× Capítulo doce. ×
La hora de la preparación llega, y Fran viene con dos cajas en sus manos a mi habitación para colocarlo en la cama como si ya estuviese familiarizado con el ambiente, las abre después de que cierro la puerta para que nadie nos espíe y no vean que estoy un poco consentido, me muestra un traje de color azul y un par de zapatos negros de los cuales me quedo asombrado, tiene una sonrisa divertida en su cara mientras me mira.
Sabe por instintos que yo nunca en mi vida he usado un traje más que cuando era un niño para ir a la iglesia con mi familia, pero este banquete al cual se me ha obligado a ir debe ser muy importante y por ende ir vestido de manera formal debe ser una de las reglas, al mirarlo de nuevo me sorprendo que este también lleve un traje de detalles muy distintos a la vestimenta que usualmente usa, el traje es de un color grisáceo como sus ojos, sus rizos van bien formados sin ningún tipo de error en ellos, luce muy bien.
— ¿También vas?
Si va entonces podré estar cerca de él y no estarlo tanto de Raphael, eso será bueno para mí, porque no creo que pueda soportar a alguien por tanto tiempo, y menos estar detrás viendo que haga algunas de las suyas o finja que no sabe nada de lo que ha pasado, estoy seguro que él es culpable de estos asesinatos y tráficos, son obra suya, no puede haber otro motivo. Puedo poner las manos al fuego que él es la cabecilla, y estoy dudando mucho que los líderes también lo estén, pues son unidos, no dejarían que esto se salga del control, por eso lo pueden estar escondiendo, pero algo hizo que el error se mostrará y ahora deben lucir como si no supieran nada, por eso Raphael me llevo anoche, por eso los licántropos llegaron tan rápido, deben temer que esto se sepa. Pero yo no soy tonto, estoy muy cerca de averiguarlo, los líderes pensaron que podrían engañar tratando de lucir que no saben nada, pero les mostraré la clase de persona que es.
¿Y si...? ¿Y si en verdad la chica, ex novia de Raphael no era culpable de nada y la culparon injustamente? Y ahora han creado historia culpando de ser avariciosa y controlar todo.
¡Estoy volviéndome loco!
— Raphael me dejo ir con mi pareja y a la vez poder vigilar tus pasos para que no cometas ningún error— dice tan tranquilo— ahora vístete, debemos irnos, el reino Seelie es un lugar difícil de llegar.
Escucharlo hablar me hace volver a mis sentidos por unos momentos, sé que está mal suponer sobre otras personas sin conocerlos, no se la historia de ninguno de ellos, pero no puedo pensar nada bueno cuando hay tanto misterios detrás de todos, no conozco el ambiente en el que estoy, me desperté sabiendo que ya era un vampiro, que los mitos de vampiros solo eran mitos y no eran así, que el jefe del clan me odia desde el primer momento a pesar de que fue el quién me trajo aquí, que hay rumores y ahora vi con mis propios ojos esa red de tráfico y que todos apuntan a una chica ordinaria cuando detrás de esto hay cinco líderes, cuatro elegidos y todos sus clanes o grupos ¿Cómo podría no pensar que todo lo que estoy escuchando está mal? Nadie creería que una chica que vino siendo mundana, de la nada misma, pudiera con tanto.
— ¿Reino Seelie? creí que era en el instituto de los Nephilim.
— Isabelle cambio de planes en los últimos momentos por una pelea con los Nephilim mayores —dijo Fran riendo— es muy testadura, y no le gusta que le digan que hacer, así que obligo a su marido Merliot y a Alexander a cambiar de lugar.
— Oh...
Agarro la vestimenta que me ha traído y camino hacia el baño para tomar un poco de distancia y recomponer mi compostura, no quiero que Fran le informe a Raphael o a los líderes que me estoy comenzando a ver fatal por tanto maquinar mi cabeza con hipótesis creadas por mí, tampoco quiero que sepan lo que pienso, si se llegan a enterar estaré muerto en un abrir y cerrar de ojos, muerto definitivamente y no como ahora.
Comienzo a sacar mi vestimenta y cambiarlo por el traje, la camisa es de un color blanco perla, su tela es muy suave que hace cosquillas al tocar mi piel, la chaquetilla es cómoda y hace que mi cuerpo se amolde a su medida, los pantalones también son cómodos, se ajustan a mis piernas, como si fuese hecho a medida, su tela es como la camisa, suave, de un color azul muy llamativo, los zapatos negros también tienen mi talla, se ajustan bien a mis pies, tienen un poco de altura que hacen que mis pies se sientan extraños, al colocarme la chaqueta, la parte restante del traje, no me agrada y me lo saco de inmediato, me hace sentir agobiado.
— ¿Cuando vas a salir?
— Voy.
