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× Capítulo diecinueve. ×

Cómo había supuesto, en el momento que Ragnor paso del portal toda la atención de Fran que tenía en mi se disperso y voló hacia su pareja, se había levantado a recibirlo y tomar de su mano mientras lo tiraba hacia dentro de la casa, de seguro para que fuera a saludar a su madre, pero había dos visita más que venía con Ragnor y ese era Magnus Bane con un atuendo muy hogareño como se me fue obligado a vestir y a su lado Alexander Lightwood con sus manos posicionadas detrás de su espalda como sabe hacer con habitualidad. Ambos al notar mi presencia y la acción del otro vampiro decidieron acercarse a mí como primera opción, tomando el lugar de los asientos vacíos, Magnus también hizo aparecer dos vasos para él y su pareja para darle un tono más trivial a esta reunión "familiar".

— ¿Cómo la estás pasando Simón?— pregunta el brujo.

— Creo que bien— susurro— pero estoy un poco confundido.

Creo que no es necesario ya mentir con ellos, si quiero respuestas tengo que presionar a que me lo digan, porque no creo que sea conveniente fingir que todavía no logro saber que están ocultando cosas de mí, cosas importantes, entiendo que hay un juego entre los jefes y el secreto que ocultan de mí. Raphael sabe algo, y por ende me odia y me trata de la peor manera posible, aunque no entiendo el porqué de ellos ya que nadie me dice, y Magnus a pesar de que no quiere hablar lo está haciendo de una forma indirecta, con esto de que quiere mostrarme todas las cosas importantes de ellos y exactamente las cosas importantes de Raphael por una razón ¿Entonces por qué seguir ocultando? Si Magnus quiere decirme algo con sus acciones entonces que hable de una vez por todas.

— Es normal, has conocido a la familia Santiago, cada uno de ellos es un caso complicado, cada uno de ellos es difícil de entender, el peor es Raphael, pero te acostumbrarás.

— No, no es eso. Solo... ¿Qué tratas de decirme con todo esto?— le pregunto.

Ambos se miran y aunque Alexander en su rostro no hay ninguna reacción, sino que sigue como lo suele tener normalmente, en Magnus puede verse una diminuta elevación de sus labios, dándole un toque gatuno y travieso, es el momento para que diga lo que tiene que decir. Aunque por los gestos que hace después Magnus al mirarme, puedo notar que va a jugar al hacerse confundido por un rato más, pero sabe que de hoy no puede escapar. No soy tonto, quiero saber todo ya, aunque duela.

— ¿Yo? Solo quise mostrarte nueva familia, ya eres parte de nosotros, tienes que conocer a los demás.

— Magnus... Ni tu pareja cree que lo estás diciendo.

Alexander mira hacia otro lado como tratando de escapar del asunto, en ningún momento ha hablado y tampoco parece que va a hacerlo, por lo poco que he aprendido de ese jefe es que no habla mucho, unas que otras palabras cuando no se siente cómodo o no conoce a las personas que están cerca, solo habla con su familia y con su pareja, hasta sus comportamientos cambia en presencia de ellos, pero es muy precavido y muy inclusivo con lo que piensa y dice, así que es común que no va a decir nada en estos momentos, ya que el que parece que habla por ambos es Magnus, y por eso es una pareja que se complementan. El brujo deja escapar un suspiro por su fallo al tratar de fingir que no sabía sobre el asunto y después rasca su sien con incomodidad.

— No estás preparado aún... No es el tiempo.

— Cuando hacen eso en las películas, al final la persona, a la que le escondieron cosas, se termina convirtiendo el villano ¿Lo sabías?

— Está bien, está bien, tú ganas...— dice con fingida resignación el brujo.

Ambos, mejor dicho, los tres presentes sabemos que Magnus se moría de ganas por contar todo de una vez por todas, que a pesar de que sus palabras salen con un tono leve para parecer un poco resignado, culpable y cansado, su rostro es diferente, los labios están elevados, sus ojos gatunos están brillando y su postura en su silla parece más que energético, como si fuera a hacer algo bueno. No es que pueda saber las acciones que hace el brujo, solo que sus acciones no son muy discretas.

