella podría calmarme y decirme que todo estará bien, debo seguir y no retroceder por nada, los cambios son buenos, se pueden superar o arreglar si son malos, todo estará bien.

La puerta de la habitación es golpeada y no demora en abrirse sin mi consentimiento, y solo puedo resignarme a ver cómo mi jefe y su mano derecha usurpan mi habitación, lo raro que a los segundo, las tres chicas de mi grupo también aparecen frente a mi vista, como si hubiesen escuchado que Raphael estaba aquí y vinieran a representar sus lugares de grupos como dijeron antes, eso no muestra ninguna reacción en las facciones de nuestro jefe, solo observa todo a su alrededor, hasta me mira a mí que sigo en el suelo, sentado frente al espejo.

— ¿Te descubres?— pregunta Raphael con un tono raro.

— ¿Qué?

Ha sonado muy mal la pregunta, eso hace que me levanté de inmediato y las chicas se coloquen a mi lado como protección, Fran esta sonriendo de medio lado por nuestras acciones, y aunque lleva una libreta y una lapicera en sus manos puede verse que por su forma de agarrar está también un poco molesto por la cantidad de personas en estos momentos.

— Cámbiate a algo menos formal, iremos a investigar al bajo— informa Fran— de seguro que tú grupo también les gustaría acompañar a su nuevo integrante ¿No?

Las chicas asienten reiteradas veces como forma de que Fran no ha errado con lo dicho, pero este niega su compañía ya que es un asunto que solo Raphael y el elegido deben hacer, negándole la salida a las tres chicas y colocándola a hacer actividades dentro del hotel como forma de distracción, así que cuando todos se retiran de mi habitación busco la ropa menos formal y me cambio para ir hacia dónde Raphael me está esperando. 

A comparación mía, que estoy vistiendo muy informal, Raphael luce formal con su atuendo, a pesar de que no lo admita, lleva una chaqueta de cuero negra y roja y parece "informal" a lo que suele utilizar todas las veces, aún lleva esos guantes blancos con él. Antes de que salgamos Fran me ofrece una gorra, diciéndome que me servirá para calmar mareos por ser la primera vez que salga sin esperar a que baje el atardecer completamente. Así que, aquí estoy... Caminando junto a mi jefe hacia calles abajo donde dice que vamos a investigar algunas cosas.

— ¿Qué vamos a investigar?— le pregunto después de un rato de caminar.

— Negligencia con personas mundana— responde de manera breve.

— ¿Qué tipo de negligencia?

— Tráfico de persona y órganos, también sangre contaminada. Sé que acá por lo bajo hay casas que están manteniendo a personas de la calle, hace días Luke, el jefe de los licántropos, reporto haber encontrado a un cuerpo infantil de la calle 9, niño sin casa, estaba siendo trasladado en un auto sin vida, su abdomen tenía cicatrices, no tenía algunos órganos.

— ¿¡Que!?— Grito sorprendido— Esas personas están enfermas ¿Cómo pueden hacer tales cosas?

— Si, están enfermas.

Raphael remarca la oración y sigue caminando, no le prestó tanta atención, estoy tan triste por lo que está sucediendo que no puedo pensar bien, no entiendo, a pesar de haber sido un mundano, vivir la vida de uno, no entiendo cómo pueden pensar tales cosas, como pueden ser tan crueles, y aunque considero a la persona que tengo al lado sin corazón, esos mundanos son los mismísimos monstruos por hacer tales cosas con personas inocentes, y más con niños. Tengo tantas ganas de vomitar al imaginar esos hechos.

— Reacciona Simón, aún tenemos que ver una casa, los rumores dicen que son infantes así que debemos asegurarnos que sea cierto así los licántropos vienen a rescatarlos.

Mientras caminamos no puedo dejar de sentir que mis ojos arden al pedir llorar, si son infantes no podré soportarlo, si están muertos voy a llorar mucho por ellos.

— ¿Los licántropos por qué vendrían a rescatarlos?

— Los licántropos pueden camuflarse en los mundanos muy fácilmente, y con ellos tienen cargos muy importantes, Luke a pesar de ser jefe como yo y como los demás, también trabaja en la policía, parte de investigaciones, así que estamos al tanto de todos gracias a ellos.

— Pero su elegido es un criminal— afirmo.

— Lo es, no se puede tener todo bien en la vida, mírame, no me agradas y ahora eres mi elegido. Soy el ejemplo de que no tengo todo lo que quiero.

Estábamos hablando bien hasta que lo arruinó con su comentario, nunca podremos hablar bien si sigue así todo el tiempo, es incapaz de salir de ese comportamiento que tiene. Lo odio tanto.

— Ven, te enseñaré algo que todo vampiro debe saber en esta vida, puedes salvar vidas o salvar la tuya de peligro.

Y como si no hubiese pasado nada hace segundos, como si el comentario anterior no lo hubiera hecho, ahora estamos en la orilla de una vereda de una calle esperando que me enseñe algo nuevo en la vida de los vampiros, me toca a penas con su mano para acomodar mi espalda para que esté derecho, y me ordena cerrar los ojos.

— Deja que toda tu atención vaya a tu sentido del olfato, y guíate a un olor particular, al de sangre, y deja que te guíen por estas calles— susurra— yo ya lo localicé, así que no te presiones, deja que te guíen a su localización, a los infantes.

— ¿Por qué sangre?

— Porque ya deben haber matado a algunos— responde sin rodeo— nadie en su vida espera que los "héroes" los descubran y así matar, esto no es una película.