Trato de acomodar las mangas de la camisa, término remangando hasta los codos, y desabotono un botón para que mi cuello quede libre, no pueden obligarme a usar un traje, es el mismísimo infierno, moriré agobiado si me obligan a hacerlo, estoy comenzando a sufrir estrés con todo esto. Después de pasar una y otra vez mis manos por el pelo y por mi cara decido salir y enfrentarme a Fran.
— Colócate la chaqueta ¿Crees que vamos de picnic? desarremanga la camisa ¿Sabes cuánto costó esto? Ay este mocoso— murmura molesto Fran.
Dije que me enfrentaría y negaría hacer lo que me pidieran, pero al ver a Fran quejarse molesto no tuve las agallas así que le hice caso para que no me diga más nada, aún tengo consciencia de que él es como otro jefe para mí, puede castigarme si quiere también, de seguro que Raphael se lo ha permitido. Después de terminar de ponerme la chaqueta este sonríe y asiente, se me acerca para peinar mi pelo de una manera más ordenada y abrocha el botón de mi camisa, mientras que yo murmuro por lo bajo lo molesto que es todo esto.
— Un vampiro debe cuidar su apariencia más que nada en el mundo, si su apariencia no es digna entonces significa que no eres digno de ser un vampiro— dice Fran— es un cello de nuestro clan ¿Lo recordaras?
Asiento de mala manera y este se aleja para poder observar por completo mi cuerpo, sonríe al ver como estoy vestido y ordenado, y asiente como orgulloso de él mismo con todo esto, después de un momento me indica que es hora, así que salimos de la habitación y nos dirigimos hacia la puerta. Dos figuras ya están ahí esperando, reconozco a ambas, uno es Ragnor, la pareja de Fran, tiene un traje blanco que resalta con su piel verde, luce muy bien, y ha personificado el bastón para ir en juego, veo entre reojo como Fran sonríe como un tonto enamorado al verlo, pero yo al volver mi vista veo a Raphael que está a su lado, este luce aterrador para mi gusto, parece un ángel a punto de convertirse en un demonio en aquel traje vino, su cabello está bien peinado sin ningún pelo fuera de su lugar, sus guantes ahora son negros para entrar en juego, su postura erguida le da los detalles a todo su estilo, y esa mirada que me está dando hace que quiera huir e irme lejos de ellos, es tan aterrador, pero de seguro que para los demás lo verían como un adolescente con una belleza ardiente. Fran me empuja para llegar a donde están ellos.
— Ragnor— saludo amablemente, al mirar a Raphael mi voz tiembla— Raphael.
Ambos hacen un asentamiento de cabeza como forma de saludo, si no fuera por la sonrisa que lleva en su rostro Ragnor y sus rasgos parecieran tan suaves, como el de un joven risueño, juraría que ellos son parientes o amigos cercanos.
— Bien, es hora de irnos— comenta Fran.
Las puertas se abren para nosotros y un auto ya está esperándonos en la calle, es largo, parece una limusina, es de color negro y los vidrios están polarizados, no puedo dejar de pensar en cómo un auto mundanos nos llevaría a ese lugar que ni idea dónde queda.
Me imaginé más como algún tipo de cosas raras o el portal, pero no esto, parece ser un tipo de broma, aunque las tres personas ya están caminando hacia ella y yo debo seguirlos, al entrar descubro que no somos los únicos, sino que hay más personas, Magnus Bane está junto a Alexander, también esta Jace, el elegido de Alexander, a su lado hay una chica de cabello rojizo, es rizado pero parece haber sido peinado reiteradas veces para que estuvieran acomodados, lleva un vestido negro, parece que es para ocultar una barriga de embarazo, aunque es imposible porque ya es bien grande y se nota.
Hay otro chico más... Parece tener entre trece y catorce, y es casi idéntico a Alexander aunque lleva unos lentes que ocultan sus rasgos de Nephilim.
La limusina tiene asientos que rodean todo adentro y por eso hay tanta gente, Ragnor entra primero y se sienta cerca de Magnus, a su lado va Fran, ambos se toman de la mano después de acomodarse y así charlar con Magnus que parece encantado con la pareja de su elegido, después entro yo, y Raphael se acomoda a mi lado, bajo mi mirada después de que la puerta se cierra y el auto comienza a andar, me siento tan fuera de mí en estos momentos, porque no conozco a nadie aquí dentro y aunque quiera establecer una conversación con cualquiera, de seguro que Raphael me va a silenciar en la primera oración.
Y hablando de eso, Raphael está muy cerca de mí, tanto que su brazo izquierdo está apoyado en mi brazo derecho, su pierna izquierda toca mi pierna derecha y su aroma a perfume varonil entra por mis fosas nasales haciendo cosquillas, no me atrevo a mirarle y decirle que se aleje, así que solo sigo mirando la alfombra negra del auto, mientras trato de encontrar alguna sintonía con mi mente y así irme lejos hasta que lleguemos.