— ¿Deberías llamar a Raphael?— pregunta Alec por primera vez— es su vampiro, deberías consultarlo con él.

— No, no lo creo garbancito, sabes cómo se pone cuando hablo del asunto.

Así que Magnus comienza contando de una chica, una chica que llegó al Hotel Dumort hace algunos unos años, había sido convertida joven y venia con tres compañera más, que después de su descripción supe quienes eran, el grupo en el que estoy actualmente. 

La cuarta chica se llamaba Elizabeth y está se convirtió en pareja de Raphael después de su llegada, solo que antes de que eso pasará habían pasado muchas cosas, el grupo de las cuatros chicas habían logrado captar la atención del hotel de inmediato, porque a pesar de haber sido convertidas de una manera nada amable trajeron un poco de fiesta al ambiente, adaptándose a ellos de inmediato. 

Magnus confesó que en ese tiempo era muy independiente con Raphael, ya que había una mutua confianza, y sabían que cuando sucediera algo no dudarían en hablar con el otro, y eso pasó, unos meses después de la llegada de las cuatro muchachas Raphael llegó a él contándole que estaba comenzando una relación con la mismísima Elizabeth, hasta ahí estuvo bien todo, Magnus estaba feliz por su pequeño al encontrar el amor, su primer amor desde que llevaba en el mundo, pero algo particular había sucedido. Magnus al conocerla en persona de manera íntima en una cena, algo de esa chica no le agrado en absoluto, pero hasta ahora me confesó que no sabía que fue eso inicial que lo llevó a no gustarle. De igual manera ese día Raphael reveló que la quería como su elegida, ocupando un puesto muy importante entre los jefes y todo el submundo. ¡Ese fue el peor error!

Después, unos días de eso, Guadalupe también llegó de sorpresa, la familia Santiago no vivía donde están viviendo ahora, sino que más cerca, en la ciudad cerca del clan para estar cerca de Raphael y no perder el lazo familiar, por eso Guadalupe podía pasar por el hotel cuando quisiera para ver a su hijo mayor. 

Ese día en particular había ido por obra de Magnus porque le había contado que su primogénito estaba en una relación, también contándole de esa mala sensación que había tenido, Magnus confiaba que nadie más que la madre de Raphael lograría saber si esa chica era la adecuada, y sucedió lo que más temía, Guadalupe supo con solo mirarla que esa chica solo emanaba avaricia y poder, lo cual eso podría ser peligroso para todos. 

Pero cuando quisieron decírselo a Raphael hubo una gran pelea, ya que el joven era la primera vez que se enamoraba y este había sido de una manera tan fuerte y enfermiza que peleó con todos por esa muchacha, la protegió con uñas y dientes... Y aún peor, estaba tan cegado que no noto que su pareja con solo pocos meses de relación había mostrado al mundo lo perversa que podía ser, mientras él la acompañaba en ello, poniendo en juego su vida y el de todo su clan si se llegaba a enterar de su traición.

— Todos golpean en algún momento con una pared si no pueden ver bien— interrumpe Alexander— y es muy doloroso.

La chica con los meses comenzó a serle infiel con mundanos, me sorprendí cuando sin rodeo y de forma muy directa Magnus me dijo que esa chica era cliente exclusiva de mi hermana, pero no era la primera vez que lo escuchaba, lo siguiente que dijo tampoco fue tan chocante, todas las acciones malvadas con la trata de persona, la donación de órganos y sangres, todo eso lo supe también hace poco así que no me causo tanta impresión, aunque aún siento un malestar al saber que Raphael también participó por su amor por esa chica. 

Magnus a cada rato que hablaba dejaba mostrar lo indignado que estaba con este asunto, ya que el chico que educó al entrar al mundo de los subterráneos, la persona más racional que había tenido en frente, en ese momento se había puesto en contra de todas las personas que lo querían, solo por una chiquilla que envenenó su cabeza al punto de hacerlo "estúpido". Y la siguió en todo lo malo como si fuera un sirviente, la chica había tomado el poder y este no podía verlo con sus propios ojos.

