× Capítulo diecisiete. ×
Después de una semana.
Es lo peor que me ha pasado, después de una semana he pasado todos los días castigado con esa mujer de mala actitud y he tenido que escuchar sus quejas todos los días, una hora. También en lo que lleva de la semana, he visto a mi grupo solo unas dos veces, las tres parecen estar ocupadas, y eso no me agrada, ya que he tenido que estar solo. También he tenido muchos momentos con Raphael, he compartido casi todas las comidas con él después de lo que sucedió hace un semana con su cancelación, y a pesar de que me sorprenda decirlo, ambos hemos estado sin pelear en esos ratos que pasamos juntos, conversando en buenos términos, aunque de igual manera siempre al finalizar cada comida Raphael dice algún tipo de comentario que me hace molestar, así que ambos peleamos y termino saliendo de ahí molesto. Pero de igual manera, todo está bien entre ambos, creo.
Ahora mismo estoy en el aula de castigo con aquella profesora, ya he leído todos los libros de la mini biblioteca, y estoy tratando de no prestar atención de las quejas de la profesora que me ha obligado a estar acá, así que solo posiciono mi mano en mi mejilla y miro a la nada por lo que resta del tiempo.
Entonces en un momento la puerta es golpeada y se abre mostrando a Fran que viene entrando, me sorprendo por como luce frente a mi vista, lleva unos lentes de marco redondo, son oscuros, sus rizos van desordenados, no como lo he visto antes que solía tenerlo de manera ordenada sin ninguno fuera de lugar, su vestimenta no es un traje, ahora lleva un suéter grande de color verde limón con un pantalón roto en sus rodillas y zapatillas bajas, lo hacen ver muy adolescente, con una vibra positiva e infantil ¿Será por la sonrisa que lleva en su rostro? ¿Qué le sucedió? ¿Estoy soñando? Este camina hacia la profesora que le espera con los brazos extendidos para un abrazo ¿Acaso me he dormido? Pero si no ha pasado tanto tiempo de esto.
Señora, debo informarle que Simón Lewis no podrá tomar más sus clases, lo sacaremos del plan educativo por ahora, para que se dedique de lleno a su deber.
— Se van a desilusionar de ese niño, no tiene madera de ser elegido— murmura está molesta.
— No se preocupe, que conmigo usted sabe que podré crear al mejor sucesor de Raphael.
— Claro que si, tú puedes con todo mi pequeño.
Fran le deja un beso en su mejilla y me mira indicando que es hora de irnos, antes de ir hacia la puerta hago un asentimiento de cabeza hacia esa señora y espero afuera para que salga Fran y cuestionar sus palabras, han decidido sacarme de mi plan de estudios sin siquiera preguntarme si lo quería o no, no creo que para prepararme ser un buen elegido sea tan difícil como para sacarme de mi plan de estudio. ¡No quiero estar todo el día con ellos! ¡No con Raphael! Me rehusó. Pasan unos segundos y el cambiado y adorable Fran sale por la puerta dejando caer las comisuras de sus labios donde mostraban una adorable sonrisa para volverse serio, me da una mirada de advertencia porque sabe que lo primero que diré es sobre su distinguida y peculiar vestimenta que lleva.
— Ni lo digas, tú también usarás una ropa así.
— ¿Qué?
—Saldremos, hay una tradición que hacemos los cercanos de Raphael— me avisa— si te sorprendió mi vestimenta te sorprenderá la de él.
Caminamos hacia mi habitación donde al entrar ya hay un conjunto de ropa encima señalando que debo cambiarme a esa vestimenta, hay un suéter celeste agua y unos pantalones negros, me cambio de inmediato y salgo para que Fran me dé el visto bueno o malo, desde mi punto de vista es incómodo usar un color tan claro, pero tengo curiosidad de esa tradición que hace usar tan feo conjuntos, este me mira un poco desconcertado y me señala el piercing de la nariz con desaprobación.
— No puedo hacer mucho con ello, de seguro que cuando te vea te regañaran por lastimar tu piel virgen.
— ¿Quiénes me regañaran?
— Vamos, Raphael no le gusta esperar por tanto tiempo.
Caminamos hasta la puerta principal viendo como un chico nos está dando la espalda en las puertas abiertas del hotel, los rayos de sol entran al oscuro lugar dando un poco de calidez, muchos de los vampiros que están cerca están murmurando lo bien que se ve esa persona hoy, al escuchar el nombre de la persona me sorprendo porque quien está delante de mí, ese chico que nos está dando la espalda es Raphael, y lo peor de todo es cuando voltea, un sentimiento de confusión se apodera de mi.