— Mira esto— susurra a mi lado.
Levanto mi vista de inmediato al escuchar la voz de Raphael, para comprobar si me ha hablado a mí, cuando veo que me señala la ventana me sorprendo por lo que estoy viendo tanto que me arrimo más a Raphael para ver con más atención hacia afuera, lo que me está mostrando es como estamos entrando sobre un túnel, hay enredaderas tapando las paredes con flores y hojas verdes, hay luciérnagas que están alumbrando todo y aunque un túnel debe ser oscuro, todo se ve tan perfectamente que parece un sueño, sacado de esos libros de fantasías que se les cuenta a los niños.
— ¡Wow!— es lo único que puedo decir y repetir.
El túnel termina y parece que estamos en un bosque, el auto no se detiene y el paisaje parece cada vez más fascinante, los árboles están adornados con hojas de colores verdes brillantes, algunos de ellos contienen frutas, el pasto parece haber sido recortado pero se ve tan bien, parece esos lugares para ir a acampar o de picnic. Cruzamos por un puente y puedo jurar que vi dos sirenas en el agua nadando, tuve que refregar mis ojos una y otra vez porque no podía creer lo que vi, aunque Magnus me afirma desde su lugar que esas criaturas solo existen en el mundo de las Seelie.
El reino Seelie cada vez parece sorprenderme más, porque cuando nos detenemos y Raphael me aleja para salir veo por la puerta el color que la ventana había ocultado un poco por tener una capa oscura que hacía que los colores fuera un poco más opacos, ahora todo parecía brillar más, el cielo azul que terminaba a muchos metros por una pared de tierra parecía tan irreal que me gustaría tocarlo. Salgo del auto y me sorprendo por lo que veo a mí alrededor, hay muchas personas con marcas como Merliot cerca de sus ojos, con sus vestimentas tan únicas, me sorprendo cada vez más con todo lo que veo. Y por raro que lo diga, me gusta lo lindo que se ve todo esto.
— Es hermoso— susurro para mí.
Veo como Fran se coloca a mi lado, me toma del hombro mientras nos dirige hacia el centro del bosque donde está todo decorado como para fiesta, hay una pequeña música melódica resonando que invita a ir hacia ellos, hay muchas personas, algunas con trajes, otros con vestidos blancos y accesorios de flores, estoy fascinado.
— Escucha esto, no bailes sus músicas, no tomes nada que te den, quédate cerca y no salgas de aquí, y no debes coquetear con ninguna Seelie ¿Entendido?
— Entendido.
Hay mesas largas decoradas con flores, hay muchos recipientes con comida y copas vacías esperando ser llenadas con líquido, en una en la esquina donde está Isabelle sentada hay una mesa que parece ser para los que prepararon la reunión o el banquete, está hablando con la chica que vino con Jace, ambas sonríen como si se llevarán muy bien, desde esta distancia la barriga que trata de esconder con un vestido negro se hace notar más.
Trato de encontrar la localización de Raphael con la vista, lo encuentro lejos hablando con otras personas, Fran también se ha alejado un poco mientras habla con Ragnor, así que estoy solo como lo pensé desde un momento, pero encuentro sentándose en la mesa cerca mío al adolescente que estaba en la limusina así que juntando valor me acerco hacia dónde está y me siento a su lado, el chico a través de su gafas me mira de una manera indiferente.
— Hola, soy Simón Lewis— me presento con cortesía.
Este chico de piel lechosa con pequeñas pecas, se queda en silencio un poco hasta que se recompone y hace un asentimiento de cabeza en forma de saludo, observo marcas en su piel como los que tienen los Nephilim, así que significa que debe ser familiar directo de Alexander e Isabelle, hasta sus gestos son idénticos.
— Sabes, recién entro al mundo de los vampiros, así que no conozco a nadie—le comento— así que pensé que... Cómo estás solo podríamos llevarnos bien.
— Los elegidos no deben tener contacto con los familiares de los líderes.
— ¿Por qué?
— Porque si eres un loco peligroso que quiere hacer cosas malas, es mejor no tener a nadie de la familia de los demás cerca.
— ¿Me veo como un loco peligroso?— le pregunto.
Este me mira unos minutos y niega lentamente, sé que cualquiera que me vea pensará lo mismo, no estoy ni cerca de ser peligroso, así que no me asustare por lo que le comento antes, sé que soy una buena persona.
— Entonces no hay nada que temer, solo no quiero aburrirme hoy— suplico— y no quiero estar cerca de Raphael, me da terror.
— Pero... eres su elegido, tienes que estar cerca de él— dice un poco confundido— además Raphael es uno de los líderes más amable que he conocido.
— Me está haciendo la vida imposible niño, hasta fui obligado por los demás líderes a ser el elegido de Raphael, estoy solo e incómodo con todo este asunto. ¿Puedes ser mi amigo por hoy? Por favor.
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