Y yo también pienso lo mismo... Pero nunca he sentido el sentimiento de enamoramiento, así que no puedo juzgar las acciones de Raphael, aunque se, con dos dedos en frente, que puedo diferenciar cuando todo se está jodiendo a mi alrededor y cuando yo soy parte de ello, se cuando parar.

— ¿Por eso la mataron?— pregunto después de un silencio que se creó.

— Morir— dice Magnus después de una risa fingida— Raphael estúpido adolescente la dejó escapar con vida.

— ¿Qué?

Algo paso cerca de nosotros a toda velocidad y después hubo un golpe en la mesa haciendo caer los vasos, excepto el de Magnus que lo tenía en su mano, Alexander deja escapar un ruido de molestia porque parte de la bebida ha caído en sus pantalones oscuros y en sus borcegos, y yo a pesar de también estar manchado no quiero hablar, porque el causante de estas acciones es el mismísimo Raphael que está mirando con molestia a Magnus. 

Su mirada hace que todo mi cuerpo se congele y deje de hacer cualquier movimiento, esa mirada me da mucho miedo, hasta sus colmillos están afueras, nunca vi nada parecido, pero el brujo no parece nada preocupado, al contrario muestra una mirada de indiferencia dejando escapar un suspiro y moviendo sus manos como tratando de indicarle al vampiro que deje de hacer berrinches.

— ¿Quién te dijo que puedes contarle esto a Simón?— pregunta entre un balbuceo de ira.

— No voy a cometer el mismo error dos veces— dice el brujo mirándolo— si sé que tengo la oportunidad de hacer algo bueno por la vida de este chiquillo, lo haré sin dudarlo.

— Yo no te di el permiso.

— Tú no eres el indicado para decirme que hacer en este asunto Raphael Santiago— murmura molesto Magnus— hablamos de esto hace tiempo, rompiste la confianza de muchas gente después de hacer todo por esa muchacha, no voy a dejar que por tus actitudes infantiles, este niño se pudra en sus manos y en las tuyas por tu orgullo.

Ahora ya no se a quien más le tengo miedo, si es a Raphael o a Magnus, creo que a ambos por igual. Veo como Guadalupe y todos los demás integrantes salen de la casa al escuchar la pelea, pero no se acercan mucho, solo la mujer mayor se acerca lo bastante para acariciar la espalda de su hijo mayor y calmarlo, lo ayuda a sentarse y ella se sienta al lado, como si fuera un calmante para que no explote, me sorprendo las habilidades que tiene la mujer para detener a tal persona llena de odio, Magnus también se relaja y invita a todos a compartir el rato, aunque no ha dejado olvidado en la conversación que estábamos.

— Como decía antes de ser interrumpido...

— Magnus, lo vas a lastimar— murmura Raphael.

— Esa es decisión suya, si le duele o no él sabrá cómo manejarlo, y si no puede hacerlo, tú como su mayor deberás ayudarlo a procesar mis palabras— dice el brujo con voz ronca y molesta— ¿O ya te has olvidado de tus principios Raphael Santiago?

— Magnus...— susurro ansioso— no lo trates así por favor, no peleen, solo sigue en lo que estabas diciendo.

Magnus me mira conmovido, manda a los demás a seguir con sus cosas, solo Guadalupe se une a nosotros y la pareja de Fran y Ragnor, entonces el brujo sigue hablando, cuando ya no se pudo ocultar más las acciones de la muchacha y la vista ciega que estaba haciendo el líder del hotel, los Nephilim pidieron intervenir, pero en ese momento los cuatro jefes restante, uno de ellos siendo Alexander, también un Nephilim, pidieron encargarse del asunto por ellos mismos para que el daño no fuera a Raphael ya que sería la muerte. 