¿Cómo esa vestimenta puede camuflar el monstruo que es? Su atuendo no es diferente al de nosotros, lleva un suéter del mismo diseño que el de nosotros pero de un color rojo y unos pantalones negros, sin roturas, lisos y apretados a sus piernas, no lleva zapatos sino que son zapatillas altas, su pelo no está tan peinado, ordenadamente como lo suele usar, está vestido de manera informal para ir a un lugar.
¿Acaso Magnus nos obligo a ir de día de campo? No lo creo, ni aunque sea un día de campo Raphael perdería la dignidad de su vestimenta.
Aunque Raphael este vestido de esa manera, su cara no cambia para nada, pero no es tanto con lo que considero tan malo, ya que cuando lo veo con su trajes o sus vestimentas formales y esa mirada sin ningún tipo de reacción buena todo mi interior dice que él es un maniático asesino que está detrás de todo lo malo que sucede, y que está enfermo por todas las acciones malas que ha hecho conmigo desde mi llegada, si, aún a pesar de una semana tranquila junto a él, considero que no es tan buen chico.
Pero ahora él está con esta vestimenta que lo hace ver tan juvenil, algo dentro de mi pecho duele, y aunque no esté vivo en el sentido de siendo mundano la sensación aún de mi mente me hace sentir eso, y solo puedo pensar en un adolescente sin rumbo. La vestimenta cambia la apariencia, aunque nadie lo admite, por esa razones muchos cometen prejuicios por estos pequeños detalles.
De igual manera... Raphael siempre será para mí un maniático loco sin corazón alguno.
— No te creas que te invite por qué quise, solo te llevo porque el contrato de Magnus lo dice— murmura molesto—ahora es hora de irnos, Fran tu llevarás a Simón contigo.
— Lo siento, mi motocicleta es nueva, me la regalo Ragnor, fue diseñada con identificador de persona, si alguien sube a ella y no es Ragnor o yo, la persona extraña tendrá una gran descarga eléctrica—susurra Fran —sabes que mi pareja es muy celosa.
Veo como Raphael hace un chequeo con su lengua y camina hacia afuera a pasos largos, escucho como Fran deja escapar un "pff" como una risa contenida, me toca el brazo y caminamos hacia afuera, allí ya hay dos motocicletas esperando estacionadas en la calle esperando para ser montadas, su color son de negro brillantes y las partes plateadas que hay en cada lugar brillan tanto por haber sido limpiadas.
Estoy tan fascinado con lo que estoy viendo, siempre he tenido a todo vehículo porque considero que son peligrosos, solo me siento seguro con autos porque anduve en compañía de papá en sus tiempos de vida, pero después de todo lo sucedido y estar casi tres años o más en la calle no he probado nada más. Las motocicletas son algo muy lejano para mí, y peligrosos. Raphael monta en el suyo, después de unos segundos me mira.
— ¿Vas a subir o necesitas una invitación?
Asiento en silencio reiteradas veces mientras camino hacia él, miro aquello tan confundido ¿Cómo tengo que subir? Raphael me señala con la mano un fierro como soporte, después de unos intentos logro hacerlo y siento que es como un triunfo, Fran está riendo al lado nuestro por lo ridículo que me debo estar viendo, ambas motos de encienden y hacen un ruido que me hace sobresaltar, pero ninguna de ellas se mueven y eso comienza a inquietarme un poco ¿Por qué no se mueven?
— Sostente con tus manos— dice Raphael.
Miro hacia todos lados, no hay nada, ni un cinturón de seguridad.
— Raphael, parece que Simón nunca se ha subido a una motocicleta, te recomiendo por el bienestar de ambos, que lo deje sostenerle su cuerpo, para que no caiga en el suelo y para que no seas regañado por el señor Magnus por su irresponsabilidad.
Otro chequeo de lengua de parte de Raphael me hace entender lo disgustado que se siente, yo también lo estoy, pero por ser inferior a él no le importa lo que siento, solo piensa en él y en nadie más, es un engreído. Después de unos segundos de silencios entre todos, el cuerpo de adelante se mueve, sus brazos toman de mis muñecas casi apretándolas y las empuja hacia adelante colocándolas en su cintura con fuerza, con sus manos arriba de mis manos hace presión y mis manos aprietan parte de su cuerpo a través de su vestimenta.
— Si te sueltas y te caes ya no es mi problema, yo ya te di indicaciones de donde sostenerte.
— Creo que sería más seguro si Simón se abraza a ti, para mayor seguridad— dijo Fran con un tono de gracia.
— Listo, cierra tu boca.