Entonces un día decidieron terminar con las locuras de Elizabeth de una vez por toda, llegaron a enfrentarlos al hotel, aislaron a la pareja de los demás vampiros, dejando a cargo temporalmente a Fran, un nuevo vampiro con ayuda de Ragnor, y encerraron al dúo, los primeras semanas fueron de lucha, insultos y muchas ofensas de parte de Raphael para ellos, ni Guadalupe, su propia madre, se libro de recibir las palabras de su hijo manipulado. Eso me molesta, pensar que maltrato verbalmente a su propia madre solo por una chica, un amor enfermizo, miro a Raphael y a su madre, ahora parecen tan cercanos, se ve el amor que se tienen, trato de pensar cómo fue que superaron aquel mal momento para volver a tener este cariño y confianza.

— Me cansé de su infantil comportamiento y entonces le dije, te doy la opción de matar a la chica o la mataré yo y no será nada agradable— dijo Magnus— todos saben que cuando se trata de creatividad en muertes, soy muy bueno, puedo torturarlos tanto físicamente como emocional antes de que llegue a la muerte.

Magnus siguió relatando, después de esa amenaza les dio solo una semana, y Raphael acepto su petición, él la mataría con sus propias manos por toda su traición, le dijo lo arrepentido que estaba por haberse comportado tan irracional y cegado, y que esperaba una oportunidad más por parte de todos lo que quería. 

Magnus no pudo resistirse y lo libero del cautiverio, Raphael era como un hijo para él, verlo detrás de una puerta, con su ropa sucia, suplicando por una oportunidad, en su corazón había creído que había reflexionado, entonces lo dejo cambiarse y vestirse, y prepararse para que en esa misma noche cumpliera su obligación, y la noche llego rápida y Raphael hizo todo movimiento sin vacilar, era seguro que iba a matarla para mostrar que estaba arrepentido de todo daño. Pero cuando estaban todos observando el momento, una lluvia de gas cayó sobre ellos y los hizo adormecer de pies a cabeza, solo pudiendo ver cómo Raphael los traicionó, escapando con su pareja del lugar.

— Los traicionó— susurro sorprendido mirando a Raphael— traicionaste a tus cercanos.

— Tú nunca lo entenderías— dice Raphael.

Observo como Guadalupe aprieta su mano y susurra por lo bajo, es una oración de religión, escuchar sobre el pasado de su hijo debe ser duro para ella, cualquier madre haría lo posible para que su hijo no cometiera maldades, no fuera malo, no lastimara a nadie, pero cuando no pueden evitarlo es como una herida que nunca van a poder borrar de su corazón, porque si sus hijos hacen cosas malas son las primeras y las peores que sufren estos asuntos. 

Lástima que mi madre nunca estuvo consciente para poder consolarme así cuando volvía lastimado de los encuentro con hombres solo para darle plata a ella. Me sorprendo lo dócil que está Raphael en su asiento, sin decir nada, cuando su temperamento ya lo hubiese hecho explotar tantas veces, pero sé que hay un extra a eso, un tipo de magia en el aire que lo tiene vulnerable a esta situación, aunque no sé si el causante es Magnus o Ragnor, de igual manera agradezco que la bomba aún no explote.

— ¿Qué sucedió después?

— Elizabeth lo traiciono a él y escapo.

Cómo dijo el brujo, en su huida ambos habían corrido calles abajo sin rumbo, sabían que no tardarían en ser los fugitivos más buscado de la ciudad, los buscarían en el cielo, bajo mar y sobre tierra para castigarlos, Magnus confesó que no sabía que había pasado en esas horas que estuvieron escapando y tampoco Raphael les contó sobre ello, cuando lo encontraron el chico estaba atado con cadenas resistente a cualquiera de las fuerzas de cualquier subterráneo, su rostro mostrando que había estado llorando por bastante horas y en su cuellos heridas profundas como si hubiesen servido para extraer sangre de ahí. No había rastro de Elizabeth, había escapado y nadie pudo encontrarla jamás, y hasta el día de ahora siguen buscándola.

— ¿Y qué tengo que ver yo con todo esto?— pregunto.

— Es que tu familia entra en este asunto— responde esta vez Raphael— exactamente tu hermana.

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