Ambas motocicletas comenzaron a moverse y por inercia como miedo lo único que hago es acercarme más al cuerpo de mi enemigo, este se tensa pero no dice nada, debe entender que está nueva experiencia me hace dar terror. Aprieto mi cara en su espalda y ahogo un grito, la motocicleta ha aumentado de velocidad, no quiero mirar hacia los lados porque me causa mareo.
— Miedoso.
— ¿Puedes conducir más despacio por favor? Tengo miedo. — grito.
— Si dejas de lado el pánico, la adrenalina de tu cuerpo va a dejar que disfrute del viaje Simón— dice Raphael— saca tu cara del escondite y mira a tu alrededor.
— ¡Estás bien desquiciados!
— ¡Mira a tu alrededor!
Ambos nos estábamos gritando en este vehículo de dos ruedas, y cada vez que gritaba algo más me aprieto con fuerza por temor a que intenté soltarme de él y me tiré por las calles, no dudo para nada de que puede ser capaz de hacerlo. Después de unos minutos deja de gritar y el largo recorrido que nos queda vamos en silencio, con el ruido del aire golpeando nuestros oídos, a duras penas, cuando abro los ojos puedo ver que hemos salido de la ciudad y estamos entrando como a un sitio de, árboles, parqueados, y un río a nuestro lados, pero sigue conduciendo rápido y eso hace que no pueda ver bien el lugar.
Una media hora después la motocicleta se detiene y Raphael me aleja de inmediato, bajo casi mareado y observo el lugar, hay una gran casa y árboles, pasto verde, perros dándonos la bienvenida y personas saliendo de la casa, muchas personas, casi todos adolescentes con rasgos similares a Raphael.
— ¡Raphael volviste! — Gritan todos al unísono— ¡Fran!
Ambos chicos van hacia la multitud y se dejan envolver por abrazos y palabras cariñosas de los felices que están por verlos, aproximadamente son tres chicos y dos chicas, tiene adolescentes con rasgos parecidos a Raphael en total, después hay más jóvenes, una chica y tres chicos que parecen ser parejas de algunos de ellos cinco primero ¿Será otro hotel bajo el cuidado de Raphael?
—Les presentaré a alguien, es mi elegido— habla Raphael después de un momento— Simón ven, conoce a mi familia.
¿Familia? ¿Su familia... sigue viva? De seguro que deben ser sus sobrinos o los hijos de sus sobrinos. Me acerco a lentos pasos hacia su lado y veo a la multitud, las cinco personas primeras que vi, de la cual veo los rasgos parecidos a Raphael me miran con curiosidad, las otras tres personas están abrazadas a sus respectivas parejas, encuentro este momento un poco adorable y a la vez raro.
— Simón, te presento a mi familia, estás cinco personas que ves aquí son mis hermanos, son cinco de los siete, y esas garrapatas que están abrazadas a algunos de ellos, son sus parejas— dice Raphael— no lo malinterpretes, también quiero a cada uno de ellos.
— Hola, soy Simón Lewis— digo casi en un susurro.
Todos los jóvenes me saludan pero no puedo decir ni una palabra, estoy lo bastante confundido como para decir algo, está situación es mucho para mí. Raphael lleva muchos años siendo vampiro, lo cual su familia directa ya debería estar muerta hace largo tiempo, pero están aquí, frente a mí, luciendo casi de mi edad, un poco mayor, están vivos y moviéndose, ¿Qué sucedió? ¿Y cómo tiene una familia tan numerosa? Aún más ¿Cómo una persona como él, de una gran familia, salió tan desquiciado?
— Mamá está esperando adentro por ustedes— dice una de las chicas.
"¿Mamá? ¿Aún sigue viva?"
—Vayan, iré enseguida, tengo que hablar con Simón un momento, tu entra con ellos Fran, saluda a mamá y dile que ya voy.
— Si hermano— dice este sonriente.
"¿H...hermano?"
No, imposible, debe ser un apodo de cercanía. Si Fran es muy diferente a ellos, en todos los sentidos.
En solo segundos hasta los perros se han ido del lugar, solo estamos yo y Raphael, este me indica que comencemos a caminar hacia el arroyo que está al lado de la casa y me indica que nos quedemos mirando el lugar, creo que se ha dado cuenta que debe guiarme porque estoy tan confundido, en un estado de trance que mi cuerpo no reacciona, capaz quiera hablar de esto conmigo antes de entrar y que entre en algún estado de pánico en el que me tiré al suelo y me haga ovillo y comience a murmurar que ya no quiero saber nada más de cosas extrañas, que quiero saber por lo menos de algo normal una vez en la vida.
— ¿Hay algo que quieras saber? Solo pregunta.
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